La lucha magisterial es la lucha del pueblo de Oaxaca

 “Al final me quedé con un ardor en los ojos y la cara pero con un buen sabor de boca 

porque un señor me dijo: “no maestra aunque el gobierno crea que va ganar,

 ustedes están ganando todas las batallas porque en cada desalojo el pueblo les está respondiendo apoyándolos;

eso maestra es su mayor triunfo”

Testimonio de Maestra, durante la agresión policiaca

 Cd. Ixtepec. 17 de junio 2016.

“Vinieron a golpear, pero también ellos fueron golpeados”.

Testimonio de Maestra, durante la agresión policiaca

Cd. Ixtepec. 17 de junio 2016.

La lucha magisterial ha alcanzado una movilización inédita. En este conflicto de clase, los trabajadores de la educación no sólo velan por sus derechos laborales, sino han emprendido una lucha por la defensa de la educación pública. Es esta una de las razones por las que padres de familia y estudiantes se han unido de diversas formas. Es una resistencia encabezada por el magisterio, cuya base reposa en el pueblo. Es esta una de las características que en estos tiempos diferencia el proceso de la lucha magisterial.

En la región del Istmo de Tehuantepec, así como en otras regiones de la entidad oaxaqueña, se ha hecho presente la voz popular. Es que ahora dicen que el pueblo ya despertó y tiene plena conciencia del despojo que intenta perpetuar el Estado mexicano. En estas jornadas, una de las primeras manifestaciones de solidaridad se reflejó en la primera marcha en el municipio de Juchitán el día 20 de mayo, a la que acudieron un gran número de personas de este y otros municipios aledaños.

Esta movilización pacífica fue la antesala de otras marchas, y así en Ixtepec el día 25 de mayo salió a manifestarse un extenso sector de la población; alrededor de 3500 personas se enfilaron a la lucha del magisterio, a la que además llegaron personas de localidades vecinas de Chihuitán, Laollaga, y Tlacotepec.  Con mantas y cartulinas; jóvenes, niños, ancianos, profesores y colectivos enaltecieron  lo que ha sido una de las movilizaciones mayúsculas en esta localidad. Los reclamos figuraban uno sólo: la abolición de las reformas neoliberales; con énfasis en la mal llamada reforma educativa, y la liberación de los presos políticos.

La convocatoria se fue extendiendo a otras localidades y a la semana siguiente, en el municipio de Espinal e Ixtaltepec los padres de familia, estudiantes, y alumnos salieron a marchar. Asimismo ocurrió en Tehuantepec, Salina Cruz, Matías Romero, Zanatepec, entre otras localidades del Istmo.

El agravio empezaba a ser colectivo en la medida que los profesores se habían reunido con los padres de familia; quienes fueron informados sobre la pretensión del gobierno mexicano de privatizar la educación. Con el transcurso de los días, los padres de familia y los profesores habían emprendido una organización que ya se encaminaba a la resistencia.

Ante la negación de diálogo por parte del gobierno, en las primeras semanas del mes de junio, la resistencia se acrecentaba y con ella la represión del Estado. Las primeras barricadas se instalaron en Juchitán, en el crucero de la carretera del canal 33 y la Panamericana. En paralelo, el sector educativo y los estudiantes normalistas se organizaban para la liberación de la caseta de la súper carretera en Ixtepec.

En Salina Cruz los petroleros también se han solidarizado también con la lucha magisterial, quienes habían tomado la refinería. En el municipio colindante de Tehuantepec, los pobladores mantenían bloqueado el Puente de fierro.

El bloqueo en Zanatepec fue desalojado por los policías, pero posteriormente fue instalado nuevamente.

En Jalapa del Marqués y Tequisistlán el pueblo dio la lucha contra la policía que finalmente logró desalojar el bloqueo carretero.

Los pueblos de Ixtepec, de Laollaga y de Chihuitán, también dieron la lucha ante la agresión policiaca efectuada en la vía de la súper carretera, el pasado viernes 17 de junio; cuando los maestros se encontraban manifestándose de manera pacífica en la caseta de cobro de dicha vía vehicular.

Esta lucha que ya es del pueblo, es también una lucha pacífica que el gobierno ha tratado de doblegar de diversas maneras, pero no lo ha conseguido. Al contrario la lucha se va fortaleciendo, pese a las múltiples agresiones del Estado mexicano.

Finalmente las intimidaciones pronunciadas por Aurelio Nuño se están llevando a cabo; desde los pagos inhabilitados de las últimas quincenas, al profesorado de nivel preescolar en la región del Istmo. Y asimismo la SEP, ha emitido notificaciones de despido a diversos maestros de la entidad oaxaqueña.

Las amenazas de Estado se convirtieron en un acto de cobardía, el pasado domingo 19 de junio, con la masacre al pueblo hermano de Nochixtlán, en la región de la Mixteca. Esta masacre de Estado, en la que la policía estatal, federal, y la gendarmería atacaron a este pueblo que estaba desarmado. En esta agresión indiferenciada perdieron la vida padres de familia, jóvenes, niños, y maestros, otros más fueron heridos de gravedad, y hay una veintena de personas desaparecidas.

El autoritarismo del Estado mexicano revela desprecio al pueblo.

¡El pueblo siempre objetará por la liberación y la justicia!

¡Hoy todos somos mixtecos, todos somos istmeños, todos somos oaxaqueños!

¡El dolor de los mixtecos, es y será el dolor de los istmeños; de los oaxaqueños, es un dolor que compartimos todos los pueblos en resistencia!

¡El neoliberalismo y las reformas impulsadas en México, entre ellas la educativa, no pasarán; mientras exista un pueblo organizado!




Nochixtlan y el sentir del pueblo oaxaqueño

Hoy les podemos decir que ustedes por más de doce horas no han podido tomar el control de la ciudad ni del estado, que quitaran una barricada o un bloqueo pero mañana aparecerán cuatro más; hoy ustedes, policías militarizados armados con gases, toletes y armas de fuego, no han podido contener a un pueblo armado con piedras palos y lo más importante: con la razón y la verdad. Hoy les podemos decir que el pueblo de Oaxaca está más vivo que antes y tengan cuidado porque estamos más encabronados que nunca.

Mensaje del pueblo que resiste en barricadas de Hacienda Blanca

Gases lacrimógenos, balas de goma y balas reales, vuelos rasantes, golpes, detenciones y desapariciones forzadas para impedir los bloqueos carreteros, las barricadas y los gritos de rebeldía y rabia contenida, no han logrado detener la lucha de los maestros que resisten la embestida de una reforma suicida que desaparece de tajo el derecho a un trabajo estable y a una educación popular y gratuita.

Los medios de comunicación vendidos intentan ocultar la realidad que hoy vive Oaxaca con mentiras, medias verdades y una feroz campaña de linchamiento contra los maestros. Lo más sucio de la guerra del Estado, al estilo de Atenco, Aguas Blancas, Tlatelolco 68 y una larga lista de agravios, se repite hoy en el sur del país.

Marcado por el repudio social generalizado, al gobierno de Peña Nieto sólo le quedó mostrar su verdadero rostro: aplicar la represión directa contra el pueblo, ante la falta de argumentos y legitimidad de una reforma diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Como parte del paquete de reformas neoliberales aprobado por el Congreso a través de un pacto amañado y respaldado por los partidos políticos, la Reforma Educativa sólo puede aplicarse a punta de toletes, balas, gas pimienta y otros instrumentos “pedagógicos” que simbolizan el lema de La letra con sangre entra, pues de instrumentarse dicha reforma, sólo representa miseria, desempleo y condiciones inhumanas de trabajo para el magisterio.

Para poder complacer a sus amos, el Estado neoliberal mexicano decidió aplicar un rewind o retorno a condiciones de esclavitud porfirianas, donde los nuevos esclavistas depredadores vienen por todo lo que genere riqueza, sin importar lo que ellos consideran “daños colaterales”: miseria, hambre, represión, depredación, enfermedad y muerte.

Los usos y costumbres y la propiedad colectiva de la tierra de las comunidades indígenas, son obstáculos que el Estado busca eliminar por todos los medios posibles, pues dificulta a las grandes trasnacionales el saqueo de las riquezas naturales y la explotación de mano de obra barata. Una especie de darwinismo social o salvajismo legalizado mediante reformas antipopulares, defendidas por los corifeos del Estado como medidas necesarias para competir con el mercado internacional.

Había que desmantelar el país y sus instituciones, darle el tiro de gracia al corporativismo que sirvió como instrumento de control del Estado y al sindicalismo, pero especialmente había que asesinar cualquier germen de conciencia e identidad nacional y comunitaria, fragmentar y dividir para poder someter y controlar.

El papel de las maestras y maestros como formadores de identidad nacional y como impulsores de una pedagogía comunitaria, autonómica, autogestionaria, solidaria y emancipadora, se convirtió en el principal problema para aplicar las reformas criminales ordenadas por el imperio. Desde el principio, supieron que la educación y la conciencia colectiva eran el enemigo central que necesitaban desmantelar desde su raíz: primero mediante una campaña de desprestigio contra los maestros, luego eliminando las normales rurales y después criminalizando la lucha del magisterio. No por nada, la Reforma Educativa fue la primera de todas, porque sabían que no sería fácil. Y saben que teniendo el control del proceso educativo, se ejerce fácilmente el dominio de un país para someterlo al más feroz saqueo imperialista sin resistencia alguna.

Como estrategia central, el Estado le apostó a la guerra sucia, a la división del movimiento magisterial y al cansancio de la resistencia, pero se equivocó. Sí sólo cuatro entidades eran el problema, primero había que avanzar la reforma en el resto del país para luego aplastar con toda la fuerza a la disidencia para allanar el camino hacia las elecciones del 2018 y cumplir el mandato de los amos. En el calendario del poder el tiempo estaba medido, fríamente calculado, pero no se esperaba grado de repudio y hartazgo popular que habría de sumarse a la movilización de los maestros.

En Nochixtlán y en el Istmo la gente salió a la calle para cerrar el paso a los camiones llenos de policías militarizados que se dirigían a la ciudad de Oaxaca para reprimir y que se sumarían a los agentes que llegaron de manera masiva en aviones al aeropuerto. Miles de personas, de todos los sectores sociales, nutrieron y respaldaron los bloqueos y empezaron a tejer la solidaridad, a ampliar la protesta, a organizar la inconformidad.

Al repudio por la represión sangrienta en Nochixtlán, se sumaron maestros y sociedad civil de todo el país, artistas, intelectuales, académicos y grupos en el extranjero que repudian la masacre y exigen al Estado instalar una mesa de diálogo. En otros países, lo menos que se pediría es la renuncia de todo el gabinete, el juicio político y la cárcel para quienes mal dirigen los destinos de la nación.


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EL TRASFONDO DE LA REFORMA

En el trasfondo de la reforma educativa está la destrucción de los lazos comunitarios, el desmantelamiento de la educación pública y la eliminación de los derechos laborales del magisterio como paso previo al neoesclavismo que necesita de mano de obra dócil y mentes controladas y alienadas que se inserten en la división internacional del trabajo que requiere el imperialismo en su fase neoliberal.

La saña contra la resistencia popular en los estados con más rechazo hacia las reformas responde a la puesta en marcha de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, cuya obra principal es la construcción del corredor industrial interoceánico Coatzacoalcos-Salina Cruz en el Istmo de Tehuantepec, que unirá el estado de Veracruz sobre el Golfo de México con el Pacífico oaxaqueño y el corredor petrolero que irá desde Coatzacoalcos hasta Ciudad del Carmen, Campeche, pasando por Tabasco. La infraestructura que permitirá al imperio clavar sus colmillos para el saqueo y tráfico de las riquezas naturales del país. No por accidente tanta saña para someter a los inconformes, que son un obstáculo a los planes de expansión, son un estorbo que hay que eliminar.

Quienes entienden el trasfondo de las reformas estructurales saben bien que la lucha será larga, pues se juega el destino del país. El desarrollo de la conciencia entre el pueblo será el factor clave en los movimientos sociales actuales y en la organización de la lucha, pues la nueva etapa de acumulación capitalista, ha puesto sus ojos en las entidades con más larga tradición de lucha, que viene desde la invasión española.

Lo que se juega en México es la vida misma, las condiciones mínimas de sobrevivencia para millones de trabajadores, niños, mujeres, indígenas, migrantes y sectores sociales que al imperio sólo le sirven como carne de cañón para su proyecto mezquino de generar ganancias a cualquier costo.

Sabemos que no caben los triunfalismos ingenuos en una lucha que será larga pero necesaria. El primer paso es la difusión de la verdad por todos los medios, para romper el cerco informativo que hoy busca justificar la masacre del pueblo inventando “grupos radicales” ajenos al Estado que propiciaron la balacera en Nochixtlán. La guerra sucia se vale de todo, y frente a ello, la lucha deberá mantenerse, fortalecerse y extenderse a todos los frentes posibles, en todos los rincones del país, con miras a tejer redes de organización para construir el país que queremos, con justicia y dignidad, con educación libre para todos, con derecho a la vida, respeto al medio ambiente, etc.

Desmantelar la estrategia del Estado y del imperio para mantener su control, no será una tarea fácil. Se requiere de un gran movimiento social unido en demandas centrales y diverso en sus formas de lucha y organización, que respete las formas de cada quien pero que tenga bien definidos a los enemigos del pueblo en las luchas que se avecinan.




Crónica de la lucha magisterial en Ixtepec y el ataque policiaco del Estado

*Corresponsalía de la compañera Eva.

 

Los padres de familia de Oaxaca les damos el apoyo total a los maestros de todo el país”.
“No a la reforma educativa”.
“No a la privatización de la educación”.
“Su lucha es nuestra lucha; no estamos todos faltan 43 y miles más”

Estas consignas destacaron en la marcha del pasado 25 de mayo en Ciudad Ixtepec, cuyo acontecimiento fue un parteaguas de la lucha actual en esta localidad. En esta movilización social, no sólo se expresó la solidaridad popular a la lucha magisterial, sino que además fue una manifestación que reflejó el descontento del pueblo de Ixtepec y otros pueblos de la región del Istmo de Tehuantepec  por la mal llamada reforma educativa.

Esta marcha partió del monumento a Juárez, en la calzada Gral. Joaquín Amaro, de la colonia Moderna, y concluyó con un mitin en el parque Garibaldi de la colonia La estación. Durante el recorrido se observaron actos de solidaridad de diferentes sectores de la población, a la que acudió un aproximado de 3500 personas, entre ellas marcharon niños y ancianos. El contingente se detuvo por unos minutos frente al cuartel de la 46° zona militar, en el que se realizó un acto de repudió hacia esta institución militar. Los uniformados se encontraban resguardando el edificio, y realizaban grabaciones y fotografías de esta movilización.

Desde el inicio de esta jornada de lucha magisterial, padres de familia y estudiantes de la región han demostrado respaldo a los maestros,  y las muestras de apoyo se revelaron en diversas localidades de la región y del estado. Cabe decir que todas estas acciones han sido de carácter pacífico, ya que en ellas ha destacado la participación de padres de familia con sus hijos.

ixtepec1Aunado a los sucesos mencionados, el día 17 de junio, quedó demostrada que la actitud del gobierno mexicano es específicamente violenta. En este día los policías estatales y federales agredieron una manifestación pacífica de maestros, quienes se encontraban en la caseta de cobro de la súper carretera liberando el peaje vehicular.

Ante esta embestida, las llamadas de apoyo fueron emitidas a través de aparatos de sonido en diferentes barrios de Ixtepec, así como por estaciones de radio. La convocatoria era clara: acudir a la lucha para evitar la inserción de la policía federal y estatal, que pretendía embestir -por esta vía de comunicación- las instalaciones de la refinería localizada en el puerto de Salina Cruz, con el objetivo de abrir dichas instalaciones ya que se encontraban tomadas -desde hace varios días- por los maestros en colaboración de trabajadores petroleros.

La policía irrumpió al territorio de Ixtepec desde dos vías; la policía estatal llegó por la carretera Juchitán- Ixtepec, quienes previamente cargaron gasolina en la colonia Moderna de Ixtepec. Por su parte, la policía federal llegó por la súper carreta, probablemente provenientes de Zanatepec.

La población comenzó a acudir en dirección a la súper carretera. Algunas personas de las colonias Raymundo Meléndez y Brena Torres de Ixtepec, bloquearon el acceso vehicular en las inmediaciones de la escuela secundaria técnica 27. Y más adelante, sobre el boulevard Ixtepec – Chihuitán (en dirección a la súper carretera), un camión de volteo llegó a este sitio para bloquear el acceso con montones de grava. Algunas personas acudieron con piedras, palos, y machetes para defenderse del ataque de los policías.

Alrededor de las 4:30 de la tarde se suscitó el enfrentamiento entre una población de alrededor de 350 personas de los pueblos de Ixtepec, Laollaga, y Chihuitán quienes fueron atacados por aproximadamente 1400 elementos policíacos, en su intento de acceder por la vía de la súper carretera, ya que el acceso por el municipio de Juchitán se encuentra todavía bloqueado por la barricada de maestros y de padres de familia. Otra de las acciones de defensa por parte de la población fue la quema de llantas a la altura de la caseta de vigilancia municipal de Ixtepec, para evitar la agresión de los uniformados.

Los estudiantes de la Universidad del Istmo (localizada a unos kilómetros del enfrentamiento), abandonaron la institución, y durante el trayecto a la zona urbana, varias estudiantes se encontraban tomando videos de la acción policiaca. Cuando los policías se percataron de ello, las amedrentaron y dijeron que dejaran de hacerlo, argumentando que por ese motivo las desaparecen.

El objetivo de la policía era preciso: atacar a la población de manera indiscriminada. De ello, resultaron heridas algunas personas, entre ellas población joven y adulta quienes además fueron víctimas del ingreso de la policía a su domicilio particular.

Maestros, estudiantes, y padres de familia fueron agredidos y heridos por impacto de balas de goma, petardos, y por los efectos del gas lacrimógeno, que fueron utilizados por el cuerpo policiaco.

La ambulancia del hospital general, el cual se encuentra a escasos kilómetros de donde se perpetró el ataque, se mantuvo ajena a estos actos. Y debido a ello, los heridos fueron traslados en autos particulares hasta el hospital.

La población que en ese momento era atacada en el territorio de Ixtepec comunicó a los pueblos de Mixtequilla y Tehuantepec para evitar el paso de la policía que se dirigía a Salina Cruz.

Finalmente, la policía se condujo hacia Tehuantepec, y la población agredida condenó los hechos, y quemó la caseta de cobro y la casa donde viven los trabajadores de la empresa.

Posteriormente la población encabezó una marcha mitin hacia la zona urbana de Ixtepec.

Al día siguiente, los maestros tomaron la caseta de cobro, y con acciones semejantes continúan expresando su rechazo a la mal llamada reforma educativa.