¡Hasta siempre Comandante!

No podemos negar que la muerte de Fidel, en estos tiempos de vacío y oscuridad, es un hecho triste. Queda, para aliviarnos, su cabal ejemplo de humanidad y su absoluta entrega a la liberación de los pueblos.

¡Patria o Muerte, venceremos!




Fragmento de La irrupción zapatista, 1911

*Dr. Francisco Pineda.

La situación del movimiento maderista, en el momento que los zapatistas iniciaron la lucha armada en Morelos, no era precisamente óptima. Si observamos la estrategia que se proponía seguir Madero, los resultados después de 3 meses y medio, hablan por sí mismos. Cuenta Francisco Vázquez Gómez que a principios de noviembre preguntó a Madero, en San Antonio Texas, con qué elementos contaba para la revolución que pensaba hacer, y la respuesta fue, poco más o menos: “Aquiles Serdán dará el golpe en Puebla; Cosío Robelo, en la capital; Robles Domínguez, en Guerrero, Ramón Rosales, en Hidalgo; Abraham González, en Chihuahua, y Soto al sur del Estado. Además, mi tío Catarino estará cerca del Bravo con seiscientos hombres montados y armados para recibirme el 19 en la noche. Por otra parte, el ejército federal se volteará y dentro de quince días estaremos en la ciudad de México, con toda seguridad”.[1] Como se dice, hacía cuentas muy alegres. Womack toma la referencia de Roque Estrada, que en lo sustancial no es muy diferente: “Madero sabía que no podía sostener una insurrección general, ni económica ni políticamente. Le costaría demasiado y probablemente se saldría de cauce. De manera que su plan revolucionario final estableció pocos centros de acción. Madero propuso dar tres golpes (a las ciudades de Puebla, Pachuca y México) cuando volviese a entrar en el país por el norte. Los revolucionarios y sus simpatizantes civiles y militares se levantarían ‘como un solo hombre’, se apoderarían de las calles y de las guarniciones en esas ciudades y obligarían al gobierno a tratar con Madero, mientras avanzase éste triunfalmente por Chihuahua”.[2]

Pero Madero, educado en Europa y Estados Unidos, y su flamante Consejo Estratégico no tomaron en cuenta un factor central, la condición humana, y llamaron a la revolución en México, en punto de las 6 de la tarde, del 20 de noviembre. Cuando ingresó al país la noche anterior, Tío Catarino y su grupo, que debía darle calurosa bienvenida, nunca llegó. Las armas y municiones que pagó por adelantado jamás aparecieron.[3] Se sumió en la decepción y regresó a Estados Unidos. Dicen que no se le volvió a ver por un buen tiempo. El segundo intento de ingreso al país también fracasó, pues la inminente toma de Ciudad Juárez, a principios de febrero, falló por la derrota de Pascual Orozco. El tercer intento funcionó, a fuerza, porque en Texas ya se había dado la orden de arrestarlo. Aunque Madero deseaba un momento más auspicioso, el 14 de febrero tuvo que cruzar la frontera oeste de El Paso, disimuladamente.[4] Luego, se produjo la derrota de Casas Grandes.

Desde otro ángulo, al centrar la atención en la segunda Zona Militar, el principal teatro de operaciones —Chihuahua y Durango— donde la dictadura concentró más de cinco mil efectivos y el maderismo jugaba su principal carta, la situación en ese momento mostraba una leve recuperación de la tendencia descendente de los efectos de las acciones sobre el ejército federal. Desde diciembre de 1910 hasta marzo, el número de heridos por mes fue 150, 93, 63, 71 y el de muertos 59, 106, 27, 40 entre los federales.[5] Desde el punto de vista de las bajas que causaban a los federales, para el mes de marzo había un ligero repunte, en relación con febrero.

El ejército de la dictadura no se derrumbaba, ni se volteaba. Sí, en cambio, se estaba extendiendo territorialmente el movimiento armado. “Desde el inicio de marzo fue notable el incremento de la actividad insurgente, y no hubo ni un día de ese mes que no se diera cuando menos una acción armada; el número de éstas casi se duplicó, en relación al mes anterior, alcanzando la cifra de ciento cuarenta”.[6]

No era ese el objetivo de los dirigentes de la lucha antiporfirista, pues el control de la situación peligraba. Así entendieron muchos la movilización estadounidense en la frontera y se dieron a la tarea de buscar un arreglo con el dictador. Los más activos fueron los Madero, que ya habían invertido en la guerra 8 millones de pesos, al endeudarse con los bancos de México.

La situación interna del maderismo se volvía más conflictiva debido a que su vocero, Francisco Vázquez Gómez, percibía “limanturismo en la familia Madero” (papá, tíos, hermanos); e “intromisión de limantourismo en los asuntos de la Revolución”. Se negó, por ejemplo, a acudir el 24 de febrero a Corpus Christi donde se efectuó un encuentro entre los Madero y el enviado del ministro de hacienda, el terrateniente Íñigo Noriega, “porque todo se reduce a pedir perdón y amnistía. Pancho y yo hablamos en El Paso de una transacción o arreglo posible; pero esto oficialmente y en virtud de un pacto o convenio formal y público, mas no en comisiones secretas, sin poderes y cuyo compromiso nadie garantiza”. El distanciamiento fue mayor cuando escribió molesto a Gustavo Madero “parece que en Corpus Christi creen que esto es asunto de familia; y si es así yo no tengo nada que hacer”.[7]

Vázquez Gómez en esto tenía razón. “Desde el punto de vista de la fortuna de la familia, la revolución era un desastre. Impulsados por la comprensión de ese hecho, Ernesto Madero, Evaristo Madero (hermano de Ernesto y tío de Francisco) y Rafael Hernández llegaron a Corpus Christi para discutir las bases de la paz con don Francisco [padre] y Alfonso Madero, esperando llegar a algún acuerdo informal que pudieran presentarle después a Díaz. Aún cuando más tarde Ernesto lo negó, hay evidencia de que también debía participar en las conversaciones un representante del gobierno mexicano”.[8]

Para comienzos de marzo, las vías del arreglo estaban allanadas desde los 2 campos. Las maniobras militares de Estados Unidos acelerarían la transacción a la democracia.

Nos fuimos a Villa de Ayala a pegar el grito. Allí nos levantamos con otros 100 ya con escopetas, con rifles de 12, granaderos, y puñalitos nomás, y otros con el corazón nomás” – Serafín Placencia Gutiérrez, capitán segundo de caballería del Ejército Libertador[9]

 

 

[1] Francisco Vázquez Gómez, Memorias políticas (1909-1913), Universidad Iberoamericana/El Caballito, México, 1982, pp. 59-60

[2] John Womack, op. cit., p. 66

[3] Charles Cumberland, op. cit., p. 146

[4] Ibíd., p. 152

[5] Secretaría de Guerra y Marina, Campaña de 1910 a 1911: estudio en general de las operaciones que han tenido lugar del 18 de noviembre de 1910 al 25 de mayo de 1911, en la parte que corresponde a la 2a. Zona Militar. Talleres del Departamento de Estado Mayor, México, 1913

[6] Santiago Portilla Gil de Portearroyo, op. cit., p. 227

[7] Telegramas del 24 y el 25 de febrero reproducidos en Francisco Vázquez Gómez, op. cit. (subrayados de FVG) pp. 80 y 81

[8]  Charles Cumberland, op. cit., p. 154

[9] Entrevista con el señor Serafín Placencia Gutiérrez, op. cit.

 

La fotografía es de Francisco Mata Rosas.




Noviembre, democracia y revolución….

La palabra democracia, y las reflexiones en torno a ella, alumbraron las semanas previas a este Noviembre.

En fechas recientes se anunció una iniciativa política que pone en cuestión el racismo y el desprecio de la política institucional hacia los pueblos indígenas de nuestro país, México. Como resultado del Quinto Congreso del CNI -y a iniciativa del EZLN- se ha llevado a consulta entre los pueblos que le conforman la posible postulación de una candidatura independiente a la Presidencia de la República;  envestidura que portaría una mujer indígena, cuyas decisiones estarían supeditadas a un consejo plural conformado por representantes de los pueblos originarios de nuestra tierra. Ante la posibilidad de ello, ha sido vergonzante la reacción de buena parte de quienes habitan el triste panorama de la vida política y electoral. Ante la andanada de insultante retórica, expresamos aquí nuestra solidaridad con los pueblos indígenas de nuestra patria.

A falta de más información, que habrá de hacerse pública en meses próximos, tenemos sin embargo que manifestar nuestro disenso sobre el camino que, en perspectiva, se han propuesto recorrer.  La Casa de Todas y Todos tiene como objetivo la recuperación de la memoria histórica de nuestra organización madre, las Fuerzas de Liberación Nacional, de cuyo seno nació también el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, fundado el 17 de noviembre de 1983 por militantes profesionales surgidos de sus filas. Como hemos afirmado en ocasiones anteriores, la recuperación de la memoria histórica tiene para nosotras y nosotros un propósito presente, y un deber con el futuro.

Las lecciones que esa historia nuestra nos arroja, señalan con claridad que la liberación de los pueblos es un arduo proceso, que reclama un constante sacrificio; que evade las falsas opciones de la democracia liberal; que no se construye desde los espacios que el poder otorga; que se arrebata mediante la insurrecta organización de quienes día tras día viven el oprobio del engaño, la explotación, el despojo, la persecución y la muerte. Nuestros sueños -se dice entre rebeldes- no caben en sus urnas. Nuestras acciones y esfuerzos, en consecuencia, están forzados a gravitar en torno a otros eventos, esos que constituyen  elementos reales, concretos, en el tránsito hacia la verdadera libertad.

Lo falso no se torna verdadero porque en medio de ello discurran esfuerzos nobles. La historia, en más de una ocasión, nos muestra que las condiciones que hacen posible la perpetuación de la pesadilla inmunda que es el capitalismo, se fortalecen en la medida en que se participa de sus normas, tiempos y espacios; doblemente aún, si quienes deciden participar son los mismos quienes dicen abanderar su erradicación final. Mucho se ha escrito sobre ello, muchos pasos se han andado para evitar esos abrevaderos.

No hallamos en el panorama señales objetivas de que estas lecciones históricas no sean válidas hoy, en nuestro México presente, como no las hallaron en su momento quienes participaron en los procesos históricos que llevaron de un seis de agosto de 1969 a un primero de enero de 1994. La explotación es más intensa, el despojo se ha extendido, la represión sacude a nuestra patria, con decenas de miles de desaparecidos y más de cien mil muertes. El Estado, ese que se legitima mediante un viciado e inoperante proceso electoral, sigue desapareciendo, persiguiendo y asesinando estudiantes; sigue encarcelando a luchadores sociales disidentes.

Nunca en su historia las FLN invitaron al pueblo a votar, ni dedicaron el más mínimo esfuerzo a respaldar a candidato alguno; nunca dejaron de señalar, con la mayor claridad posible, el profundo engaño que anida en la mal llamada “democracia” capitalista. Muchas cosas han cambiado en México y el mundo desde entonces, pero el engaño permanece incólume y al parecer aún más grande. Como en ocasiones anteriores, expresamos esta opinión, respetuosos siempre de los caminos que los pueblos decidan avanzar.

En la página 192 de su libro Chiapas a contrapelo, Andrés Aubry cita  la Primer Declaración de la Selva Lacandona, y afirma:

“ ‘Somos los herederos de los verdaderos forjadores de nuestra nacionalidad, los desposeídos somos millones y llamamos a nuestros hermanos a que se sumen a este llamado como el único camino para no morir de hambre ante la ambición insaciable de una dictadura de más de 70 años encabezada por una camarilla de traidores que representan a los grupos más conservadores y vendepatrias, Son los mismos que se opusieron a Hidalgo y a Morelos, los que traicionaron a Vicente Guerrero, son los mismos que vendieron más de la mitad de nuestro suelo al extranjero invasor, son los mismos que trajeron un príncipe europeo a gobernarnos, son los mismos que formaron la dictadura de los científicos porfiristas, son los mismos que se opusieron a la Expropiación Petrolera, son los mismos que masacraron a los trabajadores ferrocarrileros en 1958 y a los estudiantes en 1968, son los mismos que hoy nos quitan todo, absolutamente todo’

Así se entiende mejor cuál es el compromiso que genera la Historia: asumir lo construido y lo padecido en ella, emprender las tareas que de ello derivan para seguir forjando la historia imprevisible que nos toca: el futuro. Es otra manera de repetir lo dicho por Wallerstein: la memoria (la historia rumiada, redigerida y puesta en acción) es “un acto social”: su Ya Basta al olvido”

Ahí siguen los mismos; acá seguiremos nosotras y nosotros, manteniendo la distancia suficiente para diferenciarnos, la necesaria para continuar trabajando; acá seguiremos, neciamente arraigados al compromiso con nuestra historia, dispuestos y dados a la tarea de siempre enarbolarla.

 

Efemérides

Fechas históricas importantes ocurren en noviembre. Fieles al espíritu de lucha de la organización madre que le dio origen, la Casa de todas y todos no sólo conmemora  la historia sino que propone y desarrolla actividades que apuntalen, así sea modestamente, la liberación de nuestros pueblos.

El 11 de noviembre de 1817 fue fusilado por luchar por nuestra independencia Xavier Mina, el navarro, el vasco, el joven guerrillero  heroico que admiramos por su internacionalismo y por su antimperialismo indeclinable. A un año del bicentenario de su sacrificio, la Casa de todas y todos ustedes inicia el camino de retorno de los ideales de Mina. Será necesario hermanar los trabajos de  historiadores mexicanos y vascos que han estudiado a Fray Servando y a Mina, luchando por un mismo ideal: la independencia. Es nuestro deber hacerlo,  “dignificar la historia” no son sólo palabras.

Otro acontecimiento histórico marcó la vida de los mexicanos en todo el siglo pasado, fue el inicio de la Revolución Mexicana. Un 20 de noviembre el pueblo se alzó en armas para deponer la dictadura de 30 años de una “camarilla” de científicos (así se autodenominaban), pero el inicio no marca el fin: “¡Zapata vive!, ¡la lucha sigue!”  … ese grito aún resuena, pues se repite y se repite, ante la falta de justicia, democracia y libertad en la vida de nuestros pueblos.

En 1983, a 73 años después del inicio de la Revolución Mexicana, la misma organización madre,  que no olvida a Xavier Mina, ni a Morelos, ni a Vicente Guerrero, que no pone fecha de caducidad a la historia, llamada Fuerzas de Liberación Nacional, instaló el primer campamento de lo que desde ese momento se llamó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; la consolidación de un ejército del pueblo, nos enseña la historia, es un elemento imprescindible en la verdadera lucha por la libertad, la justicia, la democracia, y la realización de las demás demandas populares, sean cuales éstas sean.

Por ahora, recibamos a todos los compañeros que han muerto en ésta larga lucha según la tradición mexicana, con ofrenda de flores y comida para su honra en los altares cada 2 de noviembre.

En éste mes recordamos al compañero Gabriel, nacido el 21 de noviembre y muerto en Nepantla.  Él y todos nuestros héroes sean bienvenidos en la ofrenda que fue colocada en la Casa de todas y todos desde el sábado 29 de octubre. A la memoria de todos ellos digamos  ¡Presente!

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos

Noviembre, 2016.