1993-2023 – 30 años

Recibimos documento del Comité Central del Partido Fuerzas de Liberación Nacional, que transcribimos íntegro como Editorial de Enero del año 2024.

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.

Editorial Enero, 2024

“1993-2023: 30 años”

En ésta misma página –años atrás- escribimos que en nuestro país, el 1º de enero de 1994 “se enfrentaron dos visiones de sociedad. Por un lado, un octogenario y caduco sistema de múltiples partidos y fuerzas políticas que ha ofrecido y aplicado una política de pobreza para la mayoría, sostenido por la militarización de la sociedad que por décadas sólo ha producido miedo, muertes, torturas y desapariciones forzadas de nuestros hermanos mexicanos”, y por el otro lado, estábamos “quienes por convicción aspiramos a una sociedad incluyente -en más de un sentido-“, y que buscaba la reconstrucción del país para que éste despertara del “letargo” en que se encontraba.

Este enfrentamiento político, y desde luego militar, quedó sin resolver y es una tarea revolucionaria pendiente que nos ocupa día tras día. Muchas cosas de la política mexicana han cambiado a partir de esa fecha, pues el levantamiento ayudó, sin duda alguna, no sólo a visibilizar el olvido en que se encontraban los indígenas y otros sectores y clases de todo el país, sino también a poner al descubierto y a la defensiva a un sistema de gobierno caduco.

Es importante recordar, que a finales de enero de 1993, delegados y delegadas de todo el país, provenientes de comunidades rurales y urbanas (electos en sus propios colectivos), convocados por la Dirección Nacional de las FLN, conformaron la Asamblea del Primer Congreso de la organización ahora ya transformada en un Partido Revolucionario. Éste se realizó en un pueblo de la cañada marcada por el imprescindible Rio Jataté en Chiapas, y por unanimidad, después de valoraciones políticas, económicas e históricas, el Partido Fuerzas de Liberación Nacional decidió el inicio de la guerra y ordenó a todas las estructuras partidistas prepararse para ella.

Este levantamiento de pueblos, comunidades y militantes organizados era resultado de la acumulación de 25 años de trabajos político-militares en todo el país; desde la creación de una estructura clandestina nacional con participación sustancial de militantes profesionales y urbanos (cuadros del partido), al establecimiento de redes de avituallamiento, la creación de frentes de combates en diferentes partes del país y la instalación de talleres de imprenta, armería, costura y salud a través del esfuerzo y la participación de las y los militantes de las FLN.  También creamos organizaciones intermedias de obreros, campesinos, mujeres y maestros, entre otras.

El avance de la estrategia revolucionaria era evidente, aún a costa de diferentes episodios donde perdimos a valiosos compañeros y compañeras, como también propiedades, armas, vehículos (1971, 1974, 1977, 1980 y 1983).

Muchos trabajos revolucionarios del PFLN y situaciones históricas tuvieron que pasar para crear las condiciones políticas, militares, estratégicas y tácticas para que el levantamiento fuese posible, pero hay personajes que dicen que lo sucesos ocurridos ese 31 de diciembre de 1993, hace 30 años, fue resultado de esfuerzos espontáneos, sólo de trabajos regionales y locales, o sólo de nuestros compañeros de las comunidades indígenas en el sureste mexicano, o sólo de la labor realizada en unos cuantos años, o sólo hecho por algunos superhombres. ¡Ellos mienten!

Esta “distorsión intencional” niega lo evidente: que sólo una organización revolucionaria nacional con décadas de esfuerzos revolucionarios clandestinos, colectivos y disciplinados, fue la responsable, con errores y aciertos, de lo sucedido hace 30 años. Además, erróneamente, esa distorsión forzó una narrativa de que sólo era una guerra contra el olvido de las comunidades indígenas mexicanas, cuando en realidad fue el inicio de una lucha de liberación nacional de y para todos los sectores de trabajadores y clases sociales mexicanas explotadas y marginadas. Todo esto lo pueden encontrar en los Cuadernos de Trabajo “Dignificar la Historia” publicados por la Editorial Casa de Todas y Todos, en donde nuestra organización transparentó e hizo público parte del archivo histórico.  

A 30 años de distancia de ese suceso, que ahora es parte de la historia de México, es necesario hacer algunas reflexiones sobre el impacto, implicaciones y lecciones de las decisiones y acciones tomadas por la Asamblea de Delegados del Partido Fuerzas de Liberación Nacional, sobre todo para tratar de entender lo que sigue en esta lucha por un cambio revolucionario en México.

Primero. Que el objetivo político primario del levantamiento armado del PFLN era, -y sigue siendo- inspirar y “contagiar” a todos los sectores explotados, marginados y olvidados de TODO México, a integrarse a un movimiento revolucionario amplio que llevase al cambio radical de las relaciones de clase y de poder, y con ello construir una sociedad mexicana justa, igualitaria, y democrática donde los valores de desarrollo económico, social, político, cultural e ideológico fueran marcados por el bien común y no por los deseos del capital nacional o imperial.

Segundo. Que si bien era cierto que el levantamiento en ese momento fue evidentemente armado, con la toma de pueblos y cabeceras municipales en el sureste y otras acciones en el centro y norte del país –como labores de distracción-, el llamado del PFLN era sobre todo político-organizativo, donde la apuesta era que otros sectores se integraran a construir con múltiples formas de lucha y de organización al movimiento que empezaba (huelgas, paros, marchas, rebeliones y resistencias).

Tercero. Las y los militantes del PFLN teníamos muy claro y estábamos conscientes, que la etapa de lucha que iniciaba el 31 de diciembre de 1993 sería larga y difícil, en donde dejaríamos lo mejor de nuestro ser revolucionario, y que muchos no veríamos el resultado de tales decisiones y acciones. Que lo que comenzaba en esos días tendría que ser continuado y concluido por otras generaciones de jóvenes revolucionarios mexicanos.

Este 2024 es nuestro deber recordar, como cada año, a nuestras compañeras y compañeros caídos, heridos, torturados y presos por décadas de antes y después de 1994. En el año 2004 se dio a conocer la lista oficial de 46 compañeros caídos en los combates de 1994; entre ellos, Francisco Gómez Hernández, Compañero Comandante Hugo, y el Co. Subcomandante Insurgente Pedro, militante de las FLN desde 1979, consciente siempre de su actuar hasta el día de su muerte. 

Nuestra lucha no se detuvo; en los hechos, la Declaración de Guerra hecha al poder ejecutivo y al ejército del estado mexicano, aprobada un año antes por los compañeros en el Primer Congreso del PFLN, se inició el 1 de enero de 1994 y sigue en pie.

Con estas y quizás otras valoraciones y reflexiones no escritas o dichas, las y los actuales militantes del Partido Fuerzas de Liberación Nacional no vemos el aniversario de los 30 años del levantamiento revolucionario como una mera fecha de celebración, –lo cual sin duda haremos-, sino como un momento de reafirmación de nuestro compromiso de lucha revolucionaria, un recordatorio de la responsabilidad política y moral que nos dejaron nuestros compañeros y compañeras caídas o desaparecidas, y de no olvidar que hoy, 31 de diciembre de 2023,  30 años después, la lucha por la liberación nacional y el cambio social sigue, aun con más fuerza e intensidad y la invitación a todas y todos, es a retomar la frase que siempre ha dado sentido político al levantamiento armado de aquel primero de enero: ¡YA BASTA!.

31 de diciembre del 2023

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Partido Fuerzas de Liberación Nacional




“30 Aniversario”

Editorial Diciembre, 2023

En la imágen, Cra. Rosita y Cra. Murcia.

Con más de 50 años a cuestas, hoy nos toca escribir ésta efemérides de cierre de año. Normalmente se hace un recuento de lo vivido en estos 12 meses, pero el próximo año será especial, ya que celebraremos los 50 años de la expulsión de los extranjeros acampamentados en la ribera norte de la Laguna del Ocotal, en el municipio de Ocosingo Chiapas, en el año 1974. Dichos espías se entrenaban en sobrevivencia en terrenos selváticos, y fueron expulsados por nuestros compañeros. Es quizá, uno de los últimos acontecimientos históricos frente al intervencionismo en México, y debe ser conocido como un acto patriótico.  Si las condiciones lo permiten, el próximo año develaremos un monumento histórico que señale el sitio y los nombres de nuestros compañeros.

Hoy recordaremos el nacimiento de 2 compañeras que nos ayudaron con sus vidas incansables y fecundas a salir adelante desde los primeros días de lucha clandestina, se trata de la compañera Murcia, primer compañera en ser reclutada, y la compañera Rosita, que representaba el cariño de la madre mexicana a sus hijos, que en esos tiempos eran los integrantes del núcleo guerrillero, también en diciembre era el cumpleaños del compañero Gonzalo, fundador de nuestra organización en 1969, y como notas tristes, es en diciembre el mes del fallecimiento por causas naturales de nuestra compañera Camelia, que por muchos años fue el enlace por internet de todos ustedes, y de otra querida compañera que falleció en diciembre fue María Jiménez, activista avecindada en los Estados Unidos, vaya a todas y todos estos compañeros, nuestro respeto.

Sobre recordar a nuestros compañeros caídos o desaparecidos, decía Mario, “Mario grande” en 1980 … ….”su ausencia es presencia; los compañeros caídos –o desaparecidos– representan ahora un factor de unidad; son el lazo que nos liga con el pasado, con la historia de la organización, son el acicate que nos impulsa al futuro tomando su ejemplo para continuar la obra que ellos impulsaron y que no pudieron ver avanzar por haber sacrificado su existencia para que ella, la organización, viviera”.

Son compañeros que se destacaron por su honradez, sencillez, modestia, disciplina y gran espíritu de trabajo.

Para entender lo que se vivía en cuanto a la represión en México presentamos escrito en X (antes twiter) de la historiadora Adela Cedillo, de una investigación que hizo en torno a la inhumación de nuestros compañeros, asesinados en Nepantla, México en 1974.

Por último, incluimos la fotografía del yate Granma, con el cual se inicia la liberación de Cuba por los guerrilleros encabezados por el comandante Fidel Castro el 2 de diciembre de l956.

¡Patria o Muerte!, Venceremos.

“En este hilo voy a narrar la historia de cómo encontré los registros de cinco personas desaparecidas por el ejército en el panteón civil de Dolores de la CDMX. Sus nombres: Dení Prieto Stock, Carmen Ponce Custodio, Anselmo Ríos Ríos, Mario Sánchez Acosta y Alfredo Zárate Mota.

Se trataba de guerrilleros pertenecientes a las Fuerzas de Liberación Nacional, que vivían en una casa de seguridad en Nepantla, Edomex. La casa fue entregada bajo terribles torturas por los también militantes Napoleón Glockner y Nora Rivera.

El ejército tomó la casa de Nepantla haciendo uso desmedido de la fuerza. Acá hay una descripción completa de la masacre que tuvo lugar el 14 de febrero de 1974:

https://www.laguerrasuciamx.com/2009/02/nepantla-35-anos-de-olvido-y-silencio.html

La primera persona que entrevisté al respecto en 2003 fue Luis Prieto, tío de Dení. Él me contó que un día de 1981 le llegó un oficio diciéndole que fuera a recoger los restos de su sobrina en el panteón Dolores porque ya los iban a remover. Él logró hallar la tumba y los restos.

Me dijo que sabía que eran los huesos de Dení porque eran de estatura pequeña y todavía tenían cabello, que correspondía con su color. Sin embargo, la tumba no tenía nombre, ¿cómo pudo llegar a ella? No lo recordaba.

Cuando fui al panteón Dolores pedí los registros de los sepultados el 15 de febrero de 1974 pero para mi sorpresa alguien había arrancado esa hoja. El empleado del panteón me dijo que tal vez estarían en un libro que llaman “el burro” donde se registraban todos los ingresos.

Bingo! Si, ahí estaban los registros del 15 de febrero de dos mujeres y tres hombres enterrados como desconocidos en cajas de corte en una parte del cementerio muy recóndita. Esto profundizó el misterio. Si nadie sabía sus nombres, ¿cómo es que Luis Prieto pudo llegar a Dení?

Era imposible que alguien del panteón le mandara un oficio y además aquella parte del cementerio era usada exclusivamente para los cuerpos sin reclamar. Alguien del gobierno tuvo que haberle revelado a Luis la verdad y él quizá ocultó su identidad para protegerle de represalias.

Le pedí a un panteonero que me llevara a donde estaban esos restos. La ubicación exacta de las fosas era: 5ª clase, lote 53, línea 11, sepulcros 8, 16 y 17 para los hombres, y 14 y 11 para las mujeres. Yo sabía que tres osamentas debían seguir ahí, pero no las de Alfredo y Dení.

Alfredo Zárate había tenido un amigo que trabajaba en el gobierno del Distrito Federal sólo por esa conexión su familia pudo recuperar sus restos del panteón Dolores, en circunstancias muy dramáticas, intimidados por Miguel Nazar Haro.

El panteonero y yo recorrimos el terreno de la quinta clase alrededor de 45 minutos. Él llevaba décadas trabajando en el lugar. Era una zona muy descuidada que parecía casi un basurero. Me encontré un monedero que tenía 50 pesos y se lo di al panteonero. Él me dijo “aquí es”.

Esto lo narro porque son el tipo de cosas que a uno como escéptico le ponen los pelos de punta. Incrédula le dije –¿Aquí es qué? El lote 53. ¿Está seguro? Sí, aquí es. Pero no van a poder sacar las cajas. Aquí echaron mucho cascajo del temblor del ’85, incluso vigas y trabes.

Perturbada por la escena, le dije que si conocía a otro panteonero al que al que le hubiera tocado estar desde aquellos años y por fortuna sí lo conocía y lo fuimos a buscar a la entrada. Este panteonero también me sumergió en una escena surrealista. Él dijo que se acordaba de ese caso.

Según el, dos mujeres blancas de clase acomodada, madre e hija, iban a visitar las tumbas de las que le pregunté, dejaban flores y a veces le hacían la plática. No muy segura de que se tratara del mismo caso, quise averiguar si sabía más detalles. Lo único que me confirmó es que, en efecto, el ejército había enterrado ahí los cadáveres. No recordaba nada más o no me quiso decir más. Yo tenía contacto con las familias y quise hacer gestiones para recuperar los cuerpos, pero en el panteón me dijeron que era imposible por el tiempo transcurrido y por el lugar.

En aquellos años estaba activa la Fiscalía Especial, pero desgraciadamente el titular era Ignacio Carrillo Prieto, quien por su parentesco con Dení se abstuvo de investigar su caso. Fue una cosa terrible para una masacre que podía documentarse perfectamente y llevarse a juicio.

Le comenté a mis conocidos del Comité ’68 mis hallazgos. Ellos habían demandado a Echeverría por genocidio y no podían hacer públicas sus investigaciones, pero informalmente me comentaron que los desaparecidos de la masacre de Tlatelolco también pudieron haber sido enterrados ahí.

El Comité ’68 había ubicado varios sitios usados para desaparecer gente, lamentablemente Raúl Álvarez Garín falleció y no supe qué pasó después con toda esa información que él recopiló durante años. La FEMOSPP y la PGR no le dieron seguimiento a éstas pesquisas.

La única institución que me hizo caso fue la Comisión Nacional de Búsqueda, que pese a sus problemas presupuestales, ha operado con profesionalismo.  Mi experiencia directa e indirecta con otras instituciones que trabajan el tema. SEGOB, FGR, CEAV, etc. No ha sido la mejor.

Yo le dije a la CNB que si los desaparecidos de Tlatelolco y de Nepantla habían sido enterrados en esa sección del panteón Dolores, seguramente otros guerrilleros también fueron inhumados ahí.

La CNB investigó por su cuenta y así es como encontró que también miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre habían sido enviados ahí. En los registros del panteón han encontrado, además, los nombres de cientos de personas reportadas como desaparecidas.

Celebro estos logros por las familias de los desaparecidos, por la memoria histórica, por la lucha por la verdad y la justicia y porque lo logrado ha sido no gracias a ningún gobierno sino a pesar de todos los gobiernos.

Reconozco a los historiadores de la CNB involucradas en estas labores, sé que han trabajado con profesionalismo y sin buscar los reflectores. Los resultados están a la vista.

Aclaro que un nunca supe la identidad de las mujeres que presuntamente visitaban la tumba de Dení. En su familia todos son consistentes en negar que supieran donde fue enterrada. Luis Prieto cometió el error de cremar sus restos, nunca sabremos si eran los de Dení o no.

La última nota surrealista del tema es que Dení Prieto es prima de Rodrigo Prieto, el famoso cinematógrafo de varias películas hollywoodenses, incluida Barbie. Rodrigo ha comentado su interés en hacer una serie basada en la historia de Dení.”

(Fin del X (antes twiter).

Imágen del yate Granma

Nuevos barcos han partido ya a los mares turbulentos de los mundos que se transforman en cada país, cada tierra, cada pueblo y ciudad, en cada paso que la memoria resurge en futuros que se trabajan, luchan y defienden ante los nuevos imperialismos y colonialismos que la humanidad padece.

Y como memoria digna que aspira al futuro podemos decir que es en el ejemplo digno de nuestros compañeros y nuestras compañeras, como Dení, que no son moneda de cambio ni apuesta, sino como ejemplo, congruencia y valentía. Por ello recordar es mirar a futuro y coherencia hoy, por eso mes a mes y año con año miramos atrás y adelante, a los lados miramos, y vemos el horizonte que marcan nuestras y otras tierras, otros pueblos y los nuestros que luchan por la liberación y el derecho de vivir en paz.

Grupo editorial de la casa de todas y todos.

Diciembre, 2023.

Año 30 del levantamiento armado y de la Declaración de Guerra de la Selva Lacandona.




… de nuevo… ¡estámos aquí …!

*La imagen que se presenta en portada es la viñeta utilizada como inicio de Sección en el NUPI, donde se publicaban los artículos enviados por los compañeros insurgentes.

Editorial noviembre, 2023.

Ya con la entrada de los fríos como cada noviembre, en nuestra labor de Rescate de la Memoria Histórica, recordamos a jóvenes rebeldes antimperialistas, como lo fue Xavier Mina, guerrillero internacionalista nacido en Otano, y fusilado a sus 28 años por el Ejercito Realista un 11 de noviembre de 1817… y a los compañeros Gabriel y Alfonso, el primero nacido un 21 de noviembre y asesinado por el Ejército Federal un 14 de febrero de 1974 en San Miguel Nepantla, Edo. de México y el Cro. Alfonso, también nacido el 8 de noviembre, desaparecido político que forma parte de la Lista de Ocosingo.

Compañeros Gabriel y Alfonso…. ¡Presentes!

En ésta página, hemos narrado en diferentes momentos hechos reales, desde hace 9 años, documentados y relatados con la ayuda del Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos. También cabe señalar que entre nuestros pueblos el 1 y 2 de noviembre es el fin e inicio de ciclos, donde la memoria de nuestras compañeras y compañeros renace en las mazorcas y semillas de las tierras que luchando se vuelven libres y dignas con el trabajo organizado por la liberación de nuestros pueblos. Noviembre también va cerrando el tiempo con la creación y fundación de planes y contingentes, de ejércitos de liberación y de toma de pueblos y ciudades en todos los territorios del Sur, Centro, Norte, Occidente y Oriente.

Así, el 17 de noviembre de 2014 escribíamos en ésta página:

“En la historia de los pueblos existen pasajes que, aunque poco conocidos, no dejan de ser ciertos. Nuestra Patria, México, que con sus poco más de 200 años conquistó el derecho a nombrarse libre y soberana, cuenta con muchos de esos episodios históricos. Nos incumbe conocer más que a nadie, nuestra historia y hacer fuerte la memoria; de lo contrario, corremos el riesgo de enfrentarnos en forma recurrente a problemas colectivos que no entendemos, lo cual nos incapacita para construir soluciones en beneficio de nuestro pueblo.

Porque hemos sido partícipes y testigos de la historia, es nuestro deber con la Patria darla a conocer en ésta fecha histórica.”

El compañero Jeremías, en el Tomo IV de la Serie Dignificar la Historia, Toma de Pueblos (1983-1993), en la página 49 nos habla sobre…

“La formación de un Ejército: los primeros contactos.”

Los tres pueblos que hicieron posible el crecimiento de la Organización fueron T****, H**** y M**** antes de 1983.

Mis padres, llamado C**** y mis dos hermanos carnales R**** y M**** de M****. Fundadores. Con ellos tuve la oportunidad de platicar en los movimientos armados y la guerra de Nicaragua, Salvador, Guatemala, que luchan en contra del imperialismo.

Yo les comenté que también nosotros debemos de organizarnos y prepararnos, mis familiares les pareció muy importante comenzando dando clases política y trabajos clandestinos. Contacto directo con el compañero Jorge, él fue el primero en visitar la familia, estuvo varios días, comimos un puerco.

Estando claros porque es necesario una lucha revolucionaria. El compañero Jorge comienza a darnos trabajo con cada cual. A mi papá le dan el trabajo de dar pláticas a los compañeros mayores de 50 a 60 años a los conscientes y a los más consientes, hacer el trabajo de reclutamiento. Y mis dos carnales R**** y M****, reciben la tarea de dar pláticas, situaciones del país, los patrones, los terratenientes, esclavismo, monopolio y hacer trabajo de reclutamiento.

A mí me toca yo Jeremías, e ir en los pueblos y hablar a sus papás los que tengan niños mayores de 10 años para prepararse y estudien y algún día vuelvan a su respectiva comunidad. Se lanzan a los compañeritos Maribel y Jesús de M****. Joel y Manuel de H****. Angélica de T****. A veces se ponen a llorar, también los acompaño cuando me toca hacer el trabajo de enlace y siempre los encuentro en las casas de seguridad, más avanzados y listos. Después de 1983 en M**** ya habían muchos compañeros y compañeras de diferentes edades y una comunidad muy grande en su explosión demográfica. Mi familia toma la responsabilidad de hacer todas las tareas de la organización y los problemas que resolver. A mí siempre me dan la tarea de organizarlos y darles clases políticas formando cuadros o células, y buscar apoyos y materiales despertares entre otros apoyos.

El primer apoyo que recibimos económicamente de parte de compañero Comandante Insurgente en Jefe Germán para la comunidad de M****, quien recibió en sus manos de R**** y M****, con el fin de construir un trapiche para moler caña y fabricar panela o piloncillo o ya sea miel, luego vender o llevar para los compañeros que están en la montaña.”

(…)

Aprendizaje político

Luego en otra cita, me llevaron a su pueblo. Ahí estaba el compañero Frank nos conocimos el me vio muy jovencito, me dio pláticas políticas. Yo no tenía nada de dudas. Me dieron el primer trabajo grande y muy difícil y riesgo es la exploración al Río Negro, me lancé por ahí con cuatro compañeros del mismo pueblo, que son J****, I****, D**** y D****.  Conocer a más compañeros de los pueblos, a los más honestos en todo su carácter de hablar y participación con sus cumplimientos. Conoce todos los caminos, entradas y salidas. Hacer contactos de trabajo de comunidad con otra. Hacer pruebas de alimentos que puedan durar más en las montañas. Construir canoas, cayucos en los ríos y Laguna Miramar, preparando para recibir a los compañeros que vienen de la ciudad trayendo el pensamiento de lucha tanto en el campo como en la ciudad.

El contacto: 17 de noviembre de 1983

Caminamos tres días para ir a recoger a los compañeros en las lomas de Rómulo Calzada, que también le llaman San Juan, ahí termina el camino de terracería.

A los compañeros nos recibieron con abrazos revolucionarios y saludos, Comandante en Jefe Germán, Comandante Elisa, y compañero Rodo. Tres ladinos y tres indígenas, Frank, Jorge y Javier, y nosotros también como indígenas de las comunidades, T**** y H****. Está Jeremías, Juan, Fidencio, Samuel, Isaías, David, Daniel. La marcha continúa al día siguiente, con destino a Chuncerro, pasamos por Sultana con rumbo a Ibarra, Guanal y Plan de Guadalupe. Los compañeros ladinos van calidad de Pemex, uniformados, mis compañeros se regresan con el cargamento de armas y municiones a T***, yo me quedé con los compas en mi regreso me toca el turno de regresar a casa.

Me perdí un día en la montaña y ahí me quedé. Se hizo de noche, sin algo de comer.

En las comunidades nos apoyaban con un poco de alimento por el idioma que tenía Tzeltal y los otros Chol, Tzotzil. Con dos pueblos H**** y T****. Así llegamos en la última comunidad lugar y entrada en la Selva Lacandona (P****). Me toca regresar a casa y también a mis compañeros, …y desde las lomas más altas del lugar, nos ordenan regresar.

“Me dio la facilidad en el trabajo, de conocer a los folletos o Despertar del Pueblo, Despertar Mexicano. Boletín. El Chiltak y temas de liberación. Había una necesidad con todas las comunidades de conocer y saber el por qué los bombardeos de Guatemala, todos preguntaban y nosotros que debemos hacer con ese enemigo de todos y también nosotros de vemos luchar y prepararnos, nos obligó a movernos más con una experiencia y conocimientos de las mismas comunidades que ellas tenían y de cómo hacer éste enlace campesino del uno al otro.”

1983: Primer Contingente Combatientes EZLN

Y ahí, en las lomas más altas del lugar –como relata Jeremías- se realizó la formación militar de los compañeros insurgentes y el compañero Primer responsable de las Fuerzas de Liberación Nacional y Comandante Insurgente Germán quien señaló:

“Hoy, 17 de noviembre de 1983, iniciamos una nueva etapa de lucha, donde podrán llegar los compañeros de los pueblos hasta hacer crecer éste Ejército… llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional EZLN.”

En la página 26 del mismo libro, el compañero Frank en su entrevista narra sobre el mismo suceso:

“Pero ¿tu esperaste en el lugar —digamos— en esto de los preparativos en la montaña, o entraste en el camión donde entraron todos, el grupo?

Pues es que mira, más bien tenía yo que servir de guía, de guía porque como el trabajo político lo estaba yo realizando y la relación, el contacto, lo tenía directamente con los compas, entonces por eso casi que mi trabajo fue, cómo guiar a los compas, ir hasta la montaña. Bueno, ya en la montaña, pues ya lo dirigía el Comandante Germán: ”Vamos a subir aquí en este camino”.

Platícame sobre la hora de la llegada de los compañeros… pues más o menos ¿a qué hora llegaron?, ¿bajaron cosas?

Fue en la noche sí, ya entrada la noche nosotros nos trasladamos para llegar al Rio Jataté, en ¿cómo se llama?. Ahí hicimos un campamentito y ahí al día siguiente, es tiempo de lluvia. Sí, noviembre… Ya crecido el río, ¡hasta la chingada. Sí, había que atravesar hasta nadando el río porque los cayucos los arrasaban y porque además como teníamos un contacto ahí directo, había que gritar. Había quien nos podía cruzar, pero como éramos extraños, pues ese era el problema.

Mujeres, ¿iba nada más la compañera Elisa?

 Sí. Ya nos vamos, nos fuimos adentrando. Primero, llegamos a la orilla del Río Jataté, después del río Jataté nos fuimos de la Sultana “arribita”, entre la Sultana y Plan de Guadalupe se llama el pueblito, ahí pernoctamos. Fíjate que no caminamos mucho. No sé por qué. Estábamos muy pesados. Llevábamos mucha carga, bien cansados, ahí quedamos. Ahí nos escondía más o menos el compa ese, el “primo”, y ya estuvimos ahí. Salimos de noche, salimos de madrugada… creo… Sí, porque las comunidades no sabían, sí así es.”

Finalmente la Cra. Comandante Elisa hace un breve análisis de lo que ha sido el constante “subir, siempre subir…  a las lomas más altas del lugar…. y en el primer N.U.P.I. que apareció en 1984, narra lo vivido y lo acontecido a finales de 1983.

“…por todo ello: DE NUEVO ESTAMOS AQUÍ”

Por la Cra. Elisa.

INTRODUCCION.

La noche del 13 de febrero de 1974, nuestro primer responsable -que se encontraba al mando del núcleo guerrillero Emiliano Zapata en la sierra- escuchó por radio la noticia de que la policía había detenido a una pareja de guerrilleros en una casa de seguridad de Monterrey. Temiendo que se tratara de una casa de la organización, el compañero Manuel destacó al Cro. Alfredo para que investigara lo ocurrido, tomase las medidas necesarias para proteger a la organización y, después, se reintegrara al núcleo guerrillero.

 Y desde que salió de la selva llevaba Alfredo ésa que, más que orden era una consigna, una directriz básica para toda la organización: “Volver a las montañas”. Al principio, para reanudar el contacto con los compañeros del núcleo. Después, cuando estos intentos resultaron infructuosos, nuestro inolvidable Alfredo retornó a la selva al mando de un nuevo contingente guerrillero, sin abandonar la esperanza de averiguar lo ocurrido a los otros compañeros, pero ahora con el propósito de proseguir la lucha revolucionaria estableciendo en la selva un nuevo grupo de combatientes. Allá lo sorprendió su muerte, a raíz de la cual se produjo la escisión que nos hizo abandonar otra vez la zona.

Y otra vez, ahora bajo el mando de nuestro compañero Raúl, los militantes más antiguos, y en menor medida los de reciente incorporación, manteníamos esa esperanza, seguíamos fieles a ese principio estratégico. Y aunque el tronco clandestino le brotaban nuevas y vigorosas ramas de organizaciones políticas obreras, campesinas, estudiantiles, el desarrollo de la lucha de clases confirmaba la necesidad de una vanguardia político-militar, con un grupo armado políticamente arraigado en la zona inicial de operaciones. Al avanzar en nuestros estudios teóricos, al profundizar nuestros vínculos con obreros y campesinos, al prepararnos físicamente, al pensar en nuestros compañeros guerrilleros, brillaba en nuestra mente, como una estrella lejana pero inextinguible, la consigna, el sueño, el compromiso: volver a las montañas.

Y volvíamos. Al mando de Raúl nos internábamos en aquellos montes, reconociendo nuestras picadas, saludando en silencio a alguna vieja ceiba, besando agradecidos la plata de algún arroyo que era y no era el mismo que nos había saciado hacía un año, o dos, o tres… Eran exploraciones de práctica: los novatos aprendieron a usar la brújula, a cazar, a hacer fuego, a preparar emboscadas, a amar intensamente esas montañas, ese aire purísimo que al emprender el regreso a la ciudad parecía susurrar entre el follaje: “vuelvan, compañeros; aquí estaremos esperando…”

Y ahora, culminando una dura etapa de trabajo político y organizativo, avanzando trabajosa pero firmemente por el camino donde cayeron Ruth y Mario, hace poco hemos vuelto, esta vez para quedarnos. Con nuevos compañeros, con guerrilleros campesinos, con apoyo político de los pobladores, con una sólida infraestructura logística, con una modesta pero eficaz organización nacional.

Compañeros Manuel, Alfredo, hermanos del núcleo “Emiliano Zapata”: ¡De nuevo estamos aquí!

Hace algunos años sobre alguna de las brechas que entran en la selva chiapaneca, hicimos contacto con dos compañeros quienes rápidamente nos ayudaron a internarnos entre la maleza. Era de noche y lloviznaba, nos incorporábamos a partir de ese momento, al grupo que realizaba trabajo de exploración en la zona.

Muy poco después se disipó la emoción de las botas y el aire romántico que nos hizo insensibles a los anunciados primeros piquetes de mosquitos… y después de la primera caminata, hasta la belleza del paisaje. En el primer descanso en que nos dedicamos a parchar ampollas me daba vueltas en la cabeza la idea de la lucha como una ineludible, penosa, fatigante necesidad y no como una opción alegremente elegida.

Unos 5 días después llegamos al campamento donde estaban el resto –bastante reducido por cierto—de los compañeros. Esa tarde del 5 de Agosto de 1976 recordamos el nacimiento del compañero Salvador con una emoción muy especial.

Durante los días que siguieron los compañeros nos enseñaron a cazar, a orientarnos con brújula, a hacer pequeños levantamientos topográficos, a instalar nuestros techos y hamacas. Decían, y no como un cumplido, que habíamos aprendido muy pronto comparado con lo que ellos tardaron en aprender. En general nos adaptamos rápido físicamente, aún cuando no escasearon las ampollas y los desarreglos intestinales, poco a poco nos fuimos integrando al grupo, asumiendo cada vez con mayor amplitud sus tareas, si bien siempre nos tuvieron ciertas consideraciones, a la hora de mover carga, a las mujeres –unos 5 kg. menos que a los demás-.

Los compañeros habían llegado 11 meses antes que nosotros y habían batallado mucho más para adaptarse, no que fuesen menos hábiles, al contrario, sino porque no habían tenido maestro, ni experiencia previa. Estaban probando, desde los equipos hasta la propia resistencia física, tanto como la consistencia moral e ideológica de algunos compañeros. Conocían muy poco el terreno y sólo conocían en el mapa.

Durante los primeros días de su llegada, literalmente tropezaban con los pueblos indígenas de la zona; provocando, no pocas veces con su sola presencia el terror y la desbandada de algunos campesinos. Seguramente tenían una apariencia patibularia para quienes no los conocieran, a mí me parecían feos. Lo malo fue que no faltaron las denuncias a las autoridades; solo que éstas se hicieron… sordas, como siempre que los campesinos se dirigen a ellas.

Cuando nosotros llegamos todavía evitábamos el contacto con los habitantes de la zona. A veces, éste se producía por casualidad, pero siempre tratábamos de eludirlo. Eso sí, soñábamos con el día en que haríamos alguna labor con los campesinos, pero ese día se veía lejano, dependiente de factores que a veces se antojaban míticos: el inicio de la lucha, o el reencuentro con Manuel.

Teníamos todos una fe ciega en las masas. Ciega de verdad, así la vemos ahora, en el mejor de los casos “casi religiosa” … porque por entonces, de las masas, ni sus luces. Y la verdad es que en la selva la “fe” de los menos politizados se desmoronaba en ocasiones. Hubo una que otra deserción, pedidos de cambio a la ciudad, bajas.

Pero la determinación de los que quedábamos se reafirmaba cuando en los encuentros casuales con los campesinos que arrastraban 20 kilómetros su hambre para ir a recoger un racimo de plátanos a un pueblo abandonado, constatábamos la indignada sorpresa con que acogían la noticia de una nueva devaluación. -“Tal vez las cosas se compongan en el próximo sexenio”-, les dijimos provocadoramente, -“Pues ya pueden acabarse de descomponer de una vez”-, nos contestaron. Y se reafirmaba también, cuando airadamente constatábamos la presencia en la zona de Norteamericanos en “entrenamiento de sobrevivencia”, para recordar, por si se nos olvidaba, al enemigo preparando constantemente mercenarios para agredir a los pueblos.

Once meses después, circunstancias ajenas a esta determinación nos hicieron suspender temporalmente los trabajos exploratorios.

Emprendimos otros, en otras regiones, y luego regresamos a la selva muchas veces, pero ya no a explorar, ni a quedarnos, sino en cortas jornadas de entrenamiento militar. Estas eran a veces bastante cortas, e informales –especialmente cuando se invitaba a militantes urbanos, o colaboradores no acostumbrados a caminar, ni a la disciplina-, pero a veces eran más prolongadas e intensas. Y coincidieron con las maniobras del ejército burgués.

De cualquier manera estas jornadas servían para darse idea del lugar donde los compañeros mejor podían ubicarse. Le servían a ellos y a la D.N. 

Quién sabe si los campesinos de la zona hayan insistido en denunciarnos, pero ya no se asustaban al vernos, nos saludaban muy sonrientes cuando pasábamos, enseñando los dientes que les faltaban. Nos deteníamos, en el tan esperado contacto con los campesinos. Se realizó en la ciudad primero, antes de que fuéramos a su pueblo; pero esto ocurrió en otra zona del vasto territorio nacional.

Y esa historia es ya conocida: empezaron por pedir entrenamiento militar, les demostramos que el asunto requería dedicación y tiempo, y empezaron a militar en sus pueblos, luego algunos de ellos fueron a vivir a nuestras casas, primero como semiprofesionales y como profesionales después. Algunos vinieron, como los demás militantes no campesinos, a los entrenamientos. Elegimos, descartamos, propusimos y de nuevo estamos aquí junto a ellos.

Solo que ahora, pensamos, será más tiempo. Porque los compañeros de origen campesino que nos acompañan no son la única diferencia respecto a épocas anteriores.  Sin mencionar la agudización de la crisis económica y esas pamplinas, y que esperamos, ha quedado una más sólida estructura con los compañeros de las ciudades; ahora los campesinos no los militantes, sino los que son todavía campesinos, pero ya saben de nosotros y colaboran o simpatizan con nuestra lucha, están más cercanos a nosotros, ideológicamente, sobre todo.

Es cierto que llegaron tarde, pero esto no es ninguna metáfora, sino la verdad, se retrasaron unas dos horas el día que llegamos. Llegaron corriendo, con pantalones cortos, todos remendados, para aligerarse. El zapato de uno de ellos se había roto y eso le produjo ampollas al compañero –minúsculas, con las de nosotros que solemos caminar-, por eso se retrasaron.

Esta es época de lluvias aquí pero ese día, como lo pronosticaron ellos no llovió, así es que después de comer un poco de atún que llevábamos, con sus tortillas nos acomodamos por ahí, sin poner los techos y dormimos. Al otro día tampoco llovió, ni los siguientes, lo cual facilitó la marcha, empezamos a caminar, guiados por ellos, luego de distribuir la carga. Distribuir la carga significó cargar con nuestros equipos personales y pasarles a ellos las cosas pesadas –casi todo—para tratar de ir a su paso. Sin conseguirlo, por supuesto.

Así resulto que comparada con las anteriores esta entrada fue casi un paseo –recuerdo otra ocasión en que vinimos, una ampolla de Isma le gastó la mitad del talón y tardó un mes en cerrarle. Ahora me di el lujo de enfermarme, un compañero campesino también-, de cosas que jamás nos aquejaron aquí, gripa, y una que casi termina en neumonía, sin que afectara mayormente la actividad del grupo. No todas las novedades tenían que ser buenas; pero en la cacería nos fue bien. Las tortillas a la hora de comer nos pusieron de lo más optimistas. Antes no era raro que camináramos 20 kilómetros diarios varios días seguidos, que pasáramos el tiempo explorando –todos usábamos brújulas de buena calidad-, que leyéramos dos libros en un año, o que el grupo se viera limitado a cuatro y hasta tres compañeros –claro, uno de ellos era Alfredo—sin que aflojara sensiblemente el ritmo, ni la productividad del trabajo.

Ahora necesitamos limitar las jornadas de trabajo ambulatorio porque es más importante estudiar más, atender desde la educación formal de los compas –matemáticas, geografía, todo eso-, hasta sus estudios políticos. Eso quiere decir también cargar con materiales: libros, cuadernos, plásticos más grandes, lámparas, etc. que antes no necesitábamos.

Como los trabajos se diversifican, y a ello contribuye también el endurecimiento del cerco militar sobre la zona, que ya no es solo teórico, aunque si meramente profiláctico dada la vecindad centroamericana, necesitamos ser más para realizarlos.  Confiamos en los campesinos que llegan, que llegan, y llegarán para realizar muchos de ellos. Pero lo que se percibe cada vez más, con mayor claridad, es la necesidad de la presencia de los obreros aquí. Bueno… de algunos. De la dirección proletaria, pues. Pueden no tener callos en las manos si su ideología es la de la clase obrera. Esto es para tomarlo en serio, esta lucha necesita también aquí, y esta no es ninguna novedad, ser dirigida por OBREROS Y CAMPESINOS y ahorita necesitamos formar esa dirección… por todo ello: de nuevo estámos aquí. “

(…)

2023, año 40 de la fundación del EZLN por las FLN

¡Vivir por la patria o morir por la libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.




Denuncia de agresiones físicas, violencias y amenazas a la Central de Estudiantes Universitarios.

Reproducimos algunos puntos e imágenes de pantalla a sus celulares de la DENUNCIA recibida en nuestra redacción a Estudiantes Universitarios por parte de un grupo que emplea métodos contrainsurgentes, auspiciado por la Dirección de la FCPyS, para hacer contrapeso a la Central de Estudiantes Universitarios. Aquí la amenaza:

La mafia universitaria busca reimpulsarse en el escenario político nacional, previamente a las elecciones de 2024, utilizando como trampolín a la UNAM. Esta facción se caracteriza por su intransigencia y especialización en tácticas de control, infiltración e instrumentalización de movimientos.

Los paros, tomas o cualquier manifestación, pueden ser herramientas importantes de lucha cuando se emplean de forma seria, organizada, democrática y autónoma. Recuperemos el debate de ideas, reforcemos la organización del estudiantado.

Como su nombre lo indica, se trata de un grupo que emplea métodos contrainsurgentes, auspiciado por la Dirección de la FCPyS, para hacer contrapeso a la Central de Estudiantes Universitarios. Actualmente cuenta con múltiples denuncias, formales y públicas, por violencia machista y de diversa índole.

Aunque la exigencia de renuncia de Carola García, fue aprobada por la Asamblea General de Estudiantes el 5 de septiembre de 2022, las agrupaciones de “activistas” incumplieron tal acuerdo y no se integró al pliego.

HECHOS:

Agresiones fisicas, violencias y amenazas cometidas, aproximadamente a las 21:00 h de este 26 de octubre, contra compañeras de nuestra organización, perpetradas por integrantes de los grupos “Conciencia y Libertad” y “Central Okupa/La madriguera”, así como los actos de hostigamiento que han estado realizando contra integrantes del Comité, desde años pasados.

Es claro que estos hechos evidencian la táctica de las autoridades universitarias, en un intento fallido por intimidar y desmovilizar a quienes no pueden controlar ni comprar.

Comité Estudiantil FCPyS UNAM

Nota: Puede revisar la DENUNCIA completa en:

https://www.facebook.com/100069253627756/posts/pfbid09wEAD93iDtfZMYkLVq2meEkm3hQmeFKFBdGdxeFpc2J8e2uN1EmxY1isGQpN4SYol/?mibextid=Nif5oz




¡Chicomuselo está de luto!

Con profundo dolor recibimos en nuestra redacción, comunicado de los compañeros del Municipio de Chicomuselo, denunciando el asesinato del Prof. José Artemio López Aguilar quien participó como orador en la pasada Marcha del día 12 de octubre del 2023 por la paz y contra la narcoviolencia.

Aquí el comunicado:

Chicomuselo Chiapas México, a 21 de octubre de 2023

A los medios masivos de comunicación

Al pueblo en general:

COMUNICADO

Chicomuselo está de luto.

Con profunda indignación, rabia, coraje, anunciamos que el día de hoy amanecimos con la noticia del cobarde asesinato de nuestro compañero Prof. José Artemio López Aguilar

Los asesinos llegaron como llegan los cobardes, refugiados en la oscuridad, con alevosía torturaron a nuestro compañero frente a su esposa y sus hijos. Esta reacción es sin duda a la movilización de miles de almas que hartos de la violencia del crimen organizado y hartos de la indiferencia del gobierno de López Obrador y Rutilio Escandón al hacerse los ciegos y sordos de todo lo que acontece en nuestras tierras decidimos salir a manifestarnos.

Como comunidades, ejidos, barrios y pueblo en general nos preguntamos:

¿Qué espera el gobierno para actuar?

¿no pueden?

¿Es cómplice?

¿Espera el gobierno a que el pueblo se arme ya harto de tantas injusticias y confronte a los que al Estado se supone corresponde combatir?

¡!!Estamos indignados!!! Nosotros no somos, no estamos y no estaremos nunca del lado de ningún grupo que promueva la violencia. Seguiremos promoviendo la PAZ con justicia, seguiremos promoviendo la defensa de nuestro territorio, seguiremos defendiendo nuestro derecho a la vida.

Prof. José Artemio Aguilar,

¡¡¡Vive!!!, la lucha sigue!!!




“Imposible encarcelar a dos millones de personas sin esperar un precio cruel”

Gideon Levy sobre Gaza

Reproducimos para interés de nuestros lectoras y lectores, una columna publicada este domingo en el diario israelí Haaretz escrita por el periodista israelí Gideon Levy a propósito de la escalada guerrerista de Israel sobre la Franja de Gaza.

Detrás de todo esto está la arrogancia israelí. Pensamos que tenemos permiso para hacer cualquier cosa y suponer que nunca pagaremos, ni seremos castigados. Y pensamos que seguiremos y nada nos interrumpirá. Arrestaremos, mataremos, abusaremos, despojaremos, protegeremos a los colonos y sus pogromos, iremos a la tumba de José, a la tumba de Ot’niel, al altar de Josué, todo en los territorios palestinos, y por supuesto al Monte del Templo —más de 5.000 judíos sólo en Sucot—. Dispararemos a inocentes, les arrancaremos los ojos y les destrozaremos la cara, los expulsaremos, expropiaremos, robaremos, los secuestraremos de sus camas, los someteremos a limpieza étnica y, por supuesto, continuaremos con el increíble asedio a Gaza. Y supondremos que todo seguirá como si nada.

Pensamos que con la construcción una super barrera alrededor de la Franja de Gaza, cuyo muro subterráneo costó tres mil millones de shekels, con eso ya estábamos a salvo. Confiamos en que nos avisarían a tiempo los genios del 8200 (unidad de escuchas de inteligencia militar) y los miembros del Shin Bet, que lo saben todo. Pensamos en moveríamos medio ejército de las cercanías de Gaza a Hawara sólo para proteger las locas travesuras de Zvi Sukkot y los colonos, y todo saldría bien, tanto en Hawara como en Erez. Resulta que cuando existe una gran motivación el obstáculo más sofisticado y costoso del mundo puede ser atravesado hasta por una simple excavadora y con relativa facilidad. Se puede cruzar ese altanero muro con bicicletas y scooters, a pesar de todos los miles de millones invertidos en él y a pesar de todos los expertos y con sus contratistas enriqueciéndose. Pensamos que seguiríamos acosando a Gaza, arrojándole algunas migajas de bondad en forma de algunos miles de permisos de trabajo en Israel —una gota en el océano, y además siempre están condicionados a un “correcto comportamiento”— y aún así supusimos que los seguiríamos mantenimiendo como en una prisión.

Pensamos que haciendo las paces con Arabia Saudita y los Emiratos, los palestinos serían olvidados, hasta ser borrados, como les gustaría a muchos israelíes. Seguiríamos reteniendo a miles de prisioneros palestinos, incluidos prisioneros sin juicio, la mayoría de ellos prisioneros políticos, y aun así no aceptaríamos discutir su liberación, incluso después de décadas en prisión. Les diríamos que sólo por la fuerza sus prisioneros verán la libertad. Pensamos que seguiríamos rechazando con soberbia cualquier intento de solución política, simplemente porque no nos conviene hacerlo, y pensamos que seguramente todo seguiría así para siempre. Una vez más se demuestra que no es así. Varios cientos de militantes palestinos atravesaron el alambrado e invadieron Israel de una manera que ningún israelí imaginó que pudieran. Unos cientos de militantes palestinos demostraron que es imposible encarcelar a dos millones de personas para siempre sin que ello suponga un precio cruel. Así como ayer la humeante y articulada excavadora palestina derribó la valla, la más sofisticada de todas las vallas, también desgarró el manto de arrogancia de Israel. Y también destrozó la idea de que basta con atacar y desmantelar Gaza con drones suicidas y venderlos a medio mundo para mantener la seguridad. Israel vio ayer imágenes que nunca había visto antes: vehículos militares palestinos patrullando la ciudad, ciclistas de Gaza entrando por sus puertas. Estas imágenes deben rasgar el velo de la arrogancia. Los palestinos de Gaza decidieron que están dispuestos a pagar cualquier precio por una chispa de libertad. Pero… ¿Tiene esto algún potencial? No. ¿Israel aprenderá la lección? No. Ayer, ya se hablaba de borrar barrios enteros de la ciudad de Gaza, de ocupar la Franja de Gaza y de castigar a Gaza “como nunca antes se había castigado”. Pero Gaza no ha dejado de ser castigada por Israel desde 1948, siquiera por un momento. Más de siete décadas de abusos, y otra vez, lo peor está por venir. Las amenazas de “aplanar Gaza” sólo prueban una cosa: no hemos aprendido nada. La arrogancia llegó para quedarse, incluso después de que Israel, otra vez, paga un alto precio.

Benjamín Netanyahu tiene una gran responsabilidad por lo sucedido y debe pagar los costos, pero la cuestión no comenzó con él y no terminará después de su partida. Ahora debemos llorar amargamente por las víctimas israelíes; pero también tenemos que llorar por Gaza. Gaza, la mayor parte de sus residentes son refugiados creados por Israel. Gaza, la que nunca conoció un solo día de libertad.

Fuente. La Izquierda a Diario

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos




Editorial Octubre, 2023: Mes de luna grande que ilumina avances a paso firme.

Varios son los acontecimientos de octubre y es nuestra obligación recordar a inolvidables compañeras y compañeros que perdieron la vida en cumplimiento del su deber, en octubre recordamos a nuestra compañera Aurora, o Paz, nacida un primero de octubre. El veintitrés de octubre, cumpleaños 81 de nuestro primer responsable histórico compañero Manuel, y recordamos con tristeza a nuestro compañero Sub Comandante Insurgente Pedro, asesinado por el ejército federal el primero de enero de 1994 en la toma del municipio de las Margaritas, Chiapas, y que nació en un 26 de octubre.

Entre las efemérides hay una muy importante, el 12 de octubre, cuando carabelas guiadas por la ignorancia y la ambición, arribaron para abrir nuevas rutas de mercancías y decidieron invadir un continente para ellos desconocido, y que trajeron a conquistadores en busca de riquezas, quienes llegaron a arrebatarlas sin importar el costo humano, dos de los genocidios más grandes de la historia el de los pueblos indígenas y el de la trata esclavista sobre los pueblos africanos, ambos existen dignificándose hoy en día. En ésta fecha debemos exaltar la lucha de los pueblos originarios que desde ese momento iniciaron su resistencia antiimperialista, anticolonialista y antiracista, se organizaron y lucharon hasta encontrar su libertad y hasta hoy día, con otros métodos “modernos”, nuevos conquistadores pretenden torpemente arrebatarles todavía lo que les pertenece. Hoy se lucha en los territorios y mareas de millones de migrantes padecen las condiciones que obliga el capitalismo imperialista. 12 de octubre, Día de la resistencia indígena, negra y popular.

No se puede pasar por alto, en octubre, el Aniversario de nuestro Comandante Ernesto Ché Guevara, que a 56 años de su captura y asesinato en manos del Ejército Boliviano de la mano del gobierno de Estados Unidos, su legado sigue tan vivo como entonces, su ejemplo de revolucionario se ha multiplicado por muchas partes de América Latina y del mundo, pues el imperialismo sigue vivo.

También en octubre, el día 25 (Calendario juliano), que era el calendario vigente en la entonces Rusia zarista, el Partido Bolchevique, dirigido no sólo por Vladimir Ilich Lenin, sino que al lado de los trabajadores, mujeres y soldados de Petrogrado, derrocaron al gobierno provisional ruso e instauraron el primer Estado socialista del mundo. La conocida Revolución de Octubre logró acabar con tres siglos de dinastía Romanov en Rusia, la instauración del primer país socialista en el mundo y la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922.

Otro acontecimiento que nos dejó enseñanzas firmes de la necesidad de la organización de los trabajadores es la que se dio en la Plaza de las Tres Culturas en Tlaltelolco el 2 de octubre de 1968, donde el Estado asesinó a estudiantes conscientes que ondeaban las banderas de la democracia, las libertades y la justicia, en un pliego petitorio que incluía la libertad de los presos políticos, la desaparición de los cuerpos represivos y la mejora de condiciones de vida para todas y todos.  Entre julio y octubre de 1968 muchos fueron asesinados por el Ejército Federal, para ellas y ellos nuestro total respeto, otros tantos fueron a la cárcel, muchos salieron y crearon diferentes organizaciones ante la cerrazón del Estado, con derroteros diferentes; algunas continuaron, otras cayeron en el reformismo y otras de plano formaron parte de la “izquierda electorera”.

Esta ocasión presentamos una selección de párrafos del artículo de Nepantla No. 25, del año 1988, escrito por el Compañero Comandante Insurgente Rodrigo: Comisión de Educación: La formación de nuestros cuadros, que indudablemente habla sobre la formación de “cuadros”, pero también de la escuelita, del aula que fue inaugurada el 23 de octubre de ese año y que llevó el nombre de “Lic. César Yáñez” (Cro. Pedro, Cro Manuel). El texto completo lo pueden leer en el Cuaderno de trabajo IV de la serie Dignificar la Historia, Toma de Pueblos, (1983-1993) en la pag.189.

Aquí la selección de párrafos finales del citado artículo:

“Unas primeras conclusiones:

*La historia de la formación de nuestros cuadros es en verdad la historia misma de la organización, porque es real que nuestros dirigentes siempre han puesto especial atención a la formación de los militantes.

*Desde que se fundó nuestra organización se ha tratado de dar a los compañeros una formación integral: teórica, militar, organizativa, cultural y técnica conforme lo han permitido nuestros recursos, capacidad y experiencia.  Quienes se quejan de que no se les ha capacitado son personas apáticas y sin sentido autocrítico que delegan totalmente en el superior la responsabilidad (y por ende las fallas) de su formación.  Suelen ser exigentes críticos de su responsable, al que convierten en un pretexto de sus propias limitaciones.  No saben exigir sus derechos de militante.

*El concepto mismo de lo que es un cuadro de las Fuerzas se ha ido enriqueciendo con el tiempo: junto a los cuadros políticos en un sentido clásico, contamos ahora con cuadros militares (los jefes de nuestro E. Z.) y aun con cuadros técnicos, como los oficiales armeros, los de sanidad y otros servicios, así como los compañeros impresores, por ejemplo.  Hemos alcanzado un primer nivel de especialización técnica sobre una común base política.

*Reconociendo que en buena medida constituyen aplicaciones del socialismo científico a nuestra realidad, han sido nuestras modestas elaboraciones teóricas, desde los primeros comunicados, las que han formado políticamente a nuestros militantes.  Pero ha sido básicamente nuestra práctica (y con ella nuestros errores), la que más ha contribuido a la formación de nuestros cuadros.

*Una primera implicación de esto es que nuestros cuadros se forman en (por) nuestra organización.  Porque, hasta ahora, sólo nuestra organización tiene la política y la práctica que la diferencian de otros grupos y partidos.

Una segunda implicación es que, en un sentido amplio, es toda la organización en su conjunto la que forma a sus cuadros.

Por último, insistiré en que no hay militante de tiempo completo al que se haya negado la capacitación o la posibilidad de hacer trabajo de responsable, de cuadro organizativo.  Y a pesar de ello nunca hemos tenido  –y temo que nunca tengamos- suficientes compañeros dispuestos y capaces para realizar tanto el trabajo político como los demás trabajos indispensables para la formación integral de un revolucionario profesional (no de un aficionado).  Digo esto porque algunos compañeros –marcadamente intelectuales, estudiantes, empleaos y religiosos- alimentan la idea errónea de que “hay militantes que podrían” (en realidad están pensando en ellos), “especializarse” en el trabajo “político”, o sea en dirigir políticamente a otros militantes, de preferencia (curiosamente) a obreros.

Voy a pasar por alto el papel del trabajo manual en la transformación del “pequebú” en revolucionario; pero lo que no puedo pasar por alto (como hacen estos compañeros), es la importancia de los conocimientos de estrategia, táctica y técnica militar.  ¿Cómo se puede explicar al pueblo la necesidad y posibilidad de la lucha armada concreta sin conocimientos concretos sobre esa lucha? Tampoco puedo pasar por alto la técnica del clandestinaje.  ¿Cómo se puede hablar a pueblo de las posibilidades reales de la represión sin indicarle medidas concretas para evitarla? ¿Y dónde se van a adquirir esos conocimientos? “Para eso están los cursos, para eso sirve la escuela de cuadros”, me dirán.  Pero yo pregunto: ¿Y la disciplina y el compañerismo, Y LAS MIL TAREAS CONCRETAS QUE SON NECESARIAS PARA EL AVANCE, O SEA PARA EL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN? ¿Dónde se van a aprender? ¿Y acaso no es cierto que el principal problema, la principal falla de los responsables inexpertos –señaladamente los que no son profesionales- consiste precisamente en su incapacidad para saber qué tareas concretas proponer a sus subordinados? ¡Esa formación político-militar (disciplina, seguridad), esa capacidad para concretar las necesidades políticas en trabajos prácticos, esa seriedad (cumplir lo planeado) es lo que distingue a nuestros cuadros de otras organizaciones! Ellas sólo pueden proponer lecturas y escrituras porque es lo que practican y lo que reproducen con sus prontamente hastiados militantes.  Y eso es lo que nosotros no hacemos; PERO

Ultima conclusión (y primera llamada).

Pero entonces surgen dos problemas importantísimos.  Primero: ¿acaso estoy sosteniendo que las únicas escuelas en que se forman los cuadros revolucionarios son nuestras clásicas casas de seguridad? Y segundo: ¿cómo resolver el famoso problema de la vinculación con las masas desde el punto de vista de la formación de cuadros? Vayamos por partes.

Lo que yo sostengo, es que los militantes que están dispuestos a dedicar todo su tiempo a la lucha revolucionaria son los únicos que pueden adquirir los conocimientos teóricos prácticos necesarios para realizar eficazmente el trabajo organizativo.  Lo que ocurre es que HASTA AHORA, la mejor manera, tanto de aprovechar esa disposición como de formar a esos compañeros, ha sido llevándolos a na casa de seguridad (y de unos años para acá a un campamento). (Dejo de lado la idea absurda según la cual la casa de seguridad es una especie de prisión donde el revolucionario aprende cómo sectarizase de las masas).

Y lo cierto es que HASTA AHORA han sido esos cuadros formados en la clandestinidad los que mejor han realizado el trabajo semilegal: las conferencias públicas, las colectas de medicinas, las reuniones de obreros (ya no hablemos de las maniobras militares masivas dirigidas por el E.Z. en el Frente Zapatista).

¿Y por qué “HASTA AHORA” así, con mayúsculas? ¡Ah, pues porque DE AQUÍ EN ADELANTE, donde las circunstancias (o sea el trabajo previo) lo permitan Y SIN DESCUIDAR LAS TAREAS CLANDESTINAS, se va a presentar la posibilidad real y la necesidad objetiva de que nuestro trabajo político pase de los colectivos pequeños (2 o 3 docenas de participantes) a grupos más numerosos: todavía no un sindicato completo, todavía no toda una barriada popular, todavía no una escuela íntegra; pero sí una sección sindical, una parte del barrio, un grupo de estudiantes, otro de maestros!.  Y es evidente que DESE AHORA teneos que empezar a capacitar a nuestros cuadros para que hagan este nuevo trabajo con nuestros métodos y nuestros lineamientos.  ¡Esa es una de las necesidades que debe cubrir la escuela de cuadros!.

Los candidatos lógicos para realizar este trabajo (que por cierto no se desarrolla únicamente en el medio proletario sino también entre colonos, estudiantes, maestros), son militantes de preferencia jóvenes, de preferencia capacitados técnicamente, dispuestos a ingresar como obreros en las industrias en que podamos colocarlos.  Y, desde luego, los compañeros obreros que estén dispuestos, no a separarse de su familia para vivir en una casa de seguridad largos años; pero sí a capacitarse como dirigentes obreros revolucionarios y a poner en práctica esos conocimientos.

No creo equivocarme al afirmar que cuando ese trabajo alcance cierto nivel cuantitativo, se producirá un cambio cualitativo en nuestra querida organización.

Pero eso es futurismo.  Por ahora, quiero terminar diciendo que este artículo está dirigido especialmente a ti, compañero obrero, a ti, militante que aspiras a ser un verdadero cuadro revolucionario. ¡La organización espera, NECESITA, tu respuesta!”

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.




Compañero Sebastián

Compañero, recibe en estas letras algunas de las palabras que recordaremos de tus trabajos; para nosotros y nosotras siempre fuiste y serás un compañero de lucha, de esas luchas que permiten crear y renacer, de esas luchas que con risas y encuentros podemos conocernos y reconocernos.

Ahora otros caminos surgen, otros pasos caminan en la memoria de los que vienen, en el ejemplo de quienes como tú se convierten en consecuencia y compromiso.

Ahora la tierra te recibe y con ella te recibimos de nuevo en la lucha consecuente, en las redes que abajo se abrazan, en las raíces que dan y darán nuevos frutos.

Compañero Nicolás ¡PRESENTE!

Grupo Editorial Casa de todas y todos 23 de septiembre de 2023.




Bombardeo a La Moneda a 50 años de distancia

“…Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda

cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena

y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.

No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir

la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo…”

Salvador Allende, en su último mensaje a la Nación  

Bombarderos de las Fuerzas Armadas de Chile realizaron el primer ataque al palacio de La Moneda y provocaron el incendio del ala norte, mientras la ofensiva era reforzada con ráfagas de bala y gases lacrimógenos que se prolongaron por 16 minutos. Al mismo tiempo, otros aviones avanzarían hacia la calle Tomás para atacar la casa del presidente, en una ofensiva ordenada y financiada por el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Richard Nixon, representante y defensor de las grandes empresas trasnacionales.

La aparente tranquilidad de la mañana de aquel 11 de septiembre de 1973 se vio sacudida por las detonaciones de las bombas cayendo sobre La Moneda, las balas silbando contra los muros de la sede presidencial y el mensaje de Salvador Allende transmitido por la radio, a veces interrumpido por las explosiones de las bombas.

“Mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”, arengaba el presidente por la radio, sintonizada por miles de trabajadores, estudiantes, campesinos y simpatizantes.

Mientras tanto, en la Universidad Técnica, fábricas, ciudades y pueblos de todo el país, eran arrestadas miles de personas y asesinadas otras, en el inicio de la peor pesadilla que viviría Chile bajo la dictadura de Augusto Pinochet, títere impuesto por el gobierno de Estados Unidos.

“¡Allende no se rinde, mierda!”, exclamaba el Presidente a las 13:40 horas, segundos antes de dispararse con un fusil que le había regalado Fidel Castro. Había resistido hasta el último momento la desigual batalla, junto a voluntarios de su equipo. Otros abandonarían el lugar de los combates por orden del mismo mandatario.

El cuerpo de Allende sería encontrado 20 minutos después de la ofensiva -con sus otros acompañantes -, por el general Javier Palacios, al ingresar con sus tropas al Palacio Nacional.

Un despliegue militar impresionante continuó la ofensiva criminal en las calles contra el pueblo inerme y desarmado: tropas y carabineros habilitaron el Estadio de Chile y el Estadio Nacional como campos de concentración ese mismo día. Los saturaron con 5 mil 600 detenidos a eso de las 22:00 horas del día. Arremetieron contra todo sospechoso de simpatizar con el gobierno de la Unidad Popular en las calles y plazas, en las escuelas y centros de trabajo.

La resistencia se mantuvo durante todo el día, sin esperanzas de triunfo por parte del pueblo desarmado. A ocho horas de la muerte de Allende y su equipo, en la Universidad Técnica del Estado, estudiantes, profesores y trabajadores eran rodeados por militares, mientras Pinochet tomaba juramento como presidente de la Junta Militar frente a las cámaras de televisión. Ahí daba lectura al decreto que anunciaba el estado de sitio en todo el país, que inauguraba la peor pesadilla para el pueblo chileno.

Lo que siguió fue la clausura del Congreso Nacional, la prohibición de todos los partidos políticos por tiempo indefinido y la ejecución de un plan sistemático de represión contra la sociedad chilena, que a lo largo de 15 años dejaría más de 30 mil víctimas de torturas, desaparición forzada y prisión, además de miles de exiliados.

En sus últimas palabras, Allende vaticinaba lo que viviría al país bajo el gobierno militar:

“Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder”.

Al cumplirse el 50 aniversario del brutal suceso muchas heridas siguen abiertas en las madres de hijos secuestrados por la dictadura, en los exiliados, en los perseguidos y desaparecidos, en los luchadores sociales que enfrentaron la dictadura, en los niños, estudiantes, campesinos y obreros que hoy siguen resistiendo la embestida de un capitalismo de nuevo rostro en Chile, primer laboratorio de la economía neoliberal en América Latina. Y es que poco se habla de los intereses económicos que motivaron el golpe militar contra un país rico en recursos naturales (especialmente cobre), donde un gobierno electo por voto popular empezaba a expropiar empresas trasnacionales bajo un programa de corte socialista.

Los mismos intereses trasnacionales que generan el saqueo de recursos naturales y la explotación de mano de obra, siguen moviendo al imperialismo en el nuevo contexto que vivimos. Por eso, siguen teniendo validez aquellas palabras de Allende que llegan hasta nuestros días como un eco lejano:

 “Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.




Editorial septiembre: ¡por la Patria Siempre!

En la época colonial no éramos mexicanos. Fray Bernardino de Sahagún (c. 1499-1590) registró en sus obras que el vocablo “mēxíhco” deviene de Mexitli, nombre de un caudillo mítico cuyo nombre se escribía conjugando las silabas de las palabras “me(·tl)” (maguey) y “si’·tli” (liebre) y que juntas se pronunciaban “mesi’tli” o “mexitli”.  La Nueva España era una de las naciones más grandes de la época, se extendía por más de 7 millones de kilómetros cuadrados, desde regiones del suroeste y sureste del actual Estados Unidos hasta el noroeste de Panamá. Una de las versiones del significado de Nicaragua era “Nic-anahuac” (hasta aquí llegó el Anahuac o hasta aquí se habla Nahuatl).

El gran estallido en la Nueva España es la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando se descubrió la conspiración de un grupo independentista y el cura Miguel Hidalgo llamó al pueblo a alzarse en armas en el famoso Grito de Dolores. El pueblo dijo ¡Basta! y devino en la guerra de independencia que culminó 11 años después, el 27 de septiembre de 1821. Desde entonces nuestra Patria se llama México y quienes la habitamos somos mexicanos. Ninguna potencia podrá avasallarnos ¡jamás!.

Como cada año desde hace mucho tiempo, tenemos el deber de recordar a aquellos compañeros que dedicaron su vida a Vivir por nuestra Patria, como es el caso de nuestra inolvidable compañera Ma. Luisa, que cumplía años en este mes,al igual que el compañero Mario… maestro normalista, organizador preocupado por los diferentes sectores sociales, especialmente por los más oprimidos, cuyas enseñanzas ayudaron a politizar y a llevar a cientos de compañeros a la insurrección.

En septiembre también murieron en diferentes circunstancias:

  1. La compañera Lucha, primer compañera mujer en integrarse a las filas profesionales de nuestra organización.

  1. El compañero Hernán, joven campesino, impresor, de los primeros compañeros en incorporarse a nuestras filas y poner sus conocimientos al servicio de su pueblo

  1. Compañero maestro colaborador Francisco Pineda, siempre preocupado por la manera en que la historia oficial de la Revolución se ha convertido en instrumento de dominación, y preocupado también en que el pueblo de México recupere la memoria de lucha social de la que es y ha sido siempre sujeto activo.

El 26 de septiembre de hace ya 9 años, amanecimos con el dolor de la desaparición forzada de 43 muchachos que estudiaban para educar a nuestro pueblo… éste acto nos mostró con toda su crudeza el hartazgo social, la indignación, la rabia contenida por tanto agravio, saqueo, impunidad, muerte y marginación causados por un sistema político, económico y social en decadencia y al buscarlos, con horror encontramos a miles de víctimas sin rostro y sin nombre, sepultados y abandonados como desechos humanos en fosas comunes en todo el país. ¡Vivos se los llevaron!… ¡Vivos los queremos!

Otros episodios marcan también el septiembre de nuestras historias, el día 11, cuando hace 50 años es asesinado el presidente de Chile, Salvador Allende. ¿Cuántas generaciones más serán necesarias, como dijo José Martí, para impedir que el monstruo caiga sobre nuestra América Latina de forma definitiva?…. No lo sabemos.

Por último, pero no menos importante, el 16 de septiembre sería el 150 Aniversario de nacimiento de Cipriano Ricardo Gerónimo Flores Magón, que fue asesinado al interior de una cárcel en Estados Unidos. De él presentamos el siguiente escrito que mismo Magón leyó a 100 años del Aniversario del Grito de Dolores:

Discurso pronunciado por Ricardo Flores Magón en el Simpson Auditorium la noche del 16 de septiembre de 1910.

En ese auditorio de Los Ángeles, California, se realizaba la gran fiesta proletaria organizada por los obreros mexicanos de esa ciudad, para celebrar dignamente el centenario del Grito de Dolores dado por Miguel Hidalgo y Costilla el 16 de septiembre de 1810.

«Compañeros:

Un recuerdo glorioso y una aspiración santa nos congrega esta noche. Cada vez más claro, según el tiempo avanza; cada vez más definido, según pasan los años, vemos aquel acto grandioso, aquel acto inmortal llevado a cabo por un hombre que en los umbrales de la muerte, cuando su religión le mostraba el cielo, bajó la vista hacia la tierra, donde gemían los hombres bajo el peso de las cadenas, y no quiso irse de esta vida, no quiso decir su eterno adiós a la humanidad sin antes haber roto las cadenas y transformado al esclavo en hombre libre.

Yo gusto de representarme el acto glorioso. Veo con los ojos de mi imaginación la simpática figura de Miguel Hidalgo. Veo sus cabellos, blanqueados por los años y por el estudio, flotar al aire: veo el noble gesto del héroe iluminar el rostro apacible de aquel anciano. Lo veo, en la tranquilidad de su aposento, ponerse repentinamente en pie y llevar la mano nerviosa a la frente. Todos duermen, menos él. La vida parece suspendida en aquel pueblo de hombres cansados por el trabajo y la tiranía; pero Hidalgo vela por todos, Hidalgo piensa por todos. Veo a Hidalgo lanzarse a la cabeza de media docena de hombres para someter un despotismo sostenido por muchos miles de hombres. Con un puñado de valientes llega a la cárcel y pone en libertad a los presos; va a la iglesia después y congrega al pueblo, y, al frente de menos de cincuenta hombres, arroja el guante al despotismo.

Éste fue el principio de la formidable rebelión cuyo centenario celebramos esta noche; éste fue el comienzo de la insurrección que, si algo puede enseñarnos, es a no desconfiar de la fuerza del pueblo, porque precisamente fueron sus autores los que aparentemente son los más débiles. No fueron los ricos los que rodearon a Hidalgo en su empresa de gigante: fueron los pobres, fueron los desheredados, fueron los parias, los que amasaron con su sangre y con sus vidas la gloria de Granaditas,[1] la tragedia de Calderón[2] y la epopeya de Las Cruces.[3]

Los pobres son la fuerza, no porque son pobres, sino porque son el mayor número. Cuando los pueblos tengan la conciencia de que son más fuertes que sus dominadores, no habrá más tiranos.

Proletarios: la obra de la Independencia fue vuestra obra; el triunfo contra el poderío de España fue vuestro triunfo; pero que no sirva este triunfo para que os echéis a dormir en brazos de la gloria. Con toda la sinceridad de mi conciencia honrada os invito a despertar. El triunfo de la revolución que iniciasteis el 16 de septiembre de 1810 os dio la Independencia nacional; el triunfo de la revolución que iniciasteis en Ayutla os dio la libertad política; pero seguís siendo esclavos, esclavos de ese moderno señor que no usa espada, no ciñe casco guerrero, ni habita almenados castillos, ni es héroe de alguna epopeya: sois esclavos de ese nuevo señor cuyos castillos son los Bancos y se llama el Capital.

Todo está subordinado a las exigencias y a la conservación del Capital. El soldado reparte la muerte en beneficio del Capital; el juez sentencia a presidio en beneficio del Capital; la máquina gubernamental funciona por entero, exclusivamente, en beneficio del Capital; el Estado mismo, republicano o monárquico, es una institución que tiene por objeto exclusivo la protección y la salvaguardia del Capital. El Capital es el dios moderno, a cuyos pies se arrodillan y muerden el polvo los pueblos todos de la tierra. Ningún dios ha tenido mayor número de creyentes ni ha sido tan universalmente adorado y temido como el Capital, y ningún dios, como el Capital, ha tenido en sus altares mayor número de sacrificios.

El dios Capital no tiene corazón ni sabe oír. Tiene garras y tiene colmillos. Proletarios, todos vosotros estáis entre las garras y colmillos del Capital; el Capital os bebe la sangre y trunca el porvenir de vuestros hijos. Si bajáis a la mina, no es para haceros ricos vosotros, sino para hacer ricos a vuestros amos; si vais a encerraros por largas horas en esos presidios modernos que se llaman fábricas y talleres, no es para labrar vuestro bienestar ni el de vuestras familias: es para procurar el bienestar de vuestros patrones; si vais a la línea de ferrocarril a clavar rieles, no es para que viajéis vosotros, sino vuestros señores; si levantáis con vuestras manos un palacio, no es para que lo habiten vuestra mujer y vuestros hijos, sino para que vivan en él los señores del Capital. En cambio de todo lo que hacéis, en cambio de vuestro trabajo, se os da un salario perfectamente calculado para que apenas podáis cubrir las más urgentes de vuestras necesidades, y nada más.

El sistema de salario os hace depender, por completo, de la voluntad y del capricho del Capital. No hay más que una sola diferencia entre vosotros y los esclavos de la antigüedad, y esa diferencia consiste en que vosotros tenéis la libertad de elegir vuestros amos.

Compañeros: habéis conquistado la Independencia nacional y por eso os llamáis mexicanos: conquistasteis, asimismo, vuestra libertad política, y por eso os llamáis ciudadanos; falta por conquistar la más preciosa de las libertades; aquella que hará de la especie humana el orgullo y la gloria de esta mustia tierra, hasta hoy deshonrada por el orgullo de los de arriba y la humildad de los de abajo.

La libertad económica es la base de todas las libertades. Ante el fracaso innegable de la libertad política en todos los pueblos cultos de la tierra, como panacea para curar todos los dolores de la especie humana, el proletariado ha llegado a la conclusión de que “la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos”, y este sencillo axioma es el cimiento de granito de toda obra verdaderamente revolucionaria.

Compañeros, conozco al mexicano. La Historia me dice todo lo que puede hacer el mexicano. Abrid la página de ese gran libro que se llama Historia de México, y en ella encontraréis los grandes hechos de los hombres de nuestra raza. Es grande el mexicano cuando rechaza, con su pecho desnudo y sus armas de piedra, al bandidaje español caído en nuestra tierra, en son de conquista; es grande el mexicano cuando vencido y torturado, cuando sus carnes arden en el suplicio del fuego, lanza una mirada despreciativa a sus verdugos y formula, con la sonrisa en los labios, aquella pregunta digna de un dios en desgracia y que es algo así como la nota más alta de la ironía, arrancada a los horrores de la tragedia: “¿Estoy, acaso, en un lecho de rosas?” Es grande el mexicano cuando sepulta, bajo una tormenta de guijarros, la altura altanera de la alhóndiga de Granaditas; es grande el mexicano en Cuautla,[4] grande en el cerro de El Sombrero,[5] grande en Padierna[6] y Chapultepec,[7] grande en Calpulalpan,[8] grande en Puebla,[9] grande en Santa Isabel[10] y en Querétaro.[11]

Grandes sabéis ser en el infortunio y grandes en el triunfo: ahí está la Historia que lo dice. Cada vez que el humano progreso da un paso, dais vosotros un paso también. No queréis ir atrás, os avergüenza quedaros a la zaga de vuestros hermanos de las otras razas, y aun bajo

el peso de la tiranía, cuando la conciencia humana parece dormir, y cuerpo y espíritu son esclavos, viven en vosotros, con la vida intensa de las cualidades de la raza, el estoicismo de Cuauhtémoc, la serena audacia de Hidalgo, el arrojo indomable de Morelos, la virtud de Guerrero y la constancia inquebrantable de Juárez, el indio sublime, el inmenso, el piloto gigante que llevó a la raza a seguro puerto en medio de los escollos y de las tempestades de un mar, traidor.

Mexicanos: vuestro pasado merece un aplauso. Ahora es preciso que conquistéis el aplauso del porvenir por vuestra conducta en el presente. Habéis cumplido con vuestro deber en las grandes luchas del pasado; pero falta que toméis la parte que os corresponde en las grandes luchas del presente. La libertad que conquistasteis no puede ser efectiva, no podrá beneficiaros mientras no conquistéis la base primordial de todas las libertades —la libertad económica—, sin la cual el hombre es miserable juguete de los ladrones del Gobierno y de la Banca, que tienen sometida a la humanidad con algo más pesado que las cadenas, con algo más inicuo que el presidio y que se llama la Miseria, ¡el infierno trasplantado a la tierra por la codicia del rico!

Os independizasteis de España; independizaos, ahora, de la miseria. Fuisteis audaces entonces; sed audaces ahora uniendo todas vuestras fuerzas a las del Partido Liberal mexicano, en su lucha de muerte contra el despotismo de Porfirio Díaz».

Regeneración, núm. 4, 24 de septiembre de 1910

NOTAS

[1] Refiérese a la toma de la Alhóndiga de Granaditas en la ciudad de Guanajuato, por parte de las tropas insurgentes bajo el comando de Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende, el 28 de septiembre de 1810. La toma terminó con la masacre de la población, en su mayoría criolla, que el intendente Juan Antonio Riaño había concentrado en ese punto.

[2] Refiérese a la batalla de Puente de Calderón, en las cercanías de Guadalajara el 17 de enero de 1811. En esa batalla el ejército insurgente, bajo el mando de Ignacio Allende, repelió por tres veces a las fuerzas realistas del general Félix María Calleja, quien finalmente derrotó a los insurgentes.

[3] Refiérese a la batalla del Monte de las Cruces, a las afueras de Cuajimalpa, del 30 de octubre de 1810. En esa acción, fue derrotado el regimiento realista de Torcuato Trujillo. Constituye el punto de retorno de la avanzada insurgente sobre la ciudad de México.

[4] Refiérese al sitio de la ciudad de Cuautla, entonces en manos del ejército insurgente bajo el mando de José María Morelos y Pavón, por parte de las fuerzas españolas dirigidas por Félix María Calleja. El sitio duró del 19 de febrero al 2 de mayo de 1811, fecha en que el sitio fue roto por los insurgentes.

[5] Refiérese a la batalla del Fuerte del Sombrero, situado en el cerro del mismo nombre cercano a León, Gto. El fuerte estaba en manos de los insurgentes Pedro Moreno y el general Francisco Xavier Mina. El 1 de agosto de 1811, el mariscal realista Pascual Lariñán buscó sitiar el fuerte suscitándose una batalla en la que fue derrotado. Sin embargo, el sitio continuó una semana más.

[6] Refiérese a la batalla que tuvo lugar en el Rancho de Padierna, al surponiente de la ciudad de México, el 19 y 20 de agosto de 1847. En ella un grupo de soldados provenientes de diversos batallones norteños de la caballería de Guanajuato y una guerrilla del pueblo de Contreras, lucharon en contra del ejército invasor estadounidense del general Winfield Scott por el lugar. La resistencia mostrada por los mexicanos resultó asombrosa tomando en cuenta su desventaja numérica y de equipamiento, pero sobre todo por la traición sufrida a manos del general Antonio López de Santa Ana, quien les dejó a su deriva.

[7] Refiérese a la batalla de Chapultepec del 13 de septiembre de 1947. Como se sabe, ahí se llevó a cabo la defensa, hasta el martirio, del Colegio Militar, situado en ese cerro, por parte de algunos de sus cadetes así como por soldados del Batallón de San Blas, frente a las tropas invasoras.

[8] Refiérese a la batalla de San Miguel Calpulalpan, Estado de México, en la que las fuerzas liberales al mando del general González Ortega derrotaron a las del general conservador Miguel Miramón, marcando el fin de ese ejército y, con ello, el triunfo del movimiento de Reforma.

[9] Refiérese a la Batalla del 5 de Mayo de 1962 en la ciudad de Puebla. Derrota del entonces considerado el mejor ejército del mundo, el ejército francés, a manos del ejército mexicano, bajo el mando del general Ignacio Zaragoza, durante la segunda intervención francesa en México.

[10] Refiérese a la batalla de la Hacienda de Santa Isabel, en las cercanías de Parral, Coahuila. El enfrentamiento entre las tropas republicanas del general Andrés Viesca y las tropas francesas al mando del general De Briand, el 1 de marzo de 1866, derivó en la debacle de las fuerzas invasoras y del Imperio de Maximiliano de Habsburgo.

[11] Refiérese al sitio de Querétaro (6 de marzo al 15 de mayo de 1867). El ejército republicano sitió dicha ciudad, entonces declarada “Capital del Imperio”, defendida por el ejército imperial, compuesto por conservadores mexicanos y restos de las tropas europeas enviadas por decisión de Napoleón III, que para entonces se habían retirado del territorio mexicano. Con la caída de Querétaro concluye el segundo imperio mexicano.

Hasta aquí la cita.

GRUPO EDITORIAL DE LA CASA DE TODAS Y TODOS

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