Irina, un abrazo y no un adiós, sino un “hasta siempre, camarada”
Recibimos el siguiente texto de los compañeros del PFLN, a continuación lo transcribimos íntegro…
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.
Siempre con la mejor disposición, la incansable permanencia, la convocatoria, las redes de apoyo, los mayores ánimos y claridad de la lucha revolucionaria, el internacionalismo verdadero, la memoria histórica, la militancia que hermana a todo un continente, la férrea voluntad de luchar.
Con tristeza recibimos la noticia del reciente fallecimiento de nuestra compañera Irina Layevska, acontecido el día 23 de noviembre. Irina fue cuando lo conocimos, un compañero y luego compañera, que siempre brindó (junto con su inseparable compañera Nelly), una solidaridad sin límites a quienes fuimos perseguidos en 1995 por la traición de Salvador Morales Garibay (alias “Subcomandante Daniel”).
Irina y su compañera nos apoyaron durante toda la época en que fuimos perseguidos por la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) y otros órganos represivos del Estado; nos dio cobijo en momentos donde no hubo cámaras ni templetes, sólo represión, falta de recursos económicos y detenciones arbitrarias e ilegales, pues el traidor condujo personalmente al ejército y policías a las diferentes casas y dio los nombres de quienes apoyaron en silencio durante muchos años previos a lo que llegó a ser el grito del ¡Ya Basta!, que sacudió a México y al mundo entero entre el 31 de diciembre de 1993 y el primero de enero de 1994, días, meses, años y décadas después.
En silencio, las compañeras nos facilitaron espacios para escondernos, resguardar documentos, publicaciones y proteger a otros compañeros; nos ayudaron con recursos económicos y utensilios necesarios para la vida diaria con la discreción debida y sin esperar absolutamente nada a cambio.
Irina ayudó en el trabajo técnico que se le pidió y apoyó al naciente movimiento zapatista al brindar toda la solidaridad posible. Realizó diseños para la Convención Nacional Democrática (CND) y participó en caravanas que se realizaron desde varias partes del país hasta la Selva Lacandona. Todo esto lo hacía a pesar de las dolencias por la polineuropatía degenerativa que le aquejaba y haciendo a un lado las incapacidades de esta enfermedad incurable.
A pesar de sus dolores, Irina nunca perdió la confianza en el movimiento, en la solidaridad y en la necesidad de apoyar la lucha revolucionaria por cambiar el sistema social decadente y podrido que, aunque cambie de rostro (sea hombre o mujer), permite la continuidad del capitalismo, la explotación, la represión, el saqueo y la depredación del medio ambiente. Irina siempre estuvo clara en eso.
Su claridad, valor y compromiso lo aprendió de sus compañeros, pero mucho, de la firmeza del pueblo cubano y su revolución. Fue fundadora de la “Promotora de Solidaridad Va por Cuba” y en su práctica militante jamás perdió la confianza en la necesidad de la continuidad revolucionaria. Con firmeza defendió también los derechos de las personas con discapacidad y de la comunidad LGBTQI+ y la lucha por la autoderminación de los pueblos, en especial de Palestina, los pueblos de África y América Latina.
A Irina le enviamos hasta donde esté, un abrazo y no un adiós, sino un “hasta pronto, camarada”, porque llevó siempre en su corazón la firme convicción y el espíritu que implica nuestro incansable…
¡Vivir por la Patria!” o ¡Morir por la Libertad!
Compañera Irina
¡PRESENTE!
Xabier Mina, insurgente internacionalista
A 207 años del fusilamiento de Xabier Mina
A nuestro correo de info@lacasadetodasytodos.org recibimos video/corresponsalía de los compañeros de Euskal Herria quienes conmemoraron un año mas, a Xabier Mina en su 207 Aniversario, el día 11 del mes 11 (noviembre), a las 11:11 de la mañana…..
11/11 a las 11:11
¡Aupa Xabier! y todos los revolucionarios del mundo…..
Saludamos a los hombres, mujeres y niños que conmemoran en Otano y en los miles de lugares de México, en las escuelas y pueblos, en las organizaciones y movimientos, la vida y el internacionalismo proletario que deja como ejemplo Xabier Mina por la independencia, frente a los intentos de resucitar monarquías obsoletas, imperialismos y políticas de segregación.
Frente a estos tiempos de mares turbulentos que criminalizan a quienes luchan por un mundo nuevo, a quienes son desplazados forzadamente, a quienes migran por intentar ganar el sustento de sus familias y comunidades, a quienes exigen el alto a los genocidios y crímenes de lesa humanidad en Palestina, en África, en Asia y América, en el Abya Yala de los pueblos, en las luchas campesinas y obreras, en los estudiantes, a quienes trabajando enseñan a recordar a los insurgentes a todas ellas y ellos, trabajadores.
A todos ellos, los invitamos a dar un nuevo paso en el internacionalismo proletario, a relanzar los lazos de hermandad y lucha ante los crecientes amagos de expandir y potenciar el capitalismo salvaje y depredador…
¡Gora Mina!
Como escribimos en nuestra pasada editorial…
“…habemos en el mundo personas, organizaciones y países empeñados en el rescate de la memoria histórica, que buscamos hacer visible lo que fue negado por el Estado criminal. No nos cansaremos de reivindicar la lucha de Mina: sus ideales, sus acciones y el sacrificio como un acto de justicia, ya que sin memoria de la injusticia, no hay justicia en la memoria.”
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.
Violencia entre cárteles por el control territorial
Fuerzas armadas omisas ante el crimen
Editorial
Apenas a un mes de iniciar el sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo, los hechos muestran un recrudecimiento de la lucha entre los cárteles del crimen organizado por el control y reparto del territorio nacional, frente a las fuerzas armadas que, también en los hechos se muestran omisas al permitir a los criminales actuar con total libertad e impunidad.
La política de Estado frente a la violencia desbordada en varias partes del país, se resume en la reciente declaración a la prensa hecha por el comandante de la Tercera Región Militar, Jesús Leana Ojeda: “Deseo que la tranquilidad regrese a Sinaloa lo más pronto posible, pero eso no depende de las fuerzas armadas, sino de los grupos antagónicos que generan violencia en la entidad”.
Es de sorprender el cinismo del vocero castrense, pues refleja la política pusilánime de las fuerzas armadas, que no toma decisiones firmes y certeras frente a la violencia y adopta un papel pasivo ante los grupos criminales. En los hechos, el Estado cede el control territorial a los delincuentes, y sólo les pide que se pongan de acuerdo en el reparto del pastel para que regrese la calma al país.
La política de “brazos cruzados” implícita en la estrategia de “abrazos, no balazos” significa que los cárteles no son enemigos del Estado y sí, un instrumento que puede servir para el control del pueblo mediante acciones de terror, desplazamiento forzado, ejecuciones, cobro de piso, secuestros y extorsión. Así, las fuerzas armadas dejan actuar y hacer el trabajo sucio a otros, mientras se lavan las manos.
El despliegue militar en las zonas de enfrentamiento entre los cárteles, muchas veces es tan impresionante como inútil, pues nunca se escucha de grandes operativos para la detención de criminales. La estrategia lleva implícita, entre otras cosas, acostumbrar a la población a la presencia militar en las calles, plazas y lugares públicos para “inhibir” actividades delictivas, y no para combatir al crimen organizado, que son dos cosas diferentes.
Mientras tanto, el crimen se ensaña en todo el país. Al terror de la toma de carreteras en Sinaloa por la lucha entre los grupos de Los Mayitos y Los Chapitos, le sigue la explosión de dos coches bomba en Guanajuato con heridos y daños materiales, enfrentamientos en Guerrero con un saldo de 19 muertos, la agresión contra comunidades en Chiapas, y en los últimos días, la ejecución del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez, en San Cristóbal de Las Casas, a manos de criminales asociados a empresas mineras y políticos corruptos.
Como siempre, la violencia y la impunidad son utilizados como medios para garantizar las ganancias del mercado capitalista.
Efemérides…
Noviembre es un mes con fechas trascendentales en nuestra lucha…
Recordamos al internacionalista Xabier Mina (así, con “X” y con “b”) en el 207 aniversario de su muerte en la lucha por la independencia de nuestro pueblo. No olvidamos también que llevan ya 207 años, pretendiendo borrar al navarro de la historia a los ciudadanos de Otano, Navarra (sitio donde nació), así como a toda Europa, (empezando por España y Francia). No lo lograron porque habemos en el mundo personas, organizaciones y países empeñados en el rescate de la memoria histórica, que buscamos hacer visible lo que fue negado por el Estado criminal. No nos cansaremos de reivindicar la lucha de Mina: sus ideales, sus acciones y el sacrificio como un acto de justicia, ya que sin memoria de la injusticia no hay justicia en la memoria.
También recordamos a dos compañeros pilares de la organización madre: el compañero Alfonso y el compañero Gabriel. Alfonso, fundador tanto de las FLN como del primer grupo de compañeros en arribar a la selva en 1972 (y que a la fecha sigue siendo un desaparecido político de la Lista de Ocosingo) y el compañero Gabriel, de origen humilde, maestro normalista que iniciaba sus estudios en Antropología, hasta que la organización requirió de sus esfuerzos y sin pensarlo se integró como profesional a nuestras filas. Fue arteramente asesinado por el ejército federal en Nepantla el 14 de febrero de 1974.
El 17 de noviembre de 1983 se fundó el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que pésele a quien le pese detonó un ¡YA BASTA! contra los planes que los neoliberales tenían para nuestro país, y desde luego, con un carácter profundamente antiimperialista desde su concepción.
En esta ocasión, presentamos a ustedes un artículo aparecido en el ejemplar de Nepantla, Nueva Época (del cual aparecieron pocos ejemplares en el año 1993) y que en su No. 2 de agosto de 1993 presenta parte del texto leído por la Compañera Insurgente Lucha en el Congreso de 1993, así como algunos comentarios del editorialista.
Aquí parte del audio y el artículo…
“El nombre de nuestro Partido“
“Durante una de las sesiones del I Congreso, una de lascompañeras con mayor antigüedad
en nuestras FLN, lacompañera Lucha, abrió la discusión acerca del nombre de
nuestro partido con las siguientes palabras:
Respetables delegados del I Congreso:
En este solemne e histórico primer Congreso de nuestro Partido, me permito exponer algunos puntos de vista sobre el mismo, tocando a ustedes deliberar sobre ellos.
Antes quiero hacer, no una historia, pues ellos ya están en nuestra historia, sino sólo un breve recordatorio de los compañeros Manuel, Salvador, Alfredo, Jesús, Teodoro, Alfonso, Ricardo, quienes el 6 de agosto de 1969 fundaron nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, sin más recursos que su elevada moral de revolucionarios íntegros y consecuentes, ya que, como es sabido por muchos de nosotros, en una lucha desigual cayeron combatiendo al enemigo antes que entregarse a él.
Al caer los compañeros Salvador y Manuel, primero y segundo responsable respectivamente, el cro. Alfredo, en aquellos momentos críticos, pasó a dirigir nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, aglutinando a todos nuestros militantes y procurando protección a otros, evitando así la dispersión de nuestras fuerzas.
Puedo decirles, no sin orgullo, que tuve el honor de conocer a todos nuestros compañeros fundadores, de convivir con ellos varios años, aunque ahora no es momento de relatar su trayectoria revolucionaria, porque llevaría mucho tiempo hablarles de los años de convivencia con ellos, quien podría hacerlo mejor sería el compañero Germán que los conoció ampliamente.
Reduzcamos pues, este tiempo a la expresión de presente para nuestros compañeros fundadores, y que este sencillo recordatorio sea un homenaje a ellos, pletórico de lealtad y firmeza revolucionarias. Pido a todos ustedes ponerse de pie.
(Se pronuncia el nombre de cada uno de los fundadores y todo el Congreso contesta ¡Presente! a cada uno.)
Volviendo a nuestros primeros responsables y fundadores, compañeros Manuel y Salvador, deben de existir entre nuestros documentos históricos sus primeros comunicados a todos los militantes de las FLN, en los cuales se encuentra sintetizada la mayor parte de la forma en que se ha desarrollado nuestra política a lo largo de 23 años.
Sus puntos de mayor relevancia consistían en llevar a cabo la guerra revolucionaria y la vinculación con nuestro pueblo. Las condiciones de férreo control sobre nuestro pueblo por parte del sistema burgués nos han dejado un estrechísimo espacio para dicha vinculación, y los avances son evidentes, pero no en la medida que el momento apremia, pese a los esfuerzos y tenacidad en el trabajo organizativo. Quizá por ello fue que se consideró dar el paso firme para lo que desde 1986 fueran las primeras inquietudes manifestadas por la necesidad de avanzar: la formación de nuestro Partido, de la nueva estructura organizativa, entendiendo por ello, valga redundar, una nueva forma de organizarnos, pero quedando firmes los preceptos de nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, a excepción de que nuestro Partido se rija ahora por el principio leninista del centralismo democrático, pero retomando de nuestra anterior estructura lo mejor, y de los principios lo más revolucionario, ya que el camino a recorrer para alcanzar el objetivo final de nuestra lucha son nuestros principios.
En cuanto al nombre de nuestro Partido, para nuestra continuidad histórica, Partido Fuerzas de Liberación Nacional responde, además, a lo consecuente de nuestra lucha, que es seguir organizando a más y más fuerzas de trabajadores, a más y más fuerzas de explotados de nuestra patria, así como a nuestra fuerza principal: la alianza de campesinos y obreros explotados. En otras palabras, la alianza obrero-campesina como fuerza principal de la revolución y también porque nuestra lucha es por la liberación nacional y antiimperialista y por el socialismo, entendiendo lo que todo esto conlleva.
Es necesario que deba también permanecer abanderando a nuestro Partido, nuestra bandera tal como es, con sus símbolos y colores, que, además de ser concepción de nuestros fundadores y hermanos caídos, han pasado ya a formar parte de nosotros mismos, de nuestro Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de nuestra historia.
Con su estrella roja en fondo negro y al pie las letras PFLN, iniciales del mismo nombre que, por lo expuesto anteriormente, debe llevar nuestro partido. Y las cinco puntas de la estrella que, como todos sabemos simbolizan para nosotros, no sólo al hombre nuevo, sino a los cinco continentes y, por lo tanto, al internacionalismo proletario. Los colores rojo y negro representan la lucha de los explotados.
Nuestro himno, hasta que haya quien pueda sintetizar y plasmar en un himno, desde sus inicios, esta nuestra última revolución ahora sí proletaria, nuestro himno, será La Internacional, canto que representa la unidad de los explotados y les conmina a alzarse internacionalmente para el derrocamiento de todos los explotadores y alcanzar así el logro de vivir una vida de libertad; una vida de dignidad, una vida de verdadera justicia.
Es toda mi palabra, pero además, nuestro permanente lema de Vivir por la Patria o Morir por la Libertad. Aplausos.
La discusión que siguió a esta intervención no fue grabada. El acto recoge un solo desacuerdo, aunque sin propuesta alternativa de nombre, basado tal desacuerdo en el argumento de que es un error teórico hablar de fuerzas y partido en una sola organización. No lo consideramos así la mayoría de los delegados. Otra propuesta, que se resume de dos o tres intervenciones de compañeros, fue escoger un nombre que definiera claramente lo que era la organización, uno que incluyera el concepto de socialista, o de proletariado, o comunista, para no dejar lugar a dudas sobre el carácter que tenía nuestro Partido.
Los argumentos para apoyar la propuesta de la compañera Lucha fueron, básicamente:
En realidad no hay contradicción entre fuerzas y partido, el concepto de fuerzas no está necesariamente ligado a una forma específica de organización, es cierto que durante mucho tiempo las Fuerzas de Liberación Nacional correspondieron a una organización con una estructura político militar, esto era debido a que no teníamos el desarrollo suficiente para ser partido pero, aun como fuerzas, buscábamos conseguirlo. Se nos decía que una de las tareas de las Fuerzas era aglutinar en torno suyo todas las inconformidades, toda la gente, todas las fuerzas dispuestas a luchar contra el capitalismo; lo cual sigue siendo también una de las principales tareas del partido. El tipo de organización depende mucho del desarrollo que tengan las fuerzas que lo impulsan, pero si su desarrollo cumple con determinados requisitos, no hay obstáculo para que se puedan organizar en partido estas fuerzas;
De liberación, porque lo que buscamos es liberarnos de la explotación capitalista aquí en nuestra patria y también del imperialismo;
Lo que realmente define a una organización es su práctica; en nuestro país, debido a las inconsistencias y transas… de todos los partidos reformistas que se han puesto adjetivos como de los trabajadores, revolucionario, socialista, etc. darle a nuestro partido ese nombre sería empezar a despertar la desconfianza en muchos sectores, por toda la memoria de deshonestidad que va ligada a dichos partidos, especialmente en sus últimos años. Es cierto que también, finalmente será nuestra práctica la que nos defina ante nuestro pueblo, aunque en el nombre no se incluya explícitamente la palabra socialista.
El nombre de nuestro EZLN se deriva directamente del nombre de nuestra organización fundadora, por lo que entonces también tendría que cambiar el nombre del Ejército y, al igual que con el Partido, no se ven argumentos suficientes para hacerlo.
“Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos
Al final del sexenio, el pueblo paga
Nuestra visión de la realidad no siempre coincide con el lugar que ocupamos en la sociedad, pues la ideología tiene un papel decisivo en la forma de ver y valorar la situación que vivimos. De ahí, el refrán que dice: “todo es del color del cristal con que se mira”. Y esto aplica a las opiniones que tenemos sobre los logros y retrocesos del gobierno saliente, y a las esperanzas y temores sobre el que sigue en el mando.
Nosotros sostenemos la idea -para algunos anticuada- de que el Estado, de cualquier forma que se pinte y vista (hoy es guinda), es un aparato de control de la clase dominante sobre el pueblo trabajador, pero utiliza todos los medios para convencernos de que es un árbitro imparcial que está por encima de las clases sociales y que defiende a las mayorías. Esto es porque necesita legitimidad y apoyo social para mantenerse en el poder.
Si algo distingue al sexenio que termina de los anteriores del PRIAN, es su habilidad en el manejo de la ideología sobre el uso de la represión física y la mazmorra (que desde luego no ha desaparecido). Con su carisma y don de “buena gente”, AMLO logró colocar al Estado en el imaginario social como defensor de las causas sociales, como representante del pueblo al que ha dado el poder de votar y decidir el rumbo del país. Pero nada más falso que eso.
El recurso principal para difundir la ideología del Estado benefactor del pueblo, además de los programas de apoyo social, es la narrativa de las conferencias mañaneras y los miles de defensores de la 4T dispersos en redes sociales: youtubers, tiktokers, canales oficiales de televisión y otros espacios.
Según la Consultora Spin, durante el sexenio de López Obrador se realizaron mil 438 conferencias mañaneras con un promedio de 2.5 horas de duración, lo que representó el 7 por ciento del tiempo total de su mandato. Los clichés y el sentido común marcaron el contenido de las reuniones con la prensa, que fue utilizada (y se dejó utilizar) para mantener la legitimidad lograda en la elecciones que dieron 30 millones de votos a Morena. ¡Y vaya que lo logró!.
El término más utilizado en las mañaneras, según ésta encuesta, fue el de tengo otros datos, con 148 mil 200 referencias, seguidas de pueblo, con 18 mil 643. Como dice la canción “El Pueblo y el Mal Gobierno”, de Oscar Chávez : “Al pueblo tengo de aval para todas mis funciones; el pueblo en mis decisiones, el pueblo en mis documentos”.
Las conferencias de López Obrador nunca aportaron elementos para un análisis serio sobre la situación del país porque se redujeron a una visión simplista de la realidad, polarizada por dos fuerzas contrapuestas: chairos y fifís, liberales y conservadores, blanco y negro.
La repetición sistemática de las mismas palabras en las mañaneras, apuntaron siempre a una contradicción secundaria dentro de la clase capitalista: los buenos y los malos empresarios, los que pagan impuestos y los que no. Nunca se mencionó al capital en su conjunto como enemigo de las clases trabajadoras, porque la estrategia del Estado es crear un enemigo al cual culpar de la situación para encauzar el enojo social, atraer el apoyo del pueblo y ocultar las contradicciones de clase.
Por eso decimos que lo que define al Estado es su carácter de clase. Éste criterio, por desgracia olvidado por casi todas las izquierdas hoy cooptadas, deslumbradas o compradas, es el eje de nuestra posición frente al gobierno de la 4T, que salvó de la crisis y descomposición al capitalismo en México.
Cuando se abandona el carácter de clase del Estado, toda la atención se centra en los “logros” del gobierno: miles de personas de la tercera edad reciben pensiones, los estudiantes tienen becas, hay programas de apoyo para los jóvenes, etc. Esto, sólo le limpia la cara a un sistema injusto, corrupto y represor, para darle un rostro “humanista”. No creemos que nuestro objetivo sea reformar el sistema para hacer más llevadera la miseria al pueblo, sino construir junto con el pueblo organizado una sociedad que garantice la igualdad, la justicia, la fraternidad y la democracia popular.
La tendencia de la “izquierda” oficial es minimizar problemas graves con la idea de que se irán erradicando con el tiempo. Y vea si no pasa esto con la violencia del crimen organizado en Sinaloa, los desplazamientos forzados en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, los desaparecidos en todo el país, los feminicidios, los migrantes.
Nosotros resumimos tres “logros” de la 4T al final del sexenio, desde la visión del pueblo consciente, y no desde la izquierda guinda.
La violencia imparable del narco que viene desde sexenios pasados, tiene una nueva dimensión hoy: los grupos criminales ampliaron sus zonas de influencia en el territorio nacional, con la presencia cómplice del Ejército, Guardia Nacional y Marina, que cumplen la máxima de “abrazos, no balazos”.
El fracaso en materia de seguridad fue reconocido por el mismo presidente, quien envió una iniciativa de última hora al Congreso “para permitir a ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios rurales, así como integrantes de instituciones como Pemex, Banxico, la Casa de Moneda y el Servicio de Administración Tributaria que puedan portar armas no reservadas a las fuerzas armadas. Se apuesta, así, abdicando de una de las funciones esenciales del poder público, a la estrategia de autodefensa que en el pasado reciente era rechazada por el poder central”, señala Eduardo Nava Hernández, en un artículo publicado en Rebelión en días recientes.
El narcotráfico se fortalece al incursionar en otras áreas como empresario: compra-venta de productos agrícolas y tráfico de armas y migrantes, además de cobro de piso, extorsión y secuestro que ya hacía.
El ejército se refuerza como sostén del Estado al participar como empresario en la administración de puertos, aduanas y aeropuertos. Además, el Estado anuncia apoyo al aparato militar con un 75 por ciento del gasto presupuestal.
López Obrador concluye el sexenio con dos promesas incumplidas: mantiene al ejército en las calles con tareas de seguridad pública que no le corresponden y termina sin resolver el crimen de los 43 normalistas desaparecidos.
Al final del sexenio, lo que vemos se puede resumir en un fenómeno preocupante del que no se aprecia la dimensión: una concentración excesiva de poder, aumentada con la reforma judicial (donde existe una corrupción desbordada) y el paso de la Guardia Nacional al mando del Ejército, que marca una nueva etapa del militarismo en México.
Ésta concentración del poder, impuesta por la aplanadora de Morena a nombre del pueblo, es más preocupante si consideramos otro elemento: la desactivación de luchas y movimientos sociales por una “izquierda” oficial que logró cooptar, seducir y engañar a muchos activistas e intelectuales que hoy disfrutan las delicias del poder.
Visto así, el panorama es muy preocupante. No sabemos el rumbo que tome el nuevo gobierno, pero nuestro papel principal seguirá siendo político-ideológico: despertar conciencias y organización en el pueblo desde una posición independiente al Estado. Mucha tarea por hacer, ahora sí, por una verdadera “revolución de las conciencias”.
EFEMERIDES
Ya señalamos que Octubre es un mes de recuerdos que se convierten en enseñanzas:
Recordamos a nuestra compañera Aurora y su ejemplo de no dejarse atrapar por los militares que la llamaban a rendirse. Ella y el Cro. Alfredo organizaron el repliegue táctico de lo que quedaba de la organización en 1974.
El 23 de octubre cumple años nuestro compañero Cesar (Manuel, Pedro), que desde 1974 es un desaparecido político. Lo recordamos como el guía que nos mostró el camino para seguir en compañía de todos aquellos que luchan organizados por un país más justo.
También, nuestro compañero Subcomandante Insurgente Pedro (Pedrín) cumplía años un 26 de octubre. Con su muerte, nos enseñó que cuando un pueblo lucha decidido, no hay ejército, ni policía, ni guardia que logre detenerlo.
En éste mes renace nuestra memoria con el grito del “2 de octubre, No se olvida”, que trae a nuestros recuerdos los cientos de estudiantes y trabajadores asesinados por el Estado, representado por el genocida Gustavo Díaz Ordaz y su tristemente célebre Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, impune hasta su muerte.
El 8 de octubre recordamos al “Che” y su lucha antimperialista e internacionalista, que nos muestra que se pueden lograr cambios revolucionarios cuando un pueblo organizado toma la historia en sus manos. Del comandante heroico recordamos la frase que inspira tempestades y rebeldías: “Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
El 12 de octubre marca el inicio de la lucha indígena, negra y popular contra el colonialismo y el imperialismo monárquico europeo, que antecede a los imperialismo y colonialismo norteamericano, asiáticos y europeos modernos. Con la palabra “Chicauaktanemillis”, que significa “Resistencia”, aprendimos que la llegada de Colón a América no fue un simple “encuentro entre 2 naciones”, sino una invasión y genocidio. Los pueblos del Anáhuac fuimos “conquistados, cristianizados y colonizados” y nuestro territorio fue saqueado en todos los sentidos. Fue una masacre con un saldo de entre 2 y 3.5 millones de indígenas directos de la guerra y más de 25 millones* a lo largo de los primeros 100 años de enfermedades importadas o contextuales del sistema de dominación del abrupto cambio de los modos de producción y los etnocidios, ecocidios y epistemicidios que generó ese genocidio, sistemas de intensa explotación de trabajo esclavo, expulsión y exilio de las tierras, orfandad y mortandad materno-infantil, segregación, conversión religiosa forzada, saqueo y prohibiciones de suministro, cerco de pueblos y regiones, subordinación forzada. intentando sustituir la fuerza de trabajo con esclavos traídos de África y el Caribe por millones en todo el continente y que han formado parte del México que insurge en la historia.
Por su parte, Cook y Borah, de la Universidad de California en Berkeley, establecieron luego de décadas de investigación, que la población de México disminuyó de 25,2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623, menos del 3 % de la población original. En 1492, España y Portugal juntos no superaban los 10 millones de personas y en toda Europa vivían entre 57 y 70 millones. México no recuperaría la población que poseía en el siglo XV hasta los años 60.
El 25 de octubre recordamos el triunfo de un pueblo organizado, que después de 300 años de dinastía zarista se declaró el primer país socialista del mundo en 1922: la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), hoy desaparecida.
Finalmente, en éste mes se cumple un año del cruel asesinato del maestro Artemio López Aguilar, que nos llama a no dejar de resistir y luchar, porque “resistencia” siempre va acompañada de otras palabras: organización, memoria y justicia.
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos
Exigen justicia para las víctimas
Impunidad a 10 años de la desaparición de 43 normalistas
Sobrevivientes de la L-23 recuerdan saldo de la “guerra fría”
“…le recordamos al gobierno que termina y al próximo, que no puede haber conciliación
verdadera si no hay verdad completa, castigo y justicia verdadera, porque esto significaría que,
en cualquier otro momento de la historia del país, esta dolorosa represión se volvería a repetir,
sin la posibilidad de arreglar los conflictos por las vías pacíficas y legales”
Exmilitantes de la Liga 23 de Septiembre
La indignación y rabia ante un Estado promotor y cómplice de la brutalidad policiaca y militar en la violación de los derechos humanos, han marcado los diez años de investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, registrada el 26 de septiembre de 2014 durante la noche trágica de Iguala, en el estado de Guerrero.
El crimen de lesa humanidad contra los normalistas es aberrante, y por desgracia sólo es parte de una larga lista de atropellos del Estado contra el pueblo. Es una herida profunda en el corazón de México que sólo logrará sanar cuando exista justicia para las víctimas, castigo para los culpables y garantía de no repetición.
Los 43 estudiantes de Ayotzinapa se suman a la lista de miles de desapariciones forzadas que el Estado sigue sin resolver, registradas no sólo durante los últimos sexenios, sino en el periodo de la guerra sucia contra los movimientos armados y contra inocentes de la lucha del crimen organizado, cuyas muertes se busca justificar como “daños colaterales”.
La protección sistemática de los crímenes del ejército, profundizada por el Estado de la Cuarta Transformación, ha dejado un saldo estimado de 120 mil desaparecidos a nivel nacional. Sólo en el estado de Jalisco la cantidad supera los 15 mil desaparecidos,“en la época que ha gobernador Movimiento Ciudadano a través de Enrique Alfaro, lo que significa un verdadero genocidio contra nuestro pueblo”, dijeron sobrevivientes de la Liga 23 de septiembre, durante la conmemoración del 59 aniversario del asalto al cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, realizada en la ciudad de Guadalajara.
Los activistas exigieron que se esclarezca la desaparición de los 43 normalistas, de los desaparecidos y asesinados durante la “guerra sucia” y de miles más registradas en años recientes, castigo a los responsables, reparación del daño y garantía de no repetición.
Durante el evento, los organizadores leyeron un pronunciamiento sobre el informe de la Comisión de la Verdad difundido el pasado 6 de agosto sobre las violaciones a los derechos humanos realizadas por el ejército y policías en el periodo de 1965 a 1990 mediante acciones “deterrorismo contra poblaciones inermes, afectando física, emocional, política y socialmente a miles de mexicanos”.
Sostuvieron que la “guerra sucia” fue en realidad la estrategia contrainsurgente del Estado y su aparato represivo contra el pueblo con apoyo de Estados Unidos bajo el pretexto de la doctrina imperialista de “seguridad nacional”. El propósito era, además de eliminar las guerrillas urbanas y rurales, destruir el tejido social de comunidades que apoyaban o simpatizaban con los rebeldes. Se trató de una “estrategia de “aldea arrasada” aplicada en Vietnam y Centroamérica, que incluía la persecución, detención, asesinato y desaparición de pobladores, familiares, amigos y supuestos simpatizantes.
Destacaron que muchos de los sobrevivientes fueron liberados gracias a las movilizaciones de familiares agrupados en el Frente Nacional Contra la Represión, después nombrado Comité Eureka, encabezado por la señora Rosario Ibarra De Piedra, quien vivió en carne propia la desaparición de su hijo Jesús Piedra Ibarra en la ciudad de Monterrey, N.L..
Con el arribo a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, se abrió la esperanza de que tal vez él, a diferencia de sexenios anteriores priístas y panistas, ahora sí realizaría una investigación seria sobre las desapariciones forzadas en México, pero los resultados fueron francamente desalentadores y la esperanza se vio literalmente traicionada para los derecho-humanistas y sobre todo para las familias de las víctimas al finalizar el sexenio.
LOS VUELOS DE LA MUERTE
Por años de investigación directa en archivos y expedientes que sobrevivieron a la destrucción de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), por testimonios de sobrevivientes y desaparecidos que fueron liberados y hasta exmilitares, se supo que uno de los métodos más sanguinarios utilizados por el ejército durante la guerra sucia fueron los vuelos de la muerte. Éstos consistían en arrojar a los detenidos al mar desde aviones militares, incluyendo a opositores, sus familiares y hasta inocentes, sin otorgarles derecho a juicio y sin posibilidades de defensa alguna, al total arbitrio de los mandos del ejército y de las órdenes de los presidentes en turno.
“Esta forma terrorista de actuar de las instituciones supuestamente legales y legitimas es sólo una de tantas formas de atacar a toda oposición, sobre todo a partir de los años 40s y a través de muchas décadas, pero en especial a los que esta dictadura perfecta consideraba un peligro para su dominación”.
Los organizadores resaltaron la indolencia del Estado a lo largo de todos los sexenios, incluido el de López Obrador.
“…se persiste en la manipulación y el ocultamiento de toda la verdad, sobre todo sin precisar lugares en los que se cometieron tales prácticas y sobre todo también en la identificación de los responsables directos y su enjuiciamiento ante los tribunales de justicia del país.Se contesta con evasivas, con simulación, simulacros y construcción parcial de respuestas, con la entrega de archivos incompletos y censurados, se implementan mecanismos para la “reparación y no repetición del daño”.
Agregaron que el Estado justifica la actuación del ejército, marina, guardia nacional, fuerzas policiacas y paramilitares contra el pueblo bajo el pretexto del derecho al monopolio legal del uso de la violencia o con el alegato de que “cumplieron ordenes de autoridades civiles”. Cuando queda al descubierto su responsabilidad, son protegidos para no ser procesados y castigados, como hasta hoy sigue siendo el caso de los 43 normalistas de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos.
Sobre la respuesta del Estado en el tema de la guerra sucia, consideran una burla que se incluya a los militares entre las víctimas:
“… En particular queremos decirle al general Luis Crescencio Sandoval que su propuesta de que incluyan los militares caídos como homenaje en el monumento de las víctimas de la represión es un despropósito, ya que esos soldado caídos no cayeron en un guerra entre ejércitos regulares y donde se respetaran la ética y el honor militar autentico por parte del ejército, sino que cayeron desgraciadamente en una lucha desigual, que defendió a los oligarcas nacionales e internacionales capitalistas y de contra insurgencia, donde la peor parte la llevó el pueblo luchador y consciente del país”.
Finalmente recordaron al presidente saliente y a la presidente entrante “que si no hay justicia no habrá respiro para las autoridades por medio de las protestas y la luchas por nuestras justas demandas. Y que, si sólo hay perdón y olvido sin justicia, la única salida que nos dejarán al pueblo trabajador y nuestras familias será la de seguirnos organizando independientemente por lograr que se recepte la ley constitucional y la aparición con vida de los desaparecidos de toda la sociedad”.
Durante el evento realizado en la Plaza San Andrés de la Ciudad de Guadalajara con motivo de la gesta heroica de los combatientes caídos en 1965 en Ciudad Madera, los sobrevivientes de la organización que vivió las peores persecuciones y represión del Estado mexicano, acompañaron la presentación del libro “Utopía y Plomo, Una Historia de la Concepción Obrera de la Liga Comunista 23 de Septiembre”, del autor Christian Ricardo García Martínez.
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.
A 60 años de la integración del Grupo Popular Guerrillero
Génesis del asalto al cuartel de Ciudad Madera
“Ni locos, ni suicidas, ni mártires. Mártires los cristianos que se inmolaban
en el circo romano, suicidas los kamikazes japoneses; locos, Hitler y Mussolini.
El revolucionario no es suicida ni ama a la muerte. El revolucionario aspira a vivir para transformar las condiciones de vida miserable de su pueblo y si para lograrlo es necesario
entregar la existencia, gustoso la da para que el pueblo siga viviendo.”
Cro. Mario. Nada es Gratuito en la Historia
Cuaderno de Trabajo “Dignificar la Historia” III. Pag. 88. Dignificar la Historia.
Maestros rurales, estudiantes y campesinos del Estado de Chihuahua, integraron hace 60 años el “Grupo Popular Guerrillero” (GPG), impulsado por un núcleo de rebeldes que participarían un año después en el asalto al cuartel de Ciudad Madera (septiembre 23 de 1965), como respuesta del pueblo organizado a la represión y cerrazón del Estado mexicano a las demandas de justicia social.
Entre los integrantes del grupo se encontraban Arturo y Emilio Gámiz García (hermanos), Salomón Gaytán, Pablo Gómez, Miguel Quiñonez, Oscar Sandoval, Florencio Lugo, Rafael Martínez Valdivia Antonio y Lupito Scobell (hermanos) y otros más que tuvieron un papel relevante en la primera rebelión armada de orientación marxista registrada en el país.
Los primeros días fueron especialmente difíciles para el grupo rebelde, ante la tarea gigantesca de organizar la respuesta armada del pueblo, harto de los abusos y despojo de tierra por parte de los caciques, ganaderos y compañías madereras protegidas por el Estado cómplice.
El último sobreviviente del Asalto al Cuartel Madera, Raúl Florencio Lugo, nos permite entender el pensamiento político de los insurgentes, los motivos y la ideas que los llevaron a emprender una acción de tal magnitud, que marcó a los movimientos armados en el país.
Lugo comenta que el grupo de compañeros se mantuvo por más de un año “propinando derrotas y golpes tanto al ejército como a los caciques y sus “guardias blancas”. Durante ese tiempo se dedicaron a realizar labor política entre los habitantes de la región, estando a la vez en contacto constante con las masas estudiantiles radicalizadas de las normales rurales y urbanas del estado. Realizando a la vez una vasta labor ideológica en el seno del mismo grupo y asimilando experiencia militar y consiguiendo implementos bélicos para desarrollar la guerra revolucionaria.”
A continuación, transcribimos un fragmento del testimonio escrito por Raúl Florencio Lugo. La versión completa puede consultarse en la siguiente liga:
“Surge la denominación de “Grupo Popular Guerrillero”, con base en una acción militar ejecutada por Guadalupe Scobell. Primer encuentro con el enemigo.
El núcleo fundador de la guerrilla estaba en su mayoría compuesto por campesinos o gente pobre de la ciudad; de procedencia citadina era el profesor Gámiz, comandante en jefe del grupo. Todos estos cuadros primarios de la guerrilla eran producto de luchas democráticas. La experiencia lograda a través de invasiones de tierras, de tramitación agraria en las oficinas de la Reforma Agraria, así como la movilización campesina dirigida por la UGOCM a principios de los años sesenta en el estado de Chihuahua, habían servido de base para la formación de éstos cuadros.
Aun cuando, repito, el reclutamiento no se planteaba como un objetivo inmediato, no faltaba que entre los campesinos, la gente del campo quisieran unirse a la guerrilla. Es el caso de Lupito Scobell, quien no se había incorporado al grupo armado porque estaba cumpliendo, por necesidad, el desempeño de funciones importantes en el área suburbana de Ciudad Madera; la iniciativa de hostigamiento al enemigo no estaba limitada para estos compañeros. En el caso que estoy señalando, eran tantos los deseos de participación armada, que Lupito por iniciativa propia (29 de febrero de 1964), quemó un puente por donde los madereros pasaban con sus cargas extraídas de la Sierra. En esta ocasión Lupito dio a conocer la acción adjudicándosela al “Grupo Popular Guerrillero”, de allí en adelante éste sería el nombre de nuestro grupo.
El proceso de exploración y establecimiento en la zona requería más gente haciendo trabajo político entre los campesinos, que los organizara y preparara para la lucha. Gente capaz ideológica y políticamente que pudiera desempeñar el trabajo de politización para evitar tener que sacar de la zona a aquellos campesinos más politizados, puesto que estos compañeros desempeñaban, en el momento actual de la lucha, trabajos que en su comunidad eran de vital importancia.
El profesor Gámiz, consciente de esta situación, evitó incorporar antes de que fuese necesario a este tipo de compañeros cuya ansia de enfrentamiento directo con el enemigo era mucha, pero cuya importancia en el trabajo de creación de base organizada para la guerrilla, requería de ese entusiasmo y de esa voluntad de lucha. Esto no señala, por supuesto, que no viéramos la necesidad de subir más gente, pero se pensaba que dicha necesidad podía ser solucionada por la red urbana.
La tarea de reclutamiento en esos momentos era difícil, ya que, por una parte, los compañeros campesinos disponibles para incorporarse no tenían sustituto que continuara su trabajo político en sus localidades; por otro lado, la red urbana no podía suplir esa necesidad en el trabajo de masas por no tener los cuadros adecuados para ello. Asimismo, para abastecer a la guerrilla de compañeros de la ciudad, la red urbana fue insuficiente sobre todo cualitativamente. El caso de un compañero estudiante es bien ilustrativo de este hecho. El estudiante, por su actividad en la Universidad, fue localizado y perseguido por el aparato represivo, lo que le obligó a remontarse a la sierra. A los tres días de estar arriba pidió su baja por no aguantar el ritmo de la vida guerrillera.
Por supuesto, no quiere decir que un compañero de la ciudad no pueda ser guerrillero rural, pero marca la necesidad de llevar a cabo previamente un proceso de preparación ideológica y entrenamiento militar, lo más completo, dentro de lo posible, en ellos.
El saber por parte de nosotros que la lucha era larga y llena de dificultades, evitaba precipitarnos en cuestión de reclutamiento. Así, una ocasión en que llegó un mensaje de la ciudad donde se nos decía que siete compañeras estaban listas para incorporarse al grupo armado y se nos pedía autorización para que lo hicieran, la respuesta de nosotros fue que por el momento no era posible, ni conveniente que se incorporaran, ya que el inicio mismo de la guerrilla imponía esfuerzo y sacrificio, en todos los aspectos, que era difícil soportar. Si hubiéramos estado en una etapa de poder controlar militarmente la zona, las compañeras se habrían podido incorporar al grupo armado y se les habría podido proporcionar el debido entrenamiento militar del que carecían.
Estos eran en sí los elementos generales que conformaban los aspectos fundamentales en el trabajo político que inicialmente realizaba la guerrilla.
Después de un desplazamiento continuo en la zona que comprende desde Ciudad Madera hasta los límites con Sonora y tras realizar el trabajo que en párrafos anteriores se describe, llegamos en una ocasión al campamento que habíamos establecido a nuestra llegada.
Hasta allí llegó Juan Antonio Gaytán, hermano de Salomón, para informarnos que habían llegado al pueblo de Dolores un grupo de judiciales rurales, que por el norte se les conoce como “acordada”, y un pelotón de soldados. En su informe señalaba que el grupo que había llegado estaba presionando al pueblo para que denunciara el lugar en donde se encontraba la guerrilla. Sin embargo, pese a las humillaciones y los golpes, ningún campesino nos denunció. Al ver esto, el grupo de rurales se trasladó al rancho de los Gaytán, donde detuvieron a Juan Antonio y a otro campesino que vivía allí cerca, los cuales fueron golpeados con el mismo propósito: saber nuestra ubicación.
Al ver que no lograban con sus métodos represivos sacar los informes que querían, apresaron a un sobrino de los Gaytán, como de unos diez años de edad, y lo torturaron atándole una soga al cuello y levantándolo a la vez que le preguntaban en donde se encontraban sus tíos. Lo que nos llama la atención no es el sistema represivo usado por el enemigo, que es bien conocido por el pueblo mexicano, sino la actitud de los campesinos y del niño, ya que casi todos sabían que nos encontrábamos cerca, que nuestro campamento estaba atrás de una cordillera cerca del rancho de los Gaytán.
El rancho se encontraba en un lugar que se denominaba Arroyo Amplio, cerca de Dolores, donde se levanta una cordillera suficientemente alta como para dominar una gran extensión de la sierra, que alcanza hasta los límites con Sonora. Atrás de esa cordillera, en una barranca, se encontraba nuestro campamento y en la parte más alta nuestro puesto de vigilancia. Como medida de seguridad nos remontábamos a las partes más altas de la sierra, pero la comida y el agua se nos acababan y nos veíamos en la necesidad de tomar agua de lluvia estancada en las tinajas naturales de los peñascos y en ocasiones tuvimos que limpiar pencas de nopal y masticar la pulpa para mitigar la sed.
Nuestra reacción, al conocer la noticia que nos llevó Juan Antonio, fue de coraje e indignación, tomando inmediatamente las precauciones para evitar cualquier sorpresa. Nos subimos a lo más alto de la cordillera y analizamos la situación y sus implicaciones políticas. Como resultado de lo anterior se estableció lo siguiente.
El pueblo campesino nos había brindado todo su apoyo y colaboración, lo último más concreto en situaciones de represión lo estaba demostrando al no denunciamos. Era notorio que el campesinado había prestado su colaboración y solidaridad a la guerrilla por considerarla una alternativa real de cambio y una fuerza política en que estaban plasmados sus anhelos libertarios; nosotros en el momento, tácticamente debíamos, y nos convenía, eludir el enfrentamiento directo con el enemigo, pero no podíamos permanecer quietos ante aquella situación que podía echar por tierra la confianza de los campesinos, ganada con un gran trabajo de politización; aun cuando la correlación de fuerzas nos era desfavorable en el aspecto estrictamente militar, políticamente nos convenía realizar una acción de enfrentamiento con el enemigo por dos razones fundamentales:
1.- Demostrarle al pueblo que nuestras ideas y nuestra práctica revolucionaria estaban comprometidas hasta sus últimas consecuencias; que no rehuíamos al combate; que éramos una fuerza revolucionaria; que hacíamos de los problemas y sufrimientos del pueblo una cosa nuestra y que estábamos dando el ejemplo de batalla contra el enemigo de clase.
2.- Demostrarle al enemigo que la guerra estaba declarada y que sería una guerra a muerte.”
Los hechos registrados en Chihuahua fueron decisivos para los movimientos armados que le siguieron, y al contrario de lo que difunde la ideología dominante, no representaron acciones desesperadas de grupos suicidas o locos que actuaron al margen de la sociedad, sino respuestas organizadas de un pueblo que lucha por construir un país con justicia y dignidad, sin represión, opresión ni explotación, un país para todas y todos. Una tarea que sigue pendiente.
“Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos
El Batallón de San Patricio y la lucha contra el despojo
A nuestro correo de info@lacasadetodasytodos.org llegó la siguiente corresponsalía del historiador Jorge Cervantes que reproducimos a continuación:
“Éramos cuarenta y ocho hombres sin patria y sin uniforme;
esperábamos encontrar ambas cosas más allá de las líneas mexicanas.”
Combatiente John Riley
Septiembre es un mes repleto de sucesos históricos de enorme importancia para México y América Latina, de luchas y resistencias de los pueblos, de indignación y rebeldía que sería imposible de resumir en unas cuantas líneas. Es un mes que nos inunda con sentimientos de patria y nos llena de alegría con símbolos coloridos que inundan calles y plazas en todo el país, convertidos en fetiches cuando olvidamos el origen de su significado.
Éste es un mes agridulce en la historia de México. Celebramos el inicio y consumación de nuestra independencia de España, pero olvidamos que el 15 de septiembre de 1847 ondeaba la bandera de Estados Unidos clavada como espada sobre el Castillo de Chapultepec, sede del Palacio Nacional. Es un suceso que nos avergüenza porque preferimos festejar las victorias del pueblo y entregar las derrotas a la desmemoria y el olvido.
Ésta fue quizás la peor derrota histórica de nuestro pueblo, que llevó a la entrega del 40 por ciento del territorio nacional a los Estados Unidos al finalizar la guerra de despojo de dos años (1846 y 1848); una herida que México jamás podrá sanar. La infamia, la cobardía y traición del gobierno representado por Antonio López de Santana, dejó como saldo más de cuatro mil civiles muertos y 25 mil soldados caídos o heridos, sangre derramada no pudo detener la ambición expansionista del imperio.
El territorio arrebatado a México incluyó los estados completos de California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas, así como extensas regiones de Arizona, Colorado, Wyoming, Oklahoma y Kansas. Un robo histórico ratificado mediante el vergonzoso Tratado de Guadalupe, del 30 de mayo de 1848.
La expansión territorial de Estados Unidos se realizó en varias etapas y por vías pacíficas y bélicas, al culminar su periodo de independencia. Los norteamericanos ampliaron las fronteras originales de las trece colonias que tenían en el Atlántico mediante la compra de Luisiana a Francia en 1803, de La Florida a España en 1819 y de Alaska a Rusia en 1867. La anexión del resto se impuso por la fuerza de las armas, el asesinato y el exterminio.
La «Conquista del Oeste», fue un despojo a sangre y fuego para lograr la expansión del imperio hacia el Pacífico: Apaches, Navajos, Hopi, Siouk, Cherokee, Cheyenne, Iroqueses, cComanches y otros indios originarios, fueron desplazados de sus tierras a punta de balas y confinados en “reservas”, tras un exterminio casi total.
La voracidad sin límite del imperio puso su mirada en México, con quien tenía relaciones tensas que empeoraron en 1845, cuando la República de Texas se incorporó al país vecino. Estados Unidos buscaba extender su territorio hacia el sur, y el 13 de mayo de 1846, el presidente James K. Polk declaraba la guerra a nuestro país con ese propósito.
El Batallón de San Patricio
En 1845, una plaga destruyó los cultivos de papa en Irlanda y para no morir de hambre, muchos irlandeses emigraron a Estados Unidos para buscar trabajo. La única opción era enrolarse en el ejército, que con engaños les ofrecía buenos salarios y tierras.
Los irlandeses fueron maltratados y discriminados por los soldados norteamericanos y sometidos a castigos severos. Antes de iniciar la guerra contra México, los estadounidenses profanaron iglesias católicas en Texas para provocar a sus vecinos y esto provocó que muchos irlandeses abandonaran las filas castrenses. Estaban tan hartos de las burlas y castigos, que terminaron por identificarse con los mexicanos.
John Riley y Patrick Dalton integraron el Batallón de San Patricio con algunos soldados irlandeses desertores, a los que más tarde se unieron escoceses, ingleses, polacos y franceses. Muy pronto, el grupo reunió a decenas de soldados que tomaron el nombre del santo patrono que introdujo el catolicismo en Irlanda.
Riley repartió panfletos en diferentes idiomas, donde invitaba a los irlandeses a reflexionar sobre los motivos que llevaban a Estados Unidos a invadir México. En octubre de 1846, el ejército mexicano contaba ya con cien soldados desertores encabezados por Riley que se habían pasado a las filas de nuestro país.
El Batallón de San Patricio llegó a tener 800 combatientes y su bandera propia: verde de un lado, con la figura del santo patrono, y por el otro, el dibujo de un arpa dorada con el lema “Ering Go Bragh”, que significa “Irlanda para Siempre”.
El primer combate de los llamados Sanpatricios fue la Batalla de Monterrey, registrada el 21 de septiembre de 1846, con una acción de artillería que evitó dos asaltos de los estadounidenses a La Ciudadela. Los combatientes jugaron también un papel importante en la Batalla de Angostura en Coahuila en febrero de 1847, donde el traidor de Santa Anna ordenó la retirada a pesar de que el triunfo estaba asegurado.
El batallón enfrentó su artillería a los invasores norteamericanos en Matamoros, Buenavista y Cerro Gordo y se mantuvo como unidad leal a México bajo las órdenes del General Pedro María Anaya, pero finalmente, en la Batalla de Churubusco (agosto de 1847), el ejército mexicano fue derrotado. Los Sanpatricios sobrevivientes fueron apresados por los yanquis, juzgados, declarados culpables de traición y castigados con la horca.
La historia registra que, en Churubusco, después de una intensa batalla, el general norteamericano David Twiggs preguntó al general Pedro María Anaya sobre las municiones y armamento de los vencidos y obtuvo como respuesta la célebre frase de: “si hubiera parque, no estaría usted aquí”.
Dieciséis soldados del batallón fueron colgados en San Ángel, frente al templo de San Jacinto en la Ciudad de México el 9 de septiembre de 1847, cuatro más al día siguiente en el pueblo de Mixcoac y el resto, el 13 de septiembre cerca del Castillo de Chapultepec, en una ubicación escogida para que los condenados pudieran ver antes de morir, la bandera estadounidense clavada en el Castillo de Chapultepec.
Se sabe que quince soldados -entre ellos John Riley- no fueron colgados, pero como castigo, fueron marcados con una “D” en la mejilla derecha, recibieron 50 latigazos y estuvieron en prisión hasta que los estadounidenses se marcharon de México.
En 1850, John Riley se fue a Veracruz, donde murió y fue sepultado como “Juan Riley”, nombre con el que se alistó en el ejército mexicano. Algunos sobrevivientes regresaron a Irlanda y otros más se quedaron en el país.
Actualmente existe una placa conmemorativa en el lugar en que fue ejecutado el Batallón de San Patricio, en la Plaza San Jacinto en San Ángel.¿Mártires o héroes? Lo cierto es que, por convicción o ideología, los soldados extranjeros se unieron al pueblo mexicano para enfrentar la agresión del imperialismo voraz, invasor y asesino que recurre a cualquier medio para extender su poder y dominio sobre los pueblos del mundo.
Mes de la Patria… ¿A qué Patria se refieren?
Editorial Septiembre, 2024
Los mexicanos llamamos a septiembre el “Mes de la Patria”, porque el día 15 de éste mes, pero en 1810, el Cura Miguel Hidalgo y Costilla dio “el grito de Independencia” en Dolores Hidalgo, Guanajuato. Ésta fecha está marcada en la historia oficial como el inicio de la lucha armada del pueblo contra el colonialismo español, que logramos sacudirnos después de once años de revolución donde dieron su vida miles de mexicanos. De ahí que al Cura Hidalgo se le llame el Padre de la Patria.
Entre los “vivas” que gritamos cada 15 de septiembre está el de “¡Vivan los héroes que nos dieron Patria!”, pero resulta que en todas las luchas de México hay mujeres y hombres anónimos que dan su vida para forjar lo que los trabajadores entendemos como Patria. Para los mejores hijos del pueblo que murieron en los procesos revolucionarios no hay honores, placas, estatuas o ceremonias, aunque fueron el motor de la historia que nos hacen creer que fue lograda por la acción heroica de algunos individuos.
¿A qué Patria se refiere el discurso oficial? ¿A los millones de mexicanos que sobreviven en la pobreza? ¿A los perseguidos y encarcelados por luchar por su país? ¿A los desplazados por el crimen organizado? ¿A los jóvenes sin esperanza reclutados a la fuerza por el narco? ¿Al terror que niega todos los días el caudillo en las conferencias mañaneras bajo el pretexto de “tener otros datos”? ¿A los 43 normalistas de Ayotzinapa o los 49 niños muertos y 38 heridos de la Guardería ABC cuyos casos siguen impunes?” O quizás ¿a los multimillonarios que cada año multiplican sus fortunas con el sudor y sangre de los trabajadores? ¿A esa élite de explotadores que se dicen promotores del “progreso” y la modernidad?
En su discurso del 1º de mayo de 1961, el Comandante Fidel Castro nos dice:
“Aquí se acostumbraba hablar mucho de patria por parte de una serie de señores que tenían un concepto muy raquítico de lo que es o debe ser la patria. Y siempre estaban hablando de la patria, y estableciendo la obligación y el deber de defender la patria. Pero, ¿qué patria? ¿La patria de unos pocos? ¿La patria de un puñado de privilegiados? ¿La patria donde un señor tiene mil caballerías de tierra y tiene tres casas, mientras otros viven en la guardarraya en un miserable bohío?“
“…Ahora sí, nosotros podemos hablar de patria y ahora sí nosotros podemos tener un concepto verdadero de la patria, porque cuando decimos: defendemos la patria y estamos dispuestos a morir por la patria, ¡estamos dispuestos a morir por una patria que no es de unos cuantos, sino que es de todos (…)!
¡Patria o Muerte!” 1
Comandante Fidel Castro
La Patria que entendemos como pueblo, es por la que han dado su vida los trabajadores en las luchas a lo largo de la historia de México y no sólo durante la Revolución de Independencia. Como parte de esas luchas que marcaron al país, recordamos éste mes otro suceso histórico de gran trascendencia: el asalto al cuartel de Ciudad Madera, un 23 de septiembre de 1965, cuando un puñado de combatientes marcó el rumbo socialista a las luchas que vendrían después, y donde la revolución cubana tuvo una enorme influencia. De ello habría mucho que hablar en otro espacio.
El fracaso del sexenio
En la actualidad, septiembre será testigo de varios acontecimientos. Es el último mes de un gobierno de “izquierda” que nos entrega un país devastado por la violencia, con comunidades desplazadas por el crimen organizado en varias regiones, sin resultados sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa a diez años del crimen, que tampoco cumplió con Doña Rosario Ibarra de Piedra para devolver la medalla Belisario Domínguez que en 2019 le fue dignamente dejada en custodia, para que la regresara con la verdad sobre el paradero de los hijos de las madres del Comité Eureka y todos los desaparecidos políticos; un gobierno que busca “limpiar” todos los días la imagen de un ejército represivo que por acción u omisión permite la masacre y desaparición de periodistas, defensores de derechos humanos y activistas cuyo único delito es luchar por un país con justicia, libertad y dignidad.
Se va un presidente que deja al gobierno entrante “la papa caliente” de las reformas al Poder Judicial, el descontento de los trabajadores de esa instancia, la violencia, la pobreza y una sociedad polarizada dividida entre chairos y fifís, que enfrenta a pueblo contra pueblo y nos oculta el rostro de los verdaderos enemigos.
Nosotros rechazamos la idea de que cualquier crítica a la 4T nos coloque como conservadores o aliados de la derecha rancia, porque sostenemos que el Estado mexicano es un aparato de represión cuya tarea principal es mantener las bases del despojo y plusvalía de los trabajadores en beneficio de las empresas nacionales y extranjeras. Sin convertirse en un peligro para el capitalismo, el Estado se puede pintar de cualquier color: panista, priísta o morenista, porque las diferencias son de forma y no de fondo.
También creemos que es necesario combatir la idea de que existe una mayoría real que legitima el triunfo de Claudia Sheinmbaum, si consideramos que hubo un 40 por ciento de abstencionismo, mientras el 60 por ciento distribuyó su voto entre las dos coaliciones y el Movimiento Ciudadano, de tal forma que la candidata morenista capturó cerca del 35 por ciento de la votación total. Como quiera, el Estado otorga al pueblo el derecho a votar cada seis años, pero no le permite decidir las obras que definen el rumbo del país, como son los megaproyectos e infraestructura, que sirven para incrementar las ganancias del capital. Reconocemos, sin embargo, que hay gente honesta que cree en la Cuarta Transformación por falta de claridad, autoengaño o desinformación, pero principalmente porque en el horizonte político no existe una alternativa independiente y revolucionaria de largo alcance.
A escasos días de concluir su mandato, vemos que López Obrador pudo recomponer el Estado capitalista que estaba en crisis, al canalizar una parte del descontento social, desmovilizar luchas sociales, apropiarse de la narrativa de izquierda y erigirse como una alternativa popular mediante la estrategia del engaño, las mentiras y las medias verdades. Una parte de eso lo confirmamos en la reciente conferencia mañanera con el grupo de corifeos seducidos por el “encanto” del caudillo y redentor social, que todos los días se llena la boca de discursos de pueblo. Dieron pena ajena la sarta de elogios y actitudes serviles de los “periodistas” o “paleros”, como los tachó una reportera frente a Amlo, que pidió “no caer en provocaciones”.
Intelectuales, periodistas, activistas y luchadores sociales (salvo pocas excepciones), cayeron rendidos ante los cantos de sirena de la Cuarta Transformación, que aumenta su poder de seducción durante el periodo electoral al distribuir migajas a disidencias de poca claridad política y falta de principios.
El pueblo sabrá tarde o temprano que el Estado de la 4T es el mismo que los del PRIAN, pero oculto bajo otro ropaje. Hoy presenciamos un Estado que se encamina a la concentración de poder sin contrapesos, a un régimen fortalecido por un aparato militar que envidiaría el expresidente Felipe Calderón, pero lo más grave de esto es el apoyo social que legitima a la 4T y el poder, que deriva con facilidad en abusos, arbitrariedad, impunidad e injusticia frente a un pueblo desorganizado, que resiste en luchas dispersas y desarticuladas.
La cara más aberrante de la reforma al poder judicial es la propuesta de los “jueces sin rostro”, un recurso usado contra el pueblo en las peores dictaduras bajo el pretexto de proteger la vida de magistrados ante las amenazas del crimen organizado: Colombia, Perú, Perú, Brasil y Chile lo confirman, mientras Bukele en el Salvador y Daniel Ortega en Nicaragua buscan aplicarlo como método para eliminar disidencias.
La Cuarta Transformación retoma el plan que Felipe Calderón no pudo aplicar con el nombre de “jueces anónimos” y que Enrique Peña Nieto intentó llevar adelante durante su sexenio. Ambos gobiernos se vieron limitados ante la presión de un pueblo organizado en diferentes frentes, pero hoy existe la posibilidad de implementarse y legitimarse.
En los países donde se utilizó a “jueces sin rostro”, la medida tuvo que desecharse porque generó serias irregularidades: detenciones injustificadas, clonación de testigos, violación al debido proceso y extralimitaciones de funcionarios judiciales. De hecho, éste proceso nos recuerda los juicios de la Santa Inquisición en la Edad Media, que se valía de jueces y verdugos encapuchados al enjuiciar a los acusados indefensos, sólo que la modernidad permite hoy a los nuevos verdugos esconderse tras de un cristal.
Nosotros creemos que la reforma al Poder Judicial requiere de un análisis profundo, porque no es un tema que pueda abordarse en blanco y negro. Indudable que hay una élite corrupta beneficiada con el nepotismo, privilegios, salarios estratosféricos, tráfico de influencias y protección al crimen organizado. Pero el Estado echa en el mismo costal a los trabajadores, abogados y algunos jueces honestos que ven amenazados sus derechos laborales y alimenta con el discurso la agresión de la sociedad, que etiqueta a los inconformes de “corruptos” y “holgazanes”. Algo parecido sufrió el magisterio durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y su reforma educativa. Los resultados para debilitar y descalificar las luchas sociales son los mismos, aunque cambien las estrategias que aplica el Estado.
Efemérides
Un 8 de septiembre nace nuestra compañera María Luisa (Dení Prieto), quien se encontraba en Nepantla y de quien el compañero Alfredo escribió en sus recordatorios escritos desde la Selva en el año 1976:
“Supo captar y entender rápidamente los criterios de la organización y a los diecinueve años es ya militante profesional. La recordamos en Nepantla, en las tareas domésticas, enfrentándose a destazar un pollo, a asear una estufa, a chapear un pedazo de tierra y sembrarlo de alfalfa, a vigilar la higiene de las jaulas de conejos o pollos, y en todas sus tareas, teniendo presente la idea de formación revolucionaria que estaba adquiriendo gracias al nuevo enfoque que adquiere el trabajo cuando hay que realizarlo con esfuerzos propios, aprendiendo a revalorar las cosas, los bienes, en lo que realmente son, en lo que realmente representan, tomando conciencia de las necesidades para con ello ser más plenos, más libres.”2
También en septiembre nace nuestro compañero Mario, maestro normalista y de muchos compañeros, a quienes dejó un ejemplo de vida, entereza, estudio, disciplina, humildad revolucionaria y compañerismo. En éste mes, nuestra compañera Lucha pierde la batalla contra el cáncer; fue la primera mujer en integrarse como compañera profesional a las filas de la organización.
Hace cinco años que no está con nosotros el compañero, maestro y colaborador Francisco Pineda, siempre preocupado por la forma en que la historia oficial de la Revolución se ha convertido en instrumento de dominación, y preocupado también en que el pueblo de México recupere la memoria de lucha social de la que es y ha sido siempre sujeto activo.
Recordamos además a nuestro compañero Hernán, impresor que dejó sus enseñanzas técnicas y humanas a muchas compañeras y compañeros que lo recuerdan trabajando y en muchas ocasiones sacrificando horas de sueño. Siempre recibía con una gran sonrisa a quienes llegaban a la imprenta para apoyar en esa noble profesión.
Éste 23 de septiembre también recordamos a nuestro compañero Nicolás, a un año de habernos dejado. Él nos acompañó de muchas maneras en su caminar y dejó muchos planes e ideas de trabajo pendientes, pues se fue “de repente”, así como pasa la vida, sin darle tiempo para desarrollar sus proyectos tanto a nivel personal como con su “granito de arena” para con el trabajo de la organización revolucionaria con quien decidió sumar esfuerzos desde 1993.
2 Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos. Cuaderno de Trabajo Dignificar la Historia II. Las Fuerzas de Liberación Nacional y los combates por la memoria (1974-1977) 6 de agosto del 2016. Pag. 85.
Vuelos de la muerte: Los crímenes de Estado
“En ocasiones me di cuenta de que el personal que supuestamente
estaba muerto, todavía iba vivo, agonizante, así eran subidos al avión y
después los tiraban al mar”.
Margarito Monroy, testigo de los vuelos de la muerte.
A 50 años de distancia, no olvidamos ni perdonamos los crímenes del Estado contra el pueblo con el pretexto de la amenaza comunista. Fiel al mandato de su amo del norte, el Estado mexicano aplicó durante el periodo de la guerra fría toda la saña del aparato represivo contra el pueblo, con un saldo estimado de 8 mil 594 víctimas por tortura, detenciones y desaparición forzada, ejecuciones y 46 masacres, según datos oficiales, aunque la realidad bien puede rebasar las cifras.
Una de las caras más sangrientas de ésta represión fueron los “vuelos de la muerte”, realizados por el Ejército entre 1974 y 1979, con un saldo de por lo menos 350 personas arrojadas al mar luego de ser ejecutadas con el tiro de gracia en la nuca. Eran órdenes directas del entonces secretario de Defensa Nacional, el general Hermenegildo Cuenca Díaz y del presidente Luis Echeverría Álvarez, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Las atrocidades se justificaban con el pretexto de “defender nuestra democracia de cualquier agresión interior” y del fantasma comunista.
La barbarie es difícil de imaginar y representa una de las peores pesadillas de la historia reciente en México. Entre 1974 y 1979, el Ejército realizó por lo menos 54 vuelos nocturnos de la muerte, 80 kilómetros al norte de la Base Aérea Militar Número 7 de Pie de la Cuesta, en Guerrero.
La mayor cantidad de vuelos se produjo al inicio. Septiembre y octubre de 1974 fueron los más atroces: 16 vuelos de la muerte confirmados en total, con un aproximado de 100 personas lanzadas al mar.
El procedimiento era siempre el mismo: los detenidos eran llevados en la madrugada al “bungalow”, sentados frente al mar, ejecutados con un tiro en la nuca, subidos al avión y lanzados al Océano Pacífico. La mayoría de las veces el disparo era letal, pero cuando no era así, el escenario se volvía más inhumano y atroz. Las versiones de cadáveres que empezaron a aparecer en las costas de Oaxaca obligaron a los militares a envolver los cuerpos en costales de ixtle con piedras para impedir que flotaran.
El 27 de julio del 2001, un equipo de peritos confirmó la existencia del avión Aravá matrícula 2005 en el hangar del escuadrón 301, donde eran trasladados los detenidos durante los vuelos de la muerte. Un testigo cuenta que “con un plástico les envolvían la cabeza para tratar de atajar el escurrimiento de sangre” para evitar dejar rastros.
“Me tocó darme cuenta en la primera ocasión cuando el general Quirós Hermosillo disparó a varias personas. Me acuerdo bien porque mi general vestía una playera blanca y ya después de las ejecuciones lo veía con la camiseta manchada de sangre. Por eso yo le puse El Verdugo y a la pistola que usaban para matar a la gente, una Uzi 9 milímetros, le puse La Espada Vengadora, que hasta donde sé la habían traído de Israel”, dice Margarito Monroy, un testigo que trabajó para el Ejército.
Los testimonios coinciden en que las personas detenidas y asesinadas pertenecían a la Liga Comunista 23 de Septiembre y otras organizaciones guerrilleras de Guerrero y de todo el país, pero también “había de toda clase, gente de pueblo, de ciudad, de buena situación económica, ingenieros, doctores, licenciados, de todo tipo”.
Monroy señala que algunas veces llegó a ver militares que eran detenidos y ejecutados. “Se decía que se habían pasado al bando de la Liga 23 de Septiembre, eran jefes, oficiales y personal de tropa, pero no me enteré de sus nombres; recuerdo el caso de un soldado paracaidista que se había volteado de bando, fue detenido y decía que ya sabía que lo íbamos a matar, lo cual efectivamente sucedió”.
Finalmente agrega que “… las detenciones, ejecuciones y traslado que hacíamos de los cadáveres al mar para tirarlos, era un secreto a voces, todos sabían de eso: el comandante de la zona, el de la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta y el personal que ahí laborábamos”.
Hoy nos queda claro que la barbarie del Estado mexicano fue parte de la guerra imperialista contra los pueblos en América Latina durante las décadas de los sesenta y setenta, cuando florecieron como hongos las dictaduras sangrientas financiadas por Estados Unidos en casi todo el subcontinente.
Parte del plan imperialista era aniquilar la amenaza del comunismo y México enfiló su política por ese carril: recibió entrenamiento militar y asesoría de la Escuela de las Américas y la Central de Inteligencia Americana (CIA) para combatir la insurgencia popular mediante técnicas de detención y tortura.
Hoy está comprobado que los expresidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría eran informantes de la CIA y aplicaban en México las atrocidades recomendadas por su amo para contener las luchas y resistencias del pueblo.
LIMPIARLE LA CARA AL ESTADO
En días recientes apareció una supuesta lista de 143 víctimas de los vuelos de la muerte, tomada de los archivos que Doña Rosario Ibarra integró a lo largo de los años de lucha del Comité ¡Eureka!. El Centro Académico de la Memoria de Nuestra América (CAMENA), proporcionó esa lista para la elaboración de un “reportaje” con supuesto valor histórico.
El Comité Eureka rechazó en un comunicado la veracidad del material difundido, la intención de crear una expectativa sobre el “grandioso descubrimiento” y al mismo tiempo sembrar dudas sobre la honestidad de Doña Rosario Ibarra. (A continuación, transcribimos íntegro el comunicado).
Nuestra posición:
A nosotros como Casa de Todas y Todos, nos llama la atención la información de una supuesta lista de víctimas de los vuelos de la muerte por varias razones:
El “reportaje” se publica a escasos días de finalizar el sexenio de López Obrador, que deja sin resolver el tema de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Desde éste punto de vista, la información puede ser un distractor para limpiar la imagen de un Estado ineficiente en el tema de los desaparecidos políticos.
Se busca limpiar la imagen de un Ejército represor y violador de los derechos humanos, pues vemos que ayer como hoy, los ejecutores directos de la represión siguen siendo protegidos por el Estado, antes en la guerra sucia y hoy por los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
La difusión de una supuesta lista de víctimas de los “vuelos de la muerte” libera al Estado de seguir la búsqueda de los desaparecidos y cumplir la consigna de sus familiares: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”. El argumento de fondo sería que es imposible rescatar a quienes habrían sido devorados por tiburones o se perdieron en las profundidades del mar.
La maniobra de una supuesta lista de los “vuelos de la muerte”, es una burla contra los luchadores sociales, los familiares de los desaparecidos y del Comité Eureka. Es parte de la estrategia de AMLO para descalificar y culpar a los defensores de derechos humanos, periodistas y ciudadanos que se atreven a cuestionar los “logros” de la Cuarta Transformación, con todo el saldo de sangre y muerte que sigue representando el sistema político actual.
A nosotros nos queda reconocer y acompañar la digna lucha de los familiares de los desaparecidos, en la exigencia de procesos que resuelvan el problema de la confianza y la certidumbre en las acciones que se tomen para resolver con seriedad y con justicia los casos de desaparición forzada de antes y de hoy, para evitar que esos crímenes vuelvan a suceder en nuestro país y que el terrorismo de Estado llegue a ser una pesadilla.
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos
COMUNICADO DEL COMITÉ EUREKA
¡Urgente! Chiapas, México, agosto de 2024
Al correo de la casa de todas y todos llego la siguiente información la cual publicaremos integra.
A la sociedad mexicana
A los medios de comunicación
A las organizaciones sociales, civiles y sobre todo que defienden los derechos humanos
A la Iglesia de Chiapas
¡¡¡URGENTE!!!
¡Nos están matando y no hay quien nos pueda ayudar!
Somos vecinos de varios ejidos del municipio de Frontera Comalapa que pudimos salir de nuestras comunidades. Vivimos el terror de parte de grupos que les llaman delincuencia organizada, pero que sabemos son carteles que están en guerra desde ya varios meses.
Estos carteles secuestran, asesinan, y nos amenazan. En estas semanas la guerra está muy fuerte, esto ha provocado que nos movamos de nuestras comunidades, que son varias como Paso Hondo, Santa Rita, Verapaz, Ejido 24 de febrero, Tampico, ejido Bella Vista del Norte, Barrio Nueva Delicias, Guadalupe Grijalva, La Sabinada, Ejido Tres Maravillas, Barrio Monteverde y todos los barrios del municipio de Frontera Comalapa, Ejido Anonal, Ejido Nuevo Comalapa.
Y del municipio de Amatenango de la Frontera, Ejido Nueva Morelia, Ranchería Michoacán, Ejido Pacayalito, Barrio Bienestar Social, Barrio Nueva Libertad, Barrio Flor de Mayo, Ejido Nuevo Recuerdo, Ejido Palestina, Ejido Nuevo Amatenango, Barrio Belén, Barrio Platanillo, Barrio el Pino, Barrio Nueva América, por mencionar algunos ejidos y barrios.
Los carteles se llevan a hombres, mujeres, niños, y por eso estamos huyendo, ya sea fuera de nuestras tierras, incluso en lugares seguros para que nos podamos proteger de tanta violencia, palabra que se queda corta por los que desaparecen y mueren.
El día de ayer reportaron vecinos de los ejidos de Paso Hondo y Bella Vista del Norte del Municipio de Frontera Comalapa que uno de los grupos del crimen organizado entró a sus ejidos llevándose por la fuerza a más de 60 personas hombres todos. Amenazaron en regresar por más gente.
Necesitamos del apoyo de todos los sectores que conforman la sociedad civil, que nos ayuden porque queremos seguir vivos, trabajando y estar con tranquilidad. Los carteles nos controlan, nos impiden trabajar y además nos quitan lo poco que tenemos, además de que nos usan para sus propios intereses y no los de la comunidad.
Queremos nos ayuden divulgando nuestra voz de auxilio, organizándose para presionar a las autoridades del estado de Chiapas, del gobierno federal y del Estado mexicano.
Gracias por escucharnos y ojalá en sus corazones nos pongan un lugar y que pronto acabe este horror que estamos viviendo ahora en Chiapas, pero ha venido afectando a todo México
Atentamente
Hombres, mujeres y niños de la Frontera de Chiapas y de la Sierra.