Francisco Ferrer, un maestro transgresor
A nuestro correo de info@lacasadetodasytodos.org llegó la valiosa colaboración de un profesor, luchador y activista social, sobre el legado del pedagogo Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), que representa un valioso mensaje para las maestras y maestros en este día.
En 1906, Ferrer Guardía pronunció desde la cárcel un mensaje que sintetiza el ideario de su lucha, que influyó en grandes pedagogos que le siguieron, como Paulo Freire y la Pedagogía del Oprimido.
«La Escuela Moderna pretende combatir cuantos prejuicios dificulten la emancipación total del individuo, y para ello adopta el racionalismo humanitario, que consiste en inculcar a la infancia el afán de conocer el origen de todas las injusticias sociales para que, con su conocimiento, puedan luego combatirlas y oponerse a ellas. El estudio de cuanto sea favorable a la libertad del individuo y a la armonía de la colectividad, mediante un régimen de paz, de amor y bienestar para todos sin distinción de clases ni de sexos».
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.
Francisco Ferrer, un maestro transgresor

Al grito de “¡Viva la Escuela Moderna!, hace 125 años era fusilado en el castillo de Montjuic, en la ciudad de Barcelona, el educador anarquista Francisco Ferrer Guardia, quien revolucionó el enfoque pedagógico de la época a través de su creación, la Escuela Moderna. Ferrer fue acusado falsamente y con todo un andamiaje elaborado de forma mañosa para vincularlo con los eventos de la llamada Semana Trágica en la ciudad catalana a finales de julio y principios de agosto de ese mismo año.
Durante dichos sucesos, la población y la clase obrera barcelonesa respondieron al decreto gubernamental que obligaba a la juventud, principalmente hijos de obreros, a enlistarse en la milicia para enfrentar la guerra contra Marruecos.
Aunque las acusaciones y el juicio posterior estuvieron marcados por una clara intención política de asestar un duro golpe a lo que representaba Ferrer en aquel momento: el movimiento y la pedagogía anarquista. Esta última, en la propuesta de la Escuela Moderna cuestionaba fuertemente la educación autoritaria, la influencia religiosa y abogaba más bien por una educación laica, en libertad y racional. La figura de Ferrer fue tan importante en aquellos años que posterior a su ejecución, una oleada de protestas y manifestaciones masivas se desataron en diversas partes del mundo por su absolución.
Pero no solo eso, la educación anarquista de la Escuela Moderna se extendió más allá de Europa, hacia América donde en los Estados Unidos se formaron diversas escuelas que rescataban las propuestas de Ferrer y trataron de impulsar un enfoque educativo que rompía completamente con la época.
En nuestro país, la educación anarquista tuvo sus principales exponentes en la Escuela Racionalista de Yucatán que, entre 1915 y 1923, trató de impulsar una educación anarquista, libre de ataduras y dogmas y preocupada por la formación integral de los estudiantes más allá de una simple aprobación numérica y un tradicionalismo autómata.
A un siglo y un cuarto del fusilamiento del anarquista Francisco Ferrer Guardia, es pertinente reflexionar sobre su legado que, aunque antaño, reviste una importancia en la actualidad que radica tanto en una crítica al convencionalismo educativo y a la institución escolar —que incluso hoy en día es oportuno a la luz de enfoques dogmáticos y conservadores que ven en la educación y sobre todo en los alumnos, a sujetos pasivos y como moneda de cambio para atender únicamente la demanda del mercado laboral enmarcada en satisfacer las necesidades de la división internacional del trabajo— como al sistema económico capitalista.
Aunado a ello, los sucesos que originaron su aprensión y posterior fusilamiento obedecieron originalmente a una respuesta de la clase obrera contra la guerra de conquista que establecía España en aquellos años, para mantener territorios norafricanos bajo su dominio. La respuesta en ese momento fue clara: No a la guerra.
Hoy en día, en pleno siglo XXI y a pesar de lo que pudiéramos pensar, las demandas sociales de Ferrer no varían en lo esencial puesto que existen aún enormes retos y cuentas pendientes en el ámbito educativo (y en muchos otros) que es necesario atender para aspirar a una mejor sociedad. El Estado ha abandonado muchas de sus responsabilidades históricas con la educación de su población, al tiempo que vivimos una época de violencia desmedida, masacres contra población civil y serios problemas ambientales que algunos ya denominan una crisis civilizatoria por su complejidad y riesgos en el futuro inmediato.

Víctima de la intolerancia. Es un símbolo para los libres pensadores..
A 125 años de su ejecución, Ferrer Guardia sigue presente y nos confirma el papel de la educación como arma de liberación del pueblo explotado mediante la formación de niños y jóvenes críticos frente al poder. En el contexto actual de México, el aporte del educador anarquista es además importante en lucha magisterial por mejores condiciones laborales, en un ambiente de división, fragmentación y confusión generada en algunos sectores por los cantos de sirena de la Cuarta Transformación.
En nuestro país, miles de maestros conmemoran el 15 de mayo, día del maestro/a, saliendo a las calles para mostrar su descontento y exigir la abrogación de la reforma al ISSSTE de 2007, disminuir la edad de jubilación, un retiro y pensión dignas, la denuncia de un sindicato blanco y servil a la autoridad más que a sus propios agremiados, entre otras demandas.
Paralelamente, los sectores sociales y magisteriales más politizados y avanzados, tejen redes con otros movimientos y denuncian la violencia cotidiana de nuestro país, así como la masacre del pueblo palestino que, aunque se encuentran en latitudes geográficas distantes, tienen un común denominador: el hecho de haber cobrado la vida de miles de inocentes. En otras palabras, la/os maestra/os que protestan, se reconocen como sujetos de cambio en un mundo presa del capitalismo tardío que busca la manera de perpetuarse y mantener la ganancia y acumulación a costa de todo.
Un maestro/a que ayuda a la construcción, junto con sus alumnos, de conocimiento en las aulas representa un sujeto excepcional que muchos agradecemos y por lo que recordamos con cariño a aquellos/as que han ejercido una fuerte influencia y con los que nos identificamos por su honorable labor. Pero más allá de ello, cuando la labor docente no se limita al aula y su compromiso se encamina a la transformación social, la mejora de las condiciones de vida y la crítica irrestricta al poder, tenemos un tesoro social valiosísimo que merece ser reconocido valorado más allá de un mero transmisor de conocimientos.
Aprovechando el 15 de mayo, envío un sincero reconocimiento a toda/os aquella/os que, desde la enseñanza, han dejado un poco en mí, que han impactado en mi formación, pero sobre todo que tienen un compromiso más allá de las aulas y que hoy luchan por un mundo más justo, por un mejor futuro y lo mismo denuncian las atrocidades de la masacre contra el pueblo palestino que la crisis de violencia en nuestro país.
Más allá de la lejanía espacial y temporal, sirva el ejemplo de Ferrer para recordar, en nuestro contexto actual, la urgente necesidad de maestra/os comprometida/os no solo al interior de las aulas, con la impartición de cursos y el desarrollo de un currículo formal sino con la transformación del mundo actual.