Denuncia pública del SME

Recibimos esta denuncia, que publicamos en solidaridad con la causa de los trabajadores electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Al movimiento sindical democrático nacional e internacional.

A los medios de comunicación. 

El Sindicato Mexicano de Electricistas denuncia que el pasado 27 de
septiembre de 2019 fue víctima de un violento ataque perpetrado por un grupo de
ex trabajadores de LyFC opuestos a nuestra organización que, encabezados por un
grupo de choque profesional, agredieron con cohetones, petardos y piedras a
nuestros compañeros. 

El intento fallido de la toma violenta de nuestras instalaciones de
Insurgentes 98 en la colonia Tabacalera de la Ciudad de México, es parte de una
escalada de actos de provocación en contra de nuestra organización. El grupo de
choque que puso en riesgo la vida de nuestros compañeros y compañeras está
identificado con grupos disidentes que encabezan Jorge Sánchez García, Mario
Benítez Chávez, Fernando Oliva Quiroz y Ramón Ramírez a quienes hacemos
responsables de esta violenta agresión. 

Es falso, como lo afirman algunos medios de comunicación, que se trate
de un conflicto intergremial. Quienes atacaron a nuestra organización son en su
mayoría personas ajenas a nuestro sindicato como lo demostraremos.

Repudiamos también a los voceros de la provocación y medios de
comunicación que intentan justificar el uso de violencia. Los agresores son
franca y abiertamente grupos de choque de corte fascista que nada tienen que
ver con el campo democrático y popular.

Cabe resaltar, que al momento de la agresión, dentro de nuestro recinto
sindical se encontraban diferentes organizaciones sociales que minutos antes
del ataque había participado en un foro de solidaridad con el SME en defensa de
su autonomía y democracia sindical.  A los agresores enviados por Mario
Benítez Chávez, Fernando Oliva Quiroz y Ramón Ramírez no les importó que al
interior del SME se encontraran mujeres, niños y adultos de la tercera edad a
quienes prácticamente mantuvieron secuestrados por horas y con la amenaza de
ser linchados por los agresores, que además intimidaban a nuestras compañeras
con amenazas de que en cuanto pudieran entrar iban a violar a las “resístolas”.

Nuestro cuerpo jurídico ya presentó denuncias en contra de los autores
intelectuales y materiales de este ataque. Ya han sido identificados
golpeadores profesionales y revienta movimientos que en el zócalo capitalino
anunciaron que iban a tomar las instalaciones “tope lo que tope” a como dé
lugar. 

Exigimos al gobierno federal y local una inmediata investigación de
estos hechos. Sabemos que detrás de estos actos de provocación existen
funcionarios y grupos partidistas que pretenden tomar el control político de
nuestra organización. No lo permitiremos.

Exigimos el respeto a nuestra Autonomía Sindical y a la Dirección
Sindical electa por voto directo y secreto que encabeza nuestro compañero
Secretario General Martín Esparza Flores.

Llamanos a todos nuestros militantes en los diferentes estados de la
República para que desplieguen una campaña de denuncia en contra de los
agresores. Así mismo, los llamamos a la unidad y a mantenernos movilizados en
defensa de nuestra autonomía y democracia sindical.

A las organizaciones del campo popular les pedimos repudiar estos hechos.
Los fascistas no nos van a intimidar.  

¡¡VIVA EL SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS!! 

Fraternalmente.

“Por el Derecho y la Justicia del Trabajador” 

COMITÉ CENTRAL Y COMISIONES AUTÓNOMAS. 

SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS.

CDMX  a 28 de Septiembre de 2019.




Octubre en el camino

Amor mío, es de noche.
El agua negra, el mundo
dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora
y yo mientras tanto te escribo
para decirte:”te amo”.
Para decirte:”te amo”, cuida,
limpia, levanta
defiende
nuestro amor, alma mía.
Yo te lo dejo como si dejara
un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor, y aún tendrán fuerza
para quemar las manos que lo toquen.

¿Quienes fuimos? ¿Qué importa?

Pablo Neruda – Carta en el camino (Fragmento)

Sin duda el crimen de estado
cometido el 2 de octubre de 1968 estará por siempre en la historia de México
como un recuerdo triste, para que nunca vuelva a repetirse.

Sin embargo, los hechos son
“tosudos”, nuevas masacres, desapariciones forzadas, feminicidios, agresiones a
migrantes, son el “pan nuestro” de todos los días. No debemos descartar los
intereses de nuestro vecino imperialista por tratar de aprovechar estas situaciones
en su beneficio. Por ello hay que ser claros y unidos para enfrentarlo.

El “Che”, nuestro ejemplo
antimperialista dijo, en 1964:

“…porque es la naturaleza del
imperialismo la que bestializa a los hombres, 
la que la convierte en fieras sedientas de sangre, que están dispuestas
a degollar, asesinar,  a destruir hasta
la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya
caído bajo su bota o que luche por su libertad… Y recordemos siempre, que no
se puede confiar en el imperialismo pero ni tantito así, nada.”

Por tanto en todos los octubres
debemos recordar con tristeza el 2 y el 8 de oct ubre, y con alegría el
nacimiento de nuestros compañeros: Aurora, Manuel y Pedrín.

En esta ocasión vamos a transcribir
un texto del año 1976, escrito por 
nuestro responsable en la montaña “Alfredo”,  quienes vivimos la experiencia de estar bajo
las órdenes de Aurora, sabemos que fue, es y será un digno ejemplo para las
generaciones futuras.

A ella y a ellos, queridos compañeros, en octubre les decimos…

Presentes!

¡Vivir por a Patria! o ¡Morir por la
libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas
y Todos

COMUNICADO CONFIDENCIAL A TODOS LOS MILITANTES DE LAS
FUERZAS DE LIBERACION NACIONAL

         Recuerdo de la compañera Julieta Glokner Rossainz, Aurora.

         La educación que le brindó su padre, permitió que desde  su adolescencia, Aurora tuviese ya conciencia
de los problemas sociales.  Participó
durante su vida civil en numerosos grupos políticos buscando siempre solución a
los sufrimientos de su pueblo.

         Así, participó en el Frente Electoral del Pueblo, y cuando
procuraba, convencida ya de las incapacidades e impotencias de esos métodos,
que el Partido Comunista Mexicano cambiase sus lineamientos, fue expulsada de
las filas de la Juventud de ese organismo.

         Visitó la República de Cuba en los primeros años del triunfo
de la Revolución.  Buscó afanosamente,
sin lograr, pese a sus desvelos, conseguirlo, los contactos que le permitiesen
participar en la lucha que el pueblo guatemalteco sostiene contra la dictadura,
lucha que Aurora sintió también como propia y que motivaba en ella el deber
internacionalista que, firmemente arraigado, poseía. Por ello, cuando nuestras
FLN la contactaron, su militancia urbana fue ejemplar, a grado tal de que,
histórica excepción, fue la única compañera urbana que conocía y visitaba
nuestra casa de seguridad, como fue también la única en esa época que mereció,
siendo militante urbana, la entrega de un arma para su defensa, distinción que
le otorgara nuestra Dirección por sus sobresalientes méritos e íntegra
disciplina.

         En alguna vez realizó una comisión durante quince o veinte
días en la sierra chiapaneca:  su
voluntad moral y convicción revolucionaria se vieron acrecentadas y sólidamente
reforzadas al enfrentarse a las condiciones hostiles del medio, enteramente
nuevo para ella, pero que solamente arraigó más determinación a sus actos,  más esfuerzo en sus tareas, más confianza en
la victoria final de su pueblo.

         En julio de 1971, por razones de seguridad debe integrarse,
y lo hace, a las filas profesionales de las FLN.  Para ello, por las condiciones que nuestro
método revolucionario nos impone, hubo de separarse de lo más querido entre lo
querido: su pequeño hijo, Carlitos, quien tenía entonces cuatro o cinco años de
edad.  Lo hizo con la convicción profunda
de la necesidad del método, con la certeza 
absoluta de la histórica victoria de nuestros pueblos.  Alguna vez, cuando evocaba cariñosa el
recuerdo de su hijito, al observar a unos pequeños boleritos  que hambrientos le pedían algo de comer,
profundamente conmovida, sentenció: 
“mi hijo al menos, tiene qué comer; éstos son ahora también, mis
hijos”.

         Algunos meses bastaron como profesional para pulir sus
criterios.  Entonces es designada
responsable de la red urbana en el Distrito Federal. Ahí tuvo oportunidad
Aurora, entonces conocida como Paz, de mostrar sus cualidades como organizador,
la claridad de sus ideas políticas, la metodología en la corrección de las
fallas propias y de sus subordinados; por sus empeños, la red urbana aumentó
sus efectivos y algunos de sus integrantes se convirtieron en profesionales de
nuestra organización.

         Se aplicó al estudio de la medicina y sus avances teóricos
unidos a su meticulosa observación, le valieron para considerarla como el mejor
“ojo clínico” de entre nuestros compañeros no profesionales del ramo
médico.

         Como Salvador, basaba su superación personal en el trabajo y
en la autocrítica: ambos factores influyeron decisivamente en Aurora y por
consecuencia en los compañeros que personalmente la trataron.

         Sabía mandar, porque supo antes aprender a obedecer.

         Debemos reconocer su entrega total a la causa de la
revolución: su claridad en acción y su creatividad, contribuyeron a acelerar en
numerosas ocasiones la marcha de nuestra organización.

         Jamás sombra alguna de cobardía empañó su solidaridad
combativa: su vida importaba poco cuando la de sus compañeros corría riesgo.

         Un día antes de su muerte, enfrentó decidida junto a dos de
sus compañeros, el ataque de policías judiciales que en Villahermosa intentaron
detenerlos, acción de la que resultó con escoriaciones leves producidas al
romperse, por los impactos de las balas, el parabrisas del auto en que
viajaban.  Siempre presta, y lo demostró
en esa ocasión, a velar porque los conocimientos de la organización que poseía
no cayeran en poder del gobierno opresor, supo enfrentar con decisión, entrega
y convicción marxista los momentos apremiantes que vivió.

         Cuando ocurre su muerte, en el Sureste de México, los soldados
que amedrentados clamaban su rendición y la del compañero Gonzalo que la
acompañaba, sólo escucharon su voz  firme
y serena: “si pueden, vengan por nosotros”, voz rubricada por el
tableteo de su pistola automática.

         La confianza en su causa y la conciencia de su superioridad,
forjaron su decisión de que quien intentase detenerla, conseguiría sólo su
cuerpo, anegado en sangre, si no sucumbía antes, al pretenderlo.

                          “Muertes, martirio, sombra, hielo,
cubren de pronto la semilla y parece
enterrado el pueblo. Pero no me siento
sólo en la noche.
Soy pueblo, pueblo innumerable.
Tengo en mi voz la fuerza
para atravesar el silencio.
Desde la muerte renacemos”

         Las fuerzas del gobierno opresor, desconocen el talento que
con su acción apagaron.

         Hoy, primero de octubre, XXIX aniversario de su nacimiento,
evocamos su recuerdo junto a nuestra certera consigna:

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR
POR LA LIBERTAD

Fuerzas de Liberación
Nacional

1 de octubre de 1976




Un compañero Maestro

¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz

¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol
De polo a polo a una
secreta información

¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar
y toda el alma abierta
de par en par

Nicolás Guillén

Palabras
para escuchar, ecos de las montañas que resuenan en las calles y en las aulas.

Un
compañero de esos de los que se aprende, de esos de los que se puede conocer
nuestra historia, la de los pueblos que luchan, un siempre certero, agudo y pedagógico
análisis, siempre entusiasmados oídos atentos de escuchar sus palabras, voces
de tiempos de lucha, de palabras de la tierra, del pensamiento
internacionalista, del trabajo concreto en coordenadas y hechos.

Un
investigador que no dudó nunca en dar a conocer la historia desde los pueblos,
desde sus testimonios, sus experiencias en la lucha por la liberación. Que no
dudó nunca en narrar las estrategias del poder y sobre todo de los pueblos, en
la guerra y en la paz, en los símbolos y en las realidades.

Un
investigador que supo combinar la teoría y la práctica, el ejemplo de escribir,
denunciar, compartir, hermanar, desmenuzar las mentiras del poder, erosionar y
socavar las verdades impuestas, contrariar púlpitos y comodidades de academias
desgastadas por superfluas modas, racismos, colonialismos e imperialismos.

Leerlo,
escucharlo, emularlo, compartirlo, es tarea de todas y todos, es un amplio
volumen de páginas de las historias de nuestras naciones, es lectura obligada y
recuerdo presente.

de la
lucha sigue!!!, de viva pueblos !!!, de tierra y libertad!!!

Vaya pues un abrazo a su familia, compañeros, amigos, …y en ese abrazo colectivo mirar sonriendo, trabajar platicando, como siempre hacen nuestros compañeros y compañeras, mirando un posible y real mundo de los trabajadores, de los campesinos, de los estudiantes, de los pueblos.

“El territorio es el marco inicial y más concreto, en que se observa la vinculación de la cultura y la guerra; y sobre todo, el punto de partida para entender el significado de la demanda zapatista, que no fue de parcelas de labor, sino siempre y enfáticamente: tierras, montes y aguas, en una palabra, territorio. Le llamaron también: To tlalticpac-nantzi mihtoa patria, nuestra madrecita tierra, la que se dice patria”.   

Pineda, Gómez Francisco. (1997) La irrupción zapatista. 1911. Colección Problemas de México, Editorial ERA. México.

18 de septiembre
del 2019

Con profunda tristeza recibimos el aviso del fallecimiento
de nuestro compañero Francisco Pineda, maestro, investigador de la historia
verdadera, ejemplo de estudio y trabajo riguroso; pensamiento crítico e
independiente, preocupado por la manera en que la historia oficial de la Revolución
se ha convertido en dispositivo de dominación para que el pueblo de México
recupere la memoria de lucha social de la que es y ha sido siempre sujeto
activo.

Solidario con toda lucha justa, donde quiera que esta fuere. No dudó ni un momento en colaborar comentando nuestro libro Dignificar la Historia I. Las FLN y la Guerra Fría en México (1969-1974).

Las compañeras y compañeros de la Casa de todas y todos lo
recordamos siempre con profundo respeto. Nos sumamos al duelo de su familia,
los acompañamos en su dolor y decimos con el orgullo de haberlo conocido…

Compañero
Francisco Pineda…. ¡presente!…

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo editorial de la Casa de todas y todos




Mayo… de lucha y resistencia

El mes de Mayo nos presentan lo que parece
olvidado y borrado en otros meses del año, la lucha histórica, revolucionaria y
actual de las trabajadoras y trabajadores por los derechos laborales y la vida
digna.

En todo el mundo se realizan jornadas
de acción reivindicativa, culturales, informativas y educativas recordando a
esos primeros obreros, nuestros pioneros, que en Chicago y en Cananea dieron su
sangre por demandas que hoy increíblemente se siguen defendiendo y reclamando,
después de más de 100 años, como son la jornada laboral de 8 horas, la semana
de trabajo de 5 días, y un salario digno.

Mayo nos brinda la oportunidad de hacer visibles las luchas actuales de trabajadores, mujeres y hombres; en el marco laboral, se presentan ante los trabajadores una serie de modificaciones, recién aprobadas por mayoría legislativa, a la Ley federal del trabajo que les permitirá incidir de forma más clara en los procesos de decisión dentro de los sindicatos, mediante el voto libre y directo, tanto para la aprobación de contratos colectivos como para la elección de líderes sindicales. Esto, de entrada, seguramente traerá aires frescos al viejo corporativismo, y nos obliga a reforzar el trabajo político entre la base trabajadora para que dichos cambios no queden en letra muerta, y más allá de eso, para que estas reformas faciliten la conquista de los aparatos sindicales para el genuino beneficio de las y los trabajadores.

Más allá de ello, es importante
notar que dicha reforma ha sido impuesta a México por Estados Unidos y Canadá
desde el proceso de renegociación del TLC, junto con una serie de candados que
dificultan al empresariado mexicano seguir compitiendo en el mercado  trilateral mediante la represión salarial a
sus trabajadores. La reforma, así vista, no es producto del gobierno actual,
sino una imposición de los poderes económicos imperiales de los Estados Unidos
para reventar su posible competencia en nuestro país y adueñarse, en un futuro
próximo, del mercado laboral mexicano.  

Estamos atravesando un periodo
sumamente complejo en nuestro país, inmerso en un rio revuelto donde por un
lado, se le dice al pueblo que el neoliberalismo ha muerto, y que la pugna
política actual es entre liberales y conservadores; lo que no se le dice, es
que neoliberales, conservadores y liberales, por igual, son rostros del mismo
régimen de producción capitalista que tiene a este país, a nuestra américa
latina, a nuestro planeta entero, en el margen de un colapso.

Efemérides.

Este Mayo del 2019 también se
conmemora el 13 aniversario de las agresiones a compañeras y compañeros en San
Salvador Atenco, quienes no cejaron en su búsqueda de justicia y luego de un
penoso proceso lograron, desde organismos internacionales, una importante
victoria jurídica en contra de la tortura sexual, uno de los instrumentos de
opresión más utilizados por el Estado mexicano. Su digna perseverancia ha sido,
sin duda alguna, ejemplar.

En nuestras efemérides, encontramos
el nacimiento de nuestro compañero Ismael, quien con sus escritos sobre Fray
Servando nos llevó a conocer directamente la lucha de las viudas de Sartaguda
en Navarra siempre presentes como ejemplo en la lucha por los desaparecidos.

Mayo también nos recuerda, la caída
en combate en 1983, de nuestros compañeros Mario y Ruth, ambos “compañeros
buró”, es decir, pilares del Buró Político de las FLN.

Su participación abonó en la
necesidad de que los militantes de nuestra organización lograran una absoluta
comprensión política de lo que es la práctica y la teoría revolucionaria pues
ya a 50 años de trabajos ininterrumpidos, esos principios demuestran que sin la
primera (práctica revolucionaria), no se logra lo segundo (la teoría
revolucionaria). Ambos con su autoexigente disciplina ante el estudio, empatada
a los diversos aprendizajes prácticos que les tocó desarrollar, son ejemplo de
formación, desarrollo, consolidación y congruencia en el proceso político
durante los años que participaron en nuestra lucha.

Una muestra de su empeño lo observamos
en algunos párrafos  de sus escritos en
nuestras publicaciones, mismos que conservan su absoluta vigencia.

Nepantla 30

CARTA A UN COMPAÑERO

Por el Cro. Mario.

“Durante
el viaje de retorno a estas bellas tierras, entre monólogos y pleitos con
locutores tarados, tuve tiempo para cavilar sobre la lentitud de los
procedimientos para publicar nuestras opiniones políticas. Redondeando sobre
uno de los temas de nuestra última reunión considero que no basta con hacer
correctos análisis de la realidad política nacional e internacional, sino que
corre una importancia paralela su circulación oportuna entre la base y el
círculo de lectores de nuestras publicaciones.”

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Por el Cro. Mario

(…)

“Para
la aplicación de las normas de seguridad existen criterios políticos generales
que nos permiten implementar técnicamente nuestra actuación cotidiana: la
discreción, la compartimentación, la desconfianza, el hermetismo, la vigilancia
permanente, las reglas de reclutamiento; son principios políticos básicos para
preservar el trabajo revolucionario en todo momento del proceso. Para su
correcta aplicación concreta debemos considerar el momento histórico y el medio
en que se desenvuelve nuestra organización: Así por ejemplo: el guerrillero de
monte lleva su arma en la mano en tanto que el combatiente urbano debe llevarla
siempre oculta y aun en ocasiones prescindir de ella para mejor realizar sus
comisiones. Es decir, tiempo y lugar determinan la práctica de diferentes
medidas de seguridad.”

(…)

“El
estudio permanente de nuestros comunicados es fuente inagotable de
conocimientos políticos de los cuales se desprenden valiosísimas experiencias
de seguridad. Su estudio e interpretación correcta, aunados a la práctica
cotidiana preservarán el trabajo político de la organización y con ello a sus
militantes individualizados.”

CUMPLIR NUESTRO PROGRAMA PARA EL
EXTERIOR (de la organización)

Por el Cro. Mario

(…)

“Nuestra organización es diferente, tanto en principios políticos, como en métodos de trabajo; y las masas, que aprenden muy rápido, deben distinguirnos de los charlatanes que se les acercan parloteando sobre la revolución. Es muy importante que las mismas actitudes militantes que practicamos en nuestras filas sean las que practiquemos entre nuestro pueblo. El militante de las FLN que realice trabajo al exterior de la organización debe ser ejemplo de compañerismo, seriedad, discreción, puntualidad, espíritu fraternal, y eficacia de trabajo. Debe distinguirse por su respeto al pueblo y carecer de aires de “sabelotodo”; debe ser formal en el cumplimiento de sus compromisos.”

¡Viva la unidad de los trabajadores del mundo!

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.




¡Zapata vive!

Francisco Pineda Gómez

Fragmento del libro de próxima aparición, La guerra zapatista, 1916-1919. Se publica en Proceso con autorización de Ediciones Era.

Chinameca, Morelos, jueves 10 de abril de 1919. Luego de un toque de
clarín, la tropa del ejército carrancista ensilló y emprendió su marcha rumbo a
Cuautla. El sol comenzaba a esconderse en el monte; eran las seis y media de la
tarde.

El cuerpo
del general Emiliano Zapata cabalgó, por última vez, con el pecho sangrante y
amarrado, a lomo de caballo. Hombres, mujeres y niños de la Tierra Caliente
salieron a ver la columna militar que pasaba por las rancherías. En la noche,
la partida arribó a Cuautla.

Ese día,
en Palacio Nacional, Venustiano Carranza se reunió con “prominentes hombres de
negocios” de Chicago. En sus “carros palacio” de ferrocarril, con fotógrafos y
cinematografistas, también llegaron a México contingentes de las compañías petroleras,
mineras, industriales, comerciales y bancarias de Estados Unidos.

Mr. J. H.
Haile, presidente de la Cámara de Comercio de San Antonio, Texas, expresó
alegremente: “en México no ha habido revolución”. Mientras tanto, acorazados
yanquis se colocaron frente a la costa de Tampico para exigir la entrega
incondicional del petróleo mexicano.

Coronel José Carmen Aldana, Ejército Libertador:
Íbamos a ver el cuerpo pa’ saber si jue Zapata o no. Por eso dormimos ahí […].
Ya llegamos, estaba la gente afuera […]. Nosotros buscábamos el dedo, acá mocho, aquí.
Dice un guacho: “Ora sí cabrones, ya quedaron huérfanos, ya su padre se lo llevó la chingada. Despídanse de su jefe”.
Agarraban la mano del jefe así y otros por ver su dedo. ¡Adiós, mi general!
Dicen: “Ahora, despídanse de su padre”.
– Sí, adiós mi general. Se nos acabó el orgullo.
– Es Zapata, ¿verdad que él es? ¿Cómo jijos de la chingada dicen que no? ¡Ése es Zapata!
– No es. ¡No es, cabrones!
Les metían chingadazos.

En
Cuautla, el jefe de la operación para asesinar a Zapata, general Pablo
González, ordenó que el doctor Loera inyectara el cadáver a fin de que fuera
exhibido en la Inspección General de Policía. Miles de personas desfilaron
delante del cuerpo; no sólo eran habitantes de Cuautla y poblados de la región,
también llegaron de la ciudad de México.

¿Están
completos los dedos de la mano derecha? ¿Tiene el lunar de la cara? ¿La
cicatriz de una cornada en la pierna? ¿Y el lunar con forma de mano en el
pecho? De inmediato, se expandió un rumor en el pueblo. No es Zapata.

Eusebio
Jáuregui –campesino de veinticinco años de edad, antiguo jefe de la escolta de
Emiliano– al principio sostuvo que el cuerpo no era de Zapata, pero después se
desdijo. La prensa aseguró: “todos confirman la declaración de Jáuregui hecha
ante el notario público”. Dos días después, en el panteón municipal de Cuautla,
Jáuregui fue fusilado por un pelotón carrancista.

La
soldadesca se exaspera, maldice, golpea, fusila. “No hay ninguna duda. ¡Es
Emiliano Zapata!” Los diarios hacen eco. “Las dudas hechas nacer por los
escépticos o por los interesados en cultivar aún la incredulidad de los
zapatistas in mente, desapareció al
fin: Zapata identificado hasta por sus partidarios y parientes, lo fue sin duda
en todo el país, por las fotografías que del cadáver ha publicado la prensa.”

Capitán segundo de caballería Serafín Plasencia Gutiérrez, Ejército Libertador:
Y dice: “¿Usted, conoció a Zapata?”
–Sí, cómo no.
–Pase a ver.
Ya pasó a ver. Zapata tenía una cornada aquí, mire, en medio de la pantorrilla. Sí, lo alcanzó siempre el toro y le agarró aquí. Tenía aquí un lunar negro, de este lado, grande […]. De menos tenía que tener la cicatriz. Tenía un dedo mocho […]. Y el muerto no tenía nada de eso.
Por esa razón dijo ese jefe: “No es. No es, señor Guajardo”.
–Ah, ¿no es?

Que lo fusila, luego, luego. Claro que, después, la gente pues tenía miedo; todos decían, aunque no fuera, pues que él es, que él era y que sí fue.
Y a última hora, fue Juan Bustamante; el que mandaba los toros y todo el ganado de Coahuixtla, fue el caporal. Y le dice Guajardo: “¿Usted conoció a Zapata?”
–Cómo no lo voy a conocer, era mi compadre.
Y, luego, luego, pasó. Luego, dijo que no era.
Que le dice: “¡Ey, Guajardo!” –ése sí le contestó feo– “pendejo, no tengas ciego al pueblo. ¡No es!”
Y que lo sacan a culatazos a Juan Bustamante.
Entonces, que entra el señor Mora.
–¿Usted conoció al señor Zapata?
–Sí, cómo no.
Había sido mayordomo, después ayudante, había sido de la hacienda de Coahuixtla, y que entra. Luego, vio que no era.
–¿Es Zapata o no es Zapata?
Le dice: “Ay, señores, me van a matar por la mentira. Mátenme por la verdad. ¡No es!”

El sábado
en la tarde, ocho prisioneros rebeldes, escoltados, entraron a la pieza donde
se exhibía el cadáver. El pueblo se había congregado ya en la plaza. Tres
mujeres –unos reportes dijeron que primas; otros, que sobrinas de Zapata– se
negaron a encabezar el cortejo fúnebre. En su lugar, desfilaron los generales,
tenientes coroneles, mayores y oficiales del ejército federal, según los
diarios.

Fotógrafos
y camarógrafos registraron escenas para la prensa y el primer noticiario
cinematográfico de la capital. La multitud se agolpaba y la marcha inició con
dificultad rumbo al cementerio. Al caminar, se abrieron puertas y ventanas.

El
féretro fue conducido a hombros por los presos zapatistas Encarnación Vega,
Manuel Vega, Rafael García, Serapio Marca, Carmen Morales, José Romero, José de
la Cruz y Jesús Guzmán.

Afuera
del panteón, la muchedumbre abrió paso. El cadáver de Zapata fue llevado a una
fosa situada a la izquierda de la entrada, en la segunda fila, cerca de la
pared que limita el cementerio. Su cabeza quedó orientada a la puesta del sol,
muy cerca de un árbol de guayaba.

Mayor de caballería Félix Vázquez Jiménez, San Juan Ixtayopan, Tláhuac, Ejército Libertador:
¿Y no decidieron licenciarse?
Pues, yo por mi parte no, señorita. Pero, mis compañeros sí se licenciaron.
Y usted, ¿por qué no se licenció, si ya la mayoría había dejado las armas?
Pues, porque yo dije que nunca me iba a rendir; que mejor aventaba las carabinas, pero ser rendido nunca.
¿Qué pensaba usted hacer?
Pues nada [llora]. Es triste de que esté uno con… Agarra uno a Emiliano Zapata… se voltea uno solito… Pues, mejor muerto, que ser rendido.

Arrodillada,
una señora aguardó en silencio. Antes de que los enterradores empezaran a
cubrir el féretro, la mujer se irguió, tomó un puñado de tierra y lo arrojó
sobre la caja. En seguida se retiró, secándose la cara con el rebozo. Los
golpes sordos del martillo y las paladas de tierra que caen sobre el ataúd se
escuchan a distancia, en medio del silencio profundo. Suenan las campanas: seis
de la tarde.

La
noticia del asesinato de Emiliano Zapata se propagó de inmediato en la prensa.
El 11 de abril, uno de los diarios más importantes de la capital, Excélsior, encabezó su primera plana con
caracteres rojos, a ocho columnas, con la siguiente leyenda: “Murió Emiliano Zapata:
el zapatismo ha muerto”.

Ése fue
el sentido que se quiso imponer al acontecimiento. El Universal comentó en la primera página: “Emiliano Zapata, el
jefe más tenaz de la región suriana ha muerto ya; el zapatismo, sin su viejo
hombre-bandera, ha terminado”. Por su parte, El Demócrata expresó en otro encabezado: “Ahora es fácil la tarea
de exterminar los restos del endeble zapatismo”.

Todos los
diarios de Nueva York publicaron la noticia. The New York Herald editorializó el asesinato de Emiliano Zapata,
con una incitación abierta: “Si la actividad de las tropas del gobierno de
México continúa, no es remoto predecir que Villa quedará también suprimido
[…]. El derecho a existir de cualquier gobierno de México depende de la
habilidad que demuestre para exterminar a sus enemigos”.

En ese
momento para la resistencia popular el problema no era alcanzar la libertad o
producir un modelo, sino tan sólo salir del callejón sin salida que había
impuesto el gobierno con la imagen de la muerte. Y aquella noche, en Cuautla,
se abrió una salida para ese callejón.

El poder
maquinó un rostro de muerte. La resistencia salió del encuadre, desplazando la
mirada. Buscó en la mano, en las piernas y en el pecho las señales que autentificaran
su propia verdad.

¡No es Zapata, cabrones!

¡Zapata vive, la lucha sigue!




Operaciones especiales para asesinar a Emiliano Zapata

Dr. Francisco Pineda Gómez*

Las operaciones militares para asesinar a Emiliano Zapata comenzaron en 1911, inmediatamente después de que se organizara el Ejército Libertador. Ese año, hubo cuatro intentos fallidos que muestran, desde el inicio, cuáles fueron las fuerzas y las estrategias empleadas contra la revolución campesina de México.

Primero
fue una emboscada que montó el ejército federal en Jojutla —el 28 de abril de
1911— con apoyo de Ambrosio Figueroa y Guillermo García Aragón, maderistas.
Estos últimos pusieron el ingrediente del engaño necesario para llevar a Zapata
a la trampa. Hicieron creer que harían un ataque conjunto sobre Jojutla. Pero,
antes de emprender el ataque, el general en jefe del Ejército Libertador
recibió información de cómo estaban dispuestas las fuerzas federales y
maderistas en Jojutla. Figueroa acampó cerca de la ciudad sin ser atacado,
mientras que la artillería y las ametralladoras porfiristas se habían
concentrado en la zona donde los zapatistas iniciarían el asalto. En esta
ocasión y en otras posteriores, el trabajo de información de los insurgentes
salvó la vida de Zapata.

Ambrosio
Figueroa, cacique de Huitzuco, Guerrero, tenía relaciones estrechas con las
haciendas de Jojutla, en especial con los hermanos Felipe y Tomás Ruiz de
Velasco. Desde ese campo, la oligarquía, se gestó el arreglo entre Figueroa y
el porfirismo. La iniciativa vino de Guillermo de Landa y Escandón, senador
porfirista en dos ocasiones, gobernador del Distrito Federal y sobrino del
general Pablo Escandón, hacendado y gobernador de Morelos. El acuerdo con
Ambrosio Figueroa se realizó a través del teniente coronel Fausto Beltrán,
aquél que estará al mando de la emboscada en Jojutla. Para los maderistas, el
principal resultado fue que Porfirio Díaz designara a Francisco Figueroa
—hermano de Ambrosio— como gobernador provisional en el estado de Guerrero.

Luego que
falló la primera emboscada para asesinar a Emiliano Zapata, los porfiristas
trataron de someterlo con ofrecimientos económicos. La respuesta del jefe
insurrecto fue la ofensiva: el ataque y toma de Cuautla. Pero, además, Zapata escribió
una carta que fue publicada el 10 de mayo de 1911: “Es necesario que desechen esa farsa ridícula,
que los hace tan indignos y tan despreciables y que tuvieran más tacto para
tratar con gente honrada […]. Yo me he levantado, no por enriquecerme, sino
para defender y cumplir ese sacrosanto deber que tiene el pueblo mexicano honradoy estoy dispuesto a morir a la
hora que sea”.[i]

El jefe del Ejército Libertador enfatizó
así los campos del enfrentamiento social: por un lado, el pueblo mexicano
honrado; por otro, el enriquecimiento y la farsa ridícula de los indignos y
despreciables.

Así, desde las primeras semanas de la multitud
insurrecta, quedó la marca imborrable en la memoria que guardamos de Emiliano
Zapata, como símbolo de la dignidad y la honradez, en las luchas del pueblo
trabajador mexicano.

Las fuerzas de la oligarquía

Al otro día de la toma de Cuautla, el maderismo y el porfirismo
llegaron a un arreglo en Ciudad Juárez. El secretario de Relaciones Exteriores,
Francisco León de la Barra, quedó como presidente provisional; fue abogado,
diputado y embajador porfirista en Brasil, Argentina, Uruguay, Bélgica, Holanda
y Estados Unidos.

Después,
en febrero de 1913, León de la Barra apoyará el golpe de Estado contra Madero y
nuevamente será secretario de Relaciones Exteriores. Al siguiente día del
asesinato de Madero y Pino Suárez, en Lecumberri, el canciller huertista arguyó
—ante el embajador de Estados Unidos— que su gobierno había trasladado a Madero
y Pino Suárez a la penitenciaría porque ahí estarían más cómodos, que en
Palacio Nacional, y más seguros (tal cual). Así consta en el archivo del
Departamento de Estado.[ii]
Durante su presidencia provisional se realizaron otros dos intentos para
asesinar a Emiliano Zapata.

A la
caída de Porfirio Díaz, Emiliano Zapata se reunió con Francisco Madero, el 8 de
junio de 1911, en la ciudad de México. “En atención a los servicios que ha
prestado usted a la revolución —dijo Madero— voy a procurar se le gratifique
convenientemente de manera que pueda adquirir un buen rancho”. El jefe
insurrecto le respondió enojado, “yo no entré a la revolución para hacerme hacendado;
si valgo algo, es por la confianza que en mí han depositado los campesinos”.[iii]

Entonces
se puso en marcha la siguiente operación. Si los rebeldes no se doblegaban con
ofrecimientos, había que matarlos. Éste es un procedimiento fundamental del
poder: la corrupción y el asesinato, el exterminio político moral y el
exterminio físico, para acabar con las luchas del pueblo trabajador.

En julio
de ese año, un contingente zapatista asistió a la ciudad de Puebla para recibir
a Madero y se instalaron en la plaza de toros. El campamento daba el aspecto de
una feria, relataron dos testigos, “niños, mujeres y ancianos, por centenares,
se encontraban, unos durmiendo y otros entonando canciones populares”. La noche
del 12 de julio de 1911, el ejército federal atacó a los zapatistas: el fuego
de fusilería que vomitaban las ametralladoras y los cañonazos, que disparaban a
150 metros, masacraron a las familias y a los insurrectos.[iv]

A la
mañana siguiente, Madero arribó a Puebla y visitó el cuartel del Carmen, frente
a la plaza de toros. Allí felicitó a los asesinos “por su lealtad y disciplina”,
encareciéndoles que obraran siempre así, pues era necesario fortalecer al gobierno.
Además, pidió al presidente provisional que ascendiera al coronel asesino, Aureliano
Blanquet, al grado de general.[v]

Y se
montó la emboscada. Cuando Madero se enteró de que Zapata hacía preparativos
para atacar a Blanquet, Francisco Vázquez Gómez —candidato maderista a la
vicepresidencia, en 1910— envió un telegrama que se copió en papel membretado del Estado Mayor de la Presidencia de la
República:  “Urge saber si Zapata no se ha movido para
esta capital [Puebla], vigilando sus movimientos y dándome aviso; listos
federales de confianza por si se ofrece movilizarlos repentinamente; urge orden
de que entreguen al general [federal] Agustín del Pozo $ 20,000 hoy mismo,
situación seria”.[vi]

En
seguida, Victoriano Huerta inició la ocupación militar de Morelos, con apoyo de
tropas maderistas de Veracruz, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Guerrero. En el primer
contingente de estas fuerzas irregulares, el mando estuvo a cargo de Cándido
Aguilar, quien después será gobernador carrancista de Veracruz, secretario de
Relaciones Exteriores y yerno de Venustiano Carranza. Ambrosio Figueroa fue
designado gobernador y comandante militar de Morelos, por iniciativa de
Francisco Madero. Éste le escribió al cacique: “Espero que su patriotismo
aceptará esa invitación y nos pondrá en su lugar a Zapata, que ya no lo
aguantamos”.[vii]

Victoriano
Huerta hizo la campaña militar “sin consideración alguna” y así lo comunicó a
Francisco León de la Barra. El País
informó que el capitán Girard Sturtevant, agregado militar de la embajada
Estados Unidos, formaba parte del Estado Mayor del general Victoriano Huerta.
Según información oficial, ese capitán enviaba sus informes a la División de
Inteligencia Militar de Estados Unidos.[viii]
A su vez, por aquellos días, David E. Thompson, el embajador saliente de ese
país, visitó al gobernador Ambrosio Figueroa y tuvo “frases cariñosas” para él.
En 1906, Thompson promovió la persecución de los magonistas y la represión a
los mineros de Cananea. También logró que el imperio controlara el agua de
riego del río Colorado, dentro de territorio mexicano.

El 25 de
agosto, Tomás Ruiz de Velasco escribió al presidente de la república, Francisco
León de la Barra: “Ayer regresó [Ambrosio] Figueroa, quebró buen número [de
rebeldes…] Zapata en Jojutla […] ¿habrá modo de eliminarlo?” [ix]

El
presidente provisional trabajaba con ese objetivo. El 31 de agosto, informó a
Huerta: “Telegrafíame Zapata de Ayala, diciéndome que sólo tiene una pequeña
escolta. Comunícolo a usted para que conozca el punto de donde me telegrafía […]
puede usted proceder con libertad de acuerdo con [Ambrosio] Figueroa y [Gabriel]
Hernández”. Huerta se dirigió inmediatamente a Villa de Ayala y atacó la
población durante una hora. Pero Zapata ya no estaba ahí. Entonces informó al
presidente que, inmediatamente, enviaría una columna para apoyar al figueroista
Federico Morales, que estaba combatiendo a Emiliano Zapata, en Chinameca. León
de la Barra le respondió con insistencia, “puede usted proceder con libertad”.[x]

Ahí, en
Chinameca, ocurrió el nuevo intento para asesinar a Zapata. El general insurgente
Próspero García Aguirre relató que, llegando a la hacienda, los rebeldes pidieron
permiso para jugar unos toros; jugaron dos días y el administrador de la
hacienda llamó por teléfono a Cuautla para delatarlos.

“Zapata estaba
comiendo en la casa de Santiago Posada, cuando le llegó el parte de que el
gobierno lo sitiaba. Salió en su caballo y, ya en el obrador, se quedó parado
con quince hombres que lo rodeaban armados. Y el gobierno ya venía,
cuatrocientos hombres armados sobre él. Se apeó del caballo, metió mano al
rifle y empezó a tirar. Montó en el caballo, se revolvió con unos y salió.
Salió con dos y él, tres. Se fue pa’l cerro”.[xi]

Al
terminar su periodo provisional, Francisco León de la Barra dio un informe al
Congreso: “el problema del desarme y dispersión de las fuerzas
revolucionarias”, en Morelos, “fue mayor que en otras partes del país”, porque
los zapatistas “adoptaron una actitud insumisa”. Luego, señaló oposiciones
significativas del pensamiento oligárquico. En un campo, Victoriano Huerta, un
“jefe de prestigio”; en el otro, Emiliano Zapata, “el jefe del movimiento
sedicioso que se hizo popular entre las clases incultas del Estado por
ofrecimientos de repartición de las tierras, sin tener en cuenta los derechos
de propiedad”;[xii] es decir, el “derecho”
de los usurpadores de tierras, montes y aguas, desde la época de Hernán Cortés.

El
general en jefe Emiliano Zapata: “¿Cómo se hizo la conquista de México? Por
medio de las armas. ¿Cómo se apoderaron de las grandes posesiones de tierras los
conquistadores, que es la inmensa propiedad agraria que por más de cuatro
siglos se ha transmitido a diversas propiedades? Por medio de las armas. Pues
por medio de las armas debemos hacer porque vuelvan a sus legítimos dueños,
víctimas de la usurpación”.[xiii]

Villa de Ayala

Las operaciones militares más elaboradas para asesinar a Emiliano
Zapata ocurrieron en Villa de Ayala y en Chinameca, noviembre de 1911 y abril
de 1919. Es decir, durante los gobiernos de Francisco Madero y Venustiano
Carranza. El rasgo distintivo, en ambos casos, fue que lograron fijar a Zapata
en un lugar, por medio del engaño, y lo atacaron con un poder de fuego
considerable.

El 6 de noviembre de 1911, Francisco Madero llegó a la presidencia, después de unas elecciones en que obtuvo menos de 20 mil votos, en un país de 15 millones de habitantes. Ese día comenzó la operación militar contra Zapata. Fuertes contingentes del ejército federal y tropas de Ambrosio Figueroa se concentraron en Cuautla. Al mismo tiempo, arribó el licenciado Gabriel Robles Domínguez, con una misión secreta del gobierno, se dijo.

La primera etapa de la operación, consistió
en hacer creer que Robles Domínguez negociaría un acuerdo con Zapata y que
Ambrosio Figueroa sería removido como gobernador de Morelos. Mientras tanto, las
tropas del gobierno hicieron exploraciones alrededor de Villa de Ayala, donde
se realizaban las conversaciones.

El 13 de noviembre, el cerco militar sobre
Emiliano Zapata ya estaba dispuesto, con artillería pesada y ligera,
ametralladoras y una emboscada a cargo Federico Morales, por si Zapata lograba escapar.

Entonces, Robles Domínguez envió un mensaje
al general en jefe del Ejército Libertador. Le comunicó que estaba sitiado y
que sólo tenía una hora para rendirse al gobierno. Pero el jefe de los
insumisos no se rindió.

Después de las tres de la tarde, en Cuautla, se
escucharon las primeras detonaciones de cañón. Por la noche, se observó el
resplandor rojizo causado por las explosiones la artillería pesada. Una parte
del cerro del Aguacate, donde los zapatistas se agruparon, estaba en llamas.

Ese día, Robles Domínguez declaró a la prensa:
“Madero, viéndose obligado a demostrar que puede reprimir la rebeldía, ha
ordenado que se obre enérgicamente”; “Madero ha determinado tomar enérgicas y
activas medidas para eliminar a Zapata y a sus seguidores”. En esa emboscada
murieron muchos revolucionarios y El País
lo festejó con un encabezado, en primera plana: “Los cadáveres de los
zapatistas fueron un festín para los buitres”.[xiv]

Emiliano Zapata, Otilio Montaño y Eufemio
Zapata, con sus tropas, lograron romper el cerco y se dirigieron a las montañas
del sur. Pocos días después, ahí, el ejército insurgente proclamó el Plan de
Ayala, “para acabar con la tiranía que nos oprime y redimir a la Patria de las
dictaduras que nos imponen”.

Artículo 1° […] “declaramos a susodicho
Francisco I. Madero, inepto para realizar las promesas de la Revolución de que
fue autor, por haber traicionado los principios con los cuales burló la
voluntad del pueblo y pudo escalar el poder; incapaz para gobernar por no tener
ningún respeto a la ley y a la justicia de los pueblos, y traidor a la Patria
por estar a sangre y fuego humillando a los mexicanos que desean libertades, a
fin de complacer a los científicos, hacendados y caciques que nos esclavizan y
desde hoy comenzamos a continuar la revolución principiada por él, hasta conseguir
el derrocamiento de los poderes dictatoriales que existen”.[xv]

A su vez, el gobierno de Madero respondió con
una ley de suspensión de las garantías constitucionales en territorio zapatista
(Morelos, Guerrero y Tlaxcala, así como distritos de Puebla y el estado de
México). Estableció la pena de muerte sin proceso judicial, hasta por tirar
piedras a las vías del tren, a fin de acabar con una sublevación que —dijo— había
tomado la forma de un “comunismo agrario”.[xvi] Con esa ley dio inicio una nueva etapa de la guerra contra la
revolución campesina de México, el ataque masivo contra la población civil.

Santa María Ahuacatitlán, Morelos, 9 de
febrero de 1912. Los zapatistas se atrincheraron en los cerros y en los
tecorrales, ahí resistieron el ataque de la artillería federal. “El tiroteo
había terminado, cuando repentinamente se levantó una densa nube de humo y
luego inmensas llamas”, escribió el reportero Leopoldo Zea. Las fuerzas del
gobierno habían prendido fuego a las casas. Las mujeres, niños y ancianos de la
población salieron de sus hogares lanzando gritos de sufrimiento. En ese
momento, los combatientes zapatistas abandonaron sus trincheras y avanzaron
hacia su pueblo incendiado. En sus rostros “se pintaba la rabia, la
desesperación y la venganza […]. El incendio volvía a los rebeldes ciegos y desesperados.
Mostráronse valientes como nunca bajo nutrida fusilería, sembrando el camino de
cadáveres cuando descendían para llegar al pueblo, buscando sus hogares que
desaparecían”.[xvii] El combate se generalizó en una extensión de dos kilómetros y la
artillería reanudó sus disparos. La ferocidad y la cobardía del gobierno revoloteaban.
Finalmente, los zapatistas lograron retomar el control de Santa María
Ahuacatitlán. A las siete de la noche terminó el ataque. La tropa del gobierno
venteando petróleo y aguardiente regresó a Cuernavaca, desde donde podía observarse
el resplandor de la inmensa hoguera.

Ésa fue la primera acción militar del
gobierno maderista en contra de la población civil. La estrategia militar genocida
será continuada por el usurpador Victoriano Huerta y, sobre todo, con fuerte
apoyo militar de Estados Unidos, por el gobierno de Venustiano Carranza.

Chinameca

El general Pablo González expresó abiertamente el racismo de la guerra
carrancista de exterminio: Emiliano Zapata “tenía que caer por el ineludible
imperio de la ley biológica que condena a los seres inferiores y deformes, y
que hará siempre triunfar a la civilización sobre la barbarie, a la cultura
sobre el salvajismo, a la humanidad sobre la bestialidad”. Para el jefe de la
guerra genocida en el sur, Zapata fue “la encarnación de la más estúpida
barbarie”, tuvo una “vida miserable y vulgar, y por su cretinismo congénito,
por su absoluta inferioridad mental […] fue simplemente un bandolero, un
criminal, un azote maldito de su propia tierra natal”.[xviii]

Ese
manifiesto carrancista —dirigido al pueblo de Morelos y suscrito en Cuautla, el
16 de abril de 1919— tuvo otro ingrediente discursivo. Pablo González designó
reiteradamente a Zapata como “caudillo”, cinco veces en tres páginas. En vida,
nadie llamó “caudillo” a Emiliano Zapata, ni sus compañeros ni sus enemigos.
Ahí, en ese manifiesto racista, está el origen de la denominación “caudillo”.
El propósito contrarrevolucionario de tal estrategia discursiva fue señalado en
el mismo documento: “Desaparecido Zapata, el zapatismo ha muerto”.

En el
mismo documento, se pueden apreciar cuestiones estratégicas de la operación
militar. La jefatura carrancista consideró la dificultad que representaba el
método guerrillero de los insurrectos, aunque no dijo lo principal que es el
apoyo del pueblo: eludían el combate regular, operaban en movimiento continuo, con
información de calidad y conocimiento del terreno. Emiliano Zapata, “siempre
desconfiado y siempre alerta”, era “invisible e inalcanzable”. Por eso había logrado
sobrevivir a las operaciones previas para asesinarlo.

Entonces,
indica ese manifiesto, era indispensable realizar una “labor especial” contra
Zapata, basada en el engaño y la sorpresa, para “acorralarlo como una fiera”.
En consecuencia, Pablo González resolvió “aprovechar la oportunidad” que
“ofrecía el mismo cabecilla, para asestarle un golpe mortal”.

En
efecto, hubo una grieta en la política rebelde. En noviembre de 1916, poco
antes de triunfar sobre la primera invasión carrancista en Morelos, la jefatura
del Ejército Libertador estableció un órgano consultivo del Cuartel General,
cuya misión fue propagar los principios de la revolución y procurar la
unificación de los revolucionarios del país. Meses después, comenzaron los
enfrentamientos y sublevaciones dentro del ejército carrancista. El 12 de mayo
de 1917, Emiliano Zapata entregó a Gildardo Magaña la tarea de acercarse a esos
grupos, “toda vez que usted, desde el principio, ha llevado la conducción de
este asunto”.[xix]

Magaña
privilegió el objetivo de lograr un arreglo, precisamente, con Pablo González y
con esto abrió la grieta que utilizará el asesino, en 1919. Tres meses antes de
la emboscada de Chinameca, Pablo González intentó una operación de exterminio
mayor. Indicó a Magaña que él estaba dispuesto a tratar todo lo relativo a la
unificación con el zapatismo: engaño. Que, mientras se verificaban las
conferencias, “todos los grupos revolucionarios” podían concentrarse en algún lugar
de Morelos, donde tendrían “toda clase de garantías”: trampa mortal que no se
realizó.[xx]

En esas
condiciones, la necesidad de aprovechar la grieta era imperiosa para el
gobierno y sobrevino la operación especial que logró asesinar a Emiliano
Zapata. La operación final tuvo una secuencia específica de engaños: a) filtrar
información falsa acerca de un supuesto conflicto entre Pablo González y Jesús
Guajardo; b) establecer una relación constante de Guajardo con Zapata, por
correspondencia; c) simular un ataque de Guajardo a la guarnición carrancista
en Jonacatepec; d) prometer tropa, municiones, víveres e información militar;
d) finalmente, el elemento decisivo del engaño ocurrió el 9 de abril, cuando
Guajardo fusiló a 59 soldados de de Victorino Bárcenas, ex zapatista, integrante
del regimiento al mando del propio Guajardo.

Emiliano
Zapata, por su parte, adoptó contramedidas: desde el 2 de abril, colocó al
coronel Feliciano Palacios —zapatista de Villa de Ayala— dentro del cuartel de
Guajardo y exigió el castigo inmediato de Victorino Bárcenas. La primera medida
falló porque se hizo con el conocimiento de Guajardo y éste pudo ocultar su verdadero
propósito. La segunda se derrumbó con el fusilamiento de los 59 soldados. Eso
fue decisivo y el general en jefe del Ejército Libertador quedó expuesto por
completo.

Un día
después, las tropas del 50° regimiento y una fracción del 66° regimiento
carrancista ejecutaron la emboscada en Chinameca. Los soldados de Guajardo,
preparados en las alturas, en el llano, en la barranca, en todas partes, cerca
de mil, descargaron sus fusiles. La sorpresa fue terrible. Nuestro inolvidable
general Zapata cayó para no levantarse más, escribió ese día el mayor Salvador
Reyes Avilés.[xxi]

Venustiano
Carranza premió a Guajardo con 50 mil pesos y su ascenso al grado de general.

* * *

¿Y no decidieron licenciarse?

Pues, yo por mi
parte no, señorita. Pero, mis compañeros sí se licenciaron.

Y usted, ¿por qué no se licenció, si ya la mayoría había dejado las
armas?

Pues, porque yo
dije que nunca me iba a rendir. Que mejor aventaba las carabinas. Pero ser
rendido, nunca.

¿Qué pensaba usted hacer?

Pues nada [llora].
Es triste de que esté uno con… Agarra uno a Emiliano Zapata… se voltea uno
solito… Pues mejor muerto, que ser rendido.

Mayor de caballería Félix Vázquez Jiménez,

San Juan Ixtayopan, Tláhuac, Ejército Libertador.[xxii]

Aunque humildes,
pero honrados. Esa bandera llevamos y es con esa bandera, le digo a mis hijos,
con esa bandera acabamos, porque es lo mejor.

Teniente coronel de caballería Simón Román Alcalá,

Juchitepec, estado de México, Ejército Libertador.[xxiii]


[i] Carta
de Emiliano Zapata a Fausto Beltrán, El
País
, México, 10 de mayo de 1911.

[ii] El
embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, al secretario de Estado, Philander
C. Knox, México, 23 de febrero de 1913. Foreign Relations of the United States,
812.00/6322.

[iii]
Conversación citada por Gildardo Magaña, en Emiliano
Zapata y el agrarismo en México
, INEHRM, México, 1985, t. I, pp. 160-161.

[iv]
Testimonio escrito del doctor Guillermo Gaona Salazar y el ingeniero Gustavo
Gaona, en Francisco Vázquez Gómez, Memorias
políticas (1909-1913)
, Universidad Iberoamericana-El Caballito, México,
1982, p. 326.

[v]
Idem.

[vi] Telegrama
de Francisco Vázquez Gómez al ministro de Gobernación, copiado en papel membretado
del jefe del Estado Mayor de la Presidencia de la República, Puebla, 15 de
julio de 1911. Fondo Gildardo Magaña (FGM) 27, 1, 180 (clasificación antigua).

[vii] Francisco
Madero a Ambrosio Figueroa, México, D. F., 9 de agosto de 1911, en Gildardo
Magaña, op. cit., p. 265.

[viii]
Véase René de la Pedraja, Wars of Latin
America, 1899-1941
, McFarland ed., Londres, 2006, p. 450.

[ix]
Tomás Ruiz de Velasco a Francisco León de la Barra, México, 25 de agosto de
1911, FGM, 1, 3R, 480.

[x] Telegramas
entre el presidente provisional Francisco León de la Barra y el general
Victoriano Huerta, México, 31 de agosto y 1° de septiembre de 1911. En el informe
de Victoriano Huerta a la Secretaría de Guerra y Marina (documentos), El País, 5 y 6 de noviembre de 1911.

[xi]
General Próspero García Aguirre, Ejército Libertador. Entrevista realizada por
Laura Espejel y Salvador Rueda en Tlatenchi, municipio de Jojutla, Morelos, el
16 de agosto de 1975. Proyecto de Historia Oral, INAH.

[xii]
Informe del presidente provisional Francisco León de la Barra al Congreso, El País, 5 de noviembre de 1911.

[xiii]
Carta del general Emiliano Zapata a Gildardo Magaña, Campamento Revolucionario,
octubre de 1913, Fondo Genovevo de la O 17, 2, 34.

[xiv]
Declaraciones de Gabriel Robles Domínguez a la prensa, Cuautla, Morelos, 13 de
noviembre. El Imparcial y The Mexican Herald, México, 14 de
noviembre de 1911. Nota de El País,
16 de noviembre de 1911.

[xv] Plan
de Ayala, 25 de noviembre de 1911, en Emiliano
Zapata. Antología
, Laura Espejel, Alicia Olivera y Salvador Rueda, INEHRM,
México, 1988, p. 114.

[xvi]
Ley de suspensión de las garantías constitucionales, Nueva Era, México, 11 y 12 de enero de 1912.

[xvii]
“Entre un mar de llamas se batieron en Santa María”, Leopoldo Zea, corresponsal
viajero, El Imparcial, 10 de febrero
de 1912.

[xviii] Manifiesto del general Pablo González a los habitantes de Morelos,
Cuautla, 16 de abril de 1919. Archivo del General Manuel Willars González, jefe del Estado Mayor de Pablo
González, CEHM, LXVIII-1, 2896, 21, 1.

[xix] Emiliano
Zapata a Gildardo Magaña, Tlaltizapán, 12 de mayo de 1917. Fondo Emiliano Zapata
13, 14, 1.

[xx]
Carta del coronel carrancista Eduardo Reyes (mensajero de Pablo González) a
Gildardo Magaña, Atlixco, Puebla, 10 de enero de 1919. FGM 30, 24, 423.

[xxi] Mayor
Salvador Reyes Avilés a Gildardo Magaña, Ejército Libertador. Campamento
revolucionario en Sauces, Morelos,10 de abril de 1919. FGM 30, 36, 580.

[xxii]
Mayor de caballería Félix Vázquez Jiménez, Ejército Libertador. Entrevista
realizada por Laura Espejel en San Juan Ixtayopan, Tláhuac, Distrito Federal,
el 10 de agosto de 1973. PHO, INAH.

[xxiii] Teniente coronel de caballería Simón Román Alcalá, Ejército
Libertador. Entrevista realizada por Alicia Olivera de Bonfil en Juchitepec,
estado de México, el 13 de octubre de 1974. PHO, INAH.

* Profesor investigador de la Escuela Nacional de
Antropología e Historia, autor de La
irrupción zapatista, 1911
; La
revolución del sur, 1912-1914
; Ejército
Libertador, 1915
y La guerra
zapatista, 1916-1919
, Ediciones Era.




Abril: 100 años.

En el mes de abril rememoramos
siempre la traición al General Emiliano Zapata, líder de los pueblos campesinos
cuyo ejemplo fue tomado como guía desde los primeros esfuerzos organizativos
que llevaron adelante las Fuerzas de Liberación Nacional. Ya desde el primer
comunicado de esta organización, redactado el 6 de agosto de 1969, se decidió
que el cuerpo colectivo que habría de iniciar el camino subversivo, que después
condujo hacia la construcción de un Ejército del pueblo, llevaría su nombre:
Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata, NGEZ.

En este mes, recordamos además a nuestra compañera Soledad, asesinada por el Ejército Federal, en Nepantla, cuando tenía apenas 24 años. Otros dos compañeros, Ricardo y Fidelino, son recordados también en este mes. A raíz de los acontecimientos de Nepantla, estos compañeros, pertenecientes al NGEZ, forman parte de nuestra lista de compañeros desaparecidos. Existen datos claros, documentados, que señalan que Ricardo fue aprehendido, más nunca liberado o procesado. Estos tres compañeros dieron su vida por la liberación de los pueblos que integran nuestro México. Su ejemplo, y el de tantos otros, robusteció la lucha campesina, agraria e indígena que años después habría de hacerse célebre; pero su lucha no apuntaba exclusivamente a lo campesino, o a lo indígena, aunque por supuesto lo incluía: la lucha que Ricardo, Fidelino, Soledad, y tantas y tantos otros, decidieron avanzar con su vida fue una lucha nacional, una lucha amplia que lo apostó todo por poner en los pueblos las herramientas de su propia liberación.

La lucha que Soledad, Fidelino y
Ricardo, junto con tantas y tantos otros, llevaron adelante tuvo la complejidad
de apostar, desde la más profunda clandestinidad, por la participación de todas
y todos; por crear un espacio organizativo, un tejido político, que permitiera
la participación de quienes no podían sumarse como militantes profesionales a
la organización pero, tal vez si, realizar un sinfín de acciones para apoyar la
lucha; de quien no podía vivir en una casa de seguridad pero si podía enseñar a
leer y escribir a quienes nunca recibieron educación en sus pueblos; de quienes
apoyaron enseñando medicina, electrónica, mecánica, radiocomunicaciones y
muchas otras disciplinas que resultan necesarias para dotar a un pueblo de lo
necesario para liberarse. La lucha de esos años, que muchas veces es recordada
en tonos sombríos, a causa de la persecución política y la brutal represión,
tuvo en su apuesta un luminoso acierto: pueblos enteros después llegaron, y
como consecuencia necesaria, las complejidades hoy son otras.

Así, para nosotras, nosotros, el
mes de abril – más aún en este centenario de su muerte – trae consigo a la
figura del General Emiliano Zapata, y el profundo impacto que su ejemplar lucha
tuvo en el desarrollo de la lucha nuestra: avanzando, convenciendo, hablando
con los pueblos sobre planes y tierras, sumando fuerzas, enfrentando las
falsedades de los gobiernos – grandes o pequeños – que insisten en no cumplir
su deuda con el pueblo.

Aquí dejamos un fragmento de un artículo editorial aparecido en el año 1984, en el periódico interno de las FLN, llamado NUPI (Nueva Publicación Interna) en la sección titulada Experiencias Revolucionarias.

“EDITORIAL

(…)

Sin lugar a dudas, el avance
más importante es la presencia definitiva en la sierra del grupo guerrillero,
logro del que todo militante puede sentirse orgulloso pues constituye un fruto
del trabajo colectivo. Tan es así que, como se esperaba, el establecimiento del
nuevo núcleo guerrillero Emiliano Zapata ha estimulado a muchos compañeros en
el cumplimiento de sus trabajos revolucionarios: aunque sólo los más generosos
han aumentado sus aportaciones económicas, también es cierto que la mayoría
dedica ahora mucho más tiempo a la lucha, y en esto merece especial
reconocimiento los compañeros que, por así convenir a nuestros proyectos
prácticamente se han integrado como militantes de tiempo completo, pero que
conservan su trabajo civil.”…

(…)




Carta de las FLN a Pablo González Casanova, Comandante Pablo Contreras del CCRI del EZLN.

Como Grupo editorial de la Casa de todas y todos, presentamos esta carta que fue entregada el día 11 de marzo a Don Pablo González Casanova y que se nos ha solicitado ´publicar de forma íntegra:

Para:

Don Pablo González
Casanova

Comandante Pablo
Contreras del CCRI del EZLN

De:

Fuerzas de Liberación
Nacional (FLN)

Compañero Don Pablo,

Con el debido respeto acudimos a usted para exponer la política de
enfrentamiento que algunos sujetos enmascarados, y que se presentan como
miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), han realizado en
contra de nuestra labor en comunidades indígenas. Estas actividades que hacemos
en dichas comunidades y en otras partes de México no son armados ni clandestinos,
ni tienen por objetivo “cooptar” sin más a las comunidades: no es esa la forma
en que trabajamos. Las actividades han tenido sustento en la participación de médicos,
arquitectos, mujeres organizadas y deportistas quienes, junto a Organizaciones No
Gubernamentales de derechos humanos, realizaron cursos formativos y planes de
derechos humanos para el desarrollo comunitario autónomo, cursos de salud,
clases deportivas, todo esto en consulta y con el consentimiento de las
familias indígenas que participan en ello, quienes no pertenecen al EZLN, y
sufren abismales carencias en servicios de salud y educación; más aún, tienen
el cuartel del Ejército Mexicano más grande de Chiapas a pocos kilómetros de
sus comunidades.

Estos voluntarios, maestros y alumnos universitarios en su mayoría, que han
participado en los trabajos entienden la necesidad de apoyar a las comunidades
que forman parte de los primeros pueblos de Chiapas en integrarse a las Fuerzas
de Liberación Nacional (FLN) en 1983, cuando apenas estaba por fundarse el
EZLN. Como organización, cumplimos ya 50 años realizando de forma
ininterrumpida trabajos políticos, sociales, culturales y revolucionarios en muchas
otras partes del territorio nacional y es la primera ocasión en que nos
enfrentamos a problemas de esta naturaleza, por más que hayamos sorteado muchos
otros.

Estos acontecimientos de amenazas serias, desplazamiento forzado e
intimidación cometidos por quienes se presentan como miembros del EZLN, y que
hoy le damos a conocer a usted, forman ya parte de una serie de denuncias
públicas que han sido presentadas en tiempo y forma por el Observatorio Mexicano
de Derechos Humanos http://derechoshumanosmexico.org/denunciachiapas. Ahí podrá usted obtener la versión original
de dichas denuncias. Por supuesto que condenamos estos actos y nos deslindamos
de quienes usurpando el nombre de nuestra organización abjuran de sus
principios.  

Estos últimos reprobables sucesos que le presentamos no han sido los
únicos. Desde que reanudamos el andar por nuestro camino, que nunca
abandonamos, a mediados del año 2013, hemos recibido de parte de quienes fueron
en el pasado entrañables compañeros una andanada de calumnias y difamaciones,
muchas de las cuales se contradicen entre sí. Se ha dicho que nos rendimos, que
ya no existimos, que somos rajados, contrainsurgentes, que tenemos nexos con el
narcotráfico, que tenemos acuerdos con el actual presidente, que repartimos
cuernos de chivo y treinta mil pesos, que el aquí firmante padece demencia
senil, que somos violentos y tenemos una lista de nombres, juzgados en ausencia
y condenados a muerte; las calumnias se transformaron de afirmaciones que
buscaron ningunearnos, a mentiras con el propósito de atemorizar a incautos.
Todo eso es falso.

Para que entienda el origen de esta calumniosa campaña, anexamos una
carta que envió, en el año de 2013 a través de una compañera nuestra, el
entonces denominado Subcomandante Marcos a miembros de nuestra dirección. Dicha
carta está plagada de calumnias, mentiras y distorsiones intencionales sobre
nuestro trabajo y nuestra organización.

Nuestra respuesta ante el doloroso insulto que esa carta representa fue
reanudar los pasos de nuestro camino, que fueron pausados por las necesidades
políticas de un contexto anterior ya inexistente. Comenzamos así con la
reparación de una deuda moral nuestra: el respeto a la vida, muerte,
desaparición y memoria de nuestros compañeros responsables históricos;
concretamente, la única respuesta que dimos a esa carta fueron las siguientes
palabras: “La vida de nuestros compañeros es digna, y no es indigno
recordarlos”. Antes que a usted, le dimos a conocer el contenido de esta carta
a Dr. López y Rivas para que, como interlocutor del EZLN, intercediera y
cesaran las agresiones y calumnias. Él puede informarle de esto, que no es un
secreto.

Le comentamos a usted que, una vez reanudado nuestro andar, nos
reencontramos con antiguas compañeras y compañeros cuyo esfuerzo participativo
fue retribuido con malos tratos, injusticias, vejaciones, mentiras y olvido.
Nos encontramos también con nuevas generaciones que, desde otros espacios de
participación, fueron involucradas en dinámicas desmoralizantes, por decir lo
menos, muy ajenas todas a los principios y valores de nuestra organización.
Finalmente, en este andar que nosotros hemos llamado “Dignificar la historia”,
nos encontramos de nuevo con los primeros pueblos que nos recibieron, y su
situación y sus relatos nos llenaron de enojo y pena: comunidades abandonadas,
fragmentadas, expulsiones absurdas, pobreza, analfabetismo en casi todos los
hombres y mujeres que fueron niños en 1994, comunidades con su infancia
desnutrida y sin acceso a los más básicos servicios de salud.

Podrá usted dudar de nuestra palabra, en el mismo tenor que lo hizo el
Dr. López y Rivas. De nuestra parte sólo podemos afirmarle que hablamos con la
verdad, sin ambages. Cada elemento que aquí mencionamos tiene testimonios
reales, historias de carne y hueso con nombre y apellido. No ha sido nunca
nuestro modo mentir, ni tampoco romantizar nuestras palabras con ficciones
vanidosas. No ha sido tampoco nuestra intención, en momento alguno, perturbar
los esfuerzos del EZLN en el camino político que han decidido avanzar; hemos
hablado sobre ellos en la medida en que las circunstancias, guiadas por sus
propias decisiones, nos han obligado a marcar nuestra distancia.  

Leemos con preocupación que, por primera vez en décadas, los voceros del
EZLN afirmen: “estamos solos”. Pensamos que las causas de ello, más allá de un
entorno político adverso, tienen que ver también con el olvido del compañerismo
y la pérdida de los valores y principios en los que fueron formados sus
actuales dirigentes.

Es importante decirle que las FLN no caeremos en provocaciones, pero que
tampoco estamos dispuestos a dejarnos intimidar por nadie ni dejaremos que las
agresiones queden sin respuesta. Al contrario, en el caso de las comunidades de
Chiapas, continuaremos con nuestros proyectos mencionados, que consisten en:
tierra, techo y trabajo para todas y todos los mexicanos, que son nuestras
demandas básicas desde hace 50 años. Además, le confirmo: no cejaremos en
nuestra demanda de sacar, en forma pacífica, a las tropas del ejército mexicano
de los territorios indígenas ocupados desde 1995 y que todos hasta hoy
pretenden no observar. Le recuerdo que las FLN son la única organización que
logró desalojar, sin usar la violencia, cuarteles que ocupaba el ejército
federal en el año 2001 y lo hizo sin ceder nada a cambio. En nuestros objetivos
está lograrlo, como ya lo hemos hecho público: http://casadetodasytodos.org/comunicados/carta-publica-al-presidente-electo-andres-manuel-lopez-obrador-fuerzas-de-liberacion-nacional-f-l-n/

Por último le comunicamos, que le haremos llegar previamente el reporte de las actividades sociales que seguiremos haciendo en las comunidades en Chiapas para que esté al tanto de ellas y para informarle que, si las amenazas se materializan y agreden a los jóvenes estudiantes de arquitectura (http://casadetodasytodos.org/portada/4a-tranformacion-o-revolucion/) o las estudiantes de enfermería y alumnos pasantes de medicina que van a realizar su servicio social invitados por las FLN, para construir consultorios en proyectos de salud comunitaria integral, pues como ya lo hemos señalado, nunca hemos dejado solos ni a los compañeros, ni a los pueblos que se sumaron a nuestro llamado hace ya 50 años; nuestro compromiso fue y será estar siempre cerca de nuestro pueblo.  Las amenazas, las calumnias, las mentiras, no han surgido de nosotros.

Confiamos en usted y
en sus buenos oficios.

Siempre,

¡Vivir por la Patria o
Morir por la Libertad!

Por la Dirección
Nacional Colectiva de las FLN

Comandante Insurgente German  




¿Qué desean las mujeres?

Escrito por el Club de mujeres Aurora, de la República Popular de Donetsk.

8 de marzo, 2019.

Nos han preguntado frecuentemente por qué tenemos una
organización comunista de mujeres y por qué estamos luchando.

Aquí está nuestra respuesta.

1.  Nosotras queremos un mundo sin explotación y opresión.

Las mujeres conforman la mayoría de la población oprimida y
empobrecida. Cada día se nos roba, explota y mata. El capitalismo destruye
nuestro planeta y nos deshumaniza, convirtiendo todo en mercancía. Cultiva y
reproduce prejuicios patriarcales y impone una guerra entre sexos. Nosotras creemos
que esto debe desmantelarse y que las mujeres de la clase trabajadora deben
estar al frente de este esfuerzo.

2. Queremos poner fin a todas las guerras imperialistas, depredadoras e injustas.

La guerra exacerba la opresión y la explotación. El interés
del capitalismo está en la guerra y la regresión; nuestro interés es la paz y
el progreso. Ellos envían trabajadores a morir, conducidos por propaganda
estúpida y chovinista para que estén dispuestos a morir por los intereses del
capital, voluntariamente. Ellos mienten al hacernos creer que la mujer pude
liberarse a sí misma asesinando a sus hermanos y hermanas de clase.

Pensamos que sólo una guerra de liberación puede ser justa.

3. Queremos condiciones decentes de trabajo, ingreso digno y seguridad social.

Las mujeres están cada vez más involucradas en todos los
aspectos de la producción. Y este proceso es irreversible. Al mismo tiempo,
tenemos que proveer en el espacio familiar, cubrir los costos del nacimiento y
crianza de nuestros hijos, gastos todos que el capitalismo nos hace pagar. No
se nos permite trabajar en labores industriosas y “pesadas”, ostensiblemente
para proteger nuestra función maternal. Pero en todos los lugares del mundo,
las condiciones laborales se deterioran y se han vuelto insoportables en muchas
esferas de la producción. Nos mienten al decirnos que las nuevas formas de
empleo, como el freelance, nos traerán libertades: de hecho, estas formas sólo
traen una mayor explotación y esclavitud.

Nuestros cuerpos son vistos como bienes. Liberales de todas
las estirpes mienten al hablar de la prostitución y la maternidad surrogada
como “opciones” de la mujer. Nosotras no necesitamos un mundo en el cual la objetivación
del cuerpo es elevada a virtud, y la venta de infantes es considerada no sólo
normal, sino benéfica para las mujeres.

Nosotras creemos que el trabajo debe ser la base del
desarrollo, no sólo algo que nos mata y destruye como individuos. El trabajo nos
debiera humanizar, no convertirnos en una mera función.

4. Nosotras queremos liberarnos de la esclavitud de la cocina.

Se nos dice que las mujeres tenemos una relación de igualdad
con el hombre, y que todos nuestros problemas son tan sólo resultado de nuestra
naturaleza pecadora o nuestra poca disposición para el trabajo. Pero hacemos la
mayor parte del trabajo, sin reconocimiento. Preparamos el hogar, creamos comodidades,
criamos a los hijos – estamos directamente involucradas en la reproducción de
la fuerza de trabajo. Pero este trabajo en el hogar familiar es un círculo
vicioso. Se nos obliga a trabajar a todas un segundo turno, y a esto se le ve
como algo normal. Nos mienten cuando nos dicen que está en la naturaleza de la
mujer el cuidado del hogar.

La socialización de la vida del hogar es necesaria para nuestra
liberación.

5. Nosotras queremos una educación universal y de calidad.

No hay acceso a la educación de calidad para los hijos de
las familias de la clase trabajadora. El trabajo de las maestras es menospreciado
y mal pagado. La educación de calidad se ha convertido en una exclusividad para
la élite, y para la mayoría de las niñas y niños no hay más que una educación
de segunda.

Nos mienten cuando dicen que la mujer no puede ser una
persona plenamente desarrollada. Por ejemplo, dicen que las niñas, por su
naturaleza, no pueden aprender y dominar las ciencias.

Nosotras pensamos que es necesario cambiar radicalmente las
condiciones para que, con independencia de su género y nacionalidad, puedan
redescubrirse todas las riquezas de la cultura humana.

6. Nosotras queremos que el acceso a la salud sea una garantía social, un derecho inalienable de cada persona.

En los últimos treinta años se ha ido perdiendo la idea de
que la salud es un derecho inalienable, y ha ido ganando terreno el lugar de la
salud como un servicio sumamente caro.

Nos mienten cuando nos dicen que los servicios de calidad
son necesariamente caros. En los países donde el acceso a la salud es caro, las
mujeres mueren por abortos mal practicados en la misma proporción que en los
lugares donde el aborto es ilegal. Aún si se dice que los servicios médicos son
gratuitos, los hospitales, las clínicas y las farmacias nos quitan hasta la
camisa. Bajo el capitalismo, las enfermedades cohabitan con la pobreza y el
sufrimiento.

Nosotras creemos que todas y todos tenemos el derecho de acceder
a los servicios de salud y mantener en buen estado nuestro cuerpo.

7. Nosotras queremos que cada persona tenga una vivienda digna.

Cada día, debido a la feminización de la pobreza, cientos de
miles de mujeres en el mundo duermen en las calles. Cada día, la mayoría de las
mujeres pertenecientes a la clase trabajadora tiene miedo de perder su trabajo
y perder el techo que rentan, por el cual pagan la mayor parte de sus ingresos.
El acceso a una vivienda es uno de los principales problemas para la
emancipación de la mujer. Sin acceso a una vivienda costeable y segura, no
podemos estar seguras de tener la oportunidad de criar hijos y proteger
nuestras vidas y nuestra salud de las tiranías domésticas.

Nos mienten cuando nos dicen que las personas sin techo son
gente floja. El capitalismo nos priva a nosotras y nuestros hermanos de
vivienda y trabajo digno cada día. Se nos dice que los pobres son gente irresponsable
y que son culpables de sus propios problemas.

Nosotras pensamos que quienes se apropian de la riqueza
social son gente banal, ladrones que roban hasta el último peso de nuestra mesa.
Cada miembro de la clase trabajadora requiere de condiciones dignas de vida, y
juntas tenemos que luchar para que todas, todos, tengamos un hogar cálido,
cómodo y seguro.

8. Nosotras queremos proteger a todas y a todos de la violencia.

La mayoría de los hombres que son asesinados, mueren en la calle,
la mayoría de las mujeres que son asesinadas, muren en su casa. La violencia
doméstica se ha vuelto norma porque el capitalismo glorifica el “derecho” del
más fuerte. Nos mienten cuando nos dicen que la agresividad forma parte de la
naturaleza del hombre, por lo que las golpizas, los acosos y las violaciones
son responsabilidad de la víctima.

Las mujeres son sujetas a la violencia, incluida la violencia
sexual, en los espacios de trabajo. Esto forma parte de la operación general de
los entornos laborales. Los hombres pertenecientes a la clase trabajadora frecuentemente
actúan bajo la influencia de la ideología dominante, asociándose con sus
congéneres capitalistas, y no apoyan a sus hermanas de clase. La violencia se
vuelve un instrumento de fragmentación de la clase trabajadora. Nosotros
pensamos que esto tiene que terminar.

Nosotras no tendríamos porqué tener miedo a regresar a casa.
No tendríamos porqué temer a nuestros esposos, padres, hermanos, o a cualquier transeúnte
en una calle oscura. Nosotros no tendríamos que temer el que nuestros patrones
se sientan con el derecho de degradar nuestra dignidad. Nosotras no creemos que
los hombres en general sean animales lujuriosos. Nosotras vemos en ellos a
nuestros camaradas.

9. Nosotras queremos derechos reproductivos plenos para la mujer.

En la actualidad, todos los costos del parto y la crianza
son transferidos a nosotras. Desde el momento de la concepción, hay grandes
sacrificios en términos de salud, esfuerzo y dinero para la gestación, y el
estado capitalista se niega a asumir su responsabilidad. La mujer, como madre,
busca que de la crianza surja un persona íntegra y desarrollada, pero el entorno
sólo espera que geste fuerza de trabajo dispuesta a venderse exitosamente. Nos
mienten cuando se plantea la maternidad como un gusto y un capricho de nuestra
naturaleza, o como la garantía de una vejez acompañada y confortable. De hecho,
toda la sociedad requiere de la continuación de nuestra estirpe.

Si no queremos ser madres, somos vistas como egoístas
desvergonzadas. Si nos convertimos en madres, se nos reprocha solicitar apoyo, pues
la crianza se entiende como parte de la responsabilidad individual de la mujer.
Bajo el capitalismo, la maternidad está asociada al sufrimiento y la
abnegación. Al tener hijos, como mujeres nos tenemos que negar a nosotras
mismas, perder nuestras habilidades. Los explotadores usan esta posición
vulnerable de muchas formas. Nosotras pensamos que tenemos derecho a criar a
nuestros hijos en condiciones dignas. Reclamamos el acceso a la educación
sexual, a métodos anticonceptivos de calidad, y acceso a buenos servicios de
ginecoobstetricia. Pero nadie puede forzar la maternidad en nosotras. Requerimos,
además, acceso al aborto seguro y gratuito.

10. Nosotras queremos solidaridad internacional.

La propaganda nacionalista es una poderosa arma en contra de
la unidad de clase entre las mujeres. Una ideología de exclusividad
nacionalista y patrioterismo burgués se ha impuesto entre nosotras.

Nosotras tenemos que  apoyar a cualquier lucha contra la explotación
capitalista, la opresión patriarcal y nacional en cualquier lugar del mundo.

Tenemos los mismos intereses: El antifascismo es un asunto
común, que requiere el esfuerzo de todas y todos.

11. Nosotras queremos la plena emancipación de la mujer.  Sin mujeres libres no habrá socialismo.¡

Traducido del Ruso al Inglés por Greg Butterfield, y del inglés al español por el Grupo Editorial.




Marzo, el proyecto Na continúa

La determinación es una cualidad necesaria para quienes quieran llevar adelante las luchas necesarias para liberar a nuestros pueblos, y no hay mejor forma de acerar la determinación que llevando a cabo dichos esfuerzos. En marzo, recordamos el nacimiento de una compañera que fue maestra de varias generaciones de compañeras y compañeros, siempre adelantando la determinación y la conciencia de militantes desde los espacios en que participó; estamos hablando de la imprescindible compañera Lucha.

Dignificar la historia es, para nosotras, andar los caminos para la liberación de nuestros pueblos; es por eso que, en Marzo, teniendo presente en la memoria a nuestra compañera Lucha, refrendamos nuestra determinación de llevar adelante el proyecto Na, que busca satisfacer las necesidades históricas de los pueblos desposeídos: techo, tierra, trabajo.

Compartimos con ustedes un artículo que la compañera Lucha escribió para el periódico NUPI (Nueva Publicación Interna), la segunda generación del periódico Nepantla, en su sexto número del año 1984.

Estas han sido mis experiencias….

“Nosotros tenemos la firme convicción

 de que también la instrucción del pueblo

 debe ser dejada en manos del pueblo”

Krupskaia

“Existirá una cultura (una civilización) proletaria totalmente
 diferente a la burguesa, también en este campo serán destrozadas
 las distinciones de clase; será destrozado
 el profesionalismo burgués; existirán una poesía, una novela,
un teatro, una costumbre, una lengua, una pintura,
 una música características de la civilización proletaria,
 florecimiento y ornamento de la organización socialproletaria”.
Antonio Gramsci

No es necesario
llegar al triunfo, ni desplazar a la burguesía para seguir organizando,
basándonos en nuestras propias experiencias, nuestra escuela revolucionaria de
conocimientos básicos, históricos, políticos, sociales, técnicos y militares.
La disposición de tomar un fusil no basta. Estos conocimientos reafirmarán en
muchos de nuestros militantes, principalmente en esta etapa, la comprensión del
por qué se toma; del porqué de nuestra lucha: la lucha armada.

Me encontré
intempestivamente enfrentada a esta tarea de impartir, primero que nada,
conocimientos básicos a compañeritas hijas de campesinos.

No sin
dificultad y pérdida de tiempo empecé a observar las barreras que se me
presentaban: un deficiente e incoherente conocimiento del idioma español por
parte de las compañeritas y falta de comunicación y acercamiento entre
nosotras; barreras éstas, que por supuesto en todo momento, estancan el avance
de nuestra lucha y tenemos que derribarlas. La primera, no como lo hace la
burguesía con su afán de agredir y menoscabar las culturas que aún quedan en
nuestra patria, sino con nuestro gran deseo de fomentar el orgullo de los
compañeros campesinos de hablar sus lenguas y, si el tiempo lo permite
aprenderlos nosotros, pero el que por ahora todos nos preocupamos con comunicarnos
con un solo idioma, que es el español, significa mejor entendimiento entre
nosotros y unidad en nuestra lucha.

La barrera de la
comunicación nos impide apreciaciones como la de que la conciencia de la
mayoría de los compañeros campesinos se estrecha a sus colonias, a que sólo ahí
existen las calamidades propias del sistema capitalista, entre muchas otras,
enfermedades, desnutrición, falta de recursos económicos y otros terribles
males sociales, como el alcoholismo, la prostitución, y  sobre todo, humillación y sometimiento de la
mujer. Por ello, una de las necesidades de nuestra escuela revolucionaria,
metodizada de tal manera que vincule a nuestros cuadros campesinos a una
concepción nacional de la lucha, y a extender la enseñanza a sus lugares de
origen.

En mi
experiencia, en cuanto a la falta de acercamiento, obtuve la certeza de que
puede presentársenos a todos, en la medida en que nosotros, militantes obreros,
campesinos y en general mestizos provenientes de diversos estratos sociales, no
nos despojemos de aquello que nos estorbe, para un mutuo y verdadero
asimilamiento que debemos fundirlo en un todo homogéneo, armónico, que
incorporemos a las tareas revolucionarias. Esta es una de las claves que
descubrí para un efectivo compañerismo y éxito en cada paso hacia nuestra meta.

Si tomamos
conciencia de lo anterior, principalmente nosotros, mestizos, podremos lograr,
no sólo en el aspecto de la enseñanza, el acercamiento efectivo hacia nuestros
compañeros campesinos, sino desarraigar de nosotros el inconsciente y pedante
paternalismo. Lo contrario significa negar nuestra historia, negar sobre todo,
no sin ridiculez, nuestra sangre indígena, nuestro origen indígena.

Vencidos los
obstáculos de la comunicación y el acercamiento, me di a la tarea, nada
sencilla, de enseñar el idioma primero que nada, pero tampoco requirió que
fuera maestra recibida, ni estar graduada en pedagogía o en didáctica, claro,
mucho mejor si se tienen éstos conocimientos y se ponen al servicio de la
revolución. A falta de éstos, hube de aplicar mi sentido común para resolver
los problemas de comunicación de nuestras compañeras campesinas. La respuesta
fue que si hablaban incoherentemente, así entendían y escribían lo que
intentaba yo, que aprendieran.

De tal manera,
partí de lo fundamental: de la dificultad de las compañeras campesinas para
distinguir si los sustantivos eran masculinos o femeninos, y por tanto,
ignoraban cómo aplicar todos los artículos y todos los adjetivos singulares y
plurales, masculinos y femeninos, pues es muy común escuchar de los compañeros,
que aún no estudian español, expresiones como: “éste casa feos”.

Antes de
principiar mi modesto curso, tuve que establecer algunas diferencias entre los
alumnos que hablan español y las compañeras campesinas. La formación de los
primeros, en cuanto a atención hacia sus maestros, comienza en sus primeros
años escolares, pero si los resultados no son óptimos, debido a los grandes
problemas sociales en que se encuentra inmersa la infancia, esto no tiene la
menor importancia para el sistema burocrático. Nuestros compañeros campesinos,
carecen definitivamente de formación escolar, pero como nosotros tenemos que
obtener resultados rápidos y positivos, encontré conveniente mantener su
atención, que al principio se dispersaba a todo tipo de problemas, mediante una
enseñanza activa, dinámica, en la que trabajando en equipo participaran no sólo
en aprender, sino también en enseñar.

El material
didáctico no fue motivo de preocupación, puesto que en su mayoría las
compañeras mostraron gran habilidad para el dibujo y para manejar colores
festivos y llamativos, ellas mismos lo crearon, lo que les propició mayor
interés en aprender. Empezaron por dibujar una buena cantidad de objetos que le
sirvieron como sujeto de sus ideas.

En equipo, pero
a la vez individualmente, empecé porque cada alumna hiciera una lista de 25
objetos conocidos por ellas. Desecharon los repetidos y procedieron a dibujar
en la mitad de una hoja el singular del objeto y en la otra mitad el plural del
mismo y por un método repetitivamente oral y después por escrito, en sus
cuadernos cada alumna le va colocando paulatinamente todo tipo de artículos y
adjetivos. Con ello el equipo aprendió a distinguir la concordancia entre éstos
elementos, y además que los sujetos de una idea (ya para entonces les había
dado a conocer el término enunciado) son de dos tipos: los que no se mueven, o
sea las cosas que “son o están” y empezaron a manejar unidos a los respectivos
verbos en presente indicativo, y los que se mueven en el tiempo y en el espacio,
porque tienen vida, explicándoles de manera sencilla el significado de éstos
conceptos, lo que les ayudó posteriormente a entender sus conjugaciones.

Una vez dominada
la práctica anterior, que duró aproximadamente 20 días, por la gran cantidad de
sustantivos manejados por ellas, incluyendo ya muchos abstractos, enseñé a las
compañeras a desenvolverse en el lenguaje hablado, en lo cual fueron muchas las
dificultades a vencer, desde ayudarles a vencer su miedo y su vergüenza. Lo que
les ayudó más en esto, fue pasar de lleno a la conjugación de varios verbos,
sobre todo de los auxiliares y de aquellos que a las compañeras les es difícil
manejar, como son los reflexivos y recíprocos. Para ello les expliqué el
infinitivo y sus terminaciones, para que entendieran la primera, la segunda y
la tercera conjugación, y que tres son los modos más importantes para
expresarnos en español: modo indicativo, modo subjuntivo y modo imperativo. Los
dos primeros con sus tiempos simples y compuestos.

Algo
sencillísimo para motivarlas en ésta práctica, fue la feliz idea de
desbaratarles en dos el concepto “conjugar”, “jugar con”, demostrándoles que se
jugaba con los verbos y casi por si mismas las compañeras iban conjugando los
verbos en todos los tiempos y modos, agregando pequeños complementos en los que
empezaron a conocer otra buena parte de elementos gramaticales, como son
preposiciones, conjunciones y adverbios, pero lo que me dio gran resultado para
jalar a las “atrasadas”, fue la enseñanza de las declinaciones del sustantivo.
Las dominaron y reconozco su sorprendente habilidad para organizar sus enunciados,
utilizando todos los casos. Y se llenaron de orgullo al descubrir que en su
lengua existe el caso vocativo.

Cuando las
compañeras llegaron a su tercer año de primaria, empecé a profundizar más en la
enseñanza del idioma español, y en cuanto al contenido de esos textos, sobre
todo en ciencias sociales, les mostré las mentiras a las que recurre el sistema
para formar ciudadanos conformistas y ponerlos a su servicio.

No sin emoción,
se da uno cuenta que los compañeras, ya cuando avanzaron en lo que corresponde
a su tercer año, pueden entender todas sus lecciones y explicar con claridad lo
entendido mediante dibujos en el pizarrón, comprenden también, textos
revolucionarios que aparentemente serían complicados para ellas y ya pueden
dirigir en el aprendizaje del español a otros compañeros campesinos. De esto
último me quedé sorprendida cuando dos compañeras, una de ella de 12 años,
empezó a ayudarme en ésta tarea. Para ello, encaucé a sus compañeras hacia el
respeto a ella y a prestarle toda su atención, demostrándoles que no solo los
de habla hispana tenemos capacidad para enseñar, sino también las compañeras
que hablan lenguas indígenas.

Aparte de la
práctica que va uno adquiriendo en la enseñanza, lo que en definitiva ayudará
aún más a reducir ésta etapa a cinco meses, es el ir descubriendo la capacidad
de las compañeras, para dilucidar en cada tema de su aprendizaje. Esto pude
apreciarlo cuando les enseñé palabras primitivas y derivadas (excluyendo los
términos de lexemas y gramemas), comparando las primeras con la raíz de una
planta que les dibujaba en el pizarrón, de la cual emergían los tallos que iba
comparando con las palabras derivadas. Para mi sorpresa, cuando las compañeras
empezaron a leer textos complicados, ésta práctica les ayudó para localizar con
habilidad significados de palabras nuevas. También recuerdo que al enseñarle
los adverbios terminados en “mente”, los iban reproduciendo uno tras otro con
gran rapidez, no así los adverbios de modo que se forman con el gerundio, lo
cual fue algo difícil para ellas.

De mis
experiencias he concluido, que las compañeras o compañeros que hablan lengua
indígena, con que sepan un poquito de español, es decir, casi nada, pero que
diferencien la mayor parte de los sonidos del idioma y puedan transmitirlos al
papel, habrán terminado bien su primaria en el transcurso de 10 a 12 meses,
produciendo ellos mismos su material didáctico con cartulina o plastilina, para
lo cual, como dije antes, son muy hábiles. También tengo la seguridad de que en
otro año más, terminarán las asignaturas de secundaria que sean útiles a la
revolución, quizá historia, geografía, matemáticas, física, química, etc…

Y a propósito de
fonética, no tuve necesidad de un texto especial y los problemas de
pronunciación que creo, no tienen en sus lenguas, como son los de la p, f, d, l
y r, quedan resueltos en el transcurso del aprendizaje del español, mediante el
método de forzar a los alumnos en las practicas orales a hablar fuerte, a no
trabar las palabras, a abrir la boca lo más grande que puedan, echando fuera
los sonidos y principalmente a olvidarse en esos momentos de los de sus
lenguas.

Al cuarto mes
aproximadamente de darles clases, una de mis alumnas recibió dos cartas: una
provenía de un vecino que cursaba su segundo grado de secundaria. Francamente
escribía mejor mi alumna más atrasada. La otra carta era la de un compañerito
de habla hispana, la carta no pasaba de 10 renglones con 12 faltas de
ortografía y demás. La primera, mi alumna la contestó diciéndole a su
enamorado, que si fuera su maestra, lo bajaría a primer año de primaria y que
mejor se pusiera a estudiar y no la anduviera molestando con sus tontas cartas
que no tenían ni patas ni cabeza.  Frente
a la otra, sólo mostró un gesto de decepción aunque apreció sus conceptos
revolucionarios.

Decía Makareko,
que un maestro es maestro, hasta después de 5 años de dedicarse de lleno a su
profesión. Ello no ocurrirá, si todos los que ya obtuvimos experiencia en la
enseñanza de cualquier materia, nos reunimos para discutirlas y ahora sí, se
elabora un programa netamente revolucionario. Ahora sí podemos organizarlo con
la didáctica y pedagogía descubiertas por nosotros en nuestras experiencias.

En  mi opinión, sería conveniente que en la
enseñanza del idioma fuera la base de la estructura del programa. A ésta se
incorporaría una buena cantidad de conocimientos básicos y revolucionarios que
se irían dosificando paulatinamente junto con el lenguaje común y corriente que
no debemos despreciar y que es necesario que los alumnos manejen. Un trabajo de
conjunto para elaborar nuestro programa revolucionario nos ayudará a salvar
gran parte de los escollos que representa un programa elaborado
individualmente.

Como se ve, ya
estamos en condiciones de organizar bien nuestra escuela, pero sin que llegue
oportunamente la ayuda de nuestros colaboradores y militantes de la zona en que
se encuentre la escuela, se hace difícil convertirlo en realidad. Los gastos de
material escolar son fuertes. Las carencias de éste se me presentaron y a mis
alumnas a duras penas podía instruirlas en la organización de sus apuntes, pues
a menudo teníamos que disponer del cuaderno que no correspondía.

En los momentos
en que, aparte de todo las frecuentes inflaciones nos iban sorprendiendo, la
alimentación de mis alumnas tuvo que reducirse a lo indispensable para
subsistir. Todas resistimos, pero el rendimiento en el aprendizaje lógicamente
decayó. Estas han sido mis experiencias en dos grupos experimentales. En  el último permanecí justos cuatro meses, de
junio a octubre de 1984.

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos