Diciembre: Nuestra lucha es antiimperialista

“Toda nuestra acción es un grito de guerra contra
el imperialismo y un clamor por la unidad de los
pueblos contra el gran enemigo del género humano:
los Estados Unidos de Norteamérica.

En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte,
bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra,
haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se
tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.”

Ernesto Che Guevara
Mensaje a la Tricontinental
Mayo de 1967

La idea que presentaba al capitalismo como el único modelo económico y político, capaz y funcional para la producción social y política del mundo, es errónea. Sin embargo, presenta su más agresiva y avanzada etapa de: miseria generalizada, explotación del trabajo barato, injusta distribución de la riqueza, acumulación de capitales en una minoría; esto es, una crisis sistémica frente a la cual el régimen capitalista utiliza la opresión violenta como respuesta al descontento abismal que nace de las desigualdades crónicas, en sociedades que no están dispuestas a seguir siendo sometidas y responden como pueblos en resistencia y rebelión.

Dentro de las estructuras capitalistas, se encuentran
las instituciones que le dieron el sostén a un modelo neoliberal (Estado,
mercado, medios de comunicación, organismos “públicos” legitimadores) que
permitió condicionar al Estado “reducido” a un modelo de democracia
globalizadora y cómplice de las prácticas imperialistas más perversas.

México, como parte de América Latina, no olvida la presencia históricamente vigilante, y agresiva del imperialismo en nuestra patria.. El imperialismo norteamericano, en específico, por siempre ha visto a nuestro país con ojos de codicia. En 1846 Estados Unidos de Norteamérica invadió nuestro país tras varios episodios de provocación (intentos de desestabilización en territorio nacional, apoyo militar y económico al separatismo texano);   luego de que ante estos actos de provocación se respondiera en defensa de la soberanía nacional, y dijeran que se había cometido una atrocidad en contra de ellos o sus intereses, el presidente Polk consideró que se trataba de la excusa ideal para enviar tropas prestas a invadir nuestro país. Nosotros no olvidamos que México perdió la mitad de su territorio.

68 años después, 1914, el imperialismo norteamericano hace de nuevo su presencia en nuestra historia.  Aquí una cita del libro “Ejército Libertador 1915”, Capítulo 1. página 23. editorial ERA. 2013 , del compañero maestro Francisco Pineda que narra el reporte en 1914, de un agente especial del Estado Norteamericano, que envía al gobierno de Washington informando de una reunión de Zapata y Villa en Xochimilco.

 “La plaza del buen
Xochimilco estaba llena. Las tropas zapatistas, dispuestas en “L”. Antes de las
dos de la tarde, Pancho Villa abrazó a Otilio Montaño y luego a Emiliano
Zapata, Amador Salazar, Antonio Barona, Jacinto Cotero, Antonio Díaz Soto y
Gama, y tantos más. En el brindis —por el encuentro de la revolución del sur y
la revolución del norte— Zapata ofreció un mezcal. Según la prensa, Villa se
atragantó y Zapata, sonriendo, le preguntó si estaba malo, el mezcal. El jefe
del norte le dijo que nunca antes había bebido, pero que era un honor tomar la
copa con él.[1]

Un agente especial del Departamento de Estado observó
detalladamente el encuentro. Poco después, Leon Canova reportó a Washington: el
general Villa es alto y robusto, con una tez casi tan clara como la de un
alemán y aproximadamente 81 kilogramos de peso; usaba casco inglés, pesado
suéter café, pantalón kaki, polainas y botas de montar. Zapata estaba a la
izquierda, con su inmenso sombrero protegiendo los ojos de modo que no podían
ser vistos; tez morena y cara delgada, unos 59 kg y de menor estatura; iba de
camisa color lavanda fuerte y chaqueta negra, bufanda de seda azul al cuello;
pantalones mexicanos negros, muy ajustados, con botones de plata a los lados;
usaba alternadamente un pañuelo blanco de orilla verde y otro con todos los
colores de las flores…

Sentados en semicírculo como estábamos, sigue informando
el agente; mirando los semblantes de cada uno, en Villa pude apreciar el tipo
de guerrero más elevado, un hombre de gran energía y de inmensa confianza en sí
mismo. Zapata parecía estar estudiando a Villa todo el tiempo… Zapata es un
idealista. Se podría decir que es un soñador, como el infortunado José Martí de
Cuba…[2]

La referencia a José Martí no era casual. El agente Leon
Canova fue reportero de la agencia AP e informante de Washington, en la guerra
de independencia de Cuba. Años después, en mayo de 1914, Canova escribió: “si
los revolucionarios mexicanos quieren evitar el caos que experimentó Cuba en su
independencia, deben buscar la guía de Estados Unidos… La única salvación para
este país [México] es una supervisión de sus asuntos por parte de Estados
Unidos”.[3]

En seguida, Canova propuso al Departamento de Estado un
plan de ‘supervisión’ sobre México[4] basado en
la Enmienda Platt que el imperio norteamericano, por medio de la invasión,
impuso en 1901 como apéndice de la Constitución cubana. La Enmienda Platt
estableció que Estados Unidos podía intervenir militarmente en Cuba, cuando
quisiera; que Estados Unidos se apropiaba de territorio cubano; que el gobierno
de la isla caribeña no podía celebrar tratados ni contraer préstamos con otros
países, entre otras medidas imperialistas.

Así planteó, Canova, que debía proceder el gobierno de
Washington también en México. Y eso iba a tono con el “Plan de Guerra General
contra México”, actualizado por la oficina de inteligencia militar de Estados
Unidos, desde el inicio de la revolución. “Los planes de guerra están basados
inicialmente en la suposición de que la guerra será conducida por los Estados
Unidos, prácticamente, en contra de un pueblo unido”, escribió el general W.
Wotherspoon al jefe del Estado Mayor del ejército. Según el legajo que adjuntó
al mensaje confidencial, los objetivos territoriales de Estados Unidos eran
cuatro.

1. Zonas estratégicas por su ubicación geopolítica: Baja
California y el Istmo de Tehuantepec.

2. Regiones mineras y metalúrgicas, principalmente: Sonora,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato;

3. La zona petrolera de aquel tiempo: Tamaulipas y el
norte de Veracruz.

4. Las rutas de la invasión: líneas operativas desde
Acapulco y el puerto de Veracruz hacia la capital de la república; de Nogales a
Guaymas; Ciudad Juárez a Chihuahua; Piedras Negras a Monclova; Nuevo Laredo a
Monterrey; Monterrey a Torreón; Tampico a San Luis Potosí y Coatzacoalcos a
Salina Cruz; así como el control de los demás puertos del Pacífico y del Golfo,
para imponer un bloqueo naval completo contra México.[5]
(Mapa 1)

En junio de 1914, el Departamento de Estado designó a
Leon Canova como agente especial para informar acerca del curso de la
revolución. Por eso estuvo en la Convención de Aguascalientes y en Xochimilco.
Luego, durante el carrancismo, Canova fue ascendido. Fue el encargado de
asuntos mexicanos, en el Departamento de Estado. Desde ese puesto, promovió la
guerra económica contra los zapatistas; en especial, impulsó el control y uso de
los alimentos con fines militares. En esa época, Carranza estableció tres
medidas económicas para la guerra de exterminio contra los pueblos del sur: la
destrucción de las siembras, el control de los alimentos y la circulación
forzosa de una nueva moneda, que impuso a un tipo de cambio de 1 peso por 10
centavos, con grave pérdida en la capacidad de compra de la gente.”

En México,
no debemos dejar de observar las condiciones geopolíticas e históricas frente
al imperialismo estadounidense que una vez mas deja ver su mirada codiciosa y
su lúgubre presencia solícita a “ayudar” pues –argumentan- no somos capaces de
resolver los problemas. El imperialismo que se impone mediante medidas
económicas agresivas, y también mediante operaciones militares opresivas. No
debemos dejar de observar su espíritu expansionista y avasallador  y cruzarnos de brazos. Pensar que basta la
política de “buenos amigos” y las “relaciones de buena vecindad” y de
“colaboración” no es suficiente.

Hay que
voltear al sur, observar a quienes igual que nosotros, en territorio
latinoamericano dejan ver su modos de “resistir”. Que igual que nosotros sufren
las consecuencias de las medidas económicas dictadas desde Washington. El
imperialismo se une para desestabilizar países, toca a sus pueblos organizarse
para de manera inteligente, descubrir sus patrañas desestabilizadoras sin confiarnos
“ni un poquito así” como decía el Che.

El imperialismo, en nombre de la libertad [de mercado], ha creado las
condiciones que América Latina ahora enfrenta; intentaron –sin mucho éxito-
despolitizar a la sociedad, por encima de una amplia dominación económica y una
opresión violenta, cotidiana y sistémica.

Las posibilidades de ser un país libre, democrático, con justicia social y respeto a los derechos humanos, siempre será una lucha necesaria para los pueblos latinoamericanos y en particular para el pueblo de México, recurriendo a la conciencia de todas y todos los mexicanos.

Efemerides

Como
todos los diciembres,  recordamos a 2
compañeros:

La
compañera Murcia, desaparecida política de la Lista de Ocosingo y el compañero
Gonzalo (Pacha),  quienes se destacaron
por su honradez,  sencillez, modestia,
disciplina  y  gran espíritu de trabajo.  Los recordamos como lo señalaba nuestro compañero
Mario en 1980  “….su ausencia es presencia; los compañeros
caídos 
-o desaparecidos- representan ahora un factor de unidad; son
el lazo que nos liga con el pasado, con la historia de la organización, son el
acicate que nos impulsa al futuro tomando su ejemplo para continuar la obra que
ellos impulsaron y que no pudieron ver avanzar por haber sacrificado su
existencia para que ella viviera”.

Del
compañero Gonzalo (Pacha) presentamos recordatorio escrito por el compañero
Alfredo en las montañas del sureste mexicano:

            GRACIANO SANCHEZ AGUILAR (Gonzalo),
su nobleza y bondad, grandes atributos de este fundador de las FLN, en quien
tenemos el ejemplo de voluntad frente a las adversidades, de decisión de
conseguir las metas frente a las dificultades aparentemente insuperables que se
presentan.  Lo recordamos cuando ante la
necesidad de localizar una casa de seguridad recorría de tramo a tramo, cuadriculándola,
una ciudad; que salía a las siete u ocho de la mañana y regresaba doce horas
después sin que la sed o el hambre hicieran mella en su ánimo, sin decaer en el
cumplimiento de su comisión un sólo instante; 
lo recordamos en la sierra, después de cargar su mochila con un  sobrepeso, recogía algo más de carga que aún
debía llevarse; lo recordamos inclinado hacia adelante para compensar el peso,
y con su instrumento al hombro, pidiendo aún más carga.  En el tiempo que estuvo como responsable de red
urbana, muchos frutos recogió la organización de su empeño, jamás Gonzalo pasó
sobre orden alguna de la Dirección, ni puso nunca en duda el cumplimiento de
las mismas.  A pesar de su profesión,
abogado, que no tenía relación alguna con la técnica, el entendimiento de la
necesidad de crecer personalmente en ese sentido, lo llevó a realizar trabajos
de soldadura que variaron desde jaulas para animales, hasta piezas para
nuestros instrumentos, demostración plena de que ningún trabajo por
intrascendente que parezca, es tal, de que no hay dificultad alguna que no
pueda ser vencida por nuestros esfuerzos cuando se tiene una ideología marxista
y el deseo consecuente de aplicarla en la práctica, de hacer avanzar con
nuestro adelanto personal, la revolución que nuestros pueblos harán triunfar.  Jamás rasgo alguno de vanidad pasó por su
pensamiento, a pesar de que por muchas razones su trabajo era excelente.  El, al igual que Martí, sentía ”
profundo desprecio por las palabras que no van acompañadas de sus hechos”.  Murió al lado de Aurora, enfrentándose a los
soldados del gobierno opresor que trataron de detenerlo, haciéndoles frente,
combatiendo por la única, verdadera, irrenunciable independencia de nuestro
pueblo.

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos


[1] “Generals Villa and Zapata hold
cordial meeting”, The Mexican Herald,
México, D. F., 5 de diciembre de 1914.

[2] Leon Canova al Departamento de
Estado, 8 de diciembre de 1914, National Archive and Records Administration (NARA) 812.00/14048. Citado
por Larry D. Hill, Emissaries to a
Revolution. Woodrow Wilson’s Executive Agents in Mexico
, Louisiana State
University Press, 1973, pp. 283-284.

[3] Leon Canova al Departamento de
Estado, 24 de mayo de 1914, NARA 812.00/12342. Citado por Larry D.
Hill, op. cit., p. 201.

[4] Leon Canova al Departamento de
Estado, 10 de julio de 1914, NARA 812.00/27406. Citado por Larry D.
Hill, op. cit., p. 210.

[5] “Memorándum confidencial del
general W. W. Wotherspoon al mayor general Leonard Wood, jefe del Estado Mayor
del ejército de Estados Unidos, Washington, d. c., 16 de marzo de 1911, y otros documentos
relativos al plan”, (en total 69 páginas), Records
of the War Department, General and Special Staffs, Military Intelligence
Division Files
, National Archives and Records Administration, Record Group
165.




Noviembre internacionalista

Editorial
noviembre, 2019

Las luchas de los
pueblos continúan Dignificando la
Historia
, y la humanidad, de cualquier parte del mundo continúa
rebelándose, organizándose y gritándonos al mundo que ¡La esperanza vencerá al terror! y
nos muestra la rabia y el descontento en su búsqueda por una sociedad más
justa.  Los acontecimientos en diferentes
partes del mundo nos lo demuestran. Por eso el análisis de la realidad nunca
puede dejarse de lado.

Así nos lo
enseñaron también los compañeros Gabriel y Alfonso, nacidos en el mes de
noviembre. Gabriel asesinado por el ejército mexicano en Nepantla y Alfonso,
desaparecido político que forma parte de la Lista de Ocosingo.  Ambos sumaron su vida en los difíciles años
70’s a la lucha en nuestra organización, buscando, desde esos años, una
sociedad más justa. Ellos, junto a otros muchos compañeros que seguimos su
ejemplo, forjaron los cimientos para el nacimiento del ejército del pueblo
mexicano FLN-EZLN, en otro noviembre, el 17 de noviembre de 1983.

Dentro
de las efemérides de noviembre además de recordar a Alfonso y Gabriel, con
respeto recordamos a Xavier Mina y al millón de mexicanos que dieron su vida en
la revolución social de 1910.

La nefasta sombra
del Fondo Monetario Internacional (FMI) recorre América Latina, y junto con
ella, el olvido al miedo por un pueblo latinoamericano unido por la dignidad.
Las imposiciones económicas por parte del FMI, del Banco Mundial (BM) y del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde 1973, se han materializado con
dos características centrales en América: recortes presupuestales y
privatización. La distancia cada vez mayor entre la distribución de la riqueza
de nuestros recursos, la pobreza extrema, la privatización de los servicios
para la dignidad humana, la represión encausada mediante el “shock” para la
pérdida de la consciencia, los “paquetazos” impuestos, los aumentos del boleto
del metro, los vínculos cínicos de los gobiernos con grupos criminales para el
sostén de una clase propietaria y poderosa, es el opresivo camino que por 46
años han recorrido los pueblos latinoamericanos, y del resto del mundo.

A la luz de ese
triste camino, las luchas de liberación nacional mantienen su vigencia, siempre
que sean tejidas con los ideales antiimperialistas de solidaridad entre los
pueblos, independencia y soberanía popular: hoy resuena en las calles de muchas
ciudades latinoamericanas el eco de la lucha que en 1966 encaminó el Ché; y de
la misma forma en que en esa época se concibió, el antiimperialismo debe
mantener hoy su carácter tricontinental.

El desafío a los
poderes imperiales en nuestra digna Latinoamérica va desde Ecuador,
donde la furia de los distintos sectores sociales rechazan las imposiciones del
“paquete” de impuestos; Haití, primera nación latinoamericana
independiente, dominada por la corrupción de gobiernos capitalistas que han
devastado a la nación isleña, sumergiéndola en la extrema pobreza del
continente; Honduras con los vínculos descarados con el narcotráfico y
la exigencia de renuncia del presidente; Brasil con la talante fascista
y neoliberal del gobierno de Bolsonaro, que ha adelantado reformas
privatizadoras, políticas ecocidas, y de violencia a grupos sociales de lucha…
justo en esta semana se ha hecho público su vínculo directo con el asesinato de
la diputada socialista Marielle Franco da Silva; Argentina que pese a su
alternancia política hacia la izquierda, viene cargando con las nefastas
negociaciones de la clase burguesa con los grandes capitales extranjeros y la
implementación del neoliberalismo; Chile, hasta hace unas semanas el
valuarte del neoliberalismo latinoamericano, demostrando que decenas de años de
políticas antihumanas, basadas sobre el terror policiaco militar impuestas
desde el golpe de Estado de 1973 contra Salvador Allende, no son suficientes
para doblegar a un pueblo digno: más temprano que tarde, las alamedas se van
abriendo de nuevo. La esperanza de los pueblos sometidos como Líbano,
víctimas del despojo y desplazamiento, desescolarización y guerras de intervención
violenta en su soberanía y territorio; Irak, donde los pueblos han
pagado con más de un millón de muertes la sed imperialista que ansía romper en
ese territorio toda forma de tejido social; Cataluña, que adelanta pasos
e impulsa los ánimos de las otras provincias autonómicas, como ejemplo de lucha
independentista frente a la crisis política actual, desenmascarando como una
gran farsa la democracia del Estado español, gobernado en última instancia por
un monarca que heredó del fascismo franquista el poder político que ostenta.

El desafío con
dignidad de nuestros pueblos hermanos por su liberación, responde a las medidas
insostenibles que se imponen dentro del capitalismo actual, que se traducen en
el exterminio de toda persona que no es útil para el sistema económico
imperante: el que no produce y no consume dentro de las capacidades económicas
que requiere este modelo de acumulación frenética.

Nuestro país,
México, es recuento de historias con grandes resistencias, que son ejemplo para
poder impulsar un carácter revolucionario frente a las mismas imposiciones
disfrazadas de “recomendaciones”, por parte de las organizaciones económicas
mundiales.

“En definitiva, hay que
tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del
capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La
finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La
participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es
la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos
oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros
baratos y a donde exportan nuevos capitales -instrumentos de dominación-, armas
y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta..
al enfocar la destrucción del
imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los
Estados Unidos de Norteamérica” (Che en su “Mensaje a los pueblos del mundo a
través de la Tricontinental de 1967).

Para
concluir, el Che hace un llamado a aquellos oídos receptivos a participar en el
combate abierto a la injusticia;  podemos
estar orgullosos de estos 50 años de nuestros trabajos ininterrumpidos, sean
ustedes bienvenidos, pues aún sigue siendo necesario…

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa
de Todas y Todos




Octubre en el camino

Amor mío, es de noche.
El agua negra, el mundo
dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora
y yo mientras tanto te escribo
para decirte:”te amo”.
Para decirte:”te amo”, cuida,
limpia, levanta
defiende
nuestro amor, alma mía.
Yo te lo dejo como si dejara
un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor, y aún tendrán fuerza
para quemar las manos que lo toquen.

¿Quienes fuimos? ¿Qué importa?

Pablo Neruda – Carta en el camino (Fragmento)

Sin duda el crimen de estado
cometido el 2 de octubre de 1968 estará por siempre en la historia de México
como un recuerdo triste, para que nunca vuelva a repetirse.

Sin embargo, los hechos son
“tosudos”, nuevas masacres, desapariciones forzadas, feminicidios, agresiones a
migrantes, son el “pan nuestro” de todos los días. No debemos descartar los
intereses de nuestro vecino imperialista por tratar de aprovechar estas situaciones
en su beneficio. Por ello hay que ser claros y unidos para enfrentarlo.

El “Che”, nuestro ejemplo
antimperialista dijo, en 1964:

“…porque es la naturaleza del
imperialismo la que bestializa a los hombres, 
la que la convierte en fieras sedientas de sangre, que están dispuestas
a degollar, asesinar,  a destruir hasta
la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya
caído bajo su bota o que luche por su libertad… Y recordemos siempre, que no
se puede confiar en el imperialismo pero ni tantito así, nada.”

Por tanto en todos los octubres
debemos recordar con tristeza el 2 y el 8 de oct ubre, y con alegría el
nacimiento de nuestros compañeros: Aurora, Manuel y Pedrín.

En esta ocasión vamos a transcribir
un texto del año 1976, escrito por 
nuestro responsable en la montaña “Alfredo”,  quienes vivimos la experiencia de estar bajo
las órdenes de Aurora, sabemos que fue, es y será un digno ejemplo para las
generaciones futuras.

A ella y a ellos, queridos compañeros, en octubre les decimos…

Presentes!

¡Vivir por a Patria! o ¡Morir por la
libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas
y Todos

COMUNICADO CONFIDENCIAL A TODOS LOS MILITANTES DE LAS
FUERZAS DE LIBERACION NACIONAL

         Recuerdo de la compañera Julieta Glokner Rossainz, Aurora.

         La educación que le brindó su padre, permitió que desde  su adolescencia, Aurora tuviese ya conciencia
de los problemas sociales.  Participó
durante su vida civil en numerosos grupos políticos buscando siempre solución a
los sufrimientos de su pueblo.

         Así, participó en el Frente Electoral del Pueblo, y cuando
procuraba, convencida ya de las incapacidades e impotencias de esos métodos,
que el Partido Comunista Mexicano cambiase sus lineamientos, fue expulsada de
las filas de la Juventud de ese organismo.

         Visitó la República de Cuba en los primeros años del triunfo
de la Revolución.  Buscó afanosamente,
sin lograr, pese a sus desvelos, conseguirlo, los contactos que le permitiesen
participar en la lucha que el pueblo guatemalteco sostiene contra la dictadura,
lucha que Aurora sintió también como propia y que motivaba en ella el deber
internacionalista que, firmemente arraigado, poseía. Por ello, cuando nuestras
FLN la contactaron, su militancia urbana fue ejemplar, a grado tal de que,
histórica excepción, fue la única compañera urbana que conocía y visitaba
nuestra casa de seguridad, como fue también la única en esa época que mereció,
siendo militante urbana, la entrega de un arma para su defensa, distinción que
le otorgara nuestra Dirección por sus sobresalientes méritos e íntegra
disciplina.

         En alguna vez realizó una comisión durante quince o veinte
días en la sierra chiapaneca:  su
voluntad moral y convicción revolucionaria se vieron acrecentadas y sólidamente
reforzadas al enfrentarse a las condiciones hostiles del medio, enteramente
nuevo para ella, pero que solamente arraigó más determinación a sus actos,  más esfuerzo en sus tareas, más confianza en
la victoria final de su pueblo.

         En julio de 1971, por razones de seguridad debe integrarse,
y lo hace, a las filas profesionales de las FLN.  Para ello, por las condiciones que nuestro
método revolucionario nos impone, hubo de separarse de lo más querido entre lo
querido: su pequeño hijo, Carlitos, quien tenía entonces cuatro o cinco años de
edad.  Lo hizo con la convicción profunda
de la necesidad del método, con la certeza 
absoluta de la histórica victoria de nuestros pueblos.  Alguna vez, cuando evocaba cariñosa el
recuerdo de su hijito, al observar a unos pequeños boleritos  que hambrientos le pedían algo de comer,
profundamente conmovida, sentenció: 
“mi hijo al menos, tiene qué comer; éstos son ahora también, mis
hijos”.

         Algunos meses bastaron como profesional para pulir sus
criterios.  Entonces es designada
responsable de la red urbana en el Distrito Federal. Ahí tuvo oportunidad
Aurora, entonces conocida como Paz, de mostrar sus cualidades como organizador,
la claridad de sus ideas políticas, la metodología en la corrección de las
fallas propias y de sus subordinados; por sus empeños, la red urbana aumentó
sus efectivos y algunos de sus integrantes se convirtieron en profesionales de
nuestra organización.

         Se aplicó al estudio de la medicina y sus avances teóricos
unidos a su meticulosa observación, le valieron para considerarla como el mejor
“ojo clínico” de entre nuestros compañeros no profesionales del ramo
médico.

         Como Salvador, basaba su superación personal en el trabajo y
en la autocrítica: ambos factores influyeron decisivamente en Aurora y por
consecuencia en los compañeros que personalmente la trataron.

         Sabía mandar, porque supo antes aprender a obedecer.

         Debemos reconocer su entrega total a la causa de la
revolución: su claridad en acción y su creatividad, contribuyeron a acelerar en
numerosas ocasiones la marcha de nuestra organización.

         Jamás sombra alguna de cobardía empañó su solidaridad
combativa: su vida importaba poco cuando la de sus compañeros corría riesgo.

         Un día antes de su muerte, enfrentó decidida junto a dos de
sus compañeros, el ataque de policías judiciales que en Villahermosa intentaron
detenerlos, acción de la que resultó con escoriaciones leves producidas al
romperse, por los impactos de las balas, el parabrisas del auto en que
viajaban.  Siempre presta, y lo demostró
en esa ocasión, a velar porque los conocimientos de la organización que poseía
no cayeran en poder del gobierno opresor, supo enfrentar con decisión, entrega
y convicción marxista los momentos apremiantes que vivió.

         Cuando ocurre su muerte, en el Sureste de México, los soldados
que amedrentados clamaban su rendición y la del compañero Gonzalo que la
acompañaba, sólo escucharon su voz  firme
y serena: “si pueden, vengan por nosotros”, voz rubricada por el
tableteo de su pistola automática.

         La confianza en su causa y la conciencia de su superioridad,
forjaron su decisión de que quien intentase detenerla, conseguiría sólo su
cuerpo, anegado en sangre, si no sucumbía antes, al pretenderlo.

                          “Muertes, martirio, sombra, hielo,
cubren de pronto la semilla y parece
enterrado el pueblo. Pero no me siento
sólo en la noche.
Soy pueblo, pueblo innumerable.
Tengo en mi voz la fuerza
para atravesar el silencio.
Desde la muerte renacemos”

         Las fuerzas del gobierno opresor, desconocen el talento que
con su acción apagaron.

         Hoy, primero de octubre, XXIX aniversario de su nacimiento,
evocamos su recuerdo junto a nuestra certera consigna:

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR
POR LA LIBERTAD

Fuerzas de Liberación
Nacional

1 de octubre de 1976




Un compañero Maestro

¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz

¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol
De polo a polo a una
secreta información

¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar
y toda el alma abierta
de par en par

Nicolás Guillén

Palabras
para escuchar, ecos de las montañas que resuenan en las calles y en las aulas.

Un
compañero de esos de los que se aprende, de esos de los que se puede conocer
nuestra historia, la de los pueblos que luchan, un siempre certero, agudo y pedagógico
análisis, siempre entusiasmados oídos atentos de escuchar sus palabras, voces
de tiempos de lucha, de palabras de la tierra, del pensamiento
internacionalista, del trabajo concreto en coordenadas y hechos.

Un
investigador que no dudó nunca en dar a conocer la historia desde los pueblos,
desde sus testimonios, sus experiencias en la lucha por la liberación. Que no
dudó nunca en narrar las estrategias del poder y sobre todo de los pueblos, en
la guerra y en la paz, en los símbolos y en las realidades.

Un
investigador que supo combinar la teoría y la práctica, el ejemplo de escribir,
denunciar, compartir, hermanar, desmenuzar las mentiras del poder, erosionar y
socavar las verdades impuestas, contrariar púlpitos y comodidades de academias
desgastadas por superfluas modas, racismos, colonialismos e imperialismos.

Leerlo,
escucharlo, emularlo, compartirlo, es tarea de todas y todos, es un amplio
volumen de páginas de las historias de nuestras naciones, es lectura obligada y
recuerdo presente.

de la
lucha sigue!!!, de viva pueblos !!!, de tierra y libertad!!!

Vaya pues un abrazo a su familia, compañeros, amigos, …y en ese abrazo colectivo mirar sonriendo, trabajar platicando, como siempre hacen nuestros compañeros y compañeras, mirando un posible y real mundo de los trabajadores, de los campesinos, de los estudiantes, de los pueblos.

“El territorio es el marco inicial y más concreto, en que se observa la vinculación de la cultura y la guerra; y sobre todo, el punto de partida para entender el significado de la demanda zapatista, que no fue de parcelas de labor, sino siempre y enfáticamente: tierras, montes y aguas, en una palabra, territorio. Le llamaron también: To tlalticpac-nantzi mihtoa patria, nuestra madrecita tierra, la que se dice patria”.   

Pineda, Gómez Francisco. (1997) La irrupción zapatista. 1911. Colección Problemas de México, Editorial ERA. México.

18 de septiembre
del 2019

Con profunda tristeza recibimos el aviso del fallecimiento
de nuestro compañero Francisco Pineda, maestro, investigador de la historia
verdadera, ejemplo de estudio y trabajo riguroso; pensamiento crítico e
independiente, preocupado por la manera en que la historia oficial de la Revolución
se ha convertido en dispositivo de dominación para que el pueblo de México
recupere la memoria de lucha social de la que es y ha sido siempre sujeto
activo.

Solidario con toda lucha justa, donde quiera que esta fuere. No dudó ni un momento en colaborar comentando nuestro libro Dignificar la Historia I. Las FLN y la Guerra Fría en México (1969-1974).

Las compañeras y compañeros de la Casa de todas y todos lo
recordamos siempre con profundo respeto. Nos sumamos al duelo de su familia,
los acompañamos en su dolor y decimos con el orgullo de haberlo conocido…

Compañero
Francisco Pineda…. ¡presente!…

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo editorial de la Casa de todas y todos




Editorial Septiembre, 2019

Septiembre… Mes de “informe y cuentas claras”??? o Mes de lucha y búsqueda de caminos que conlleven a cambios reales…???

Nos llega septiembre del 2019 por primera vez con un
gobierno que se dice “diferente” como ya otros presidentes en turno a lo largo
de la historia se han presentado.

Anuncia, con bombo y platillo…. Informe de gobierno.
Estemos atentos y como siempre críticos a lo que en ésta ocasión “informe” a la
nación. Nación con miles de ausentes y otros tantos cuerpos sin identificar.
Con estados de la República que destacan no por sus avances académicos, sino
por la cantidad de entierros clandestinos que se han encontrado. País que sigue
esperando una transformación, ni siquiera una 4ª… pues no podemos hablar de que
se haya conquistado una genuina independencia cuando viven nuestros pueblos
asolados por los poderes imperialistas.

El informe presidencial por años (desde la
Constitución de 1824) presente en la historia de nuestro México, a manera de
ritual, un protocolo que ha “evolucionado” o que más bien se ha ido adaptando a
las diferentes situaciones que vive nuestro país.  Que inició siendo casi estilo “monárquico”
donde los presidentes en turno desde Porfirio Díaz, pasando por el traidor
Carranza se “arropaban” no sólo de políticos sino también de empresarios,
jerarcas de la iglesia y dueños de los medios de comunicación.

“Informe” que fue aumentando su contenido en
cuartillas, los informes de Porfirio Díaz eran breves, el de 1910, tenía sólo 3
cuartillas. Madero lo aumentó a 21 páginas y en todos ellos se decía que el
presidente en turno contaba con el apoyo del pueblo quien elegía a sus
representantes con “entera libertad”.

Desde Plutarco Elías Calles les preocupaba a los
políticos convocar a un nuevo pacto social. Urgía poner fin al caudillismo para
pasar a lo institucional y el informe sirvió para eso, junto con otras cosas,
para ungir un país de instituciones, un país “en paz”, listo para la llegada de
los capitales extranjeros a “invertir” en nuestro país, para marcar la
diferencia del nuevo régimen en comparación con el sexenio anterior quienes
fueron los malos, los corruptos, los “malos mexicanos” pues ahora tocaba a un
nuevo gobierno quien corregiría las cosas mal hechas en el sexenio anterior.

Para “orquestar” todo lo anterior, ya en 1982, el
desarrollo de la democracia liberal en México nos trajo las “interpelaciones” y
actos de protesta, dentro y fuera de San Lázaro, prueba de que ya todo era
supuestamente distinto.

El desprestigio de la clase gobernante llevó a cierto “ocaso” en el formato de los Informes, y en el año 2005 fue la última vez que el informe se celebraría en San Lázaro, pues al año siguiente –en el contexto del fraude electoral- las condiciones adversas se veían apabullantes y el gobierno panista prefirió “refugiarse”, “protegerse” y buscar las reformas adecuadas a la Constitución para que ya no sea el presidente quien entregue el informe al congreso sino los secretarios de gobernación; y no sólo eso se establecieron desde entonces sedes “ad hoc” para evitar el “desorden” provocado por el descontrol entre la propia clase política: Auditorio Nacional, Museo de Antropología e Historia, y ahora Palacio Nacional. 

No perdamos de vista el horizonte, por este ardor que
tenemos frente. Mientras el gobierno, y el Estado en su conjunto, responda a
los intereses reales del desarrollo capitalista, los pueblos no hallarán en
esas instituciones los instrumentos de su genuina liberación; a lo más, habrán
paliativos, beneficios de mediano y corto plazo, que pueden resultar
refrescantes en muchos miles de hogares y que pueden causar escozor entre el
sector más reaccionario, rancio y vendido del empresariado y su clase política.
Pero ahí estarán, pendientes, observando el modo de retornar. Y, por otro lado,
no estará distante el sector del  empresariado que quizá ve con buenos ojos, o
es indiferente a las políticas sociales de este nuevo gobierno. Y el gobierno
podrá hablar de grandes transformaciones, de cambios de régimen, pero si su
interés es reposicionar al país en el contexto mundial del capitalismo, para
los pueblos finalmente sólo habrá mayor explotación, continuidad al despojo y
en suma, el fortalecimiento del control imperialista sobre nuestro destino
colectivo.

Y los motivos para organizarse y continuar la lucha,
seguirán ahí, presentes.

Efemérides.

En septiembre recordamos a nuestra compañera Lucha, quien
muere en éste mes; a la compañera Ma. Luisa y el compañero Mario que nacieron
en septiembre y que nos dieron grandes lecciones de humildad, compañerismo.

De nuestro compañero Mario extraemos algunos párrafos de la investigación realizada en los años 80’s, aparecida por primera vez en nuestro periódico Nepantla 13 (1981) “Nada es gratuito en la Historia” y que refleja su firmeza y convicción revolucionaria, su amor y confianza en que nuestro pueblo no se equivoca, que es sabio en su toma de decisiones:

(…)

“Para los que en México queremos hacer la revolución, cumpliendo el imperativo de nuestra generación, es imperativo también conocer la obra política de los atacantes del cuartel Madera.  Esto se vuelve más importante en el momento en que la confusión política provocada por las fuerzas de izquierda, que se han sumado sin pudor al presupuesto oficial y abandonan todos sus proyectos -si es que los tuvieron- de independencia de clase, desviando a las masas de la comprensión de su misión histórica.  Se hace necesario abordar el estudio de la obra política de Gámiz en momentos en que las concepciones de la violencia revolucionaria en nuestro país han sido rebajadas a la simple negación de la teoría científica de la revolución por quienes considerándose herederos políticos de los revolucionarios de Madera, han confundido la actividad político revolucionaria con el simple “echar bala” o con matar a un agente de crucero para obtener un revólver, etc., desconociendo -y negando de hecho- lo fundamental de las concepciones políticas sobre la liberación nacional en nuestro país que sustentaba el profesor Gámiz.

Ni locos, ni suicidas, ni mártires.  Mártires los cristianos que se inmolaban en el circo romano, suicidas los kamikazes japoneses; locos, Hitler y Mussolini.  El revolucionario no es suicida ni ama a la muerte.  El revolucionario aspira a vivir para transformar las condiciones de vida miserable de su pueblo y si para lograrlo es necesario entregar la existencia, gustoso la da para que el pueblo siga viviendo.

El pueblo mexicano en su lucha por el pan y por la tierra, por la solidaridad internacional y por el libro, por la defensa de las libertades políticas ha sido muy generoso en la entrega de mártires sacrificados en el altar del capitalismo.  Jaramillo y su familia fueron asesinados, Román Guerra Montemayor fue asesinado, cientos de obreros y campesinos han sido reprimidos por el estado mexicano.  En todas sus luchas el pueblo siempre estuvo desarmado en tanto que el enemigo de clase siempre estuvo armado y por ende a la ofensiva.

Hasta el 23 de septiembre de 1965 la ofensiva estuvo siempre al lado de los opresores; el pueblo siempre actuaba a la defensiva ofreciendo el pecho a las bayonetas.  A partir de esa fecha supo el estado mexicano que el pueblo ya no estaba más en disposición de servir de silueta de tiro al blanco de los soldados.  Nuevas experiencias guerrilleras surgieron después en todo el país:  Genaro Vázquez y la ACNR, Lucio Cabañas y el Partido de los Pobres; distintas y efímeras organizaciones que nacieron al calor de la represión desatada por el régimen contra los estudiantes en 1968 y el 10 de junio de 1971; hasta culminar con la aparición, vida y ocaso de la LC-23-IX que adoptó ese nombre en pretendido homenaje y continuación de la obra de los revolucionarios de Madera.

El revolucionario caído no necesita de apologías para recordar su memoria.  Sus obras y sus concepciones políticas lo hacen vivir.  Para comprender el quehacer revolucionario de quienes por primera vez en la historia del proletariado mexicano emprendieron el camino de la liberación nacional empleando la violencia revolucionaria armados antes que nada de la teoría científica de la revolución; tenemos obligación de estudiar su pensamiento, sus concepciones sobre la lucha de clases en nuestro país, sobre las relaciones de la situación nacional y la internacional; tenemos que estudiar la crítica despiadada que hicieron de las enmohecidas organizaciones de izquierda a las que premonitoriamente calificaron como propensas a ubicarse en lo que hoy conocemos como “reforma política”, sus planteamientos organizativos y las previsibles maniobras intervencionistas del imperialismo yanqui en nuestro país.

Los textos que ofrecemos fueron escritos por el Profesor Arturo Gámiz García, dirigente de la Guerrilla de Chihuahua, precursora del movimiento revolucionario en nuestro país.  Fueron elaborados en octubre de 1963 y febrero de 1965 durante los “Encuentros en la Sierra” y publicados en forma de “Resoluciones” y “Dictámenes” por Ediciones Línea Revolucionaria, teniendo una circulación clandestina.

El rescate del pensamiento revolucionario del profesor Gámiz no tiene como finalidad relatar la historia.  Su finalidad es aportar un material ideológico de importancia fundamental para la lucha de clases en nuestro país, que nos permita esclarecer la actividad revolucionaria de nuestro pueblo en la tarea que le corresponde a nuestra generación en este fin de siglo;  Construir la historia de la liberación definitiva de nuestro pueblo.”

(…)

Invitamos a leer el artículo completo “Nada es gratuito en la Historia” en el libro “Dignificar la historia” III. Cruce de caminos: Luchas indígenas y las Fuerzas de Liberación Nacional (1977-1983)”,  en la página 80.

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos




1 de julio 2019 – 230 años

Estas son, las mañanitas, que
cantaba el rey David…

a los jóvenes valientes se las cantamos aquí……

Despierta Xavier despierta……!

Julio sigue siendo el mes de los inicios….

Cuando en Otano inicia el nuevo día, en México anochece.
Para nosotros que no olvidamos, sentimos como propia la lucha de los pueblos
por su liberación.

Ese sentimiento nace del ejemplo de otros más antiguos
en el caso de México, 2 héroes de la Patria que unieron la historia para que
hoy podamos llamarnos hermanos mexicanos. Xavier Mina, Fray Servando y se
cuentan hasta 300 combatientes convocados por ellos para ir a luchar en tierras
lejanas para acabar con el imperialismo, ese que desprecia y encadena, nos
suena tan actual, aunque sea otro.

Estamos sin duda en deuda con el pueblo navarro, somos
hermanos en el amor y en el dolor. Debemos ayudarnos sin buscar obtener
ventajas mezquinas, conocer nuestras historias, respetarnos, ser consecuentes
con lo que se dice y se hace. En fin, hacer todo lo que nos une y nada de lo
que nos separe. Existe una gran cantidad de actividades que debemos procurar
realizar en conjunto hoy navarros y mexicanos. Debemos unirnos primero
utilizando los medios modernos de comunicación y después en vivo, todos
aportaremos los puntos de vista de su entorno y encontraremos nuevas rutas que
constituyan los puentes necesarios para ser felices. Ese sentimiento tan
antiguo y tan actual no debe terminar nunca.

Felicidades hermanos navarros!!!!

Gora Mina!!!!

En julio de 1971 el gobierno de Luis Echeverría se
entera de la existencia de la organización 
Fuerzas de Liberación Nacional. 
En  julio, hace 19 años ya, se
inaugura la entonces “Casa del Dr. Margil”, que fue vandalizada y  hoy reconstruida como  Casa de
Todas y Todos
; y en el julio de hace 6 años se inicia el trabajo de
nuestra “página web”.  Con distintos
trabajos y en distintas épocas, y  ya muy
cerca de completar los primeros 50 años de labores “anti-imperialistas”, el
trabajo continúa, y –como no nos cansamos  nunca de decirlo, no debemos equivocar al identificar
al “enemigo”, es ese mismo que ahora presiona no sólo a nuestro país México,
sino a toda América Latina. Citemos al  Ché quien bien lo dijo en su Mensaje a los
pueblos del mundo a través de la Tricontinental….

“América constituye un conjunto más o
menos homogéneo y en la casi totalidad de su territorio los capitales
monopolistas norteamericanos mantienen una primacía absoluta. Los gobiernos
títeres o, en el mejor de los casos, débiles y medrosos, no pueden imponerse a
las órdenes del amo yanqui.”

En éste Julio recordamos al compañero “Héctor” quien nació en éste mes.  Él y Mateo (Alfredo) supieron defender, con las armas en la mano a su organización, al ser descubiertos por los enemigos del pueblo en la ciudad de Monterrey. No podía ser de otra manera.  Años después Héctor y el compañero Manuel fueron los primeros en llegar a la selva a sembrar la semilla para formar un ejército. Sólo dos compañeros quienes iniciaron ese trabajo, hoy somos miles. Tiempo después “Héctor” con cuatro compañeros más y la compañera “Murcia”, cumpliendo con su labor anti-imperialista, desalojaron a los espías del “Instituto Lingüístico de Verano” de su campamento en la Selva, en la Laguna del Ocotal para ser precisos. Esa es la verdad histórica, la única verdad, no hay otra, aunque se pretenda ocultarla. 

Nuestra organización política no basa su desarrollo en
coyunturas, nacimos defendiendo a nuestro país del imperialismo y eso no ha
cambiado. Se dijo hace 50 años “los
errores son nuestros, la victoria es ya de nuestro pueblo”
.  Felicidades a todos aquellos dispuestos a no
dejarse controlar.

Adelante!!!!

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!

Recordando a Héctor y a Mateo, transcribimos un
testimonio aparecido en las páginas de nuestro periódico NEPANTLA No. 6  de julio de 1979, denominado “El bautizo de
Fuego”, donde se narran los acontecimientos:

LOS ACONTECIMIENTOS

En la
primavera de ese año se ocupó la casa. Comenzó en seguida a funcionar como
lugar de reunión, bodega y chochera –garage- las armas no se almacenaban ahí,
pues la casa se quedaba sola.

La Ca. Reneé (Murcia), era la única mujer que podía asistir ahí. Lo hacía eventualmente y por lo mismo los escasos vecinos que había no la identificaban como su habitante; sólo veían el número de autos que llegaban y salían.

Era la
clásica casa de colonia de clase media; el terreno tenía 12 metros de frente
por 20 de fondo, únicamente colindaba con otra construcción por su lado
oriente, al fondo, y por el lado poniente había terrenos baldíos; al frente había
un pequeño jardín flanqueado por la cochera que desembocaba en la puerta de
entrada principal a la sala-comedor; a un lado del comedor, la cocina con una
puerta que comunicaba hacia un patio de servicio y una salida lateral a la
cochera y a la calle entre la cocina y el comedor un baño y junto a él 2
recámaras con roperías.

Se procuró conseguir una sala para que llenase el espacio de aquel enorme cuarto de entrada. Los demás cuartos estaban casi vacíos, solo había un catre, una mesa para trabajar, algunos libros, cobijas y ropa para el Co. Mateo (Alfredo) que era quien la ocupaba y eventualmente algún compañero profesional que acompañaba al Co. Pedro en sus viajes a la zona centro del país.

En el mes de junio, llegó el Co. Pedro acompañado por el Co. Pepe (Héctor) quien tenía la misión de aprender a volar para obtener su licencia de piloto aviador, por lo que pasaría varios meses en esa casa. El Co. Pedro pasó unos días ahí, regresó al cuartel general que estaba en Puebla, pues estaba preparando la subida al monte de un primer grupo de compañeras y compañeros ya que en ese mes de julio se produjeron las primeras incorporaciones femeninas a nuestras filas profesionales.

El
desarrollo de nuestra organización era acelerado en aquellos días y por lo
mismo exigía aprovechar al máximo la obtención de recursos por vías legales.
Cuando nuestra heroica Ca. Soledad se integró como militante profesional,
propuso obtener una dote que un tío rico le había prometido para cuando se
casara, por lo que se montó una bien orquestada trama que culminó con su
“casamiento” con un Co. nuestro, emprendiendo después del “casamiento” la
graciosa huida con la dote de por medio.

A mediados de julio llegó a Monterrey el Co. Pedro en compañía del Co. Elí, que le servía de chofer, ya que él no sabía conducir. El día 19 de julio, nuestro Co. Pedro estaba en compañía de sus hijos y esposa esperando al Co. Mateo (Alfredo) quien debía pasar a recogerlo a las 19:30 hrs. Ahí estaba yo acompañando a una Cra. urbana que había ido a entrevistarse con otro compañero responsable. Al no llegar el compañero Mateo a la hora indicada, comenzó la natural preocupación ya que era sumamente puntual, además de que había teléfono para avisar si la causa de su retraso fuera por motivos fortuitos.

A las 20:00 hrs. el Cro. Pedro me dijo: “lleva a la compañera a su casa; aprovecha para observar por fuera la casa de Mateo y me avisas si ves algo raro”. Nos despedimos y me encaminé a la colonia Lindavista, que era donde se encontraba la casa de seguridad.  “Aproveché” el tiempo para presumir con la compañera de mis dotes de “agente 007” parodiando las frases que utilizan las series de televisión. Recuerdo que instantes antes de llegar a la esquina para dar vuelta, ya que a 30 metros de ahí se encontraba la casa, iba yo diciendo: “cuando hay una labor complicada generalmente recurren a mi, o a alguien como yo; mi nombre es John Drake”. Mal acababa de pronunciar esas palabras cuando distinguí la casa; estaba con las luces encendidas y los dos autos pertenecientes a nuestra organización estacionados, uno en la calle y el otro dentro de la cochera. Todo parecía normal, avancé unos 15 metros más y se me helaron las palabras en los labios; a 15 metros había un sujeto de complexión robusta, tirado a media calle retorciéndose en el suelo con una pistola revolver calibre .38 de cañón corto en la mano derecha. Para mí ya no había duda de lo que pasaba; tenía 15 metros y un auto a una velocidad de 40 Km. por hora para tomar una decisión; o atropellaba a aquel esbirro y sacaba mi pistola para entrar a la casa, o pasaba sin detenerme para avisar al Co. Pedro; tomé ésta última determinación. Avancé unos 50 metros y me detuve junto a una señora que nerviosa se asomaba a la calle a quien le dije sorprendido: “oiga, señora, ahí a media calle hay un hombre tirado, parece que lo atropellaron”. Ella me respondió impresionada: “no está atropellado, se oyeron muchos balazos”. Ya no había duda alguna; tenía que cumplir con mi misión: avisar al Co. Pedro y ponerlo a salvo. Enfilé a toda velocidad a mi casa donde tenía teléfono y llegué en tiempo record. Segundos después de mí entraron los Co. Mateo (Alfredo) y Pepe (Héctor) sentí un gran alivio; acababa de avisar en clave al Co. Pedro que saliera del lugar donde estaba y camina hacia otro sitio. También avisé al Co. colaborador que nos rentaba la casa para que actuara en consecuencia a lo acontecido. En medio del nerviosismo general proporcioné ropa a los compañeros y me dirigí a recoger a nuestro Co. responsable que esperaba tranquilo en la esquina señalada con un maletín pequeño en la mano.

Ya con más calma el Co. Mateo (Alfredo) nos platicó lo acontecido: a eso de las 18:00 tres tipos habían tocado a la puerta. Del se asomó sin ser visto y alentó al Co. Pepe (Héctor) quien empuñó una carabina M-1 y se parapetó detrás de una puerta donde cubría la entrada en caso de que pretendiesen entrar por la fuerza.  El Co. Mateo (Alfredo) sacó su pistola calibre .45 y se la colocó en la bolsa trasera del pantalón para que no le hiciese bulto en la cintura, entreabrió la puerta y preguntó que deseaban a los sujetos identificándose éstos como agentes federales y que tenían éstos la denuncia de que ahí se hacían movimiento raros y presumiblemente se traficaba con drogas, pidieron que los dejasen entrar a revisar o que, repartiesen la droga en caso de llegar a un acuerdo ahí mismo, o que los acompañaran al ministerio público a declarar. Traían un acta donde aparecían todas las placas de los vehículos que llegaban a esa casa, por lo que todos nuestros autos estaban “quemados”. La decisión del Co. Mateo (Alfredo) fue la más acertada: ganar tiempo para que obscureciera e intentar la salida atacando a los esbirros por sorpresa; todo esto antes de que el Co. Pedro mandase a alguien a investigar por el retraso.

Ahí mismo el compañero Mateo (Alfredo) se identificó con los policías también como policía; los hizo que confiaran y los cebó con repartir el botín, lo cual tenían que consultar con su jefe, un esbirro que acompañado de otros esperaba tranquilamente en su vehículo. Así comentaron tres horas de regateo, los esbirros le preguntaban con qué mafia de traficantes trabajaba él, pues era fácil comunicarse con ellos, para llegar a un arreglo. Se manejaron cifras estratosféricas de millones de pesos en drogas y se hacían recesos para consultar a sus “jefes”, lo que aprovecharon los compañeros para planear su salida. Revisaron la parte posterior de la casa y ahí había un esbirro cuidando, otro por un costado de la casa y tres al frente, uno de ellos exactamente frente a la cochera. Nuestros compañeros prepararon las armas. Lo apremiante de la situación no impidió a Mateo (Alfredo) ni Pepe (Hector) despedirse fraternalmente por si ya no se volvían a ver, y a las 21:00 salieron por el frente. El esbirro que cuidaba la salida levantó su arma pero fue puesto fuera de combate por tres disparos del compañero Mateo (Alfredo). Ambos compañeros corrieron para cruzar la calle resbalándose Mateo por la prisa, pero el resto de los esbirros ya no querían saber nada. ¡Necesitaban refuerzos! y ya no lo siguieron, se limitaron a pedir ayuda acudiendo un centenar de policías de todas las que padecemos intimando a rendirse a una casa vacía y después prácticamente la incendiaron pues lanzaron granadas.

Entre
tanto, nuestros camaradas habían llegado a una calle situada atrás de la casa
cruzando un terreno baldío. Y ya en la calle, el Co. Mateo con sus habituales
buenos modos (pero con su arma en la mano), pidió a un automovilista que por
favor les permitiera usar su auto, a lo que el aterrorizado conductor accedió
sobresaltado por un disparo que el compañero lanzó al aire.

Nosotros teníamos que aprovechar las horas de la noche para cambiar el armamento del escondite en que se encontraba y guardar los vehículos “quemados” para no ser localizados. Avisamos a la Cra. Reneé (Murcia) y al compañero Elí para reunirnos en un terreno que habíamos acondicionado como refugio para utilizarlo en situaciones como la que estábamos pasando.

El Co.
Pedro avisó telefónicamente al Co. Salvador lo que había sucedido y le ordenó
viniese a recogernos; pero el domicilio a donde fueron el Co. Salvador y el Co.
Jesús la noche siguiente para localizarnos estaba también vigilado habiendo
casi un nuevo enfrentamiento produciéndose la persecución de ambos compañeros
por las calles de la ciudad. Pero afortunadamente habían recibido el mensaje
para que se marcharan.

A la
tercera noche cambiamos las placas de los vehículos que teníamos y salimos a
las dos de la mañana con las armas largas y unas 10,000 balas rumbo al centro
del país. El viaje se efectuó sin novedad, contrastando la serenidad y
criterios de nuestros compañeros Pedro, Mateo y Pepe pues para entonces nuestros
nervios estaban agotados.

Los días que siguieron a los acontecimientos del 19 de julio fueron la intimidación y terror para los familiares de los compañeros identificados; el Co. colaborador que había rentado la casa arregló papeles para justificar la renta de su casa a una mujer “X”, pero sobre estimando su habilidad salió de la ciudad para arreglar asuntos pendientes que tenía en Nanchital, Ver., dejando a su secretaria en la oficina. La policía presionó a ésta pobre muchacha hasta que confesó que el licenciado le había rentado la casa a uno de nosotros y no a la supuesta mujer. La policía lo aprehendió en Veracruz y lo condujeron a la ciudad de México en donde el jefe de la Dirección Federal de Seguridad le dijo : “no vamos a batallar mucho” y le puso una pistola en la sien; ahí mismo, se declaró culpable.

Estuvo
preso unos meses, pero recuperó su libertad condicional baja fianza al
convencer al juez de su mínima participación (y alguna, no tan mínima,
gratificación).

El balance de los acontecimientos los hizo la propia dirección de las F.L.N. en aquel mismo mes, en comunicado emitido al respecto. Con la incorporación de nuevos compañeros en las filas de cuadros profesionales se cumplió la meta señalada a fines de ese año, se reinstalaron todas las casas de seguridad que se habían dejado en distintas ciudades del país. Se había sabido proceder acertadamente en aquella primera prueba de fuego: Se había logrado convertir la pérdida en victoria.




Junio 2019, entre mayo y abril.

Editorial

Los
mexicanos estamos viviendo una etapa triste en nuestra historia, consiste en  una situación de guerra no declarada en contra
de nuestro pueblo, con un terrible y creciente saldo de muertos, heridos y desaparecidos.
Es una realidad trágica encontrar tumbas colectivas que las autoridades
pretendan solo achacar a bandas de delincuentes organizados.

Quienes
vemos en la historia el método científico para obtener respuestas a los
problemas sociales sabemos que la violencia, el caos, el miedo y la muerte son consubstanciales
al sistema imperialista, y que no existe un capitalismo con rostro humano.

Nosotros
entendemos que mientras el imperialismo exista los pueblos resistirán, y que
harán hasta lo imposible para impedir que aplaste a los pueblos.  En el actual sistema  mundial denominado neoliberalismo (el imperio
en su etapa postmoderna) administra la crisis y el caos, crea acciones y
narrativas de terror y miedo que operan impunemente tales como el narcotráfico,
la trata de personas, el saqueo de los recursos naturales, el control de
salarios siempre mal pagados, aranceles injustos del libre comercio, y toda esa
gama de cadenas de sujeción a las que nos atan. Y este es el caso de México de
hoy.

Pero como
en toda guerra, es necesario entenderla. Debemos primero buscar el objetivo o
fin de ella. Para los imperialistas el objetivo estratégico de la guerra será
siempre imponer su voluntad a al enemigo, es decir superarlo en número y en
armas dentro de un espacio determinado, denominado campo de batalla.  En cambio las guerras que los pueblos
emprenden, obligados por las circunstancias, para liberarse de algún extraño enemigo, el objetivo será
siempre la continuidad de la política por otros medios, la lucha político-militar,
que el pueblo entiende, y apoya o respalda, aun cuando los insurgentes sean superados
en armamentos o tecnología. De ahí precisamente surge la consigna que abraza
esta resistencia popular, “el pueblo unido jamás será vencido”, y que con el
paso del tiempo y la historia se convierte en algo real.

Para
entender mejor la dicotomía histórica de la guerra en que estamos envueltos
veamos  dos fechas emblemáticas, el mayo
8 de 1945 cuando la Alemania Nazi se rindió ante su fracaso militar, y el 30 de
abril de 1975 cuando cayó Saigón, Vietnam,  entonces en poder de los Estados Unidos ante la
ofensiva del ejército popular, que los derrotó poniendo en práctica una línea
política correcta; dos ejemplos paradigmáticos, y así podríamos encontrar
muchos otros en la historia de los pueblos.

Aclarado
el objeto de la guerra y la política en favor del pueblo, debemos analizar las
medidas tomadas por nuestro gobierno mexicano, que un día dice que la política
es la solución a la violencia y al otro nombra a militares para que pacifiquen
al país, aumentándoles sus sueldos, y prestaciones, tratando de convencernos
que ellos son un grupo de jóvenes “scouts”, incapaces de alguna maldad, e
interesados solo en mejorar nuestras policías.

Pero
nosotros no olvidamos, hace 50 años, los pueblos del mundo vieron que los
jóvenes se manifestaron en contra del imperialismo, el militarismo y la guerra.
En mayo del 68 una onda expansiva recorrió el mundo con diversos resultados, y México
no fue la excepción, mujeres y hombres jóvenes se decidieron a luchar. Ellas y
ellos no tenían más que perder que las cadenas aun hoy existen.

Hay mucho
por hacer todavía, las cosas parecen que cambian,  pero no cambian, todo se vuelve grisáceo, la
mentira se propaga, sin embargo no podemos equivocarnos sobre quiénes y cuáles
son los enemigos de nuestro pueblo. Siempre hemos dicho eso, y con el ejemplo
de nuestros compañeros que hoy recordamos en este mes de junio, reafirmamos
nuestro compromiso antimperialista 
enarbolado desde la guerra de independencia de….

“¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!”

Efemérides

En Junio
se encuentra la fecha que ¡NO SE OLVIDA!, el día 10, Jueves de Corpus de 1971, donde
ya hace 48 años estudiantes que se manifestaban en las calles de la Ciudad de
México fueron asesinados. Una manifestación pacífica donde los participantes no
llevaban armas, no llevaban palos, simplemente se manifestaban por la ¡democratización
de la enseñanza!, ¡apoyo a la Uni de Nuevo León! -pues querían arrebatarle  su Autonomía-, ¡NO! al remedo de democracia
que ofrecía Echeverría; ¡apoyo a la política sindical de los obreros!; entre
otra serie de demandas. Demostrado así que no quedaba de otra… aparecieron en
nuestro país, en varios estados,  diferentes organizaciones revolucionarias,
entre ellas, las FLN que para agosto de éste 2019  cumple 50 años.

Recordamos
a nuestros compañeros Manolo y Ruth nacidos en el mes de junio. Ella, nacida en
Campeche, y que en éste junio cumpliría 62 años, cuando fue asesinada tenía 25
años. Ella escribió para el periódico Nepantla
8 del 27 de octubre de 1979
,  un
artículo que tituló: “El Monte: Escuela para el hombre nuevo”. Se trata de su
experiencia en el monte, es un artículo histórico, no una guía para la acción,
nótese por el título, que la igualdad por el machismo de la época aun
determinaba la separación de trabajos por el género, podría haber titulado su
artículo “El Monte: Escuela para la mujer 
y el hombre nuevo”.  Aquí el
artículo histórico….

El Monte: Escuela para el hombre nuevo

por Ruth

En el
campo la lucha de clases asume caracteres más violentos que en las ciudades.
Las condiciones de vida de los pobres del campo son increíblemente espantosas.
No existen los paliativos ni los medios de enajenación de las grandes ciudades.
La población rural sufre más cruentamente el hambre, la explotación, las
enfermedades. En el momento en que se prenda la chispa revolucionaria,
planteándosele a este sector la alternativa libertaria no vacilará en tomar las
armas para luchar contra quien lo somete.

El
iniciar la guerra en un ambiente hostil para cualquier ser humano, en una zona
de difícil acceso en terrenos montañosos, intransitables, presenta a las
fuerzas revolucionarias la oportunidad de combatir de igual a igual a un
enemigo superior en número y armamento.

Con razón
Fidel en la Segunda Declaración de la Habana señala:

“Los
ejércitos, estructurados y equipados para la guerra convencional, que son la
fuerza en que se sustenta el poder de las clases explotadoras, cuando tienen
que enfrentarse a la lucha irregular de los campesinos en el escenario natural
de éstos, resultan absolutamente impotentes; pierden diez hombres por cada
combatiente revolucionario que cae, y la desmoralización cunde rápidamente en
ellos al tener que enfrentarse a un enemigo invisible e invencible que no les
ofrece ocasión de lucir sus tácticas de academia y sus fanfarrias de guerra de
las que tanto alarde hacen para reprimir a los obreros y a los estudiantes en
las ciudades”.

EN LAS CASAS

Desde muy temprano y durante varios días
trabajamos sobre los materiales adquiridos o comprados por los compañeros
militantes urbanos y que habían sido traídos a la casa. Próximamente
“subiríamos” a hacer algunas prácticas militares, según nos informaron
oficialmente semanas antes. Fabricamos mochilas, botas, fundas para pistola;
empacamos en bolsas de plástico debidamente selladas alimentos (algunos como el
“chocoproto”, elaborados por nosotros), medicinas, balas, etc.

EL VIAJE

Emprendimos
el viaje hacia la selva en la fecha señalada con los equipos ya listos. Primero
realizamos un largo viaje por carretera; al día siguiente, en la tarde, durante
varias horas viajamos sobre una carretera de terracería, acercándonos cada vez
más al lugar de la cita. Esta cita era con los compañeros que se habían
internado en el monte una semana antes. Previamente un compañero con una
cobertura “legal”, había entrado a verificar que no hubiera soldados, los que
en ciertas circunstancias revisan a todo el que entra y sale de la selva. Los
indígenas de la región casi no caminan de noche por el monte por temor a ser
mordidos por la nauyaca (víbora venenosa); de día pueden verla, no así en la
oscuridad. Es por esto que la cita en el lugar de reunión con los compañeros se
efectuaría a las 22:00 hrs., de este modo los indígenas no se darían cuenta de
que “el guerrillas lo anda” en la
selva.

Hicimos
un alto en el camino y nos cambiamos la ropa, los zapatos por botas, guardamos
en los bolsillos de la camisa (deliberadamente grandes para que cupieran muchas
cosas) navaja, brújula, paliacate, silbato, encendedor; en sus respectivas
fundas guardamos las armas y cargadores personales, después las colgamos en la
cintura. Aparte de estos indispensables objetos, se procura traer siempre como
equipo personal: reloj, lámpara de mano, cantimplora, machete, arma personal,
regularmente un arma larga, antiviperino que en caso de mordedura de víbora
deberá aplicarse inmediatamente (siempre que se encuentra una serpiente no se
averigua si es venenosa o no, si morderá o no, se le mata de cualquier manera.
No hay que usar el machete, es decir no se le degüella porque la cabeza puede
saltar y morder. Procúrese entonces una vara larga y verde –porque si está seca
se rompe- y se le golpea lo más cerca de la cabeza; con esto se le secciona la
médula espinal impidiéndole cualquier movimiento). Entre los objetos que se
procuran traer a mano están también: bolsas de plástico (para hacer fuego si se
hace de noche o para meter piezas de cacería pequeña sin que le llegue la
mosca), tela adhesiva (para ampollas), un cordón para amarrar piezas de cacería
grandes. Se evitan los objetos estorbosos e inútiles. El “guerrillero lleva su
casa a cuestas”. Se procura llevar la mayor comodidad posible a un medio que no
brinda ninguna. Los materiales se buscan lo más ligero posible, evitando el
peso excesivo, pues éste se “multiplica” en el transcurso de una caminata.

Emprendimos
el camino nuevamente, pero para sorpresa nuestra más adelante a todo lo ancho
de la brecha se encontraba un árbol caído impidiéndonos continuar. Resignados,
nos disponíamos a continuar a pie; lo que ocasionaría llegar tarde a la cita. De
pronto aparecieron dos figuras salidas del monte. Eran los compañeros, que por
suerte se habían enterado por medio de un rociador antipalúdico, que debido a
la roza y quema del monte, practicada por los habitantes de la zona con fines
agrícolas, un árbol había caído en medio del camino. Después de los respectivos
saludos y despedida del compañero que nos vino a dejar, emprendimos el camino
rumbo al campamento. Paramos en un arroyito a descansar y tomar agua. Una
compañera sintió una pequeña molestia en el talón, se quitó la bota y la
calceta apareciendo debajo una enorme ampolla que le taparon con gruesas tiras
de cinta adhesiva, quedando la ampolla protegida, ¡y a caminar nuevamente!
Llegó el momento de dejar la brecha e internarnos en el monte. El responsable
indicó a la “tropa nueva” que caminara levantando un poco los pies (como lo
hacen los habitantes de la zona, a fin de no tropezar) y apuntar la luz de la
lámpara hacia abajo. Al llegar al campamento nuestras hamacas estaban ya
colgadas en sus respectivos lugares; inmediatamente nos lanzamos sobre ellas,
estábamos un poco cansados por la caminata.

EL
CAMPAMENTO

Muy
temprano despertamos; los recién llegados nos encontrábamos cubiertos de
ronchas, sobre todo en las manos. Al dormir no debe dejarse al descubierto ninguna
parte del cuerpo, si es que no se quiere ser “comido” por los mosquitos. Los
compañeros que tenían tiempo en el monte estaban prácticamente inmunizados, por
lo que no les ocasionaban mayores molestias los piquetes, incluso no se
enroncharon. Iniciamos las labores matutinas: uno acarrea agua, otro en la
intendencia enciende la hoguera que es todo un ritual: primero se limpia el
terreno, se juntan ramas delgadas y hojarasca, sobre ellas se derrite una bolsa
de plástico con ayuda del encendedor. El plástico mantiene un fuego permanente
y sirve para incendiar las ramas y la hojarasca. Para acelerar la formación de
la fogata se abanica de preferencia con plumas de ave de monte, al principio
suavemente para no apagarla. Ya que existe un fuego más vivo se abanica más fuerte
y se acercan ramas y troncos de mayor tamaño. Los troncos no se ponen
empalmados, sino separados, como una tienda de indio norteamericano a fin de
que circule el aire en medio de ellos.

Con la
luz del día observamos la exuberante vegetación, lo majestuoso de los árboles y
¡la altura!, sólo en algunas partes los rayos de sol pegan con fuerza. Basta
caminar 10 metros para perder de vista el campamento. Se escuchaba el agua que
corría en un río cercano. El campamento era un pedazo de selva que los
compañeros habían “limpiado”; esto quiere decir, cortado toda rama o árbol que
estorbara.

Las
hamacas colgaban de dos árboles y sobre cada una de ellas había unos plásticos
lo suficientemente grandes para cubrir la hamaca. De sus cuatro costados se
ataban hilos de nylon, y uno a todo lo largo, en medio del plástico, a manera
de parteaguas; así, el hilo divide el plástico en dos quedando éste como casa
de campaña. Abajo del plástico y la hamaca estaban las “mochileras” hechas de
palos (atados o sueltos) juntos unos con otros donde se depositaban mochilas,
lámparas, etc., para que en caso de lluvia los equipos no se mojaran. El arma
larga y el machete colgaban de una horqueta clavada en el suelo. De un árbol a
otro había una antena que bajaba a un pequeño radio portátil de onda corta. Por
las tardes escuchábamos las noticias de Radio Habana. De un palo atravesado en
forma horizontal sobre unas horquetas, colgaban costales con alimentos para
evitar que se los comiera el tlacuache (zarigüella). También por las hormigas,
cucarachas, etc. Todos los “muebles” están hechos con palos y bejucos. En la
cocina; sobre la mesa, los platos, las cucharas,  la olla y la tetera; todo a un lado de la
fogata para evitar las moscas, pues el humo y el calor las ahuyenta.

Debido a
que los compañeros no corrían con suerte como cazadores, desayunamos
chocoproto, carne seca, frijol en polvo. Actualmente hay oportunidad de comer
dos veces al día. En ocasiones, cuando existe escasez de alimentos y cacería,
se come sólo una vez al día. Pero estamos conscientes que llegarán momentos más
difíciles en que no se probará bocado en días debido al acoso constante del
enemigo. El guerrillero debe “ser sufrido
hasta un grado extremo (,,,) para sobrellevar las privaciones de alimentos, de
agua…”
(Che)

La
responsable de sanidad procedió a curar la ampolla producida por las botas
nuevas. Lavó con jabón y puso encima una gasa. Siempre es preferible dejar la
herida al aire libre, pero resultaba contraproducente por las moscas y
mosquitos circundantes. Esta ampolla se iba haciendo más profunda conforme la
compañera caminaba, evitando así que cicatrizara; por este motivo el
responsable decidió recluirla por algún tiempo en el hospital-hamaca, porque
además, amenazaba con infectarse. En el monte cualquier herida es más propensa
de infectarse que en la ciudad. Tarda más en curar por las condiciones de
higiene prevalecientes: las moscas, la tierra, la falta de un aseo cotidiano.
El responsable de sanidad es parte indispensable de la guerrilla, la vida de
los exploradores está llena de accidentes, enfermedades y en la guerra será el
que salve vidas de combatientes, extirpe balas y brinde apoyo moral a los
enfermos.

Después
de un suculento desayuno emprendimos la caminata hacia un lugar cercano, donde
pudiéramos efectuar algunas prácticas de tiro. A pocos metros empezamos a sudar
mojando las camisas: los compañeros frecuentemente estaban cubiertos por una
nube de sayules (abejas silvestres) que se dedicaban a chupar el sudor de la
ropa. Caminábamos por un camino real abandonado, en fila india. Cuando se
camina por una picada (camino abierto con machete) se debe seguir cada rama
tocada por el machete. Es muy fácil perderse estando fuera de la picada. Unos
días antes un compañero se había perdido; al ver una manada de monos salió del
camino con el fin de perseguirlos, pero no tuvo la previsión de usar la brújula
o dejar una señal. Después de cazar un mono ya no encontró el camino de
regreso. La desesperación hizo que caminara en círculos. Al verse
definitivamente perdido disparó su pistola al aire. Al oírlo los demás
dispararon también en respuesta. Como ya estaba obscureciendo, prendió una
pequeña fogata, asó un pedazo de carne de mono para comer y se durmió en la
raíz de un árbol. Al otro día encontró el camino y a los compañeros que habían
salido a buscarlo.

LA
PRÁCTICA

(se
omite la narración de la práctica por ser un tema militar)

DE
REGRESO

Llegó el momento de despedirnos del monte y
regresar a la ciudad. Muy temprano levantamos el campamento. Quitamos hamacas,
plásticos, acomodamos todo en las mochilas. Algunas cosas se enterraron o
escondieron en algún lugar de la selva. Los escondrijos se utilizan con
frecuencia para guardar comida, armas, medicinas. Son necesarios estos
entierros en el caso de que se dificulte la cacería o que por alguna razón no
pueda ser abastecida la guerrilla desde afuera.

El abastecimiento es indispensable para la
sobrevivencia de la guerrilla. Se logran transportar equipos y alimentos en una
forma camuflada en la etapa exploratoria; pero más adelante, cuando las
hostilidades se inicien, la vigilancia del enemigo será mayor; entonces estos
transportes de abastecimientos serán fácilmente localizables y distribuibles
corriendo grave peligro la gente que haga el transporte. Es entonces que el
guerrillero necesitará el apoyo de la población campesina, que sea ella quien
provea a la guerrilla con el fruto de sus siembras, animales domésticos,
incluso comida comprada en las tiendas y en una etapa más avanzada pueden
existir siembras “donde los campesinos
trabajen en beneficio del ejército guerrillero”
(Che). También será
necesaria la organización de una línea de abastecimiento desde zonas más
lejanas en base al apoyo campesino; en que se proporcionará al núcleo armado,
equipos y materiales que no brinda el campo, como son hilos para hacer hamacas,
lona para mochilas, plásticos, medicinas, etc.

Recogimos todo, la orden era no dejar
huella de que ahí había vivido alguien. Tiramos los troncos con que se habían
hecho los muebles, recogimos las cenizas de la fogata y les echamos tierra
encima, enterramos las latas  vacías. No
debía quedar ni un papelito, nada.

Un día antes de partir fuimos al río a
tomar un baño, que sentaba muy bien después de algunos días sin aseo. El río es
limpio y cristalino; lleva una fuerte corriente, lo que impide permanecer en él
sin tomarse de alguna rama o piedra, por eso nos bañamos en la orilla; los
paliacates sirven de toallas. Siempre que hay oportunidad y jabón, el que lo
desea se baña y lava su ropa. Esto último resulta muy necesario, sobre todo
después de mucho tiempo, pues la ropa guarda la tierra, lo que provoca
rozaduras sobre el cuerpo. Cuando hay otra muda de ropa  limpia, se utiliza, sino, usamos la misma.

El aseo del cuerpo no se efectúa con
regularidad debido a que no alcanza el tiempo, las necesidades de trabajo del
grupo son muchas.

Las condiciones de higiene del monte son
distintas a las de la ciudad. En ocasiones no hay agua corriente; los trastos
no se lavan con jabón. Aunque los excrementos se entierran, los animales que
pululan por ahí no lo hacen y las moscas, que existen en una gran variedad,
contaminan los alimentos. Todo esto ocasiona fuertes diarreas. Otra de las
causas de las diarreas es el cambio de régimen alimenticio de la ciudad al
monte, muy distinto, como hemos visto. El agua no se hierve (sólo se hierve
cuando es agua estancada), se toma de río o laguna. El organismo tiene defensas
para los bichos de su medio, en la sierra se encuentra con otros distintos. Con
el tiempo, una vez acostumbrado el organismo a este nuevo ambiente, las
diarreas desaparecen.

Son variadas las enfermedades a las que
está expuesto el explorador en este ambiente salvaje. Muchas de ellas pueden
ser prevenidas con medicamentos. Existen otras en que es muy difícil conseguir
la medicina, como es el caso de la leishmaniasis o úlcera del chiclero (llamada
en Nicaragua úlcera del guerrillero, los sandinistas la padecieron). A dos
compañeros les dio esta enfermedad. Surge de un piquete de mosco;  se presenta en un principio como una
espinilla que después va haciendo un hueco (una úlcera) cada vez más grande.
Las úlceras no son dolorosas y se curan al cabo de un año dejando cicatrices.
Sin embargo, si no se aplica un tratamiento oportuno y eficaz destruye el
tejido cartilaginoso y óseo de la nariz o las orejas sufriendo el rostro una
horrible desfiguración. Afortunadamente para los compañeros nada de esto
ocurrió pues fueron curados a tiempo.

Existe otro mosco, distinto al de la
leishmaniasis, que es vector de una larva que se introduce en la piel. La larva
va creciendo poco a poco, hasta convertirse en un gusano. El movimiento de su
cuerpo produce dolor donde se haya introducido. Por fuera sólo se ve una
pequeña roncha con un agujerito que le sirve para respirar; a veces se ve al
asqueroso gusano que sólo se asoma para respirar. Con el tiempo el gusano sale
de su escondrijo y se convierte en mosca. Dos compañeros tenían este parásito.
Uno en el brazo y el otro en la oreja. Los habitantes de la zona cubren el
lugar de la roncha con una hoja de tabaco; el gusano muere asfixiado, a la vez,
que la nicotina lo intoxica. Vimos que por ningún medio científico salía el
bicho; triunfó la medicina de la selva, se asfixió el animal poniendo un
plástico en la región de la roncha. Sin embargo, el parásito que se encontraba
en la oreja no podíamos asfixiarlo, porque estaba en una región muy difícil de
cubrir. Nos sentíamos tan mal, tanto la compañera que traía el gusano como los
demás, que le aplicamos cera, Duco, Resistol, tratando de taparlo, pero el
animal hacía un agujero nuevamente para respirar. Al fin, un día que asomó la
trompa, el responsable de sanidad lo tomó con unas pinzas y lo extrajo. La
gente conoce este gusano como “colmoyote”.

Unos cuantos días no son suficientes para
conocerle al monte sus secretos. Sin embargo, si podemos concluir con algunas
observaciones, como por ejemplo: la importancia que tiene el trabajo urbano,
tanto profesional como civil; la dedicación y cuidado que requieren de nosotros
los trabajos manuales que realizamos día a día, tanto en el aspecto de nuestra
formación proletaria, como en la necesidad que tiene la guerrilla de que los
equipos estén perfectamente bien fabricados o empacados, etc. Todos los objetos
adquieren en el monte un valor inapreciable, desde una aguja hasta las armas,
que al romperse o extraviarse por descuido, son imposibles de reponer a corto
plazo. Todo fuera como “ir al ‘super’ a
comprarlos”.

La
jornada montuna nos ha puesto a pensar en la necesidad de prepararnos en el
terreno de la teoría científica de la revolución, que nos conduzca a
desarrollar eficazmente nuestras actividades prácticas. Una condición física
buena es importante en un ambiente tan adverso, pero lo predominante deben ser
las virtudes guerrilleras: voluntad, tenacidad, paciencia, en una palabra: alta
moral revolucionaria.

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos




Mayo… de lucha y resistencia

El mes de Mayo nos presentan lo que parece
olvidado y borrado en otros meses del año, la lucha histórica, revolucionaria y
actual de las trabajadoras y trabajadores por los derechos laborales y la vida
digna.

En todo el mundo se realizan jornadas
de acción reivindicativa, culturales, informativas y educativas recordando a
esos primeros obreros, nuestros pioneros, que en Chicago y en Cananea dieron su
sangre por demandas que hoy increíblemente se siguen defendiendo y reclamando,
después de más de 100 años, como son la jornada laboral de 8 horas, la semana
de trabajo de 5 días, y un salario digno.

Mayo nos brinda la oportunidad de hacer visibles las luchas actuales de trabajadores, mujeres y hombres; en el marco laboral, se presentan ante los trabajadores una serie de modificaciones, recién aprobadas por mayoría legislativa, a la Ley federal del trabajo que les permitirá incidir de forma más clara en los procesos de decisión dentro de los sindicatos, mediante el voto libre y directo, tanto para la aprobación de contratos colectivos como para la elección de líderes sindicales. Esto, de entrada, seguramente traerá aires frescos al viejo corporativismo, y nos obliga a reforzar el trabajo político entre la base trabajadora para que dichos cambios no queden en letra muerta, y más allá de eso, para que estas reformas faciliten la conquista de los aparatos sindicales para el genuino beneficio de las y los trabajadores.

Más allá de ello, es importante
notar que dicha reforma ha sido impuesta a México por Estados Unidos y Canadá
desde el proceso de renegociación del TLC, junto con una serie de candados que
dificultan al empresariado mexicano seguir compitiendo en el mercado  trilateral mediante la represión salarial a
sus trabajadores. La reforma, así vista, no es producto del gobierno actual,
sino una imposición de los poderes económicos imperiales de los Estados Unidos
para reventar su posible competencia en nuestro país y adueñarse, en un futuro
próximo, del mercado laboral mexicano.  

Estamos atravesando un periodo
sumamente complejo en nuestro país, inmerso en un rio revuelto donde por un
lado, se le dice al pueblo que el neoliberalismo ha muerto, y que la pugna
política actual es entre liberales y conservadores; lo que no se le dice, es
que neoliberales, conservadores y liberales, por igual, son rostros del mismo
régimen de producción capitalista que tiene a este país, a nuestra américa
latina, a nuestro planeta entero, en el margen de un colapso.

Efemérides.

Este Mayo del 2019 también se
conmemora el 13 aniversario de las agresiones a compañeras y compañeros en San
Salvador Atenco, quienes no cejaron en su búsqueda de justicia y luego de un
penoso proceso lograron, desde organismos internacionales, una importante
victoria jurídica en contra de la tortura sexual, uno de los instrumentos de
opresión más utilizados por el Estado mexicano. Su digna perseverancia ha sido,
sin duda alguna, ejemplar.

En nuestras efemérides, encontramos
el nacimiento de nuestro compañero Ismael, quien con sus escritos sobre Fray
Servando nos llevó a conocer directamente la lucha de las viudas de Sartaguda
en Navarra siempre presentes como ejemplo en la lucha por los desaparecidos.

Mayo también nos recuerda, la caída
en combate en 1983, de nuestros compañeros Mario y Ruth, ambos “compañeros
buró”, es decir, pilares del Buró Político de las FLN.

Su participación abonó en la
necesidad de que los militantes de nuestra organización lograran una absoluta
comprensión política de lo que es la práctica y la teoría revolucionaria pues
ya a 50 años de trabajos ininterrumpidos, esos principios demuestran que sin la
primera (práctica revolucionaria), no se logra lo segundo (la teoría
revolucionaria). Ambos con su autoexigente disciplina ante el estudio, empatada
a los diversos aprendizajes prácticos que les tocó desarrollar, son ejemplo de
formación, desarrollo, consolidación y congruencia en el proceso político
durante los años que participaron en nuestra lucha.

Una muestra de su empeño lo observamos
en algunos párrafos  de sus escritos en
nuestras publicaciones, mismos que conservan su absoluta vigencia.

Nepantla 30

CARTA A UN COMPAÑERO

Por el Cro. Mario.

“Durante
el viaje de retorno a estas bellas tierras, entre monólogos y pleitos con
locutores tarados, tuve tiempo para cavilar sobre la lentitud de los
procedimientos para publicar nuestras opiniones políticas. Redondeando sobre
uno de los temas de nuestra última reunión considero que no basta con hacer
correctos análisis de la realidad política nacional e internacional, sino que
corre una importancia paralela su circulación oportuna entre la base y el
círculo de lectores de nuestras publicaciones.”

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Por el Cro. Mario

(…)

“Para
la aplicación de las normas de seguridad existen criterios políticos generales
que nos permiten implementar técnicamente nuestra actuación cotidiana: la
discreción, la compartimentación, la desconfianza, el hermetismo, la vigilancia
permanente, las reglas de reclutamiento; son principios políticos básicos para
preservar el trabajo revolucionario en todo momento del proceso. Para su
correcta aplicación concreta debemos considerar el momento histórico y el medio
en que se desenvuelve nuestra organización: Así por ejemplo: el guerrillero de
monte lleva su arma en la mano en tanto que el combatiente urbano debe llevarla
siempre oculta y aun en ocasiones prescindir de ella para mejor realizar sus
comisiones. Es decir, tiempo y lugar determinan la práctica de diferentes
medidas de seguridad.”

(…)

“El
estudio permanente de nuestros comunicados es fuente inagotable de
conocimientos políticos de los cuales se desprenden valiosísimas experiencias
de seguridad. Su estudio e interpretación correcta, aunados a la práctica
cotidiana preservarán el trabajo político de la organización y con ello a sus
militantes individualizados.”

CUMPLIR NUESTRO PROGRAMA PARA EL
EXTERIOR (de la organización)

Por el Cro. Mario

(…)

“Nuestra organización es diferente, tanto en principios políticos, como en métodos de trabajo; y las masas, que aprenden muy rápido, deben distinguirnos de los charlatanes que se les acercan parloteando sobre la revolución. Es muy importante que las mismas actitudes militantes que practicamos en nuestras filas sean las que practiquemos entre nuestro pueblo. El militante de las FLN que realice trabajo al exterior de la organización debe ser ejemplo de compañerismo, seriedad, discreción, puntualidad, espíritu fraternal, y eficacia de trabajo. Debe distinguirse por su respeto al pueblo y carecer de aires de “sabelotodo”; debe ser formal en el cumplimiento de sus compromisos.”

¡Viva la unidad de los trabajadores del mundo!

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.




Abril: 100 años.

En el mes de abril rememoramos
siempre la traición al General Emiliano Zapata, líder de los pueblos campesinos
cuyo ejemplo fue tomado como guía desde los primeros esfuerzos organizativos
que llevaron adelante las Fuerzas de Liberación Nacional. Ya desde el primer
comunicado de esta organización, redactado el 6 de agosto de 1969, se decidió
que el cuerpo colectivo que habría de iniciar el camino subversivo, que después
condujo hacia la construcción de un Ejército del pueblo, llevaría su nombre:
Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata, NGEZ.

En este mes, recordamos además a nuestra compañera Soledad, asesinada por el Ejército Federal, en Nepantla, cuando tenía apenas 24 años. Otros dos compañeros, Ricardo y Fidelino, son recordados también en este mes. A raíz de los acontecimientos de Nepantla, estos compañeros, pertenecientes al NGEZ, forman parte de nuestra lista de compañeros desaparecidos. Existen datos claros, documentados, que señalan que Ricardo fue aprehendido, más nunca liberado o procesado. Estos tres compañeros dieron su vida por la liberación de los pueblos que integran nuestro México. Su ejemplo, y el de tantos otros, robusteció la lucha campesina, agraria e indígena que años después habría de hacerse célebre; pero su lucha no apuntaba exclusivamente a lo campesino, o a lo indígena, aunque por supuesto lo incluía: la lucha que Ricardo, Fidelino, Soledad, y tantas y tantos otros, decidieron avanzar con su vida fue una lucha nacional, una lucha amplia que lo apostó todo por poner en los pueblos las herramientas de su propia liberación.

La lucha que Soledad, Fidelino y
Ricardo, junto con tantas y tantos otros, llevaron adelante tuvo la complejidad
de apostar, desde la más profunda clandestinidad, por la participación de todas
y todos; por crear un espacio organizativo, un tejido político, que permitiera
la participación de quienes no podían sumarse como militantes profesionales a
la organización pero, tal vez si, realizar un sinfín de acciones para apoyar la
lucha; de quien no podía vivir en una casa de seguridad pero si podía enseñar a
leer y escribir a quienes nunca recibieron educación en sus pueblos; de quienes
apoyaron enseñando medicina, electrónica, mecánica, radiocomunicaciones y
muchas otras disciplinas que resultan necesarias para dotar a un pueblo de lo
necesario para liberarse. La lucha de esos años, que muchas veces es recordada
en tonos sombríos, a causa de la persecución política y la brutal represión,
tuvo en su apuesta un luminoso acierto: pueblos enteros después llegaron, y
como consecuencia necesaria, las complejidades hoy son otras.

Así, para nosotras, nosotros, el
mes de abril – más aún en este centenario de su muerte – trae consigo a la
figura del General Emiliano Zapata, y el profundo impacto que su ejemplar lucha
tuvo en el desarrollo de la lucha nuestra: avanzando, convenciendo, hablando
con los pueblos sobre planes y tierras, sumando fuerzas, enfrentando las
falsedades de los gobiernos – grandes o pequeños – que insisten en no cumplir
su deuda con el pueblo.

Aquí dejamos un fragmento de un artículo editorial aparecido en el año 1984, en el periódico interno de las FLN, llamado NUPI (Nueva Publicación Interna) en la sección titulada Experiencias Revolucionarias.

“EDITORIAL

(…)

Sin lugar a dudas, el avance
más importante es la presencia definitiva en la sierra del grupo guerrillero,
logro del que todo militante puede sentirse orgulloso pues constituye un fruto
del trabajo colectivo. Tan es así que, como se esperaba, el establecimiento del
nuevo núcleo guerrillero Emiliano Zapata ha estimulado a muchos compañeros en
el cumplimiento de sus trabajos revolucionarios: aunque sólo los más generosos
han aumentado sus aportaciones económicas, también es cierto que la mayoría
dedica ahora mucho más tiempo a la lucha, y en esto merece especial
reconocimiento los compañeros que, por así convenir a nuestros proyectos
prácticamente se han integrado como militantes de tiempo completo, pero que
conservan su trabajo civil.”…

(…)




Marzo, el proyecto Na continúa

La determinación es una cualidad necesaria para quienes quieran llevar adelante las luchas necesarias para liberar a nuestros pueblos, y no hay mejor forma de acerar la determinación que llevando a cabo dichos esfuerzos. En marzo, recordamos el nacimiento de una compañera que fue maestra de varias generaciones de compañeras y compañeros, siempre adelantando la determinación y la conciencia de militantes desde los espacios en que participó; estamos hablando de la imprescindible compañera Lucha.

Dignificar la historia es, para nosotras, andar los caminos para la liberación de nuestros pueblos; es por eso que, en Marzo, teniendo presente en la memoria a nuestra compañera Lucha, refrendamos nuestra determinación de llevar adelante el proyecto Na, que busca satisfacer las necesidades históricas de los pueblos desposeídos: techo, tierra, trabajo.

Compartimos con ustedes un artículo que la compañera Lucha escribió para el periódico NUPI (Nueva Publicación Interna), la segunda generación del periódico Nepantla, en su sexto número del año 1984.

Estas han sido mis experiencias….

“Nosotros tenemos la firme convicción

 de que también la instrucción del pueblo

 debe ser dejada en manos del pueblo”

Krupskaia

“Existirá una cultura (una civilización) proletaria totalmente
 diferente a la burguesa, también en este campo serán destrozadas
 las distinciones de clase; será destrozado
 el profesionalismo burgués; existirán una poesía, una novela,
un teatro, una costumbre, una lengua, una pintura,
 una música características de la civilización proletaria,
 florecimiento y ornamento de la organización socialproletaria”.
Antonio Gramsci

No es necesario
llegar al triunfo, ni desplazar a la burguesía para seguir organizando,
basándonos en nuestras propias experiencias, nuestra escuela revolucionaria de
conocimientos básicos, históricos, políticos, sociales, técnicos y militares.
La disposición de tomar un fusil no basta. Estos conocimientos reafirmarán en
muchos de nuestros militantes, principalmente en esta etapa, la comprensión del
por qué se toma; del porqué de nuestra lucha: la lucha armada.

Me encontré
intempestivamente enfrentada a esta tarea de impartir, primero que nada,
conocimientos básicos a compañeritas hijas de campesinos.

No sin
dificultad y pérdida de tiempo empecé a observar las barreras que se me
presentaban: un deficiente e incoherente conocimiento del idioma español por
parte de las compañeritas y falta de comunicación y acercamiento entre
nosotras; barreras éstas, que por supuesto en todo momento, estancan el avance
de nuestra lucha y tenemos que derribarlas. La primera, no como lo hace la
burguesía con su afán de agredir y menoscabar las culturas que aún quedan en
nuestra patria, sino con nuestro gran deseo de fomentar el orgullo de los
compañeros campesinos de hablar sus lenguas y, si el tiempo lo permite
aprenderlos nosotros, pero el que por ahora todos nos preocupamos con comunicarnos
con un solo idioma, que es el español, significa mejor entendimiento entre
nosotros y unidad en nuestra lucha.

La barrera de la
comunicación nos impide apreciaciones como la de que la conciencia de la
mayoría de los compañeros campesinos se estrecha a sus colonias, a que sólo ahí
existen las calamidades propias del sistema capitalista, entre muchas otras,
enfermedades, desnutrición, falta de recursos económicos y otros terribles
males sociales, como el alcoholismo, la prostitución, y  sobre todo, humillación y sometimiento de la
mujer. Por ello, una de las necesidades de nuestra escuela revolucionaria,
metodizada de tal manera que vincule a nuestros cuadros campesinos a una
concepción nacional de la lucha, y a extender la enseñanza a sus lugares de
origen.

En mi
experiencia, en cuanto a la falta de acercamiento, obtuve la certeza de que
puede presentársenos a todos, en la medida en que nosotros, militantes obreros,
campesinos y en general mestizos provenientes de diversos estratos sociales, no
nos despojemos de aquello que nos estorbe, para un mutuo y verdadero
asimilamiento que debemos fundirlo en un todo homogéneo, armónico, que
incorporemos a las tareas revolucionarias. Esta es una de las claves que
descubrí para un efectivo compañerismo y éxito en cada paso hacia nuestra meta.

Si tomamos
conciencia de lo anterior, principalmente nosotros, mestizos, podremos lograr,
no sólo en el aspecto de la enseñanza, el acercamiento efectivo hacia nuestros
compañeros campesinos, sino desarraigar de nosotros el inconsciente y pedante
paternalismo. Lo contrario significa negar nuestra historia, negar sobre todo,
no sin ridiculez, nuestra sangre indígena, nuestro origen indígena.

Vencidos los
obstáculos de la comunicación y el acercamiento, me di a la tarea, nada
sencilla, de enseñar el idioma primero que nada, pero tampoco requirió que
fuera maestra recibida, ni estar graduada en pedagogía o en didáctica, claro,
mucho mejor si se tienen éstos conocimientos y se ponen al servicio de la
revolución. A falta de éstos, hube de aplicar mi sentido común para resolver
los problemas de comunicación de nuestras compañeras campesinas. La respuesta
fue que si hablaban incoherentemente, así entendían y escribían lo que
intentaba yo, que aprendieran.

De tal manera,
partí de lo fundamental: de la dificultad de las compañeras campesinas para
distinguir si los sustantivos eran masculinos o femeninos, y por tanto,
ignoraban cómo aplicar todos los artículos y todos los adjetivos singulares y
plurales, masculinos y femeninos, pues es muy común escuchar de los compañeros,
que aún no estudian español, expresiones como: “éste casa feos”.

Antes de
principiar mi modesto curso, tuve que establecer algunas diferencias entre los
alumnos que hablan español y las compañeras campesinas. La formación de los
primeros, en cuanto a atención hacia sus maestros, comienza en sus primeros
años escolares, pero si los resultados no son óptimos, debido a los grandes
problemas sociales en que se encuentra inmersa la infancia, esto no tiene la
menor importancia para el sistema burocrático. Nuestros compañeros campesinos,
carecen definitivamente de formación escolar, pero como nosotros tenemos que
obtener resultados rápidos y positivos, encontré conveniente mantener su
atención, que al principio se dispersaba a todo tipo de problemas, mediante una
enseñanza activa, dinámica, en la que trabajando en equipo participaran no sólo
en aprender, sino también en enseñar.

El material
didáctico no fue motivo de preocupación, puesto que en su mayoría las
compañeras mostraron gran habilidad para el dibujo y para manejar colores
festivos y llamativos, ellas mismos lo crearon, lo que les propició mayor
interés en aprender. Empezaron por dibujar una buena cantidad de objetos que le
sirvieron como sujeto de sus ideas.

En equipo, pero
a la vez individualmente, empecé porque cada alumna hiciera una lista de 25
objetos conocidos por ellas. Desecharon los repetidos y procedieron a dibujar
en la mitad de una hoja el singular del objeto y en la otra mitad el plural del
mismo y por un método repetitivamente oral y después por escrito, en sus
cuadernos cada alumna le va colocando paulatinamente todo tipo de artículos y
adjetivos. Con ello el equipo aprendió a distinguir la concordancia entre éstos
elementos, y además que los sujetos de una idea (ya para entonces les había
dado a conocer el término enunciado) son de dos tipos: los que no se mueven, o
sea las cosas que “son o están” y empezaron a manejar unidos a los respectivos
verbos en presente indicativo, y los que se mueven en el tiempo y en el espacio,
porque tienen vida, explicándoles de manera sencilla el significado de éstos
conceptos, lo que les ayudó posteriormente a entender sus conjugaciones.

Una vez dominada
la práctica anterior, que duró aproximadamente 20 días, por la gran cantidad de
sustantivos manejados por ellas, incluyendo ya muchos abstractos, enseñé a las
compañeras a desenvolverse en el lenguaje hablado, en lo cual fueron muchas las
dificultades a vencer, desde ayudarles a vencer su miedo y su vergüenza. Lo que
les ayudó más en esto, fue pasar de lleno a la conjugación de varios verbos,
sobre todo de los auxiliares y de aquellos que a las compañeras les es difícil
manejar, como son los reflexivos y recíprocos. Para ello les expliqué el
infinitivo y sus terminaciones, para que entendieran la primera, la segunda y
la tercera conjugación, y que tres son los modos más importantes para
expresarnos en español: modo indicativo, modo subjuntivo y modo imperativo. Los
dos primeros con sus tiempos simples y compuestos.

Algo
sencillísimo para motivarlas en ésta práctica, fue la feliz idea de
desbaratarles en dos el concepto “conjugar”, “jugar con”, demostrándoles que se
jugaba con los verbos y casi por si mismas las compañeras iban conjugando los
verbos en todos los tiempos y modos, agregando pequeños complementos en los que
empezaron a conocer otra buena parte de elementos gramaticales, como son
preposiciones, conjunciones y adverbios, pero lo que me dio gran resultado para
jalar a las “atrasadas”, fue la enseñanza de las declinaciones del sustantivo.
Las dominaron y reconozco su sorprendente habilidad para organizar sus enunciados,
utilizando todos los casos. Y se llenaron de orgullo al descubrir que en su
lengua existe el caso vocativo.

Cuando las
compañeras llegaron a su tercer año de primaria, empecé a profundizar más en la
enseñanza del idioma español, y en cuanto al contenido de esos textos, sobre
todo en ciencias sociales, les mostré las mentiras a las que recurre el sistema
para formar ciudadanos conformistas y ponerlos a su servicio.

No sin emoción,
se da uno cuenta que los compañeras, ya cuando avanzaron en lo que corresponde
a su tercer año, pueden entender todas sus lecciones y explicar con claridad lo
entendido mediante dibujos en el pizarrón, comprenden también, textos
revolucionarios que aparentemente serían complicados para ellas y ya pueden
dirigir en el aprendizaje del español a otros compañeros campesinos. De esto
último me quedé sorprendida cuando dos compañeras, una de ella de 12 años,
empezó a ayudarme en ésta tarea. Para ello, encaucé a sus compañeras hacia el
respeto a ella y a prestarle toda su atención, demostrándoles que no solo los
de habla hispana tenemos capacidad para enseñar, sino también las compañeras
que hablan lenguas indígenas.

Aparte de la
práctica que va uno adquiriendo en la enseñanza, lo que en definitiva ayudará
aún más a reducir ésta etapa a cinco meses, es el ir descubriendo la capacidad
de las compañeras, para dilucidar en cada tema de su aprendizaje. Esto pude
apreciarlo cuando les enseñé palabras primitivas y derivadas (excluyendo los
términos de lexemas y gramemas), comparando las primeras con la raíz de una
planta que les dibujaba en el pizarrón, de la cual emergían los tallos que iba
comparando con las palabras derivadas. Para mi sorpresa, cuando las compañeras
empezaron a leer textos complicados, ésta práctica les ayudó para localizar con
habilidad significados de palabras nuevas. También recuerdo que al enseñarle
los adverbios terminados en “mente”, los iban reproduciendo uno tras otro con
gran rapidez, no así los adverbios de modo que se forman con el gerundio, lo
cual fue algo difícil para ellas.

De mis
experiencias he concluido, que las compañeras o compañeros que hablan lengua
indígena, con que sepan un poquito de español, es decir, casi nada, pero que
diferencien la mayor parte de los sonidos del idioma y puedan transmitirlos al
papel, habrán terminado bien su primaria en el transcurso de 10 a 12 meses,
produciendo ellos mismos su material didáctico con cartulina o plastilina, para
lo cual, como dije antes, son muy hábiles. También tengo la seguridad de que en
otro año más, terminarán las asignaturas de secundaria que sean útiles a la
revolución, quizá historia, geografía, matemáticas, física, química, etc…

Y a propósito de
fonética, no tuve necesidad de un texto especial y los problemas de
pronunciación que creo, no tienen en sus lenguas, como son los de la p, f, d, l
y r, quedan resueltos en el transcurso del aprendizaje del español, mediante el
método de forzar a los alumnos en las practicas orales a hablar fuerte, a no
trabar las palabras, a abrir la boca lo más grande que puedan, echando fuera
los sonidos y principalmente a olvidarse en esos momentos de los de sus
lenguas.

Al cuarto mes
aproximadamente de darles clases, una de mis alumnas recibió dos cartas: una
provenía de un vecino que cursaba su segundo grado de secundaria. Francamente
escribía mejor mi alumna más atrasada. La otra carta era la de un compañerito
de habla hispana, la carta no pasaba de 10 renglones con 12 faltas de
ortografía y demás. La primera, mi alumna la contestó diciéndole a su
enamorado, que si fuera su maestra, lo bajaría a primer año de primaria y que
mejor se pusiera a estudiar y no la anduviera molestando con sus tontas cartas
que no tenían ni patas ni cabeza.  Frente
a la otra, sólo mostró un gesto de decepción aunque apreció sus conceptos
revolucionarios.

Decía Makareko,
que un maestro es maestro, hasta después de 5 años de dedicarse de lleno a su
profesión. Ello no ocurrirá, si todos los que ya obtuvimos experiencia en la
enseñanza de cualquier materia, nos reunimos para discutirlas y ahora sí, se
elabora un programa netamente revolucionario. Ahora sí podemos organizarlo con
la didáctica y pedagogía descubiertas por nosotros en nuestras experiencias.

En  mi opinión, sería conveniente que en la
enseñanza del idioma fuera la base de la estructura del programa. A ésta se
incorporaría una buena cantidad de conocimientos básicos y revolucionarios que
se irían dosificando paulatinamente junto con el lenguaje común y corriente que
no debemos despreciar y que es necesario que los alumnos manejen. Un trabajo de
conjunto para elaborar nuestro programa revolucionario nos ayudará a salvar
gran parte de los escollos que representa un programa elaborado
individualmente.

Como se ve, ya
estamos en condiciones de organizar bien nuestra escuela, pero sin que llegue
oportunamente la ayuda de nuestros colaboradores y militantes de la zona en que
se encuentre la escuela, se hace difícil convertirlo en realidad. Los gastos de
material escolar son fuertes. Las carencias de éste se me presentaron y a mis
alumnas a duras penas podía instruirlas en la organización de sus apuntes, pues
a menudo teníamos que disponer del cuaderno que no correspondía.

En los momentos
en que, aparte de todo las frecuentes inflaciones nos iban sorprendiendo, la
alimentación de mis alumnas tuvo que reducirse a lo indispensable para
subsistir. Todas resistimos, pero el rendimiento en el aprendizaje lógicamente
decayó. Estas han sido mis experiencias en dos grupos experimentales. En  el último permanecí justos cuatro meses, de
junio a octubre de 1984.

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos