Recordando a “Lucha”: Un Ejemplo de Compromiso y Resistencia

Esta es la historia de una compañera que vivió por la patria. Vamos a contarla sin apasionamientos, aunque sea difícil hacerlo. Es la vida de una compañera de vocación pacifista que se ve obligada a defenderse; “soldados por conciencia”, así nos calificó el Compañero Pedro.

Nacida en un pueblo de nuestra pictórica provincia mexicana, nació y creció junto a sus hermanas. Siendo niña aún, sus padres se separaron y su madre, para sostener a sus hijas, emigró sola a la gran ciudad para emplearse como cocinera de una casa de ricos. Entregó a diversos parientes a sus hijas, para que las cuidaran mientras volvían a reunirse.

Desde ese momento, el único afán de nuestra compañera era el volver a reunirse con su madre y hermanas. Para lograrlo, al concluir su primaria, ingresó a una academia de contabilidad y taquimecanografía. Aprobó con sobresaliente los cursos, que el director de la escuela la contrató como maestra de los nuevos alumnos. Así como joven maestra, y sin tener aún 15 años de vida, ese fue su primer empleo. Reunió fondos y partió a la capital para junto con su mamá alquilar un cuarto, en una vecindad del viejo barrio de Tacubaya y ahí ya reunida la familia, buscar empleo. Pronto la contrataron y junto a sus compañeros de trabajo fundaron un club de excursionistas que salían a escalar los volcanes más altos de México.

Sin embargo, las penurias no faltaban. Para obtener un mejor salario, decidió ir a los Estados Unidos para aprender inglés y graduarse como secretaria bilingüe como tantos otros de nuestros paisanos que buscan una mejoría económica. Allá también sufrió el abuso, la explotación y el desprecio de sus patrones imperialistas. Durante varios años aprendió el idioma y cumplió su meta de graduarse. Por fin pudo regresar a su patria. Obtuvo un mejor empleo y junto a sus hermanas se inscribieron en la secundaria nocturna para trabajadores. Aprobó con excelencia los cursos e ingresó a la preparatoria nocturna, la cual acreditó sin problemas. El interés por la historia de su pueblo, hizo que decidiera inscribirse en el curso de Historia en la UNAM. Ahí cursaba sus estudios, cuando en 1968 el movimiento estudiantil cimbró la conciencia de la sociedad. En la toma de Ciudad Universitaria por el ejército, fue hecha prisionera y enviada a la cárcel de mujeres, donde permaneció recluida varios meses y después fue liberada por falta de méritos.

La cárcel no la doblegó. Dedicó su tiempo a ayudar a la liberación de sus compañeros estudiantes injustamente presos. Al no existir más caminos que el de la rebelión social, fue invitada a participar en las nacientes FLN, nuestra querida organización.

Con la matanza nuevamente de estudiantes el 10 de junio de 1971, a invitación de nuestro compañero Pedro, Primer Responsable Nacional, aceptó ir a vivir a una casa de seguridad. Fue así, la primera compañera que se incorporó a las filas de los militantes profesionales en el año de 1971. Fueron tiempos difíciles que le tocó viviren la clandestinidad. Ya descubierta nuestra existencia, el enemigo pro­imperialista, destinaba sus recursos a encontrar y eliminar a los luchadores sociales, torturándolos y desapareciéndolos. Ella, además de poner a nuestro servicio su capacidad como mecanógrafa y traductora, se encargó de la crianza de animales y preparar alimentos, que previamente elaborados y deshidratados, eran enviados al núcleo guerrillero que crecía poco a poco.

Recordemos, que las FLN no recurren a métodos violentos para obtener recursos económicos y que el objetivo político­militar era formar un ejército del pueblo que pudiera  oponerse a los planes imperialistas, que invadía y bombardeaba sin piedad a quien osara oponérsele. Era la época de la llamada “guerra fría” que se volvía “caliente” para los pueblos rebeldes. México pagó también su cuota de sangre. En el año de 1974, descubierta una casa de seguridad, sufrimos las primeras bajas en combates desiguales con el ejército opresor. Ella lloró sus vidas pero no se amilanó, como sí ocurrió con otros militantes poco firmes en sus principios. Nuestro compañero responsable Alfredo, la seleccionó para que lo acompañara en la búsqueda de los compañeros del núcleo. Cumplió con su presencia en la selva y el nuevo núcleo fue creciendo, se solucionaron los problemas de abastecimiento y el reconocimiento de terreno de lo que vendría a ser la futura zona de operaciones militares. Esto costaba mucho esfuerzo y privaciones sin límite. La falta del desarrollo de servicios médicos hizo que nuestro compañero responsable falleciera, y algunos compañeros no firmes en su conciencia aprovecharon el hecho para invocar que no existía garantía de éxito y defeccionaron en masa e invitaban a los que seguían firmes a abandonar la lucha por una más sencilla, diciendo que ellos eran “muchos” y nosotros “muy pocos”.

La compañera Lucha no tomó en cuenta esa lógica, ya que el compañero Pedro nos ordenó continuar la lucha anti­imperialista aunque quedara uno sólo con vida y sin importar cuanto tiempo tomase lograrlo. Esa orden tan sencilla pero a la vez tan visionaria, nos lleva, aun hoy, a buscar la labor de todos los imperialismos en los sufrimientos de los pueblos, y la Cra. Lucha, con los pocos que quedaron, siguió preparando ­con la experiencia adquirida en la selva­ a futuros combatientes. Así transcurrieron los años.

Con el tiempo los reclutamientos de jóvenes campesinos indígenas de la región llegó y los abastecimientos quedaron en manos de los pueblos que se sumaban a la lucha. Entonces, a la Compañera Lucha se le asignó el trabajo de vivir con ellos en casas especiales donde aprendieron los conocimientos militares, de sanidad, intendencia, telecomunicaciones, abastecimientos logísticos, armeros, etc. Ahí su compañerismo y paciencia aprendida 20 años antes, se puso en práctica una vez más. Las compañeras y compañeros de esa época la recuerdan con cariño.  Años después, su salud se vio minada por una enfermedad traicionera y mortal. En 1993 fue operada y por cinco años no manifestó problemas. En 1998 la temida enfermedad se hizo evidente. Había regresado, tras recibir tratamientos médicos y siempre rodeada de sus compañeros de las FLN que la cuidaban. Escribió su último pensamiento de aliento a sus compañeros de armas. Les manifestó el orgullo que sentía de ser su compañera y expiró una triste madrugada del año 2000. 29 años habían transcurridos desde su incorporación.Años antes, en los 80’s, había escrito un artículo para nuestra publicación interna Nepantla que intituló El matrimonio en la lucha de liberación. En él daba a saber a los compañeros de reciente ingreso que hay que romper con el régimen que nos oprime en todas las relaciones sociales, en toda la línea de dominación política, militar, económica e ideológica, y que toca a nuestros pueblos hacerlo ya…
En éste aniversario de su muerte, a ella decimos.. Compañera Lucha… ¡Presente!

ARTICULO: EL MATRIMONIO EN LA LUCHA DE LIBERACIÓN

“… y cuando esas generaciones aparezcan,
enviarán al cuerno todo lo que nosotros
pensamos que deberían hacer. Se dictarán
a sí mismos su propia conducta… crearán
una opinión pública para juzgar la conducta
de cada uno. ¡y todo quedará hecho!”
F.Engels. El orígen de la familia,
la propiedad privada y el Estado.

Existe una larga etapa intermedia: la de la lucha de liberación. En ella, la vanguardia revolucionaria primero, y las masas después, dejan de reconocer al estado burgués y van surgiendo normas o leyes, algunas escritas, otras morales, más avanzadas, que determinan dialécticamente el germen de la nueva sociedad. Por esto el combatiente revolucionario vive ya en un medio donde la propiedad privada no existe; en donde el interés colectivo está sobre el interés personal; en donde la igualdad entre los compañeros es real, sin distinción de razas, sexos, edad, origen de clase. En donde el triunfo de la causa revolucionaria es la razón de la existencia.

Basándose en el principio: “lo que es bueno para la revolución, es bueno para todos” la Dirección de las F.L.N. instituyó desde los albores de nuestra organización el matrimonio entre combatientes. Narraré a continuación la forma en que se celebraban y se siguen celebrando las ceremonias matrimoniales. En primer lugar, el noviazgo tal como se conoce en la sociedad capitalista no se practica, principalmente por motivos políticos y por las condiciones de clandestinidad en que se vive (no se conocen los nombres, ocupaciones, lugares de nacimiento, edades de los compañeros); son otras las cualidades que los militantes ven en su pareja (la entrega a la causa revolucionaria, su actitud ante el trabajo, su arrojo, preparación política, etc.).

En segundo término, dada la igualdad entre los miembros de la organización, la solicitud ante el compañero responsable para contraer matrimonio puede ser presentada por hombre o mujer sin perjuicios pequeñoburgueses; si no existe impedimento, el compañero responsable autoriza al solicitante para que vaya con el compañero o compañera con quien pretende contraer matrimoniopara que le externe sus sentimientos. Conocida la respuesta, el solicitante debe volver al compañero responsable a informarle sobre la respuesta obtenida. Si ésta es afirmativa queda a juicio de la dirección la fecha, lugar y hora en que se celebrará la ceremonia matrimonial (se han dado casos de compañeros que viven en distintos lugares, por lo que la ceremonia matrimonial se efectúa únicamente en forma escrita). Los momentos que preceden a la ceremonia matrimonial son de extrema solemnidad. Los compañeros presentes cambian sus ropas de trabajo por ropas limpias, todos de pie escuchan el acta que por triplicado es firmada por los contrayentes y el compañero responsable quien los felicita seguido de todos. Autorizado el convivio, se canta, se tocan instrumentos musicales, se declama, y el chascarrillo está a flor de labios, pues como en alguna ocasión dijo nuestro compañero Pedro, primer responsable nacional: “todos tenemos derecho a compartir la felicidad de los contrayentes, lo que es bueno para la revolución, es bueno para todos”.

Copia del acta matrimonial redactada por nuestro compañero primer responsable en el año 1969 que ha regido en toda esta etapa de nuestra lucha de liberación.

En la Ciudad de _______ el día de de 19__ , ante mí, __________
responsable local de las F.L.N., comparecieron los compañeros y
manifestando que es su libre voluntad contraer matrimonio, por lo que
solicitan el correspondiente permiso, en la inteligencia de que dicha
unión es benéfica para la Organización.

Por lo que interrogados sobre la firmeza de sus propósitos y aclarado
que su nueva condición no los releva de sus obligaciones se les
exhorta para que dicha unión tenga carácter permanente, sirva de
aliciente para el cumplimiento de sus labores revolucionaras, mejore
su conducta entre sí y con los demás compañeros de esta Organización,
basando su trato en el más absoluto respeto a la personalidad de cada
uno de ellos, el más acendrado compañerismo y la superación constante
de ambos; que sus relaciones no serán jamás un obstáculo para el
cumplimiento de las responsabilidades y comisiones que la Dirección de
las Fuerzas de Liberación Nacional les determine y que dadas las
difíciles condiciones en que tendrán que vivir, la confianza, la
fidelidad y el sacrificio deben ser normas constantes en el resto de
su vida y que solamente de mutuo acuerdo y por bien fundamentadas
razones podrán disolver en el momento que lo deseen la presente unión.
Y por tanto, encontrando conveniente dicha unión, porque contribuye a
afianzar la solidaridad de nuestra Organización, se autoriza la misma.

_______________________  La Compañera

_______________________  El Compañero

_______________________  El Co. Responsable

Vivir por la Patria o Morir por la Libertad




Comunicado confidencial a todos los militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional

Por la gran importancia que para todos nosotros representan las experiencias vividas por compañeros nuestros y debido a que por vez primera es necesario que se tenga que repeler al enemigo directamente con las armas, la Dirección de las Fuerzas de Liberación Nacional, expide el siguiente Comunicado, como material de información, aprendizaje y orientación, dedicándose la primera parte del mismo a la narración de los sucesos, dejándose los razonamientos, las valoraciones y los lineamientos para lo que corresponde a conclusiones.

Hechos: El día lunes 19 de julio, a las 18 horas en la ciudad de Monterrey, N. L., y en una de las casas de seguridad de nuestra organización, ubicada en Vista Ocaso No. 601, Col. Linda Vista, en donde se encontraban dos coches del uso exclusivo de nuestros militantes profesionales y dos compañeros , Mateo y Pepe, dedicados a tareas de organización y técnicas, se presentaron en dos vehículos diferentes seis agentes de la Policía Judicial Federal, descendiendo de los coches tres de ellos, quedándose en el interior el policía de más jerarquía, de nombre Pedro Teniente, acompañado por otros dos esbirros. Al llamar a la puerta, los compañeros se percatan de la situación y ya preparados para cualquier contingencia, Mateo, responsable en ese momento, encara la entrevista y habla con los policías, quienes previa identificación empiezan por preguntar sobre los dos automóviles nuestros, checando las placas con las anotadas en un oficio que poseían, conminando a nuestro compañero a que aceptara ser traficante de drogas y pidiéndole accediera a que ellos pasaran a recoger el supuesto contrabando.

Ante esto, Mateo responde inmediatamente explicando que él era exclusivamente un empleado y que no podía aceptar el cateo de la casa sin previa orden para el caso, pidiéndoles que la trajeran y que con todo gusto cooperaba en las investigaciones, mostrándoles, además, una credencial que portaba de Agente de la Procuraduría de una entidad federativa, conseguida tiempo antes gracias al trabajo clandestino de los compañeros de ese lugar. Por estos argumentos, los policías le piden al compañero Mateo un momento para conferenciar con su inmediato superior, Pedro Teniente.

Mientras tanto, los compañeros elaboran el plan a seguir: primero harían tiempo con el fin de que se hiciera de noche, por lo que, el compañero Mateo seguiría platicando con los esbirros mientras que el compañero Pepe, con un arma M-2, lo protegería desde el interior de la casa, esperando el momento adecuado para salir, o bien capturar al jefe de ellos y utilizarlo de rehén aprovechando además el tiempo para destruir todo el material de seguridad y poder realizar una retirada ordenada.

Al regresar los polizontes acompañados del mencionado Pedro Teniente, éste explica a Mateo que ellos saben todo, tratan de intimidarlo e insisten que es mejor ponerse de acuerdo, ya que las “pruebas” son contundentes; que se trata de cocaína, exhortan a nuestro compañero para que los dejase ver qué cantidad de la mencionada droga tenían, proponiéndole que se repartiera en partes iguales y asegurándole que todos los demás trámites legales, los harían los jefes, como es costumbre, puesto que se trata de grupos diferentes pero al fin y al cabo, Agentes de Seguridad y amigos todos; llegaron incluso a mostrarle a Mateo, un oficio de la Procuraduría General de la República, donde aparecían las placas de los automóviles de la organización y en el que se ordenaba investigar nuestra casa. Tratando de ser más convincente, Pedro Teniente preguntó a qué grupo de jefes de seguridad pertenecía nuestro compañero para asegurarle que no habría ningún problema, mencionándole también nombres de traficantes de diferentes partes de la República y proponiéndole por último, que si no quería repartir la droga, les entregara en efectivo el equivalente.

Este regateo, acompañado en ocasiones de palabras decentes y en ocasiones de amenazas, se prolonga hasta las 21 horas, en que el compañero Mateo y el compañero Pepe, portando armas M-2 y las pistolas rescatables, salen por la parte lateral de la casa, hacia el frente; abriendo fuego Mateo contra el primer esbirro que se disponía ya a sacar su arma, hiriéndolo inmediatamente con dos impactos en ambos muslos y uno en el tórax, movimiento favorable que aprovechan los compañeros para correr por el sendero abierto, haciendo fuego nuevamente con dos ráfagas de M-2 sobre los coches de los esbirros.

En la salida, Mateo resbala y cae, deteniéndose Pepe para protegerlo con sus armas, hecho que no se realiza porque el enemigo no se movía de su escondite, que para entonces, ya estaba fuera del alcance de tiro. Restablecido Mateo, los compañeros detienen un automóvil y bajando a su propietario, utilizan el vehículo para retirarse del lugar y dar aviso a los compañeros de la Red Local; organizándose de inmediato, un repliegue táctico bien ordenado.

Mientras tanto, el enemigo pide refuerzos y rodea la casa con un despliegue de fuerza exagerado, conminando por medio de altoparlantes, a los supuestos “traficantes” totalmente “cercados”, a rendirse; al no recibir respuesta, procede a disparar bombas de gas lacrimógeno al interior, pero fue tan desproporcionado el número, que iniciaron un incendio, siendo necesario que intervinieran también los bomberos; todo esto se llevó a cabo hasta las 23.00 horas, en que al fin “armados de valor”, deciden entrar a la casa, cerciorándose de que ya había sido desalojada.

En la acción, el enemigo sufrió una baja y desperfectos en uno de sus vehículos.

En nuestras filas los compañeros salieron ilesos, perdiéndose lo siguiente:

  • Dos automóviles Volkswagen
  • Cuatro carabinas M-1, con cargadores de 15 balas
  • Tres carabinas M-2, con cargadores de 15 balas
  • Una carabina M-1, corta, cromada
  • Una carabina Garand Cal. 30 con cargador de 8 balas
  • Una pistola Brownin Cal. 9 mm. con cargador de 13 balas
  • Una pistola Llama Cal. 38, con cargador de 8 balas
  • Una pistola Walter Cal. 32, con cargador de 7 balas
  • Una pistola Star Cal. 22, con cargador de 7 balas21 cajas con 50 balas, Cal. 9 mm.
  • 8 cajas de 50 balas, Cal. 30 M-1
  • 40 balas Cal. 30-06
  • Seis miras telescópicas
  • Dos cargadores pistola Colt, Cal. 45
  • Dos cargadores pistola Colt, Cal. 38
  • 50 estopines
  • Una televisión
  • Una máquina de escribir
  • Un radio de tres canales
  • Una estufa, comida, ropa y utensilios domésticos menores

Conclusiones: La causa fundamental que motivó los hechos ocurridos, fue consecuencia de la denuncia de un vecino del barrio donde se encuentra la mencionada casa y por supuesto, a la falta por parte nuestra, de pretextos razonables para justificar y encubrir nuestros movimientos en ese lugar.

Sin embargo, debemos valorar con sentido crítico que el factor humano de intromisión del mencionado vecino fue de gran calidad, ya que lo único que le pudo parecer raro, fue que en esa casa vivían dos hombres solos y que periódicamente eran visitados por los coches que fueron denunciados; esto en cualquier otro lugar, no es objeto de ninguna alarma; no obstante, debemos recalcar que nuestro nivel de organización debe llegar a tal grado que no se despierte ninguna conjetura negativa acerca de nuestras casas y vehículos. Insistir siempre en que estos momentos de la lucha en que nuestros objetivos e ideales no son del conocimiento de nuestro pueblo, se debe considerar a cualquier persona ajena a nosotros como un posible delator, es premisa fundamental de aprendizaje en la primera parte de esta experiencia.

La policía, aún con la denuncia de que en nuestra casa se veían movimientos extraños, no tenía ningún elemento de juicio para saber de qué se trataba, y, utilizando sus razonamientos e influidos por su afán de lucro, organizaron todo un aparato para repartirse
el supuesto botín de drogas. Este criterio lo sostuvieron todo el tiempo que duró la acción, lo cual, aunado a la baja moral que siempre ha prevalecido y prevalecerá en los agentes defensores de las oligarquías y gobiernos corruptos, se vió enfrentado al criterio
revolucionario y la alta moral de los compañeros que en todo momento estuvieron dispuestos a darlo todo por la defensa de las Fuerzas de Liberación Nacional, ésto da como resultado, que el factor sorpresa a favor de la policía en un principio, se invalidara por una actuación consecuente de nuestros compañeros; producto del profundo conocimiento de las ansias de lucro del enemigo y de una autodisciplina lograda a través de las pequeñas tareas
diarias de su militancia, convirtiéndose la táctica de la defensa de nuestros bienes, en una ofensiva inteligente que consistió en ganar tiempo suficiente para destruir el material de seguridad y preservar así, antes que otra cosa, la estabilidad de la organización; esperaron además, la obscuridad para hacer frente al enemigo y reducir la desventaja en número, por la ventaja en decisión y sorpresa, cumpliéndose así el segundo objetivo de un repliegue ordenado; que es preservar y cuidar la vida de todos los compañeros que participan en él.El mayor número de organizaciones clandestinas han sido destruidas por el enemigo debido a la falta de dirección consecuente y la política cómoda de permitir a todos los niveles la rendición incondicional y sin resistencia, facilitando que se interrogue a cuadros de alto nivel con suficientes conocimientos para comprometer a toda la organización. Esta conducta, producto de la mentalidad que considera a los dirigentes o responsables insustituibles y el sofisma de que más útil es un compañero preso que un compañero muerto, ha sido combatida desde siempre por nuestros lineamientos; que partiendo en la confianza de que el proceso revolucionario es el mejor maestro para forjar a todos nuestros cuadros; y que el recibir más responsabilidades para cualquiera de nosotros lleva implícita una mayor entrega, y la oportunidad de cumplir a plenitud las obligaciones propias de nuestra jerarquía; el ser parte integrante de la Dirección, responsable de Red Urbana o de casa de seguridad o cuadro profesional, es un estadío natural y necesario y por lo mismo modificable o sustituible, lo que nos obliga a mantener NUESTRA POSICION REVOLUCIONARIA DE NO DEJARNOS APREHENDER POR LAS AUTORIDADES OPRESORAS BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA por lo que, en todas las situaciones, incluso la doméstica, nuestra arma deber ser compañera inseparable, medio indispensable para repeler cualquier agresión y si en el combate perecemos, el ejemplo militante será suficiente y honroso para que otro compañero nos sustituya y la revolución continúe su cauce inevitable de victoria.
Es por todas estas consideraciones que la Dirección de las FLN no obstante que las pérdidas materiales en equipo bélico, en comunicaciones y transportes fueron importantes, ratifica como ejemplar, la actitud de los compañeros Mateo y Pepe, quienes participaron directamente en la acción, e insiste en que por muy duras que sean las adversidades para el cumplimiento de nuestras comisiones revolucionarias, la madurez, la seriedad y la moral de todos nuestros compañeros está muy por encima del poderío técnico y bélico del enemigo, y así como ahora la moral de la organización con todos estos hechos, sale fortalecida y el buen ejemplo reconforta a todos los compañeros, así también, conservando esa honestidad de acción, veremos cada día militar más a nuestro pueblo en las filas de las FLN, y con ello, la victoria será más temprana.

Asimilar todas estas experiencias para nuestra formación, ser fieles a las medidas de seguridad dictadas y fortalecer aún más nuestros trabajos diarios, nuestro compañerismo y disciplina es la mejor actitud militante como respuesta a estos acontecimientos, con el compromiso revolucionario de recuperar lo perdido y seguir los planes generales de acción que en ningún momento se han abandonado.

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR POR LA LIBERTAD
Compañero Pedro
Fuerzas de Liberación Nacional
Rep. de México, agosto 2 de 1971




Sobre el 44 Aniversario de la Fundación de la Fuerzas de Liberación Nacional

Queridos hermanos mexicanos:
Hoy 6 de agosto, estamos reunidos para reafirmar el juramento que hicieron 7 de nuestros compañeros fundadores, teniendo como testigos a nuestra inolvidable compañera Renee Murcia y 2 compañeros más, que desde ese momento formaron las filas de los militantes urbanos, y lo hicieron hace 44 años en éste sitio exacto (Calle 15 de Mayo, entre Diego Montemayor y Zuazua).

No hay momentos más tristes para la historia de un pueblo, que aquellos cuando sus mejores hijos se ven obligados a organizarse para defender -aún a costa de su vida- a su patria ante la amenaza del mal gobierno y de intereses nacionales y extranjeros que los reprimen, torturan, encarcelan, masacran y desaparecen con toda impunidad. Hoy, las nuevas generaciones reafirmamos ese llamado a no dejarnos intimidar, el momento lo exige, debemos organizarnos pacífica, ordenada y firmemente para acabar con la pesadilla en que vivimos.

Hoy decimos que, nunca nos hemos ido. Somos millones de mujeres y hombres de conciencia libre que no lo permitiremos. Sin duda, la evocación de los compañeros que van cayendo en la lucha es una penosa obligación moral. Quien la realiza queda con la sensación de que muchas cosas importantes quedaron sin decirse; quien la escucha seguramente piensa que debido a una especie de sectarismo, quien habla, embalsama la imagen de nuestros compañeros caídos, destacando sus méritos y ocultando sus defectos; y en ambos se percibe la incomodidad de quienes cumplen por compromiso, así sea moral, un ritual solemne y triste. Esto es un riesgo.

Pero hay otro modo de recordar a nuestros camaradas: con un sentido histórico. No porque hayan aspirado a la gloria que tal vez engrandezca su nombre algún día, sino porque el rebelde social es el hombre histórico por excelencia. Primero, porque estudia la historia –sobre todo la de su pueblo- buscando en ella claves para comprender la realidad social; después, porque recoge los anhelos de cambios de su pueblo, y los organiza en una estrategia, y junto a él, ocupa un lugar en el ejército de los explotados para hacer la transformación social, que es hacer la historia.

Más que nada, por cierto sentido de continuidad, por la conciencia de tener raíces y la responsabilidad de hacer fructificar un esfuerzo colectivo, pues al rebelde social no le cuadra el papel de genio solitario. Dando su vida, el militante da vida a la organización, y ésta, no lo deja morir del todo; recoge sus aportaciones individuales, aquellas que nos permitan seguir adelante, pues los compañeros somos, ante todo, compañeros de lucha, de una lucha que apenas se inicia. Tomará generaciones concluirla. Recordar, pues, a éstos nuestros héroes, es reanudar su trabajo en la medida de nuestra capacidad. Así lo hubieran querido ellas y ellos, porque fue ese trabajo el que dio sentido a su vida y también a su muerte; pues laasumieron como una posibilidad –terrible-, pero una más que se convirtió en necesidad para que la lucha continuara. Y continuará. Nosotros lo haremos.

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR POR LA LIBERTAD.
Fuerzas de Liberación Nacional
México
Grupo Editorial “tod@s”

6 de agosto de 2013