Diciembre: Nuestra lucha es antiimperialista

“Toda nuestra acción es un grito de guerra contra
el imperialismo y un clamor por la unidad de los
pueblos contra el gran enemigo del género humano:
los Estados Unidos de Norteamérica.

En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte,
bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra,
haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se
tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.”

Ernesto Che Guevara
Mensaje a la Tricontinental
Mayo de 1967

La idea que presentaba al capitalismo como el único modelo económico y político, capaz y funcional para la producción social y política del mundo, es errónea. Sin embargo, presenta su más agresiva y avanzada etapa de: miseria generalizada, explotación del trabajo barato, injusta distribución de la riqueza, acumulación de capitales en una minoría; esto es, una crisis sistémica frente a la cual el régimen capitalista utiliza la opresión violenta como respuesta al descontento abismal que nace de las desigualdades crónicas, en sociedades que no están dispuestas a seguir siendo sometidas y responden como pueblos en resistencia y rebelión.

Dentro de las estructuras capitalistas, se encuentran
las instituciones que le dieron el sostén a un modelo neoliberal (Estado,
mercado, medios de comunicación, organismos “públicos” legitimadores) que
permitió condicionar al Estado “reducido” a un modelo de democracia
globalizadora y cómplice de las prácticas imperialistas más perversas.

México, como parte de América Latina, no olvida la presencia históricamente vigilante, y agresiva del imperialismo en nuestra patria.. El imperialismo norteamericano, en específico, por siempre ha visto a nuestro país con ojos de codicia. En 1846 Estados Unidos de Norteamérica invadió nuestro país tras varios episodios de provocación (intentos de desestabilización en territorio nacional, apoyo militar y económico al separatismo texano);   luego de que ante estos actos de provocación se respondiera en defensa de la soberanía nacional, y dijeran que se había cometido una atrocidad en contra de ellos o sus intereses, el presidente Polk consideró que se trataba de la excusa ideal para enviar tropas prestas a invadir nuestro país. Nosotros no olvidamos que México perdió la mitad de su territorio.

68 años después, 1914, el imperialismo norteamericano hace de nuevo su presencia en nuestra historia.  Aquí una cita del libro “Ejército Libertador 1915”, Capítulo 1. página 23. editorial ERA. 2013 , del compañero maestro Francisco Pineda que narra el reporte en 1914, de un agente especial del Estado Norteamericano, que envía al gobierno de Washington informando de una reunión de Zapata y Villa en Xochimilco.

 “La plaza del buen
Xochimilco estaba llena. Las tropas zapatistas, dispuestas en “L”. Antes de las
dos de la tarde, Pancho Villa abrazó a Otilio Montaño y luego a Emiliano
Zapata, Amador Salazar, Antonio Barona, Jacinto Cotero, Antonio Díaz Soto y
Gama, y tantos más. En el brindis —por el encuentro de la revolución del sur y
la revolución del norte— Zapata ofreció un mezcal. Según la prensa, Villa se
atragantó y Zapata, sonriendo, le preguntó si estaba malo, el mezcal. El jefe
del norte le dijo que nunca antes había bebido, pero que era un honor tomar la
copa con él.[1]

Un agente especial del Departamento de Estado observó
detalladamente el encuentro. Poco después, Leon Canova reportó a Washington: el
general Villa es alto y robusto, con una tez casi tan clara como la de un
alemán y aproximadamente 81 kilogramos de peso; usaba casco inglés, pesado
suéter café, pantalón kaki, polainas y botas de montar. Zapata estaba a la
izquierda, con su inmenso sombrero protegiendo los ojos de modo que no podían
ser vistos; tez morena y cara delgada, unos 59 kg y de menor estatura; iba de
camisa color lavanda fuerte y chaqueta negra, bufanda de seda azul al cuello;
pantalones mexicanos negros, muy ajustados, con botones de plata a los lados;
usaba alternadamente un pañuelo blanco de orilla verde y otro con todos los
colores de las flores…

Sentados en semicírculo como estábamos, sigue informando
el agente; mirando los semblantes de cada uno, en Villa pude apreciar el tipo
de guerrero más elevado, un hombre de gran energía y de inmensa confianza en sí
mismo. Zapata parecía estar estudiando a Villa todo el tiempo… Zapata es un
idealista. Se podría decir que es un soñador, como el infortunado José Martí de
Cuba…[2]

La referencia a José Martí no era casual. El agente Leon
Canova fue reportero de la agencia AP e informante de Washington, en la guerra
de independencia de Cuba. Años después, en mayo de 1914, Canova escribió: “si
los revolucionarios mexicanos quieren evitar el caos que experimentó Cuba en su
independencia, deben buscar la guía de Estados Unidos… La única salvación para
este país [México] es una supervisión de sus asuntos por parte de Estados
Unidos”.[3]

En seguida, Canova propuso al Departamento de Estado un
plan de ‘supervisión’ sobre México[4] basado en
la Enmienda Platt que el imperio norteamericano, por medio de la invasión,
impuso en 1901 como apéndice de la Constitución cubana. La Enmienda Platt
estableció que Estados Unidos podía intervenir militarmente en Cuba, cuando
quisiera; que Estados Unidos se apropiaba de territorio cubano; que el gobierno
de la isla caribeña no podía celebrar tratados ni contraer préstamos con otros
países, entre otras medidas imperialistas.

Así planteó, Canova, que debía proceder el gobierno de
Washington también en México. Y eso iba a tono con el “Plan de Guerra General
contra México”, actualizado por la oficina de inteligencia militar de Estados
Unidos, desde el inicio de la revolución. “Los planes de guerra están basados
inicialmente en la suposición de que la guerra será conducida por los Estados
Unidos, prácticamente, en contra de un pueblo unido”, escribió el general W.
Wotherspoon al jefe del Estado Mayor del ejército. Según el legajo que adjuntó
al mensaje confidencial, los objetivos territoriales de Estados Unidos eran
cuatro.

1. Zonas estratégicas por su ubicación geopolítica: Baja
California y el Istmo de Tehuantepec.

2. Regiones mineras y metalúrgicas, principalmente: Sonora,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato;

3. La zona petrolera de aquel tiempo: Tamaulipas y el
norte de Veracruz.

4. Las rutas de la invasión: líneas operativas desde
Acapulco y el puerto de Veracruz hacia la capital de la república; de Nogales a
Guaymas; Ciudad Juárez a Chihuahua; Piedras Negras a Monclova; Nuevo Laredo a
Monterrey; Monterrey a Torreón; Tampico a San Luis Potosí y Coatzacoalcos a
Salina Cruz; así como el control de los demás puertos del Pacífico y del Golfo,
para imponer un bloqueo naval completo contra México.[5]
(Mapa 1)

En junio de 1914, el Departamento de Estado designó a
Leon Canova como agente especial para informar acerca del curso de la
revolución. Por eso estuvo en la Convención de Aguascalientes y en Xochimilco.
Luego, durante el carrancismo, Canova fue ascendido. Fue el encargado de
asuntos mexicanos, en el Departamento de Estado. Desde ese puesto, promovió la
guerra económica contra los zapatistas; en especial, impulsó el control y uso de
los alimentos con fines militares. En esa época, Carranza estableció tres
medidas económicas para la guerra de exterminio contra los pueblos del sur: la
destrucción de las siembras, el control de los alimentos y la circulación
forzosa de una nueva moneda, que impuso a un tipo de cambio de 1 peso por 10
centavos, con grave pérdida en la capacidad de compra de la gente.”

En México,
no debemos dejar de observar las condiciones geopolíticas e históricas frente
al imperialismo estadounidense que una vez mas deja ver su mirada codiciosa y
su lúgubre presencia solícita a “ayudar” pues –argumentan- no somos capaces de
resolver los problemas. El imperialismo que se impone mediante medidas
económicas agresivas, y también mediante operaciones militares opresivas. No
debemos dejar de observar su espíritu expansionista y avasallador  y cruzarnos de brazos. Pensar que basta la
política de “buenos amigos” y las “relaciones de buena vecindad” y de
“colaboración” no es suficiente.

Hay que
voltear al sur, observar a quienes igual que nosotros, en territorio
latinoamericano dejan ver su modos de “resistir”. Que igual que nosotros sufren
las consecuencias de las medidas económicas dictadas desde Washington. El
imperialismo se une para desestabilizar países, toca a sus pueblos organizarse
para de manera inteligente, descubrir sus patrañas desestabilizadoras sin confiarnos
“ni un poquito así” como decía el Che.

El imperialismo, en nombre de la libertad [de mercado], ha creado las
condiciones que América Latina ahora enfrenta; intentaron –sin mucho éxito-
despolitizar a la sociedad, por encima de una amplia dominación económica y una
opresión violenta, cotidiana y sistémica.

Las posibilidades de ser un país libre, democrático, con justicia social y respeto a los derechos humanos, siempre será una lucha necesaria para los pueblos latinoamericanos y en particular para el pueblo de México, recurriendo a la conciencia de todas y todos los mexicanos.

Efemerides

Como
todos los diciembres,  recordamos a 2
compañeros:

La
compañera Murcia, desaparecida política de la Lista de Ocosingo y el compañero
Gonzalo (Pacha),  quienes se destacaron
por su honradez,  sencillez, modestia,
disciplina  y  gran espíritu de trabajo.  Los recordamos como lo señalaba nuestro compañero
Mario en 1980  “….su ausencia es presencia; los compañeros
caídos 
-o desaparecidos- representan ahora un factor de unidad; son
el lazo que nos liga con el pasado, con la historia de la organización, son el
acicate que nos impulsa al futuro tomando su ejemplo para continuar la obra que
ellos impulsaron y que no pudieron ver avanzar por haber sacrificado su
existencia para que ella viviera”.

Del
compañero Gonzalo (Pacha) presentamos recordatorio escrito por el compañero
Alfredo en las montañas del sureste mexicano:

            GRACIANO SANCHEZ AGUILAR (Gonzalo),
su nobleza y bondad, grandes atributos de este fundador de las FLN, en quien
tenemos el ejemplo de voluntad frente a las adversidades, de decisión de
conseguir las metas frente a las dificultades aparentemente insuperables que se
presentan.  Lo recordamos cuando ante la
necesidad de localizar una casa de seguridad recorría de tramo a tramo, cuadriculándola,
una ciudad; que salía a las siete u ocho de la mañana y regresaba doce horas
después sin que la sed o el hambre hicieran mella en su ánimo, sin decaer en el
cumplimiento de su comisión un sólo instante; 
lo recordamos en la sierra, después de cargar su mochila con un  sobrepeso, recogía algo más de carga que aún
debía llevarse; lo recordamos inclinado hacia adelante para compensar el peso,
y con su instrumento al hombro, pidiendo aún más carga.  En el tiempo que estuvo como responsable de red
urbana, muchos frutos recogió la organización de su empeño, jamás Gonzalo pasó
sobre orden alguna de la Dirección, ni puso nunca en duda el cumplimiento de
las mismas.  A pesar de su profesión,
abogado, que no tenía relación alguna con la técnica, el entendimiento de la
necesidad de crecer personalmente en ese sentido, lo llevó a realizar trabajos
de soldadura que variaron desde jaulas para animales, hasta piezas para
nuestros instrumentos, demostración plena de que ningún trabajo por
intrascendente que parezca, es tal, de que no hay dificultad alguna que no
pueda ser vencida por nuestros esfuerzos cuando se tiene una ideología marxista
y el deseo consecuente de aplicarla en la práctica, de hacer avanzar con
nuestro adelanto personal, la revolución que nuestros pueblos harán triunfar.  Jamás rasgo alguno de vanidad pasó por su
pensamiento, a pesar de que por muchas razones su trabajo era excelente.  El, al igual que Martí, sentía ”
profundo desprecio por las palabras que no van acompañadas de sus hechos”.  Murió al lado de Aurora, enfrentándose a los
soldados del gobierno opresor que trataron de detenerlo, haciéndoles frente,
combatiendo por la única, verdadera, irrenunciable independencia de nuestro
pueblo.

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos


[1] “Generals Villa and Zapata hold
cordial meeting”, The Mexican Herald,
México, D. F., 5 de diciembre de 1914.

[2] Leon Canova al Departamento de
Estado, 8 de diciembre de 1914, National Archive and Records Administration (NARA) 812.00/14048. Citado
por Larry D. Hill, Emissaries to a
Revolution. Woodrow Wilson’s Executive Agents in Mexico
, Louisiana State
University Press, 1973, pp. 283-284.

[3] Leon Canova al Departamento de
Estado, 24 de mayo de 1914, NARA 812.00/12342. Citado por Larry D.
Hill, op. cit., p. 201.

[4] Leon Canova al Departamento de
Estado, 10 de julio de 1914, NARA 812.00/27406. Citado por Larry D.
Hill, op. cit., p. 210.

[5] “Memorándum confidencial del
general W. W. Wotherspoon al mayor general Leonard Wood, jefe del Estado Mayor
del ejército de Estados Unidos, Washington, d. c., 16 de marzo de 1911, y otros documentos
relativos al plan”, (en total 69 páginas), Records
of the War Department, General and Special Staffs, Military Intelligence
Division Files
, National Archives and Records Administration, Record Group
165.