Septiembre: mes insurgente

Hace ya más de un Año que la Casa de Todas y Todos empezó la ardua tarea de presentar al pueblo de México las historias de vida, muerte y desaparición forzada de hombres y mujeres militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional durante la etapa de la guerra fría en nuestro país. Más relevante aun es que este esfuerzo, que hemos llamado “Dignificar la Historia”, ha dejado que esas mujeres y esos hombres hablen por su propia palabra, idea y testimonio.

Para hacer posible lo anterior, las Fuerzas de Liberación Nacional tomaron una decisión que no tiene precedente: otorgar acceso a la Casa de Todas y Todos a su archivo histórico original. Dicho archivo consiste en todos y cada uno de los comunicados, revistas internas y externas, manuscritos y diarios, fotografías y videos, guardados con celo durante décadas de persecución política. De todos esos materiales originales, ninguno, absolutamente ninguno, proviene de versiones policiacas o terceras partes, ajenas al proceso político militante de las Fuerzas de Liberación Nacional.

La Casa, más que tomar esta importante iniciativa de forma superflua y hacer sus propias y parciales valoraciones, decidió entregar esos materiales inéditos y sin ningún tipo de censura a historiadores, académicos y luchadores sociales para que hiciesen las valoraciones históricas y sociales que consideren necesarias. En esta entrega de los archivos y documentos no hubo condiciones políticas ni económicas. Aquellos que han leído los dos cuadernos ya publicados de la serie “Dignificar la Historia” podrán leer que la Casa fue muy clara en la entrega de los materiales y los mismos autores reconocen que nunca se les pidió ni que asumieran alguna tendencia o posición, o que escondieran algún hecho o escrito. La intención final de este proceso es que todos esos documentos sean públicos.

¿Por qué esos actuales militantes de las FLN, antiguos y nuevos, tomaron esta decisión? Porque en sus propias palabras “no es indigno recordar a los compañeros”. Sobre todo recordarlos como un ejemplo de vida rebelde que tanto se necesita hoy en nuestro país, en nuestras comunidades y pueblos que sufren los terribles embates imperialistas que han destruido al país, que nos han dejado sin derechos y en la miseria.

El objetivo de la Casa de Todas y Todos es que se conozca a esos hombres y mujeres que lucharon, que fueron desaparecidos o acribillados y que lo dieron todo por crear un país nuevo y digno. Sus pasos merecen un lugar en nuestra historia nacional, esa que se comparte entre los pueblos que luchan; sus palabras y pensamientos merecen un registro más digno que el de un triste archivo policíaco o la confusa suma de testimonios tangenciales. Esa generación nos ha dejado un legado, un claro ejemplo de lo que un mexicano o mexicana que quiera a su pueblo tiene la responsabilidad de hacer: ¡Vivir por la Patria o Morir por la Libertad!

Efemérides

Los mexicanos, nunca olvidamos a quienes sacrificaron su vida por la patria. Arranca nuestra memoria no solo con el inicio y fin de la lucha de independencia del yugo español; nuestro pensamiento llega también al México profundo, el de las culturas indígenas que formaron su identidad milenaria en este territorio que hoy llamamos patria, gracias a su lucha y esfuerzo. Para todas ellas nuestro respeto y cariño.

En este mes, celebramos también gestas más próximas a nuestra historia, la de nuestra organización madre, las FLN, a la cual el imperialismo pretende ignorar; esa que reaparece una y otra vez, joven y actuante con nuevas propuestas, llevadas a cabo por compañeras y compañeros consientes de que la lucha de liberación es una necesidad actual, y lo seguirá siendo mientras a nuestros pueblos les sea impuesto un destino indigno. La nuestra es una filosofía sencilla de entender, difícil de cumplir.

Así, como compañeros, tenemos el digno deber de recordar a la compañera María Luisa y Mario por ser en septiembre sus cumpleaños, y el deber y la tristeza de recordar a nuestra compañera Lucha, quien falleció en un septiembre.

Recordemos a los 3:

María Luisa, quien representa a la juventud estudiosa de México.
Mario, maestro normalista que abandona el aula escolar para luchar por su Patria, y
Lucha, la mujer madura y honesta que no duda en aceptar y ser la primer compañera que vive en una casa de seguridad de nuestra organización en 1971.

Así en silencio, sin premios ni halagos, desarrollaron su trabajo y supieron ser generosos con la Patria durante toda su vida,

Hoy decimos:

Compañera María Luisa,
Compañera Lucha,
Compañero Mario….…. ¡ Presentes!

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.