Los Cuerpos Técnicos y las armas de la crítica.
El día de hoy habremos de recordarlo en adelante; alguien querido y respetado por nosotras, nosotros, se ha ido. Antes de que nos embargue la tristeza, optamos por recordar un pasaje memorable en la literatura revolucionaria: “hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate y por la alegría morimos. Que la tristeza no sea unida nunca a nuestros nombres”. Estas palabras de Julius Fucik nos han acompañado anteriormente, en momentos que inequívocamente hacen eco con los vividos el día de hoy.
“Que la tristeza no sea unida nunca a nuestros nombres”; evitemos pues, en estos momentos tristes, usar nombres. Pero permitámonos recordar y honrar con la memoria los pasos valientes y esforzados de alguien que vivió por la alegría; y no se nos ocurre mejor forma de hacerlo que trayendo a estas páginas una semblanza de algunos de los trabajos colectivos en los que participó; del esfuerzo organizativo al cual logró, junto con otras y otros, dar vida.
En la Casa de Todas y Todos, en Apodaca N.L, hay un salón de actos dedicado a Fray Servando y a Xavier Mina; lo primero que observamos al entrar en él es un mimeógrafo del siglo pasado con un letrero que dice “Las armas de la crítica”. Esa máquina, y otras similares, sirvieron durante años para la impresión de diversos materiales de análisis y estudio. Se suele juzgar a las FLN como sólo una organización armada, dispuesta a defenderse; se suele decir que su historia está marcada por la violencia; y cuando así sucede, se ignora que en realidad el 99 por ciento de la actividad -en sus 47 años de existencia- ha sido eminentemente política. Como registro de este hecho, hay un legado de miles y miles de cuartillas impresas, bajo diversos títulos, para distinto público; hay materiales impresos enfocados al campo o al trabajo obrero; cuadernillos sobre el cuidado de la salud, o periódicos clandestinos que consolidaron la organización política y el aprendizaje de muy diversos conocimientos.
La pauta del trabajo que realizaron las FLN marcó como necesario aportar a nuestro pueblo no sólo pensamientos críticos sino también acciones prácticas que le permitan apropiarse de su presente, construir su propia historia, y emprender nuevos caminos sin que nadie se los impida. Y en medio de todo ello hubo siempre papel impreso.
Así, hoy vamos a recordar a las compañeras y compañeros que participaron como “cuerpos técnicos” para poder llevar a nuestros pueblos las palabras escritas en papel. Los llamados “cuerpos técnicos” fueron un organismo político creado a finales de la época de los 70’s del siglo pasado, que hicieron escuela para la formación política de “cuadros técnicos”, misma que permite ahora continuar con esa modesta pero insustituible labor de comunicarnos con ustedes por cualquier medio posible.
Los cuerpos técnicos, con sus correspondientes cuadros, cubrieron un amplio espectro de oficios que fueron resultando necesarios en el arduo proceso de la organización política de las FLN. Impresores, zapateros, costureros, torneros, soldadores, constructores… no hay labor pequeña en la lucha por la liberación.
Desde el origen mismo de las FLN, en 1969, han existido en ella compañeras y compañeros con conocimientos y experiencia en la creación de materiales impresos. Años más adelante, nuestro mensaje de libertad llegó a muchos jóvenes chiapanecos, que se fueron adentrando y conociendo más de los trabajos organizativos, y en su momento no dudaron de participar, pues el entusiasmo y la conciencia superaron en ellos cualquier temor a ser aprehendido, torturado o perseguido a muerte por difundir la verdad.
Así transcurrieron, nutridos por esa generación, los años de la clandestinidad, en cuartos de viviendas donde las “armas de la crítica” y los cuerpos técnicos se juntaron para reproducir ideas que, de ser reducidas al ámbito exclusivo de la mente, no sirven para nada; ideas que tienen que vincularse al campo de la experiencia, a través del trabajo, la disciplina y el cumplimiento discreto de las labores necesarias en el camino de la liberación.
Hoy nos toca agradecer a todas aquellas compañeras y compañeros quienes formaron los cuerpos técnicos, en especial –como resulta evidente- a los impresores.
Gracias compañeras y compañeros todos “cuerpos técnicos”, por poner su capacidad entera al servicio de nuestro pueblo. Un abrazo eterno de respeto y fraternidad.
Fraternalmente,
Grupo editorial de la Casa de todas y todos,
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!