El Socialismo sigue siendo hoy una opción válida: Florencio Lugo

Como parte de los actos de conmemoración del asalto al cuartel de Madera el 23 de septiembre de 1965, reproducimos a continuación una entrevista con Florencio Lugo uno de los sobrevivientes de estos acontecimientos.

“Yo había dicho que la lucha armada ya había pasado a la historia, que ya no se podía, pero, en fin,

eso lo va a decidir el pueblo, no nosotros. Entonces, la lucha que se está siguiendo es válida,

desde luego, eso es bueno, la lucha no violenta, ¿verdad? Pero si en un momento dado el pueblo se ve

en la misma situación en que nos vimos nosotros en aquella época y responde a la violencia institucional

con la violencia revolucionaria, eso lo va a decidir el pueblo.

Florencio Lugo, último sobreviviente

del asalto al Cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua

Si pudiéramos resumir en una palabra la vida de Florencio Lugo -último sobreviviente del asalto al cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua en 1965, sería el de ser congruente con su ideología. A 57 años de la gesta heroica que abrió en México el camino a muchas otras organizaciones en la lucha por un mundo de igualdad y justicia, Lugo sostiene que aún con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), el socialismo aparece en el horizonte como la única alternativa contra el capitalismo rapaz que pone a la humanidad al borde de la extinción.

Y para él, la lucha pacífica que enarbolan los movimientos sociales en la actualidad es tan válida como la lucha armada, pues las formas de resistencia las decide el pueblo y no un pequeño grupo de líderes o representantes. Pero advierte que “si en un momento dado el pueblo se ve en la misma situación en que nos vimos nosotros en aquella época y responde a la violencia institucional con la violencia revolucionaria, eso lo va a decidir el pueblo”.

Este año, por primera vez las autoridades del Municipio de Madera buscan capitalizar a su favor la simpatía del pueblo por los combatientes que sacrificaron su vida en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria. Como es ya la política del régimen hacia otros movimientos, en Ciudad Madera se busca institucionalizar un hecho histórico para oscurecer las causas que le dieron origen (muchas de las cuales siguen vigentes).

Sin embargo, para Florencio Lugo este es un logro mientras “seamos más inteligentes que ellos” y no nos dejemos engañar. Dar continuidad a la lucha de 1965 es el mejor tributo y homenaje a los combatientes, ya que se trata de una historia viva y no congelada en estatuas y monumentos.

Ya considerando los 57 años que han transcurrido desde el asalto al cuartel, han pasado muchas cosas. El derrumbe del socialismo en la URSS y otros sucesos ocurridos, han llegado a cuestionar la validez de la lucha por el socialismo, que era el propósito del movimiento en Madera. ¿Qué opina usted de todas estas corrientes que cuestionan el socialismo como una alternativa? 

Definitivamente son opiniones que ya he escuchado en otras ocasiones. Lo que puedo decir yo al respecto es que nosotros vivimos nuestro tiempo, hicimos lo que se tenía que hacer en ese momento, en esa época, en esos días. Este… yo le he llamado… fue una circunstancia histórica, lo nuestro. Entonces, sí es cierto; cuando cayó el socialismo, cuando la Unión de Repúblicas, cuando la URSS cayó, sí dije, yo pensé “pues hasta aquí llegó la posibilidad, ¿no? Pero después fui reflexionando y me di cuenta que no; la lucha sigue, de una u otra manera, pero la lucha sigue. Siempre lo he dicho. Nosotros perdimos una batalla militar, pero logramos un triunfo ideológico-político, que es el que sigue en la historia, y seguirá en la historia. Y según estoy viendo, cada vez toma más impulso, más fuerza, ¿no?, con lo que acabamos de ver aquí en Madera me doy cuenta de eso. Yo había dicho que la lucha armada ya había pasado a la historia, que ya no se podía, pero, en fin, eso lo va a decidir el pueblo, no nosotros. Entonces, éste, la lucha que se está siguiendo es válida, desde luego, eso es bueno, la lucha no violenta, ¿verdad? Pero si en un momento dado el pueblo se ve en la misma situación en que nos vimos nosotros en aquella época y responde a la violencia institucional con la violencia revolucionaria, eso lo va a decidir el pueblo.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional reivindica el asalto al cuartel de Madera como el inicio de una lucha más amplia, que continuó con el EZLN. ¿Qué piensa usted de esto?

No, pues definitivamente los sucesos del 23 de septiembre del 65 en Ciudad Madera fueron el inicio de todo un movimiento que se vino a dar. Después de lo de Madera surgieron muchísimos grupos: Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Movimiento 23 de Septiembre, la Liga 23 de Septiembre. La Liga pues todavía sigue vigente. Definitivamente es el inicio, fuimos los pioneros de este movimiento revolucionario actual contemporáneo. Pues sí estoy de acuerdo con esa opinión.

Hemos visto que el capitalismo tiene mucha capacidad de aprender, de absorber para mantenerse, para prolongarse. Se apropia de estos movimientos al institucionalizarlos. ¿Piensa que pueda pasar esto con el movimiento en Madera ahora que el municipio por ejemplo ya lo asumió como un evento oficial?

Tenemos que tener la capacidad, la inteligencia para aprovecharnos nosotros de esa situación y seguir con nuestro movimiento. Eso es lo que se tiene que hacer en este caso. Tenemos que ser más inteligentes nosotros. Claro, los poderosos obedeciendo órdenes de los dueños del mundo que son más poderosos, tienen todo un programa mundial a su favor. Entonces ahí se valen de todo, absolutamente de todo para salirse con lo que ellos quieren, lograr lo que ellos quieren. Enajenación al cien al pueblo, hay mucha enajenación, pero hay también un número importantísimo de gente que no se ha dejado enajenar y eso es lo importante y es lo que tenemos que estar al pendiente, y que no se vaya a perder eso, que no nos vayan a enajenar también a nosotros.

Desgraciadamente hay muchas personas, compañeros que se han identificado como de izquierda pero que siguen los dictados del capitalismo. Sin darse cuenta, no lo hacen de mala fe. Sin darse cuenta están cayendo en la trampa. Entonces eso es lo que debemos de cuidar nosotros y cuidar que la gente no caiga en esa trampa. Hay programas que aparentemente están a favor de un sector y le ponen todo a favor de ese sector, pero en contra de otro sector. Aparentemente ellos están haciendo el bien por un sector, pero lo que están haciendo en realidad es poniendo en contra a un sector con otro para que nos olvidemos de la lucha. Divide y vencerás. De todo eso tenemos que estar al pendiente y seguir adelante.

¿Sigue siendo válida en esta situación mundial la lucha por el socialismo?

Claro, es que tenemos que seguir luchando por el socialismo. Si los dueños del mundo ganan y derrotan al cien por ciento al socialismo, bueno, pues ni modo. Que parece que por ay van, por ay van, ni modo, Pero nosotros, hasta el último momento seguir luchando por el socialismo. En Durango, una joven periodista me entrevistó y cuando tocamos el tema de que nosotros luchábamos para derrocar al sistema capitalista para instaurar un sistema socialista económico político, la muchacha me dijo: “oiga, pero el socialismo ya no existe”. Precisamente por la caída de la URSS. Le dije: “no, espéreme, sí existe. Ahí está Cuba, que hasta ahorita sigue firme. De aquí para adelante yo no sé lo que vaya a pasar, pero hasta ahorita sigue firme. Entonces tenemos que seguir firmes, tenemos que seguir luchando por el socialismo. Es más, hay compañeros que dicen: “el socialismo es lo único que nos salva del imperialismo”. Y lo he visto recientemente, que alguien por ahí lo dijo y lo siguen promoviendo, ¿no?

Hablando de esos engaños de las izquierdas supuestas que a veces surgen.

¿Qué piensa usted de la 4T y de todo ese movimiento?

Híjole. En 2019, cuando nos dieron el reconocimiento, el Premio Nacional Carlos Montemayor, me entrevistaron y me hicieron esa pregunta: “¿Qué opina usted de cómo está gobernando el señor López Obrador?”, esto y lo otro. Bueno, yo digo que el señor López Obrador es una persona con buenas intenciones, es una buena persona. Desgraciadamente está gobernando dentro del mismo sistema capitalista. Es ese el gran problema. Ahora, muchos de los compas de izquierda confunden. Hablan de democracia proletaria. Le llaman democracia proletaria a la actual. No, es democracia burguesa. La democracia proletaria es muy diferente. ¿Qué es lo que quiero decir? Que Morena puede durar dos sexenios, o a lo mejor le dan chance y dura tres. Pero valiéndose de esa democracia, los priístas, panistas y compañía se van a aventar con todo y van a decir: “no, es que tienes que respetar a la democracia. Ya tuviste doce años, ahora vamos nosotros”. Y con más fuerza, desde luego. Así lo hicieron con Acción Nacional, que fue lo mismo o peor: “Pérate tantito, ya tuviste tus doce años, ahora seguimos nosotros”. Siguió el PRI, pero, ¿cómo vinieron? Más voraces, más hambrientos

¿De alguna forma el gobierno de la 4T le hace un favor al capitalismo al aplacar las movilizaciones?, ¿al legitimar una supuesta democracia que no existía?, ¿finalmente al regresar a la cara del viejo PRI?

Pues definitivamente sí. Está dentro del mismo sistema capitalista. La diferencia es que no me puedo poner en contra de López Obrador porque entonces estaría favoreciendo al PRI y al PAN. Tengo que seguir, y además agradecerle ciertas cosas que ha hecho por ahí, reformas que los otros jamás. Por ejemplo, esto que vemos ahorita. Antes trataban de minimizar, trataban de ocultar todo lo que tuviera que ver con el movimiento revolucionario armado. Ahora con esto, pues nos dan oportunidad de salir un poco, y de seguir adelante y echarle ganas.

Como que desmoviliza estar esperando migajas de allá arriba, ¿no?

Desgraciadamente así es. Es lo que mencionaba hace un momento: compañeros de izquierda que: “no, todo está bien, está perfecto, vámonos, y arriba y adelante” (ríe).

A nivel mundial hay un control más centralizado de la información, ya te vigilan a través de los celulares, la computadora, correos electrónicos, todo está intervenido. ¿Esta intervención y este control descartan o niegan ya la posibilidad de una organización más clandestina, más cerrada? ¿O todavía es posible?

Depende de los participantes en X organización, depende, porque si nos cuidamos, si dejamos a un ladito el celular, si dejamos a un ladito la computadora… Aunque de vez en cuando tengamos que revisar, porque ahí nos damos cuenta de muchas cosas, ¿no? Pero si tenemos la capacidad y la inteligencia para medio bloquear ese control que ellos ejercen, pues hay que hacerlo y hay que seguir adelante, definitivamente es cierto.

¿No habrá un control total nunca?

No. Si nosotros nos dejamos claro que sí. Pero no debemos permitirlo. Tenemos que actuar con mucha inteligencia. Mientras no se dé la lucha armada y sigamos como vamos ahorita, tenemos que actuar con mucha inteligencia. Hace tiempo decía yo que ha estado haciendo falta en todo México una organización de izquierda revolucionaria auténtica. Entonces, pues es lo que estamos platicando ahorita, ¿no? Entonces adelante, vámonos, hay que seguirle.

¿Y qué piensa usted de estas nuevas generaciones de jóvenes en movimientos sociales? Uno piensa que las ideas ya se van quedando rezagadas y sin embargo hay jóvenes que se van incorporando. ¿Qué piensa usted de esto?

Hay una enajenación tremenda en la juventud, al menos en México, en los Estados Unidos, en los países más conocidos por nosotros. Pero afortunadamente no todos los jóvenes caen en eso. Por ejemplo, con el futbol, la juventud enajenada. Está bien, ok, es un deporte y hay que verlo, pero no hay que enajenarse. No hay que dejarse controlar de esa manera, porque ya es un control tremendo. Y así como el futbol, utilizan muchas otras cosas para enajenar, sobre todo a las nuevas generaciones, a la juventud. Entonces, mientras haya una parte de esos jóvenes que no estén completamente enajenados, ay la llevamos, porque, ¡ah carajo!, sacan cualquier moda ridícula… Y la mayoría de la gente, jóvenes y no tan jóvenes, caen en ello. Veo yo -y me da un poco de tristeza- señores adultos, grandes, con aretes, con molotitos. Qué pasó, ¿no? Son modas que nos están imponiendo. En último caso no le pasa nada a un hombre por ponerse aretes, pero ahí nos están demostrando que cayeron en la trampa. Entonces, definitivamente, mientras haya jóvenes que piensen diferente y no se dejen engañar, ay la llevamos y hay que estar muy atentos a que siga el movimiento.

Si usted pudiera corregir errores dentro de toda esta lucha que ha llevado adelante, ¿cuáles corregiría?

Principalmente hacer conciencia en la sociedad, en la juventud y en los adultos también, en la gente como nosotros, que desgraciadamente se está dejando llevar por ciertas cosas. Definitivamente hacer conciencia con esta gente, seguir con lo nuestro, para ir creciendo nosotros, pues. A mí me dan mucho gusto estos eventos que vi, porque fueron totalmente diferentes a años pasados. Y en todos los eventos, mucha gente. O sea, que cada vez tenemos más gente a nuestro favor. Eso es lo que tenemos que cuidar.

Bueno, yo le preguntaba errores dentro de la lucha armada. Se cometieron errores. ¿Usted qué errores hubiera corregido de haber podido? Errores de táctica, de estrategia, no los que estuvieron fuera de sus manos.

Bueno. Arturo Gámiz en uno de los encuentros estudiantiles en la sierra propuso la creación de clubes de la juventud trabajadora. En Nuevo Casas Grandes formamos un club. Ahí fue donde nosotros nos dimos cuenta de la cuestión revolucionaria. Ahí me di cuenta yo de personajes que ni me imaginaba. Me di cuenta de revoluciones, por ejemplo, la cubana, la vietnamita, la revolución china, la revolución soviética, en fin. Entonces, yo propuse también ya hace algo que esa podría ser una de las formas de seguir adelante: crear comités, ya no vamos a decir clubs de la juventud trabajadora, pero comités que recluten juventud y que vayan haciendo conciencia con ellos; pero mi propuesta nadie la escuchó. Yo la tengo escrita, ahí está en los libros que tengo. Arturo visualizó eso, pero no se cumplió. Uno de los errores nuestros fue que no se llevó a la práctica. Aun así, se formó una red urbana. Y yo, con mi salida de Madera el 23 de septiembre, y mi salida del estado de Chihuahua, compruebo que sí había una red urbana. ¿Por qué? Porque yo caminé, caminé herido, no sé, seis u ocho días, perdí la cuenta. Andaba por la sierra, me guiaba únicamente por la salida del sol y seguía mi camino, hasta que llegué al Presón del Toro. ¿Cómo llegué ahí? Porque iba yo caminando y empecé a oír ladrar perros. Dije: “por aquí tiene que haber una ranchería, tiene que haber gente”. Entonces ya me orienté y fui y sí efectivamente llegué al Presón del Toro. Ahí pedí ayuda. El primer campesino con el que tuve contacto dijo: “sí claro, cómo no, aquí lo ayudamos”. Me dieron toda la ayuda que pudieron, me hicieron la primera curación. Luego, les dije que tenía que irme porque nosotros teníamos un reglamento que para nosotros era verbal, pero uno de los puntos de ese reglamento era no permanecer más de dos días en un lugar. ¿Por qué? Por seguridad propia y por seguridad de las personas. “No, espérate hasta que ya estés mejor” No, no puedo, por esto y esto. “Ah bueno, ok”. Y ya ellos me orientaron y llegué a Ignacio Zaragoza. Ahí llegué a la casa de un tío mío. Él me llevó con el doctor Raúl Peña Garibay, quien me hizo otra curación, no a fondo, pero lo que pudo él lo hizo. Ok, y lo mismo. A los dos días “me tengo que retirar”, “No, espérate”, “No, tengo que irme, por esto”, no pues entendía. Además, la vigilancia en todo Chihuahua estaba tremenda. De ahí me fui al ejido Los Pinos a pie. Del ejido Los Pinos bajé y llegué hasta Galeana. Ahí sí ya pedí aventón. Y ahí un señor ya mayor me dio aventón. Ya no se me notaba tanto el problema. Llegué a Casas Grandes y el doctor Julio Muñoz me hizo otra curación más a fondo. Y el doctor Julio me sacó, porque no hubo quién me pudiera sacar de Casas Grandes. Me echó a su carro, y ¡vámonos! Me llevó al Valle de San Buenaventura con el doctor Ramiro Burciaga. Y de ahí sí ya me dieron una ayuda económica, y “que te vaya bien, cuídate mucho”. Ahí abordé un autobús, y vámonos. Llegué a Salaices, Chihuahua y ahí José Luis Aguayo Álvarez, que era el presidente de la asociación de alumnos, y algunos de ellos, me dijeron que “en México buscas a fulano de tal”, y no, pues sí. Entonces, con esto estoy demostrando yo que existía una red urbana a la que perteneció Oscar González, un activista de los principales en esa red urbana.

¿Y usted sí piensa que hubo una delación de parte del capitán Barajas?

Sí, definitivamente sí la hubo, está comprobado. Yo me fui a Chihuahua porque andábamos escasos de dinero, me fui cuando estábamos en el entrenamiento. Y en Chihuahua busqué al doctor Gómez, platiqué con él, le dije la situación en la que nos encontrábamos. “No se preocupe”, me dijo, “ya vamos nosotros también para allá, ya la situación va a cambiar un poco”. Pero ya se había hecho la mayor parte del entrenamiento. Por ahí en alguna parte, allá en el DF, no recuerdo bien, el mismo doctor me dice: “tenemos que hacer contacto con un capitán, con un militar retirado. Ah, bueno, pues se hizo el contacto. Llevó a este señor con nosotros al grupo y al poco tiempo empezamos a desconfiar de él, porque el entrenamiento que nos dio en el DF era más endeble que el que nosotros habíamos hecho por nuestra cuenta. Nosotros hacíamos prácticas de campamento, prácticas de tiro al blanco, de desarme, en fin. Y bueno, pues también seguíamos en la cuestión ideológica, que era muy importante. Entonces llegó este señor, el capitán y empezamos a desconfiar de él. Creo que se desapareció un croquis que había hecho Gámiz; pues la desconfianza fue mayor. Entonces Arturo y Salomón dijeron: “no, ay que darle agilidad a esto”. Y bueno, salimos en diferentes grupos para no llamar la atención, pues. Y uno de los grupos era el de Salvador Gaytán y Juan Antonio Gaytán, que iban a subir a la sierra y bajar armas que se habían quedado allá. Llegando a Chihuahua enviaron a otro grupo a que entrara a Ciudad Madera a ver qué podrían investigar, cómo estaban las cosas, cuántos soldados había, en fin. Y esos dos grupos y nosotros, trece que salimos de Chihuahua para acá para la sierra, teníamos que hacer contacto en cierto lugar que habían acordado ellos, pero no llegaron. Los que entraron a Ciudad Madera se regresaron y se fueron hasta Chihuahua. Y Salvador y Juan Antonio dijeron que no habían podido cruzar el río, ok.

¿Y este tren que entra cuando está el ataque al cuartel fue parte de la delación?

Yo digo que sí. La versión de Ramón Mendoza era diferente. Yo digo que sí, porque cuando a Rafael Martínez Valdivia y a mí nos dieron la consigna de someter al velador de la Casa Redonda, amarrarlo para que no fuera a avisar, no estaba. Entonces, de repente una máquina prende las luces y echa a andar, aluza la línea donde estaba Arturo, Salomón y Ramón, y bueno, eso les favoreció al cien por ciento a los soldados. Pero Ramón Mendoza dice que no, que los mismos maquinistas le hicieron señas. Pero el daño lo hizo la máquina. Había la consigna de “órale, háganlo” y así se hizo.

El capitalismo ha llegado a un punto en que ya el planeta está demasiado contaminado, existe el peligro de la guerra nuclear, devastado ya. ¿Hay esperanzas de un rescate planetario desde una lucha socialista? O nos limitamos a pequeñas resistencias regionales, locales…

Por lo menos tenemos que pensar en esas resistencias mientras vemos hasta donde llegamos, hasta donde podemos avanzar. Todavía, creo yo, estamos a tiempo. Si la población mayoritaria, la clase baja abriéramos los ojos en serio, estamos todavía a tiempo de salvar la situación. Pero si no lo hacemos, quién sabe a dónde llegue el mundo. Claro que los poderosos tienen todo a su favor. Tal vez tengan asegurado que ellos van a seguir. Entonces la humanidad continuará después. El mundo, la tierra, tiene capacidad para auto-sanarse. Todo el daño que se le está haciendo, la tierra tiene todavía capacidad de sanar. La humanidad va a seguir después, pero la gran mayoría vamos a quedar ahí si no abrimos los ojos a tiempo, si no actuamos a tiempo.