En memoria de Don Pablo González Casanova

En memoria de “Don Pablo”, desde donde nos tocó conocerlo, en su cotidianidad, y fuera de cualquier tipo de reflectores:

Después de inaugurada la Casa del Dr. Margil, A.C. aproximadamente en el año 2004, se invitaron a varias personalidades a visitar La Casa de Todas y Todos. Ahí llegó don Pablo. Habló con los invitados y conoció las instalaciones y su historia.

Dos compañeros que tuvieron la oportunidad de conocerlo en diferentes momentos, nos mandan los recuerdos que don Pablo les dejó. Ambos testimonios reflejan al maestro, al ser humano coherente con sus pensamientos. El primero tuvo oportunidad de conocerlo personalmente estando preso. Don Pablo fue a visitarlos a sabiendas que estaban injustamente detenidos. El segundo compañero, lo conoció en la huelga estudiantil de la UNAM hace 24 años. Nos narra sobre su solidaridad y firmeza en los momentos difíciles de la lucha que libraban. Los compartimos porque nos muestran lo que el mismo don Pablo afirmaba: “El verdadero profesor es aquel que sigue estudiando, y el verdadero estudiante es aquel que aprende a enseñar”. “La Universidad necesaria en el siglo XXI.”

Testimonio I

Quien era Pablo?: En realidad nadie lo sabe, cada uno de los que conocimos a Pablo lo conocimos en un contexto diferente y por lo tanto para cada uno de nosotros, Pablo era uno en un lado y otro en otro, pero el común denominador entre todos los contextos es ese donde se evidencia al luchador social.

Pero seguramente, Pablo no era solo el académico universitario que muchos elogian, el académico brillante, el creador de los colegios de humanidades, el doctorado honoris causa, el rector inquebrantable, el que rechazo el sueldo vitalicio…

A nosotros, a muchos de nosotros, nos importa su pensamiento revolucionario: sí, revolucionario, porque no cualquiera se atreve a solidarizarse con un pueblo revolucionario como el cubano, en las narices de los gringos. No cualquiera se atreve a impulsar a los jóvenes universitarios a defender la huelga y su derecho a ella, a pesar de las amenazas y descalificaciones universitarias. No cualquiera llega a un reclusorio a compartir con los presos la experiencia de ser parte de una mesa de dialogo donde ingenuamente se intentaba discutir y diseñar el futuro de la patria (a raíz de un levantamiento armado).

No cualquiera, sobre todo, cuando ese no cualquiera, es conocido públicamente y se atreve a decir lo que dice con la claridad con la que lo dice. Sobre todo, cuando ese no cualquiera levanta la voz a quien pretendiéndose superior intenta con su jerarquía humillar y socavar a quienes tiene a su alrededor.

En fin. Don Pablo era muchos, en muchos contextos. Pero era uno solo cuando se trataba de su compromiso social, cuando se trataba de su convicción revolucionaria.

Acá lo recordamos yendo a vernos a la cárcel y luego apoyando la huelga universitaria contra el sistema financiero universitario.

Que cada quien lo vea como lo quiera ver, que cada quien hable de él según donde lo encontró y lo que hizo (o no hizo) a su lado.

Testimonio II

Mi recuerdo de “Don Pablo”.

Pablo González Casanova, nombrado don Pablo cariñosa y respetuosamente, fue profesor-investigador, sociólogo, historiador, activista, nuestro maestro en toda su extensión. Ser de grandes convicciones, íntegro, con alta moral y ética, siempre estuvo a lado de las causas sociales, apoyó a los movimientos sociales, estudiantiles como el de la UNAM en 1999 con su mirada y palabra crítica, pero del lado de los jóvenes que luchaban en defensa de la educación pública, laica y gratuita. Durante los nueve meses del conflicto universitario, González Casanova se solidarizó con los estudiantes, ante las diversas represiones que sufrieron éstos durante los nueve meses en huelga, siendo la más notoria, el 6 de febrero con la entrada de la Policía Federal Preventiva (PFP) al campus universitario, en donde rechazó rotundamente la represión ejercida hacia los estudiantes. Con gran sensibilidad defendía la libertad de expresión y participación política de los jóvenes y su derecho a disentir.

Fue constante su posicionamiento solidario en favor de las luchas estudiantiles, magisteriales, normalistas, así como de todas aquellas movilizaciones en donde participaban los estudiantes y los jóvenes de este país. Sin juicio, pero sí con comprensión, decía lo que pensaba. Tenía muy clara la importancia de la educación en el pueblo; su quehacer educativo y cultural, siempre con una postura crítica al sistema capitalista. Desde la academia, a la que trascendió participando en las luchas del pueblo mexicano, es decir, en un vaivén entre cubículos universitarios, oficina o estudios citadinos y los caminos, suelos y cielos en el campo y la ciudad, con pueblos originarios u obreros sindicalistas, maestros, estudiantes. Fue pues un universitario comprometido con nuestro país y con la humanidad. Orientó su acción política por sus principios y su reflexión teórica.