Editorial noviembre

México 2020: noviembre,  mes de vida y muerte

La  cultura  mexicana mezcla los saberes de nuestros antepasados, sus mitologías, sus valores simbólicos,   con nuestras actuales prioridades  como pueblo libre y soberano, que busca la felicidad a pesar de vivir en un sistema desigual e inequitativo en un mundo rapaz e inculto, que no dudamos en combatir; hoy vamos a recordar y celebrar nuestra tradición cultural con la vida de nuestros compañeros que nacieron para no morir, y el sufrimiento nacional,  por los cientos de miles de mexicanos que han perdido la vida en las luchas intestinas por la avaricia y el  poder, todo eso adicionado con los miles de muertes por la pandemia que si bien nos muestra que no somos los humanos nada todavía,  debemos enfrentarla y  procurar el menor sufrimiento global, recordemos entonces, porque recordar es vivir.

El “Xantolo” (en Huasteco) o “Hanal Pixán” (en Maya), el culto a la vida después de la muerte, que nació hace ya miles de años, es una tradición que celebramos los mexicanos, es una fiesta que compartimos vivos y muertos, pues nos da alegría recibir a nuestros antepasados y así convivir con ellos. La tradición indica colocar  en un altar especial a nuestros seres queridos más cercanos,  e incluso a nuestros héroes patrios, artistas, o  deportistas destacados que nos traen buenos recuerdos, es una creencia simbólica que nos identifica como hermanos, todos somos hijos de la misma madre tierra: México.

En la historia Patria,  el mes de noviembre presenta fechas especiales que nosotros celebramos con orgullo, pues son hitos históricos de nuestras luchas como pueblo,  por ser libres, acabar con las dictaduras, repartir la riqueza que solo da el trabajo humano en colectivo.  Recordamos la gran lucha revolucionaria de 1910, que se inició en noviembre, y el proceso que le da continuidad  el 17 de noviembre de 1983 para rescatar para nuestro pueblo la lucha que se había traicionado, y que protagonizaron nuestros compañeros, entre todos ellos,  destacan dos,  que nacieron en noviembre para no morir,  los compañeros ALFONSO y GABRIEL  sacrificados por las balas pro imperialistas. Aquí va nuestro respeto:

ALFONSO: Representa a la juventud, rebelde e insumisa que vio cómo se masacraba al pueblo en especial a los estudiantes en 1968, y escogió un 6 de agosto de 1969 participar hasta la muerte si era preciso en una lucha que se sabía desigual, pero debía de darse.  Es uno de aquellos fundadores de las Fuerzas de Liberación Nacional,  que con el paso de los años, integró el primer núcleo de compañeros que se preparaba para la lucha en la selva, sabemos que ellos al ser descubiertos, lucharon contra los soldados y en seguida fueron a desalojar a los agentes norteamericanos que tenían un campamento para entrenamientos de sobrevivencia en la misma selva, lo cual hicieron.  Después todo es confuso, existen evidencias de que fue detenido, fotografiado y posteriormente asesinado junto a otros miles de  luchadores de aquella época, por eso lo buscamos dentro de una lista de compañeros desaparecidos políticos, que hemos llamado “La lista de Ocosingo” ¡Vivos los llevaron!, ¡Vivos los queremos!.

GABRIEL: En 1976 nuestro compañero Responsable Alfredo,  escribió desde la selva la siguiente elegía, misma que aparece en nuestro libro “Dignificar la Historia II. Las Fuerzas de Liberación Nacional y los combates por la memoria (1974-1977) en la página 101.

COMUNICADO CONFIDENCIAL A TODOS LOS MILITANTES DE LAS

FUERZAS DE LIBERACIÓN NACIONAL

            Recuerdo del compañero Alberto Anselmo Ríos Ríos, Gabriel.

De origen humilde, encausó su vocación a la enseñanza, llegando a titularse de maestro normalista, y en ese campo laboraba al frente de un grupo de alumnos de enseñanza primaria.  Había iniciado, también, estudios de antropología.

Abandonó  ambas actividades cuando nuestra organización requirió sus esfuerzos en forma íntegra.  Gabriel, como era conocido entre los compañeros de la organización, militó como profesional durante poco tiempo: las balas enemigas guiadas por la traición segaron la brillante trayectoria de su actividad revolucionaria; más no impidieron que nos legara el ejemplo que emana de la responsabilidad de sus actos y de su serenidad y heroísmo ante la muerte. Participó en los sucesos de 1968 en México, y ahí entendió que sólo respondiendo con la violencia revolucionaria a la violencia reaccionaria del gobierno opresor, podían nuestros pueblos sacudir el yugo, deshaciéndose de sus opresores, y emerger hacia formas superiores de desarrollo de la sociedad.

Desde sus primeros contactos con nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, manifestó su deseo de participar con toda su capacidad, tiempo y esfuerzo, al desarrollo de la organización y durante su militancia urbana, desarrollada sin contratiempos, titubeos, dudas, demostró que hacía coincidir sus pensamientos con sus hechos, demostró que, como aquel genial titán “la mejor manera de decir, es hacer”.

Así, después de realizar importantes trabajos en la ciudad, Gabriel se integra en marzo de 1973, no por seguridad, sino por merecimientos de su labor, como cuadro profesional de la organización.

  Así será tu simple  

y complicada historia, Patria,

un galope vital hacia el futuro,

que será tu pueblo

con su aurora

de milpa y de paloma.

Así es tu vida, Gabriel, luminoso caudal que conduce al futuro de tu Patria; así es tu muerte, vibrante compañero, que señala la alta cuota que la revolución impone; así es tu ejemplo, inolvidable camarada, que guía permanente y firme, puro y consecuente, por el sendero  abierto, a nuestros pueblos.

La noble actitud revolucionaria de Gabriel, constante, permitió que lograse su educación de revolucionario, formándose diariamente como tal, preparándose para ser un buen cuadro técnico y político, estudiando con método y sistema, fogueándose en el trabajo cotidiano, activando sus iniciativas, cumpliendo a cabalidad para llegar a forjarse el esqueleto del hombre nuevo, para llegar a portar con dignidad y silencio, el nombre de revolucionario.  Encontró, al través de sus estudios de marxismo, los  motivos y razones para luchar, con optimismo y decisión, por esta revolución que habrá de llevarnos toda la vida, pero que, lejos de consumirla, la consumará; aprendió que la lucha revolucionaria de los pueblos, se guía por métodos y caminos científicos, que el triunfo de la revolución es cierto y que no son casualidades, héroes individuales o accidentes históricos los que llevarán  a nuestro pueblo a la victoria.

Hoy celebramos el 27 aniversario de su natalicio: no conocen aún nuestros pueblos lo perdido, pero habrán de conocerlo, y cuando lo hagan, sépalo y tema el opresor,  pues los humildes del mundo habrán de cobrarle sus arteros actos canallescos.

VIVIR POR LA PATRIA O MORIR POR LA LIBERTAD

Fuerzas de Liberación Nacional

21 de noviembre de 1976

Altar de muertos en la Casa de Todas y Todos, Monterrey, NL, Noviembre 2020

Altar en Casa de Todas y Todos, noviembre 2020. Dedicado a la entrañable compañera Kari Zuviri y a todas y todos los militantes caídos de las FLN y en especial para al siempre compañero Frank o “Pancho”.
Altar en Casa de Todas y Todos, noviembre 2020. Dedicado a la entrañable compañera Kari Zuviri y a todas y todos los militantes caídos de las FLN y en especial para al siempre compañero Frank o “Pancho”.

Hoy  hemos cumplido con nuestra promesa como hermanos de lucha,  de recordar a nuestros compañeros, a nuestras tradiciones culturales y a refrendar así a nuestro  pueblo el juramento de…

¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.