Para nuestra larga historia, el más corto de los meses ha vestido con el frío de sus días más de una ruptura; y tiene para nosotras un significado hondo y severo. Mes de nombres que duelen, por pertenecer a compañeras, compañeros, que nos fueron arrancados y desaparecidos por el Estado Mexicano: César, Murcia, Alfonso, Héctor, Ricardo, Fidelino; de topónimos como Nepantla, donde cayeron Salvador, Manuel, Dení, Sol, Gabriel; o Cárdenas, donde Aurora y Gonzalo fueron ultimados por las armas del ejército federal.
En cada caso, un ejemplo del deber revolucionario llevado a sus últimas consecuencias. Al igual que el General Vicente Guerrero, asesinado un catorce de febrero, nuestras compañeras y compañeros vivieron por la patria y murieron por la libertad.
En cada caso, sin importar lo profundo de la herida, hemos aprendido a curar, cuidar y remontar. Este camino, por más que lo llamemos nuestro, pertenece al pueblo por la convicción de quienes lo han andado; y ha sido en el pueblo trabajador del campo y la ciudad – en las maestras, estudiantes, obreras, campesinos, profesionistas, empleados y un largo etcétera- donde esa misma convicción halla siempre nuevas manos, plantas frescas para seguir andando; horadando a través de si mismo, por la convicción de ser libre, el pueblo nuestro hallará seguramente una nueva voz, dispuesta a decir las verdades necesarias en estos oscuros días en que la mentira gobierna.
Efemérides
Siempre hemos honrado la Memoria de los compañeros muertos y desaparecidos políticos que aún buscamos. También en febrero, aunque cada cuatro años, – y a propósito que 2016 es bisiesto-, el día 29 de febrero recordamos a nuestro Co. “Romeo”, en la fecha de su nacimiento. Con ese nombre lo recordamos pues así lo nombraban los compañeros que lo visitaban en los años 70’s.
De origen humilde, terminó sus estudios de medicina y tuvo el honor de pertenecer a una generación de jóvenes médicos profesionistas avecindados en Monterrey, Nuevo León, México, hicieron suyos los ideales de la izquierda NO conformista y pusieron sus conocimientos al servicio de su pueblo, en tiempos en los que el ascenso del nazi-fascismo en Europa desembocaría en la Segunda Guerra Mundial.
A esta generación pertenecieron: el Dr. Ángel Martínez, el Dr. Mateo A. Sáenz, – padre de nuestra compañera Murcia- el Dr. Salvador Martínez, el Dr. Piedra -Padre de Jesús Piedra, desaparecido político-, y muchos otros, que no dudaron en compartir las vicisitudes de la lucha política con los dirigentes obreros de esa época. Por ello se granjearon la agresión y el desprecio de los empresarios y de los gobiernos corruptos que todavía padecemos.
Para todos ellos nuestro recuerdo imperecedero. Por ellos y para nuestro pueblo existimos, suya es la idea y la forma de actuar de la Casa de todas y todos, ¡¡no nos rendiremos!!
Co. Romeo ¡¡Presente!!
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de todas y todos