*Corresponsalía de compañeros en Chihuahua.
Más de cien detenidos, 30 heridos y 15 personas intoxicadas con gas pimienta, fue el saldo que dejó la protesta realizada por más de 300 personas frente al Palacio de Gobierno de la Ciudad de Chihuahua el pasado miércoles 22 del presente.
Unos 200 agentes de las policías municipal y estatal impidieron el ingreso de los inconformes al inmueble, en su demanda de exigir la renuncia del gobernador César Duarte, acusado de corrupción y enriquecimiento ilícito. Los agentes arremetieron contra los inconformes y realizaron detenciones arbitrarias, administrando golpes y gases pimienta contra la multitud enardecida, que destruyó con palos y piedras parte del edificio en respuesta a la negativa de ingresar al inmueble, que fue bloqueado desde dentro por personal al servicio del Estado.
Los inconformes denunciaron que el gobernador utilizó personas infiltradas que atacaron el inmueble y provocaron la reacción de la policía para justificar la represión, método muy utilizado por los gobiernos priístas para contener la protesta social. Sin embargo, dicha provocación alentó en la multitud la violencia por el hartazgo contra la corrupción de la administración priísta.
La estrategia de infiltrar la protesta y culpar a “agentes externos” por la represión, se habría confirmado en las declaraciones del vocero de la Fiscalía General del Estado, que aseguró que entre los detenidos había 30 oaxaqueños y diez de otros estados del sur del país que llegaron en camiones para apoyar a los inconformes. Incluso menciona que a uno de los detenidos se le aseguró una arma de fuego calibre .380 marca Glock, por lo cual será investigada la participación de personas ajenas al conflicto.
La denuncia oficial difundida por los principales medios de comunicación aliados al gobierno, menciona tres patrullas dañadas, “de las cuales fueron sustraídas cuatro armas de fuego de alto poder, dos armas largas calibre .223 automáticas y dos pistolas calibre .9mm”. Se añaden 18 agentes policiacos heridos, pero nunca se habla de los ciudadanos lesionados durante la represión. Los detenidos son acusados por los delitos de daños al patrimonio histórico, lesiones, sedición y botín.
A lo largo del país se registran a diario protestas de distintos grupos sociales que han llegado a niveles de hartazgo contra el sistema de despojo y corrupción cínica con que actúan los gobernantes, protegidos por las leyes y al amparo de los cuerpos policiacos. Chihuahua sólo fue un botón de muestra del polvorín en que el mal gobierno ha convertido el país.
La violencia desatada por el Estado de todos los niveles a lo largo y ancho de la república, busca crear miedo entre quienes se atreven a desafiar la política de despojo y corrupción del sistema, que ha llegado a niveles inéditos en la historia nacional con la aplicación de las reformas estructurales.
En Chihuahua, el magisterio disidente denunció que durante la protesta contra Duarte, policías realizaron la detención arbitraria de cinco maestros, y hasta este jueves por la noche no sabían nada de su paradero.
“La policía persiguió a un grupo de estudiantes de la Normal Rural “Ricardo Flores Magón” de Saucillo, Chih., con el objetivo de detenerlas –cosa que no lograron-, además de golpear a una estudiante de aquella institución; un docente fue brutalmente golpeado por las hordas fascistas de César Horacio Duarte Jáquez -Gobernador Constitucional de Chihuahua-, todo ello por el simple hecho de desplegar una manta enfrente del Palacio de Gobierno y tomarse unas fotos al término de la marcha-mitin en repudio a los hechos que acontecieron en Nochixtlán, Oaxaca”.