El poder hegemónico transmite actualmente la idea de que sólo hay un camino para la humanidad: el del capital. Esta idea se refleja en múltiples aspectos de la vida y pareciera cubrirlo todo. La adquisición de vivienda, vendida como proyecto de vida y no como un derecho elemental; la explotación rentable o más aún, sustentable, de la tierra cada vez más distante del campesino como próxima de la agro-empresa; el acceso al trabajo mediado por una degradante competencia entre desposeídos; el ingreso a un sistema educativo supuestamente “reformado”, apuntando a un mañana de explotación y precariedad; la salud entendida como la compra de una mercancía más, que o se paga en abonos o resulta incosteable para el trabajador promedio; el consumo de alimentos, crecientemente atravesado por la industria en detrimento de la salud pública; el acceso a la información, creada por empresas y cuyo consumo está siempre mediado, en algún punto, por alguna forma pago a esos servicios; la cultura entendida como oferta del Estado para el divertimento de sus habitantes.
Así como es ofertada toda aspiración y vendido todo derecho, en el camino del capital sólo hay una forma de hacer política. Y esa forma de hacer política está atravesada por el procedimiento electoral, el cual se califica de ciudadano y democrático. Por más que luego de cada jornada electoral surjan sombras – o claras evidencias – acusando procesos fraudulentos que despojan de todo margen de decisión al electorado, en tanto una minoría deposite su voto “libre” en las urnas, de acuerdo a las voces oficiales la democracia se ha realizado.
Este mes de junio, en diversas entidades federativas de México, se volverá a montar este engaño donde una minoría hace-como-que elige a los políticos que invariablemente proseguirán la lógica del capital. Esa lógica que ha imposibilitado la paz en nuestra casa; que ha desmantelado nuestra frágil -y valiosa- independencia; que ha puesto en entredicho la posibilidad de una justicia real. Esa lógica que sustituye toda libertad con los elementos de la compraventa.
La “novedad” de la actual democracia mexicana es la apertura del juego electoral a individuos que se declaran a sí mismos como “independientes”. Pero su independencia es reducida a no pertenecer a algún partido político. Ante el desgaste de esta añeja figura organizativa en el marco de la opinión pública, el capital auspicia la elegibilidad de “ciudadanos” a cargos de responsabilidad pública. Cabe observar que esta apertura ha sido impulsada por sectores empresariales descontentos por la rapiña de los partidos políticos, más que por una movilización popular. De ahí que, hasta ahora, las candidaturas independientes tengan, en lo general, propuestas que no distan del espectro político institucional.
Un sector de la población considera que aún existen programas e ideologías en confrontación dentro del sistema político electoral. Esto es falso. Si es posible la rotación de partidos en los puestos de elección popular esto se debe a que, en unos y otros, la lógica del capital es el criterio imperante, por más que haya distintas tonalidades, acentos, colores y envolturas. Ejemplos de ello abundan en México y el mundo.
Cuando AMLO fue elegido para el puesto de jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, su ejercicio de gobierno cumplió con la lógica del capital. La vivienda se encareció con su bando 33; el centro histórico se entregó a la iniciativa privada.
En fecha reciente, el gobierno electo del socialista Hollande, en Francia, ha propuesto una reforma laboral que sólo favorece la lógica del capital. Enfrenta actualmente una encarnizada oposición sindical.
En Grecia, sumida en una profunda crisis producto de la lógica del capital, el pueblo eligió a Tsipras, ubicado – al igual que los anteriores – en una supuesta “izquierda” del espectro electoral. Una vez en el poder, y luego de un referéndum que arrojó un democrático NO!, ese gobierno aceptó el paquete de la Troika: la lógica del capital, sin restricciones.
Hoy resulta evidente que con el procedimiento electoral sólo se elige a quienes ejecutan un estado de excepción como regla. Eso que nos ofrecen como democracia es sólo la envoltura de la dictadura del capital.
Efemérides
En el mes de junio, el pueblo de México hace un alto en su lucha para recordar, no sólo lo genocida del sistema político para la juventud; para nunca olvidar a los estudiantes masacrados el Jueves de Corpus de 1971 y repetir todas y todos “10 de junio no se olvida”, tal y como aparecía en los muros clandestinamente, para burlar la represión y la muerte.
En la Casa de todas y todos, tenemos, además, el deber de recordar a nuestros compañeros muertos y desaparecidos en la lucha. Junio es el mes de nacimiento de nuestro compañero Manolo o “Placa Chica”, como le decíamos de cariño. Fue fundador de nuestra organización Madre, las F.L.N., a la cual, por “decreto”, han querido dar por liquidada más de una vez. De Manolo sabemos que fue ingeniero y maestro universitario, que abandonó todo para integrarse a la lucha armada y que llegó a ser el responsable de las casas de Reclutas. Nuestro compañero, cumpliendo con su deber, estaba en la casa de Nepantla, cuando fue asaltada por el ejército, guiados por la traición. Logró poner a salvo a 2 compañeros cuando fue herido y rematado ante los ojos del delator con ésta frase: “éste está herido, vamos a darle su medicina”. En nuestro cuaderno de trabajo “Dignificar la Historia II”, en preparación, daremos a conocer los comunicados escritos sobre él, siempre con respeto.
En junio recordamos también el nacimiento de “la compañera Ruth”, que representa a la juventud rebelde que no se rindió ante la represión de la época. Ella, taquimecanógrafa de profesión, ingresó a nuestras filas en los peores años de persecución política. Sabían que existíamos y nos buscaban. Ella militó bajo las órdenes de la compañera Lucha en la casa de seguridad que le asignaron y fue cumpliendo con las pequeñas tareas, esas que forman conciencia y para las cuales no hay substituto: sólo el trabajo revolucionario genera conciencia revolucionaria. Así, poco a poco fue asumiendo mayores responsabilidades y llegó a dirigir el secretariado ejecutivo del Buró Político. También sobre ella existen documentos históricos que daremos a conocer en próximas fechas.
Hoy es nuestro deber de compañeros repetir:
¡¡¡10 de junio no se olvida!!!
Compañeros Manolo y Ruth….. ¡¡¡Presentes!!!
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de todas y todos