Posted On 1 junio, 2015 By In Editorial With 3587 Views

Junio: ¿Votar o no votar? – ¡A organizarnos!

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Nos acercamos a una vuelta más en el lamentable ciclo del engaño, al que algunos aún se atreven a llamar ejercicio democrático. Se abren nuevamente las urnas para la elección de gobernantes y legisladores, como si un cambio de nombres, colores e insignias pudieran cubrir las demandas actuales del pueblo, que reclaman el cambio del sistema entero, ahí donde se movilizan, ahí donde se organizan.

En 1987, La Verdad, una publicación de una organización intermedia de las FLN decía:

“Comenzará eso que tampoco es nuevo para ninguno de nosotros, el despilfarro de cantidades exorbitantes de dinero – en estos tan difíciles tiempos de crisis – en las campañas electorales; comenzaremos a ser bombardeados con promesas que jamás serán cumplidas, con mares de propaganda electoral, con engaños y demagogia. Nuestros árboles, cerros, rocas, bardas, postes, nuevamente sufrirán los brochazos de los partidos.

El objetivo: el ganar, amarrar comprar o forzar el voto popular, para de esta manera darle legitimidad a este sistema capitalista de explotación que ha perdido y que mucho dependerá de los trabajadores, de los sectores explotados de nuestra sociedad, en una palabra, de todos nosotros, que jamás se vuelva a recuperar.”

Luego de ese proceso electoral, marcado por un fraude evidente, entraron de lleno las reformas que, veintisiete años después, han transformado a nuestra patria en un páramo, doloroso escenario de guerra contra el pueblo. Fuera de ello, no mucho ha cambiado en el “ejercicio democrático”- sigue el despilfarro, sigue el engaño.

Sabemos hoy, al igual que entonces, que todos los candidatos – sin importar su filiación – tendrán la misma labor como funcionarios electos: asegurar la continuidad de la decadencia sistémica en nuestro país. Favorecer el despojo de tierras y recursos a intereses extranjeros, privatizar bienes públicos, instrumentalizar el desempleo, disminuir el poder adquisitivo, anular de derechos colectivos, y sobre todo, prohibir o disuadir la manifestación política, ahí donde el pueblo se encuentra consigo mismo, donde se moviliza, se discute y se organiza.

Decía ese mismo cuadernillo del ’87:


“Siempre, pero con mayor razón en estos tiempos de profundización de la crisis económica y política, para el Estado burgués mexicano, el voto es de capital importancia, ya que le permitirá proclamarse ante el país y ante el mundo entero como el legítimo representante de los intereses de la nación. Pero a los trabajadores del campo y de la ciudad, la burguesía y su representante el Estado – incluyendo al gobierno – ya no nos deben tomar desprevenidos. No podemos, NO DEBEMOS VOTAR. No debemos emitir un voto que justifica nuestra explotación.”

Muchas circunstancias han cambiado desde 1987; pero las ruedas del capitalismo siguen lacerando nuestra tierra, y los peligros de su avance son hoy más críticos. Por ello el llamado de Nuestra Propuesta a todas y todos, pueblos que somos, a enfrentar el verdadero dilema, hoy como desde hace 28 años, ¡Organizarnos!

Grupo Editorial de la Casa de todas y todos.

Fuente de las citas y el cartón político:
-Suplemento No. 5, La Verdad: ¿A quién benefician realmente las elecciones?, 1987.

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