Posted On 1 octubre, 2020 By In Editorial With 1413 Views

Editorial Octubre, 2020

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Octubre, mes de recuerdos que derivan en enseñanzas

Octubre inicia sus enseñanzas con el recuerdo de nuestra compañera Aurora y su ejemplo de no dejarse atrapar por los militares del Ejército mexicano que la intimaban a rendirse.  Enseguida, la fecha que “No se Olvida”, el 2 de octubre, donde cientos de estudiantes y trabajadores inermes fueron asesinados por el crimen de estado perpetrado por el canalla Gustavo Díaz Ordaz y su tristemente célebre Secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez. La compañera Aurora y la generación a la que perteneció nos enseñan que pese a lo difícil que se miren las circunstancias, no hay que dejar de indignarnos ante las injusticias, ante la mentira; que luchar es posible estando organizados. Tan tenían razón que ahora, a 52 años de los tristes acontecimientos que sumaron cientos de muertes, el 2 de octubre es considerado crimen de estado y es fecha de luto nacional. La verdad les dio la razón.

Para el día 8, el “Che” también nos enseña, con su ejemplar lucha antimperialista, que se pueden lograr  cambios revolucionarios cuando un pueblo organizado decide el rumbo de su historia. Nuestro compañero Cesar (Manuel, Pedro), cumple 78 años el día 23, y está en calidad de desaparecido político.  Nos dejó cúmulos de enseñanzas y lo más importante… nos mostró el camino para andarlo en compañía de todos aquellos que quieran caminar organizados, y busquen un país más justo. Por último, nuestro compañero Subcomandante Pedro (Pedrín), cumplía años el 26 de octubre y con su muerte, nos enseña que ante la decisión de lucha de un pueblo, no hay ejército, ni policía, ni guardia que lo detenga, si su lucha es verdadera.

Con motivo del cumpleaños de nuestro compañero Cesar, transcribimos una carta del compañero Alfredo a Romeo, escrita desde las montañas de la Selva Lacandona en enero-febrero de 1977 al padre del compañero Manuel, donde narra las enseñanzas que dejó de herencia, no a una persona física, sino a un ente colectivo, congruente con la lucha que sus fundadores iniciaron, que creció con sus enseñanzas y que no ha parado en sus esfuerzos para alcanzar sus metas de lucha antimperialista.

Aquí el escrito…

“Don R….

A toda la familia ¡Salud!

Imposibilitado de hacerlo por ningún otro medio, lo saludamos con estas breves líneas, esperando que los “achaques propios de su juventud” no se hayan agudizado por ahora. Cúmplanse ya dos años de los sucesos que trajeron a nuestra Organización algunas dificultades conocidas por usted.

De las enseñanzas recibidas de Cesar tengo muy presente la que se relaciona con la paciencia revolucionaria, la no desesperación, el criterio justo, preciso, de que nuestra Revolución, llena de sorpresas, debe aniquilar, vencer totalmente (no sólo molestarlo) al enemigo, y que para ello el carácter nacional de la Organización no debe pasarse por alto.  Desde hace años, en la vieja casona de Madero, hablábamos de eso. Poco a poco nuestros criterios se fueron reforzando por el conocimiento de las lecciones de la historia y nos llevaron a conclusiones que ahora, en la práctica revolucionaria, vemos justas. No se requiere un gran número de militantes sino una gran calidad de ellos, es mas valioso uno de ellos que miles de pesos, no enfrentarse a los problemas económicos con criterio capitalista (hacen falta pesos) sino con el del esfuerzo propio, entendiendo que cada peso destinado a la Organización puede representar una bala, y significar un día más de combate.

No hacen falta millones de pesos, hace falta encauzar los recursos debidamente. Estos criterios, el desarrollo que les dio Cesar parecen simples ahora, pero el haberlos descubierto antes que nadie, y considerarlos adecuados antes que la práctica demostrara su justeza, es criterio de César. La claridad de sus ideas políticas, producto de sus estudios de marxismo, y consecuencia del examen objetivo de la realidad lo conduce siempre a tomar las decisiones más acertadas.

Ninguno de los momentos apremiantes que hemos sufrido, ha sido consecuencia de sus órdenes, sino producto de inmadurez o falta de criterio de sus subordinados. La perseverancia y voluntad férreas que se ha fomentado, hacen junto a otras virtudes no menos importantes de César, el dirigente que nuestros pueblos necesitan. Le dan a sus actos y a la Revolución el carácter que requieren.  Sé que ni las mas grandes adversidades lo vencen. Por conocerlo, tengo la confianza absoluta de que se encuentra bien.

Lamento que éste saludo por sus “16 años” no vaya acompañado de mejores nuevas. Debe usted considerarse orgulloso de haber permitido con las excelencias de su educación la formación de César.

A doña B….. en diciembre la recordamos y extrañamos.

Si las condiciones son adecuadas, por favor entregue también a Lilia nuestros saludos.

Con un abrazo de “Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”

                                                                       “Alfredo”

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