En Junio recordamos a 2 valiosos compañeros nacidos en éste mes: la compañera Ruth de quien ya hablamos en la efeméride de mayo (un fragmento aparecido en el número especial sobre Mario y Ruth, del Nepantla 32 de octubre-noviembre de 1983).
Este mes hablemos del compañero Manolo, también fundador de la organización, en 1969.
Desde que existe la propiedad privada la lucha de clases es inevitable, en México, cuya historia incluye una gran revolución democrático-burguesa que dejó la hipótesis de que el camino hacia el socialismo era imposible, también marca que la lucha de clases es inevitable. Para la juventud de esa época del siglo XX (de los años 60’s), reprimida, golpeada, encarcelada y hasta masacrada, el único camino que les faltaba recorrer… era organizarse de forma independiente en sus centros educativos, para desde ahí hacer resistencia política.
En esos años, a quienes se atrevían a manifestarse en una sociedad conservadora como la regiomontana, entre los jóvenes surgió la frase: “Asiste a la manifestación, tienes una cita con la adrenalina” pues era como “armarse de valor” para salir a manifestarse: la posibilidad de represión era casi segura.
En ese ambiente le tocó vivir las luchas estudiantiles a nuestro compañero Manolo; Jesús, o más coloquial ya con nosotros “Placa Chica”, cuya experiencia teórica, técnica y práctica fue básica para sumar a la continuidad y desarrollo de la inevitable lucha de clases.
Como estudiante de la F.I.M.E. (Facultad de Ingeniería, Mecánica y Eléctrica) en la Universidad de Nuevo León -que todavía no tenía el agregado de Autónoma-, dirigió el periódico “El Electrón” (Órgano de la Facultad de Ingeniería).
En junio de 1936, nació Manolo, un compañero que fue formador básico para dar continuidad a los trabajos que se realizaron en aquellos años de intensa lucha. En esta ocasión, presentamos un artículo que él escribió como director de “El Electrón” de aquella época titulado: “Faltan Hombres, no Direcciones”. Compartimos también lo que el Compañero Alfredo escribió sobre él en Comunicado de 1976, y, por último, fragmentos de los recuerdos que sobre Manolo expresó el compañero Mario en el Nepantla 5 (del 22 de junio de 1979), en el artículo “Compañero Manolo: ¡Presente!”.
De “El Electrón”. Órgano de la FIME (1961)
“Faltan Hombres, no Direcciones
Por Mario Sánchez Acosta
No cabe duda que el pueblo mexicano, es un pueblo progresista, inquieto, del cual podemos sentirnos orgullosos al menos por haber nacido dentro de él, demuéstralo las innumerables opiniones que surgen después de cada informe rendido por el presidente de la República y escuchado por todo México, pero únicamente orgullosos hasta donde pueda valorarse y mientras quede precisamente en eso: Inquietud.
Porque ahondando más las opiniones, buscando su raíz nos encontramos con los mismos elementos que siempre han existido desde los orígenes de la Civilización, diferentes únicamente en cuanto al nombre que es según la época y el medio: elementos que han dejado su huella, que han influenciado en la vida de cada pueblo en el orden económico-político social, en fin, que han escrito con sus tendencias, sus miras, sus ambiciones, lo que se conoce como Historia de la Humanidad.
Particularicemos e introduzcamos en nuestro México para localizar a éstos tres elementos y ponerles sus nombres respectivos que son: La Iglesia, El Capital y el Pueblo o fuerza popular, de estos tres factores es gracias al tercero por el que se han realizado los tres cambios fundamentales de nuestro país, cambios que han sido: La Independencia, La Reforma y últimamente La Revolución.
(…)
Pero no vayamos hasta el fondo de esto, que no llegaremos a lo mismo: recordar que nuestros últimos gobiernos fueron impuestos a capricho y antojo del Capital. Regresemos a los informes Presidenciales.
(…)
Pues bien, mientras existan estas fuerzas regresivas entre nosotros, mientras se siga acentuando la carencia de hombres realmente rectos en sus acciones y mientras no haya gente con patriotismo y verdadero arraigo nacional: no puede hablarse del triunfo de la Revolución. Revolución que ha sido pisoteada, moralmente destruida, cruelmente ultrajada, y que continúa desangrándose y bastantes aún en nuestros días, vale retirarse a tiempo, que de esto tendremos oportunidad de comentar en alguna otra ocasión.
Mientras tanto, no olviden señores que atrás de ustedes, viene una juventud pujante, preparándose técnica, económica, e intelectualmente –con los platillos de la verdad y la justicia nivelados– que bien puede desplazarlos y que –sirva de recuerdo– más vale retirarse a tiempo, que esperar a que los echen.
Monterrey. N. L., noviembre 5 de 1961”
Comunicado del Cro. Alfredo de Febrero de 1976.
MARIO SANCHEZ ACOSTA (Manolo), fundador de las FLN, su capacidad, disciplina y voluntad, su férrea ideología lo llevaron a cumplir responsabilidades al frente de varias redes urbanas. Recordamos su capacidad para “colarse” en el medio, fuera un hospital de la capital o un barrio de provincia. Su profesión, ingeniero mecánico y electricista, facilitó se le encargara desarrollar estudios de radio técnica y electrónica para, poseyendo los conocimientos, aprovecharlos en la guerra. Sus aportes ahí fueron grandes y quienes convivieron con él ese período son testigos de sus desvelos, de que a pesar de no contar con recursos para avanzar como él deseara, su tenacidad, característica con la que Manolo marcara las tareas que emprendía, no decayó y al frente de esa comisión no permitió que le faltaran los ánimos, y cuando no había recursos se dedicaba a armar y desarmar para practicar, un viejo radio reloj. Si otros hubiesen sido sus planteamientos, se hubiese perdido un tiempo inapreciable, se hubiese detenido el avance de la revolución, la formación de nuestros cuadros, pues la revolución de nuestros pueblos tiene que hacerse con nuestro esfuerzo, ganarse con nuestra capacidad, con nuestra decisión de Vivir por la Patria o Morir por la Libertad, como él supo hacer. Cayó herido en Nepantla y fue asesinado por los soldados del gobierno opresor en ese mismo sitio. Sabía ordenar con el ejemplo y nadie puede osar discutir su amplia capacidad de trabajo y su empeño, siempre presente, siempre fresco, para que los trabajos se cumpliesen en el tiempo y calidad requeridos.
Ref:
“Cuaderno de Trabajo Dignificar la Historia II. Las Fuerzas de Liberación Nacional y los combates por la memoria (1974-1977)”, Casa de Todas y Todos. Pag. 83.
Del artículo “Compañero Manolo: ¡Presente!”,
del Nepantla 5, del 22 de junio de 1979.
“Manolo utilizó varios nombres: Enrique, Jesús y por último Manolo. Ingeniero mecánico, electricista, compañero fundador de las FLN. Nacido en el estado de Veracruz. Huérfano de madre a edad temprana pasó la infancia en Poza Rica, Veracruz, al lado de distintos familiares.
“En la década de los cincuentas se trasladó a Monterrey donde trabajó como ayudante de cocina y a la vez cursaba estudios de secundaria, bachillerato y profesional.
En su vida universitaria destaca como dirigente estudiantil y como principal promotor en la creación del sindicato de la universidad. Fuera de ese medio desarrolla actividad política en sindicatos obreros, en el pequeño periódico “Pueblo y Revolución” y en el Instituto Mexicano-Cubano de Relaciones Culturales.”
Su niñez, como la de quienes en nuestro medio provienen de familias proletarias, estuvo lejos de ser afortunada. Sólo su temperamento, tenacidad y voluntad, lograron que más tarde iniciara estudios que lo llevan a obtener el título de ingeniero mecánico-electricista. Ya como profesional fue maestro en la preparatoria de la Universidad de Nuevo León.
Sus alumnos tenían en él al amigo consejero a quien podían acudir cuando lo necesitaban. Su bondad hacia ellos fue siempre muy grande. Tenía en gran estima y en mayor grado la lealtad. Sus compañeros de trabajo, maestros o empleados de administración o intendencia pudieron siempre confiar en él sin ser nunca defraudados. Fue muy franco y sobre todo noble, lo que en el medio civil lo llevó en ocasiones a que personas malintencionadas se aprovecharan de sus virtudes, más él, con generosidad sin límite perdonó siempre las ofensas.
Durante su vida civil recorrió, como muchos de nuestros compañeros, innumerables caminos buscando la solución definitiva a los problemas de su pueblo hasta comprender por fin que sólo la lucha armada en una guerra por desgracia larga y cruenta, podría conducir al pueblo al poder. Entendido aquello, avocó todas sus fuerzas y medios para hacerlo posible y el 6 de agosto de 1969 participó en la fundación de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN).
Su justo criterio y alta responsabilidad lo llevaron a desarrollar trabajos importantes de Dirección. Tomó en ese tiempo, el sobrenombre de Jesús, en recuerdo de su papá. En esa ocasión inicia, junto al compañero Salvador, estudios técnicos sobre comunicaciones, comisión en que vuelven a desarrollar su tenacidad y voluntad, pues partiendo prácticamente de cero y con sólo los conocimientos de matemáticas y electricidad obtenidos durante sus estudios profesionales, y con los pocos medios que la organización podía en aquel entonces poner a su alcance, desarrolló avances que permitieron sentar las bases para establecer criterios sobre la utilización de los medios de comunicación electrónica, ramas técnicas importantísimas para nuestras FLN.
A fines de 1970, es designado por nuestra dirección como responsable de la red urbana en el Distrito Federal, recayendo prácticamente sobre él y su red el abastecimiento de la organización. A la casa donde él era responsable, se incorporaban los nuevos elementos profesionales que integraban a las FLN. Ahí recibían de Jesús las enseñanzas, normas y criterios que la experiencia demostró justos para el desarrollo de los cuadros de la organización; su tenacidad, voluntad y nobleza influyeron decisivamente en la formación de algunos de nuestros compañeros.
Faltaríamos a la verdad si anotásemos que mandaba siempre amablemente, pero no hay quien pueda señalar el haber recibido de su mando orden impropia o emanada de otro criterio como no fuera el de resultar necesaria y benéfica para la organización.
Su último nombre, Manolo, lo tomó al alquilar la casa que nuestros compañeros ocupaban en Nepantla. Manolo, el segundo de Salvador, vio caer a sus compañeros, fue herido e imposibilitado para seguir operando su arma, fue tomado prisionero por los soldados del gobierno opresor cuyos mandos amedrentados por su actitud siempre revolucionaria, ordenaron cobardemente su asesinato en el mismo sitio donde junto a sus compañeros defendió hasta las últimas consecuencias -fiel a la consigna de “Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”- los principios e ideales que un día adoptó como propios y por los que han muerto varios compañeros.”
Por último, pero no por ello menos importante; como cada año lo hacemos, honramos la memoria de los caídos aquel fatídico 10 de junio de 1971, de la misma manera honramos el valor y coraje de todas y todos aquellos hombres y mujeres que al ver cerradas las posibilidades de un cambio verdadero en nuestro país, optaron por arriesgar su vida al sumarse a la lucha en tantas y tantas organizaciones que como las FLN, decidieron emprender el camino de liberación de nuestro pueblo.
Cuidar y hacer crecer la historia, nuestro compromiso.
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos.
Junio 2023