Posted On 31 octubre, 2024 By In Editorial, Portada With 108 Views

Violencia entre cárteles por el control territorial

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Fuerzas armadas omisas ante el crimen

Editorial

Apenas a un mes de iniciar el sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo, los hechos muestran un recrudecimiento de la lucha entre los cárteles del crimen organizado por el control y reparto del territorio nacional, frente a las fuerzas armadas que, también en los hechos se muestran omisas al permitir a los criminales actuar con total libertad e impunidad.

La política de Estado frente a la violencia desbordada en varias partes del país, se resume en la reciente declaración a la prensa hecha por el comandante de la Tercera Región Militar, Jesús Leana Ojeda: “Deseo que la tranquilidad regrese a Sinaloa lo más pronto posible, pero eso no depende de las fuerzas armadas, sino de los grupos antagónicos que generan violencia en la entidad”.

Es de sorprender el cinismo del vocero castrense, pues refleja la política pusilánime de las fuerzas armadas, que no toma decisiones firmes y certeras frente a la violencia y adopta un papel pasivo ante los grupos criminales. En los hechos, el Estado cede el control territorial a los delincuentes, y sólo les pide que se pongan de acuerdo en el reparto del pastel para que regrese la calma al país.

La política de “brazos cruzados” implícita en la estrategia de “abrazos, no balazos” significa que los cárteles no son enemigos del Estado y sí, un instrumento que puede servir para el control del pueblo mediante acciones de terror, desplazamiento forzado, ejecuciones, cobro de piso, secuestros y extorsión. Así, las fuerzas armadas dejan actuar y hacer el trabajo sucio a otros, mientras se lavan las manos.

El despliegue militar en las zonas de enfrentamiento entre los cárteles, muchas veces es tan impresionante como inútil, pues nunca se escucha de grandes operativos para la detención de criminales. La estrategia lleva implícita, entre otras cosas, acostumbrar a la población a la presencia militar en las calles, plazas y lugares públicos para “inhibir” actividades delictivas, y no para combatir al crimen organizado, que son dos cosas diferentes.

Mientras tanto, el crimen se ensaña en todo el país. Al terror de la toma de carreteras en Sinaloa por la lucha entre los grupos de Los Mayitos y Los Chapitos, le sigue la explosión de dos coches bomba en Guanajuato con heridos y daños materiales, enfrentamientos en Guerrero con un saldo de 19 muertos, la agresión contra comunidades en Chiapas, y en los últimos días, la ejecución del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez, en San Cristóbal de Las Casas, a manos de criminales asociados a empresas mineras y políticos corruptos.

Como siempre, la violencia y la impunidad son utilizados como medios para garantizar las ganancias del mercado capitalista.

Efemérides…

Noviembre es un mes con fechas trascendentales en nuestra lucha…

Recordamos al internacionalista Xabier Mina (así, con “X” y con “b”) en el 207 aniversario de su muerte en la lucha por la independencia de nuestro pueblo. No olvidamos también que llevan ya 207 años, pretendiendo borrar al navarro de la historia a los ciudadanos de Otano, Navarra (sitio donde nació), así como a toda Europa, (empezando por España y Francia).  No lo lograron porque habemos en el mundo personas, organizaciones y países empeñados en el rescate de la memoria histórica, que buscamos hacer visible lo que fue negado por el Estado criminal. No nos cansaremos de reivindicar la lucha de Mina: sus ideales, sus acciones y el sacrificio como un acto de justicia, ya que sin memoria de la injusticia no hay justicia en la memoria.

También recordamos a dos compañeros pilares de la organización madre: el compañero Alfonso y el compañero Gabriel. Alfonso, fundador tanto de las FLN como del primer grupo de compañeros en arribar a la selva en 1972 (y que a la fecha sigue siendo un desaparecido político de la Lista de Ocosingo) y el compañero Gabriel, de origen humilde, maestro normalista que iniciaba sus estudios en Antropología, hasta que la organización requirió de sus esfuerzos y sin pensarlo se integró como profesional a nuestras filas. Fue arteramente asesinado por el ejército federal en Nepantla el 14 de febrero de 1974.

El 17 de noviembre de 1983 se fundó el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que pésele a quien le pese detonó un ¡YA BASTA! contra los planes que los neoliberales tenían para nuestro país, y desde luego, con un carácter profundamente antiimperialista desde su concepción.

En esta ocasión, presentamos a ustedes un artículo aparecido en el ejemplar de Nepantla, Nueva Época (del cual aparecieron pocos ejemplares en el año 1993) y que en su No. 2 de agosto de 1993 presenta parte del texto leído por la Compañera Insurgente Lucha en el Congreso de 1993, así como algunos comentarios del editorialista.

Aquí parte del audio y el artículo…

El nombre de nuestro Partido

Durante una de las sesiones del I Congreso, una de las compañeras con mayor antigüedad

en nuestras FLN, la compañera Lucha, abrió la discusión acerca del nombre de

nuestro partido con las siguientes palabras:

Respetables delegados del I Congreso:

En este solemne e histórico primer Congreso de nuestro Partido, me permito exponer algunos puntos de vista sobre el mismo, tocando a ustedes deliberar sobre ellos.

Antes quiero hacer, no una historia, pues ellos ya están en nuestra historia, sino sólo un breve recordatorio de los compañeros Manuel, Salvador, Alfredo, Jesús, Teodoro, Alfonso, Ricardo, quienes el 6 de agosto de 1969 fundaron nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, sin más recursos que su elevada moral de revolucionarios íntegros y consecuentes, ya que, como es sabido por muchos de nosotros, en una lucha desigual cayeron combatiendo al enemigo antes que entregarse a él.

Al caer los compañeros Salvador y Manuel, primero y segundo responsable respectivamente, el cro. Alfredo, en aquellos momentos críticos, pasó a dirigir nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, aglutinando a todos nuestros militantes y procurando protección a otros, evitando así la dispersión de nuestras fuerzas.

Puedo decirles, no sin orgullo, que tuve el honor de conocer a todos nuestros compañeros fundadores, de convivir con ellos varios años, aunque ahora no es momento de relatar su trayectoria revolucionaria, porque llevaría mucho tiempo hablarles de los años de convivencia con ellos, quien podría hacerlo mejor sería el compañero Germán que los conoció ampliamente.

Reduzcamos pues, este tiempo a la expresión de presente para nuestros compañeros fundadores, y que este sencillo recordatorio sea un homenaje a ellos, pletórico de lealtad y firmeza revolucionarias. Pido a todos ustedes ponerse de pie.

(Se pronuncia el nombre de cada uno de los fundadores y todo el Congreso contesta ¡Presente! a cada uno.)

Volviendo a nuestros primeros responsables y fundadores, compañeros Manuel y Salvador, deben de existir entre nuestros documentos históricos sus primeros comunicados a todos los militantes de las FLN, en los cuales se encuentra sintetizada la mayor parte de la forma en que se ha desarrollado nuestra política a lo largo de 23 años.

Sus puntos de mayor relevancia consistían en llevar a cabo la guerra revolucionaria y la vinculación con nuestro pueblo. Las condiciones de férreo control sobre nuestro pueblo por parte del sistema burgués nos han dejado un estrechísimo espacio para dicha vinculación, y los avances son evidentes, pero no en la medida que el momento apremia, pese a los esfuerzos y tenacidad en el trabajo organizativo. Quizá por ello fue que se consideró dar el paso firme para lo que desde 1986 fueran las primeras inquietudes manifestadas por la necesidad de avanzar: la formación de nuestro Partido, de la nueva estructura organizativa, entendiendo por ello, valga redundar, una nueva forma de organizarnos, pero quedando firmes los preceptos de nuestras Fuerzas de Liberación Nacional, a excepción de que nuestro Partido se rija ahora por el principio leninista del centralismo democrático, pero retomando de nuestra anterior estructura lo mejor, y de los principios lo más revolucionario, ya que el camino a recorrer para alcanzar el objetivo final de nuestra lucha son nuestros principios.

En cuanto al nombre de nuestro Partido, para nuestra continuidad histórica, Partido Fuerzas de Liberación Nacional responde, además, a lo consecuente de nuestra lucha, que es seguir organizando a más y más fuerzas de trabajadores, a más y más fuerzas de explotados de nuestra patria, así como a nuestra fuerza principal: la alianza de campesinos y obreros explotados. En otras palabras, la alianza obrero-campesina como fuerza principal de la revolución y también porque nuestra lucha es por la liberación nacional y antiimperialista y por el socialismo, entendiendo lo que todo esto conlleva.

Es necesario que deba también permanecer abanderando a nuestro Partido, nuestra bandera tal como es, con sus símbolos y colores, que, además de ser concepción de nuestros fundadores y hermanos caídos, han pasado ya a formar parte de nosotros mismos, de nuestro Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de nuestra historia.

Con su estrella roja en fondo negro y al pie las letras PFLN, iniciales del mismo nombre que, por lo expuesto anteriormente, debe llevar nuestro partido. Y las cinco puntas de la estrella que, como todos sabemos simbolizan para nosotros, no sólo al hombre nuevo, sino a los cinco continentes y, por lo tanto, al internacionalismo proletario. Los colores rojo y negro representan la lucha de los explotados.

Nuestro himno, hasta que haya quien pueda sintetizar y plasmar en un himno, desde sus inicios, esta nuestra última revolución ahora sí proletaria, nuestro himno, será La Internacional, canto que representa la unidad de los explotados y les conmina a alzarse internacionalmente para el derrocamiento de todos los explotadores y alcanzar así el logro de vivir una vida de libertad; una vida de dignidad, una vida de verdadera justicia.

Es toda mi palabra, pero además, nuestro permanente lema de Vivir por la Patria o Morir por la Libertad. Aplausos.

La discusión que siguió a esta intervención no fue grabada. El acto recoge un solo desacuerdo, aunque sin propuesta alternativa de nombre, basado tal desacuerdo en el argumento de que es un error teórico hablar de fuerzas y partido en una sola organización. No lo consideramos así la mayoría de los delegados. Otra propuesta, que se resume de dos o tres intervenciones de compañeros, fue escoger un nombre que definiera claramente lo que era la organización, uno que incluyera el concepto de socialista, o de proletariado, o comunista, para no dejar lugar a dudas sobre el carácter que tenía nuestro Partido.

Los argumentos para apoyar la propuesta de la compañera Lucha fueron, básicamente:

  • En realidad no hay contradicción entre fuerzas y partido, el concepto de fuerzas no está necesariamente ligado a una forma específica de organización, es cierto que durante mucho tiempo las Fuerzas de Liberación Nacional correspondieron a una organización con una estructura político militar, esto era debido a que no teníamos el desarrollo suficiente para ser partido pero, aun como fuerzas, buscábamos conseguirlo. Se nos decía que una de las tareas de las Fuerzas era aglutinar en torno suyo todas las inconformidades, toda la gente, todas las fuerzas dispuestas a luchar contra el capitalismo; lo cual sigue siendo también una de las principales tareas del partido. El tipo de organización depende mucho del desarrollo que tengan las fuerzas que lo impulsan, pero si su desarrollo cumple con determinados requisitos, no hay obstáculo para que se puedan organizar en partido estas fuerzas;
  • De liberación, porque lo que buscamos es liberarnos de la explotación capitalista aquí en nuestra patria y también del imperialismo;
  • Lo que realmente define a una organización es su práctica; en nuestro país, debido a las inconsistencias y transas… de todos los partidos reformistas que se han puesto adjetivos como de los trabajadores, revolucionario, socialista, etc. darle a nuestro partido ese nombre sería empezar a despertar la desconfianza en muchos sectores, por toda la memoria de deshonestidad que va ligada a dichos partidos, especialmente en sus últimos años. Es cierto que también, finalmente será nuestra práctica la que nos defina ante nuestro pueblo, aunque en el nombre no se incluya explícitamente la palabra socialista.
  • El nombre de nuestro EZLN se deriva directamente del nombre de nuestra organización fundadora, por lo que entonces también tendría que cambiar el nombre del Ejército y, al igual que con el Partido, no se ven argumentos suficientes para hacerlo.

“Vivir por la Patria o Morir por la Libertad”

Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos

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