“Mexicanos: si esta situación anómala se prolonga; si la paz, siendo una aspiración nacional tarda en volver a nuestro suelo y a nuestros hogares, nuestra será la culpa y no de nadie. Unámonos en un esfuerzo titánico y definitivo contra el enemigo de todos; juntemos nuestros elementos, nuestras energías y nuestras voluntades y opongámoslos, cual una barricada formidable, a nuestros verdugos; contestemos dignamente, enérgicamente, ese latigazo insultante que Huerta ha lanzado sobre nuestras cabezas; rechacemos esa carcajada burlesca y despectiva que el poderoso arroja, desde los suntuosos recintos donde pasea su encono y su soberbia, sobre nosotros, los desheredados, que morimos de hambre en el arroyo.”