Nuestra visión de la realidad no siempre coincide con el lugar que ocupamos en la sociedad, pues la ideología tiene un papel decisivo en la forma de ver y valorar la situación que vivimos. De ahí, el refrán que dice: “todo es del color del cristal con que se mira”. Y esto aplica a las opiniones que tenemos sobre los logros y retrocesos del gobierno saliente, y a las esperanzas y temores sobre el que sigue en el mando.
Nosotros sostenemos la idea -para algunos anticuada- de que el Estado, de cualquier forma que se pinte y vista (hoy es guinda), es un aparato de control de la clase dominante sobre el pueblo trabajador, pero utiliza todos los medios para convencernos de que es un árbitro imparcial que está por encima de las clases sociales y que defiende a las mayorías. Esto es porque necesita legitimidad y apoyo social para mantenerse en el poder.
Si algo distingue al sexenio que termina de los anteriores del PRIAN, es su habilidad en el manejo de la ideología sobre el uso de la represión física y la mazmorra (que desde luego no ha desaparecido). Con su carisma y don de “buena gente”, AMLO logró colocar al Estado en el imaginario social como defensor de las causas sociales, como representante del pueblo al que ha dado el poder de votar y decidir el rumbo del país. Pero nada más falso que eso.
El recurso principal para difundir la ideología del Estado benefactor del pueblo, además de los programas de apoyo social, es la narrativa de las conferencias mañaneras y los miles de defensores de la 4T dispersos en redes sociales: youtubers, tiktokers, canales oficiales de televisión y otros espacios.
Según la Consultora Spin, durante el sexenio de López Obrador se realizaron mil 438 conferencias mañaneras con un promedio de 2.5 horas de duración, lo que representó el 7 por ciento del tiempo total de su mandato. Los clichés y el sentido común marcaron el contenido de las reuniones con la prensa, que fue utilizada (y se dejó utilizar) para mantener la legitimidad lograda en la elecciones que dieron 30 millones de votos a Morena. ¡Y vaya que lo logró!.
El término más utilizado en las mañaneras, según ésta encuesta, fue el de tengo otros datos, con 148 mil 200 referencias, seguidas de pueblo, con 18 mil 643. Como dice la canción “El Pueblo y el Mal Gobierno”, de Oscar Chávez : “Al pueblo tengo de aval para todas mis funciones; el pueblo en mis decisiones, el pueblo en mis documentos”.
Las conferencias de López Obrador nunca aportaron elementos para un análisis serio sobre la situación del país porque se redujeron a una visión simplista de la realidad, polarizada por dos fuerzas contrapuestas: chairos y fifís, liberales y conservadores, blanco y negro.
La repetición sistemática de las mismas palabras en las mañaneras, apuntaron siempre a una contradicción secundaria dentro de la clase capitalista: los buenos y los malos empresarios, los que pagan impuestos y los que no. Nunca se mencionó al capital en su conjunto como enemigo de las clases trabajadoras, porque la estrategia del Estado es crear un enemigo al cual culpar de la situación para encauzar el enojo social, atraer el apoyo del pueblo y ocultar las contradicciones de clase.
Por eso decimos que lo que define al Estado es su carácter de clase. Éste criterio, por desgracia olvidado por casi todas las izquierdas hoy cooptadas, deslumbradas o compradas, es el eje de nuestra posición frente al gobierno de la 4T, que salvó de la crisis y descomposición al capitalismo en México.
Cuando se abandona el carácter de clase del Estado, toda la atención se centra en los “logros” del gobierno: miles de personas de la tercera edad reciben pensiones, los estudiantes tienen becas, hay programas de apoyo para los jóvenes, etc. Esto, sólo le limpia la cara a un sistema injusto, corrupto y represor, para darle un rostro “humanista”. No creemos que nuestro objetivo sea reformar el sistema para hacer más llevadera la miseria al pueblo, sino construir junto con el pueblo organizado una sociedad que garantice la igualdad, la justicia, la fraternidad y la democracia popular.
La tendencia de la “izquierda” oficial es minimizar problemas graves con la idea de que se irán erradicando con el tiempo. Y vea si no pasa esto con la violencia del crimen organizado en Sinaloa, los desplazamientos forzados en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, los desaparecidos en todo el país, los feminicidios, los migrantes.
Nosotros resumimos tres “logros” de la 4T al final del sexenio, desde la visión del pueblo consciente, y no desde la izquierda guinda.
- La violencia imparable del narco que viene desde sexenios pasados, tiene una nueva dimensión hoy: los grupos criminales ampliaron sus zonas de influencia en el territorio nacional, con la presencia cómplice del Ejército, Guardia Nacional y Marina, que cumplen la máxima de “abrazos, no balazos”.
El fracaso en materia de seguridad fue reconocido por el mismo presidente, quien envió una iniciativa de última hora al Congreso “para permitir a ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios rurales, así como integrantes de instituciones como Pemex, Banxico, la Casa de Moneda y el Servicio de Administración Tributaria que puedan portar armas no reservadas a las fuerzas armadas. Se apuesta, así, abdicando de una de las funciones esenciales del poder público, a la estrategia de autodefensa que en el pasado reciente era rechazada por el poder central”, señala Eduardo Nava Hernández, en un artículo publicado en Rebelión en días recientes.
- El narcotráfico se fortalece al incursionar en otras áreas como empresario: compra-venta de productos agrícolas y tráfico de armas y migrantes, además de cobro de piso, extorsión y secuestro que ya hacía.
- El ejército se refuerza como sostén del Estado al participar como empresario en la administración de puertos, aduanas y aeropuertos. Además, el Estado anuncia apoyo al aparato militar con un 75 por ciento del gasto presupuestal.
López Obrador concluye el sexenio con dos promesas incumplidas: mantiene al ejército en las calles con tareas de seguridad pública que no le corresponden y termina sin resolver el crimen de los 43 normalistas desaparecidos.
Al final del sexenio, lo que vemos se puede resumir en un fenómeno preocupante del que no se aprecia la dimensión: una concentración excesiva de poder, aumentada con la reforma judicial (donde existe una corrupción desbordada) y el paso de la Guardia Nacional al mando del Ejército, que marca una nueva etapa del militarismo en México.
Ésta concentración del poder, impuesta por la aplanadora de Morena a nombre del pueblo, es más preocupante si consideramos otro elemento: la desactivación de luchas y movimientos sociales por una “izquierda” oficial que logró cooptar, seducir y engañar a muchos activistas e intelectuales que hoy disfrutan las delicias del poder.
Visto así, el panorama es muy preocupante. No sabemos el rumbo que tome el nuevo gobierno, pero nuestro papel principal seguirá siendo político-ideológico: despertar conciencias y organización en el pueblo desde una posición independiente al Estado. Mucha tarea por hacer, ahora sí, por una verdadera “revolución de las conciencias”.
EFEMERIDES
Ya señalamos que Octubre es un mes de recuerdos que se convierten en enseñanzas:
Recordamos a nuestra compañera Aurora y su ejemplo de no dejarse atrapar por los militares que la llamaban a rendirse. Ella y el Cro. Alfredo organizaron el repliegue táctico de lo que quedaba de la organización en 1974.
El 23 de octubre cumple años nuestro compañero Cesar (Manuel, Pedro), que desde 1974 es un desaparecido político. Lo recordamos como el guía que nos mostró el camino para seguir en compañía de todos aquellos que luchan organizados por un país más justo.
También, nuestro compañero Subcomandante Insurgente Pedro (Pedrín) cumplía años un 26 de octubre. Con su muerte, nos enseñó que cuando un pueblo lucha decidido, no hay ejército, ni policía, ni guardia que logre detenerlo.
En éste mes renace nuestra memoria con el grito del “2 de octubre, No se olvida”, que trae a nuestros recuerdos los cientos de estudiantes y trabajadores asesinados por el Estado, representado por el genocida Gustavo Díaz Ordaz y su tristemente célebre Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, impune hasta su muerte.
El 8 de octubre recordamos al “Che” y su lucha antimperialista e internacionalista, que nos muestra que se pueden lograr cambios revolucionarios cuando un pueblo organizado toma la historia en sus manos. Del comandante heroico recordamos la frase que inspira tempestades y rebeldías: “Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
El 12 de octubre marca el inicio de la lucha indígena, negra y popular contra el colonialismo y el imperialismo monárquico europeo, que antecede a los imperialismo y colonialismo norteamericano, asiáticos y europeos modernos. Con la palabra “Chicauaktanemillis”, que significa “Resistencia”, aprendimos que la llegada de Colón a América no fue un simple “encuentro entre 2 naciones”, sino una invasión y genocidio. Los pueblos del Anáhuac fuimos “conquistados, cristianizados y colonizados” y nuestro territorio fue saqueado en todos los sentidos. Fue una masacre con un saldo de entre 2 y 3.5 millones de indígenas directos de la guerra y más de 25 millones* a lo largo de los primeros 100 años de enfermedades importadas o contextuales del sistema de dominación del abrupto cambio de los modos de producción y los etnocidios, ecocidios y epistemicidios que generó ese genocidio, sistemas de intensa explotación de trabajo esclavo, expulsión y exilio de las tierras, orfandad y mortandad materno-infantil, segregación, conversión religiosa forzada, saqueo y prohibiciones de suministro, cerco de pueblos y regiones, subordinación forzada. intentando sustituir la fuerza de trabajo con esclavos traídos de África y el Caribe por millones en todo el continente y que han formado parte del México que insurge en la historia.
Por su parte, Cook y Borah, de la Universidad de California en Berkeley, establecieron luego de décadas de investigación, que la población de México disminuyó de 25,2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623, menos del 3 % de la población original. En 1492, España y Portugal juntos no superaban los 10 millones de personas y en toda Europa vivían entre 57 y 70 millones. México no recuperaría la población que poseía en el siglo XV hasta los años 60.
se pueden consultar datos en:
El 25 de octubre recordamos el triunfo de un pueblo organizado, que después de 300 años de dinastía zarista se declaró el primer país socialista del mundo en 1922: la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), hoy desaparecida.
Finalmente, en éste mes se cumple un año del cruel asesinato del maestro Artemio López Aguilar, que nos llama a no dejar de resistir y luchar, porque “resistencia” siempre va acompañada de otras palabras: organización, memoria y justicia.
¡Vivir por la Patria! o ¡Morir por la Libertad!
Grupo Editorial de la Casa de Todas y Todos