Posted On 23 febrero, 2022 By In Portada With 1350 Views

Las luchas de las Mujeres, pronunciamiento

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A 48 años de aquel 14 de febrero en que nuestras compañeras y compañeros de las FLN fueron atacados violenta e impunemente por el Estado mexicano en la Casa Grande de Nepantla, donde cayeron, en el cumplimiento de su deber revolucionario, nuestras compañeras María Luisa y Soledad, junto a los compañeros Manuel, Salvador y Gabriel; y posteriormente fuera desaparecida nuestra compañera Murcia, seguimos exigiendo justicia y presentación con vida para nuestras compañeras y compañeros, En el marco de la conmemoración de esta fecha, la Comisión de Mujeres del PFLN hace público nuestro posicionamiento “Las luchas de las mujeres”.

Co. María Luisa, Co. Soledad

Co. Salvador, Co. Manuel, Co. Gabriel,

¡Presentes!

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!

Para consultar el video completo del evento del día 14 de febrero da clic aquí

LAS LUCHAS DE LAS MUJERES

“Por nuestras compañeras caídas en la lucha a lo largo de la historia digna de nuestro país”

“… la mujer debe luchar por su liberación

 y sólo la obtendrá incorporándose a la revolución…

Solo así se acabará con las casusas que originan la explotación,

la discriminación, la marginación, que sufre la mujer hoy en día.”

Cra. Ruth, Las Revolucionarias (Nepantla I, No. 2, 1979). [1]

La participación de mujeres compañeras, desde la fundación de las Fuerzas de Liberación Nacional,ha sido fundamental para ladefinición de nuestra organización y de nuestras propuestas y estrategias. El testimonio y compromiso de cientos de mujeres que han sido parte de ella y de la memoria viva y rebelde, nos impulsa a seguir construyendo alternativas revolucionarias de vida para nuestro país.

“… antes como ahora el rescate de la memoria histórica de la lucha de nuestro pueblo es una tarea digna, necesaria, inevitable y rebelde…”[2], así pues,desde esta concepción, nombrarlas, es para las compañeras de la Comisión de Mujeres del Partido Fuerzas de Liberación Nacional (PFLN), camino y compromiso; nombrarlas es continuar la tarea, es enfrentar la estrategia del olvido y la impunidad.

En los hechos, las múltiples experiencias de lucha y de vida en una casa de seguridad en Nepantla demuestran cómo mujeres de diferentes clases sociales, como la Cra. Soledad, joven mujer del estado de Chiapas, nacida cerca de una comunidad Ch’ol, cuya lengua comprendía y además hablaba el español, y la Cra. María Luisa, nacida en Nueva York, que hablaba inglés y español, unieron sus esfuerzos en una lucha por la liberación nacional. Un mismo objetivo, una misma lucha, pero, además, esfuerzos no aislados, no sólo de mujeres, sino sumados al esfuerzo de otros jóvenes que también entregaron su vida por un México más justo.

El hecho de participar como mujeres de distintas clases sociales en una organización revolucionaria, -que en su seno desarrolla una práctica revolucionaria y que a su vez genera una teoría revolucionaria, desde la militancia-, nos dice la compañera Ruth en el artículo “Las Revolucionarias” (1979):  “… la marginación no es sufrida por ella (la mujer) solamente, sino que también otros son oprimidos, que existen otros problemas más serios, como son la miseria, la explotación, etc., consecuentemente, la militancia ayudó a comprender que la lucha no es de sexos, sino que es una lucha de clases.”

En este 14 de febrero, a 48 años de los violentos ataques cometidos por el Estado a nuestros compañeros, traemos a la memoria colectiva, los nombres de nuestras compañeras de las FLN, María Luisa y Soledad, quienes cayeron en el cumplimiento de su deber en la Casa Grande de Nepantla; además como consecuencia del ataque en Nepantla, posteriormente, en la Selva Lacandona es desaparecida impunemente la compañera Murcia por el Estado mexicano, y de quien seguimos exigiendo su presentación con vida; y todas las compañeras que en estos 52 años de organización han dado su vida por la liberación de nuestros pueblos como son las Cras. Aurora, Ruth, Lucha, Anita; también nombramos a todas aquellas mujeres valientes que entregaron su vida a la lucha, desaparecidas, torturadas, ocultadas, violentadas, silenciadas y que no se encuentran presentes físicamente, pero que con su memoria y lucha viva están entre nosotras, son nuestra raíz y camino para continuar en la lucha por liberar a nuestros pueblos.

En la historia de nuestra organización hemos trabajado por la liberación nacional y contra la violencia sistémica y machista ejercida hacia las mujeres del campo y la ciudad, obreras, campesinas, empleadas, profesionistas, artistas, estudiantes, maestras, madres. Así también hemos aprendido que nuestra lucha, no es de sexo o género, sino también de clase y pueblos.

En los últimos 30 años, hemos posibilitado diversos espacios de formación y organización desde, para y con mujeres, este trabajo constante nos confirma que el pleno desarrollo e igualdad de la mujer, en el campo o en la ciudad sólo se puede lograr en una sociedad sin explotación, por lo que no podemos equivocarnos en que cualquier esfuerzo por cambiarla, mínimo que sea, aporta al fortalecimiento de nuestra lucha por un país más justo y equitativo… donde hombres y mujeres vivamos en pleno acuerdo de igualdad, por lo que vivir por la patria o morir por la libertad sigue siendo el único camino para avanzar en la lucha de hombres y mujeres por un país diferente.[3]

Nunca nos hemos distanciado de esta memoria, hemos esperado pacientemente para brotar semillas, sus testimonios han sido nuestro legado y ejemplo, y es nuestra responsabilidad y compromiso, visibilizarlos y lucharlos. Ante los actuales retos en la lucha de liberación como mujeres y pueblos, desde el Partido Fuerzas de Liberación Nacional, hacemos público nuestro posicionamiento sobre las luchas de las mujeres, nuestras perspectivas y las propuestas que se presentan van en dos sentidos: históricas y prácticas.

La primera haciendo un reconocimiento a las mujeres que han participado en las luchas históricas de nuestro país y que, con su participación, heredan a las y los mexicanos libertades y derechos conquistados para hombres y mujeres. Y en el sentido práctico, que esa lucha histórica no ha terminado, necesita todavía de muchos esfuerzos y compromisos, de mujeres y hombres, donde las mujeres somos indispensables para combatir, desde diversas estrategias y campos de lucha contra el sistema de dominación capitalista y machista.

La relación entre desigualdad y mujeres, ha sido históricamente el resultado de un modelo de producción capitalista, de reproducción social y acumulación de la riqueza, que en su etapa actual neoliberal, intensifica procesos depredadores del planeta y de exterminio de grandes sectores de la humanidad, de manera particular pobres y excluidos del mundo, y en el que la disputa por el control imperial entre países “ricos o desarrollados”, seguirán apostando por las guerras de exterminio o la pax romana. Este modelo económico capitalista y patriarcal se construye a partir de socializar y configurar conductas que desembocan en la dominación de la conciencia, antes de adueñarse de la fuerza de trabajo. No podemos olvidar que el sometimiento de las mujeres no ha sido sólo físico y psicoemocional, sino también social, económico, político y cultural.

Todas las mujeres padecemos las violencias: sistémica, machista y patriarcal; esta realidad es producto de dicha conjunción histórica. Como resultado tenemos que 173 mujeres al día somos objeto de lesiones dolosas y nos asesinan a 10 mujeres diariamente. Los ciclos de violencia que se posibilitan por las instituciones de procuración y administración de justicia, primordialmente dejan abierto el camino para el feminicidio, y llevan a la orfandad a niñas y niños, quienes padecen desde sus primeros años, las consecuencias de estas opresiones, independientemente de la clase social; sin embargo, se recrudece esta violencia si eres mujer pobre, migrante o perteneciente a algún pueblo originario. 

El miedo a ser violentadas por ser mujeres, se convirtió en un recurso de sobrevivencia, entre otros que hemos desarrollado. Si bien, en México, las mujeres de cualquier edad, pueblos o clases (cuya violencia no se vive igual en unos y otras), somos sobrevivientes de las violencias históricas machistas y patriarcales, que se han reciclado más allá de cualquiera de los diferentes sistemas de dominación, desde antes de la colonia; no obstante, somos mucho más que esta condición, sobre todo somos luchadoras por la vida y esperanza de nuestros pueblos, somos creadoras de nuevos universos, somos luchadoras contra las injusticias y constructoras de nuevas armonías, somos fuertes y  revolucionarias. Las mujeres hemos resistido desde las cocinas, las trincheras, las fábricas y las maquilas, las minas, los campos, los desiertos, los mares, las ciudades, y otros espacios; en nuestra organización hemos luchado y seguiremos haciéndolo también por la erradicación de la feminización del trabajo;durante nuestra historia de 52 años, las compañeras hemos desarrollado los mismos trabajos que los que realizan los compañeros.

La cultura de la violencia se instala desde el Estado, por eso cuando se encasilla a las mujeres como amas de casa y cuidadoras, también se somete a los hombres como esclavos; la subordinación social de las mujeres se presenta desde la esclavitud donde se hace presente la violencia y el marcar las actividades del hogar como propias de nosotras, además de considerarnos como una propiedad absoluta de la reproducción de la vida, nos excluye de todos los escenarios políticos, económicos, culturales, intelectuales, sociales y prácticos. Es por esto que sigue siendo necesario y urgente que en la sociedad erradiquemos la visión de que hay actividades masculinas y femeninas.

Optamos por una educación liberadora y comprometida con la transformación radical de la sociedad, donde no haya ninguna forma de dominación establecida desde el género, la clase, el sexo, la religión, el color de la piel, preferencias sexuales, etc.; reafirmamos la colectivización de los conocimientos como forma de organización.

La práctica revolucionaria, implica la permanente crítica y autocrítica, por tal motivo cuestionamos y apostamos por la documentación, observación, revisión y, en su caso, sanción por la acción y reproducción de actitudes y acciones violentas machistas patriarcales cometidas por compañeros de la organización. Negar que en nuestra organización se han cometido graves violaciones en razón de género por parte de compañeros contra compañeras, sería ser cómplices.

Nosotras como Comisión de Mujeres del PFLN vamos a buscar que se garantice y promuevan los derechos que, como mujeres tenemos, de participar en todos los espacios de la vida; sumado a ello vamos a hacer respetar nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, lo cual implica respetar nuestros derechos biológicos, incluido el derecho a la interrupción del embarazo, a elegir si tenemos hijos o no, o bien cuántos hijos queremos tener.

Reafirmamos nuestra postura: sin la lucha de las mujeres no puede haber revolución. Las mujeres somos actoras centrales para tejer la existencia social y comunitaria; la transformación revolucionaria debe abolir las desigualdades en razón de sexo y género y, las opresiones todas, sean éstas de clases, etnias, ideologías, edades, pueblos y cualquier otra identidad que no estemos expresando en este posicionamiento.

Por ello planteamos luchar por erradicar el sistema económico y patriarcal dominante por medio de un cambio radical, siendo transformada a una conciencia revolucionaria y apropiada a nuestra realidad material y actual. Además de compartir/proporcionar todos los saberes y conocimientos para la construcción de una sociedad ética, desde un punto de vista ecológico, económico, político y cultural, que pugne por sostener la reproducción de la vida y la dignidad de las personas.

Es por esto que partimos de un análisis minucioso de las clases sociales, las lógicas y los mecanismos de acumulación del capital desde una perspectiva materialista histórica dialéctica; incorporamos los aportes y aprendizajes tenidos de las luchas como pueblos ancestrales; los enfoques de género, sexos, edades, entre otros; nos fortalecemos de diferentes perspectivas de las luchas de las mujeres y, por consecuencia, diferentes formas de interpretar la realidad social y de hacer propuestas de transformación y de revolución.

La nueva emergencia social de la lucha de las mujeres, contra o por transformar las relaciones de poder violentas, tienen historia, represión y muerte, pero también somos herederas de la valiente y temeraria acción comprometida de miles de mujeres que a lo largo de la historia se rebelaron y aportaron a las luchas de liberación de nuestros pueblos.

Las mujeres y hombres del Partido Fuerzas de Liberación Nacional luchamos por una real y sostenida revolución cultural, que se caracterice por reconocer y respetar la diversidad sexual y de géneros, en el que todas las personas tengan las mismas oportunidades y que en equidad podamos organizar y distribuir trabajos para el bien común, donde dialoguemos y entendamos que por siglos, generación tras generación, sistemas de dominación diversos en la historia de la humanidad, universalizaron la cultura de dominio machista y patriarcal en razón de sexos, vía la fuerza y las violencias: feminicida, etnocida y ecocida.

Desde esta Comisión de Mujeres, consideramos imposible caminar sin mujeres como tú, compañeras, camaradas, hermanas de otros pueblos, ciudades, rancherías o comunidades que están conscientes de los agravios históricos, materiales y políticos que vivimos sólo por ser mujeres.

Convocamos a todas aquellas mujeres que deseen organizarse o continuar con sus procesos organizativos a que construyamos espacios de articulación y encuentro que sumen a la lucha que desde las mujeres realizamos, con la escucha que se requiere y el acompañamiento desde los distintos espacios de trabajo.

Denunciemos con fuerza las violencias y desigualdades sistémicas que padecemos. Este esfuerzo requiere de todas. Si tienes alguna denuncia, propuesta, reflexión, puntos qué discutir; te invitamos a escribir a nuestro correo electrónico:  comisiondemujerespfln@gmail.com

Comisión de Mujeres del PFLN

¡Vivir por la patria! o ¡Morir por la libertad!


[1] Cuaderno de trabajo Dignificar la historia III. Cruce de caminos: Luchas indígenas y las Fuerzas de Liberación Nacional (1977.1983)

[2] Cuaderno de trabajo Dignificar la historia I. Las Fuerzas de Liberación Nacional y la guerra fría en México (1969-1974)

[3] Reseña del trabajo de la Asociación Mexicana de Mujeres, A.C. Archivo de las FLN.

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